La Navidad es una fiesta mágica llena de ilusión, luces, adornos y también para muchos, de melancolía. Pero los que seguro no van a faltar en la mesa de todos los hogares, y sin límite de cantidad, son los dulces navideños. Turrones, polvorones y mazapanes son, junto con los regalos, las estrellas indiscutibles en estas fechas tan entrañables pero ¿sabes el origen de estos sabrosos alimentos?
Los orígenes de los dulces navideños
Turrones
Todos hemos disfrutado de su riquísimo sabor y su gran variedad desde pequeños. Pero lo que tal vez no sepas es que este producto, como la mayoría de repostería navideña, fue introducido por los árabes en las costas del mediterráneo. En Al-Ándalus ya se utilizaba la almendra y la miel para la fabricación de numerosos dulces. Ellos buscaban un alimento que pudiera aguantar las travesías de los ejércitos sin que se pusiera malo y la composición del turrón lo convertía en un producto muy útil, al aguantar en perfecto estado durante mucho tiempo y por su gran valor energético.
Los árabes los trajeron a las costas mediterráneas, principalmente a España e Italia. Nuestro turrón nace en el siglo XV en el Reino de Valencia y desde entonces no falta en la mesa en Navidad. Los más populares son los de Jijona (Alicante) incluso existe una leyenda que cuentan sus habitantes sobre el origen. “Por aquellos tiempos el Rey contrajo matrimonio con una princesa escandinava, por lo cual tuvo que venir a estas tierras dejando atrás su frío país de origen. La princesa se sintió muy triste al no poder disfrutar de los bellos paisajes nevados de su país. El rey, desesperado al ver a la nueva reina decaída, tuvo la idea de plantar miles de almendros en todos sus territorios alrededor del castillo. Cuando florecieron, sembraron el paisaje de tonalidades blancas, de modo que todo parecía nevado; y así, la princesa recuperó su felicidad. Desde entonces, los habitantes de Jijona recogen los frutos de los almendros para elaborar con ellos el turrón y sus derivados”.
Polvorones
¿Quién no se ha llevado a la boca un polvorón y ha intentado decir Pamplona? Pues la próxima vez que disfrutes de su delicioso aroma sabrás que estos dulces son típicos de Andalucía (Estepa y Antequera) desde el siglo XVI cuando era común utilizar la manteca de cerdo para los productos de repostería. Además de ser típicos en esta región también forman parte de la gastronomía navarra y vallisoletana.
Mazapanes
En 1512 se tiene por primera vez constancia de la primera referencia de este alimento en Toledo, donde el mazapán se consume durante todo el año. Lo que no está tan claro es su origen lleno de leyendas e historias. Muchos piensan que fue introducido en la Península Ibérica por los árabes con la invasión musulmana en el siglo VIII. También se piensa que los cruzados y peregrinos se encargaron de sumar este manjar a nuestra gastronomía. Otra leyenda bastante extendidad explica que, durante un periodo de hambruna tras la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, unas monjas del Convento de San Clemente de Toledo usaron huevos y almendras para elaborar este manjar con el que la ciudad pudo alimentarse. Algunos afirman que este producto elaborado con pasta de almendra y miel proviene de Grecia.
Peladillas
Estas exquisitas almendras confitadas proceden de la Comunidad Valenciana.Casinos y Alcoy son los principales productores de peladillas del país. De hecho, en la localidad alicantina estuvo la primera fábrica de peladillas de España. Su origen es romano donde ya se regalaba para celebrar los nacimientos y los enlaces matrimoniales. En Grecia se llaman «Koufeta», en Italia «Confetto» y en Francia «Dragée». Ricas, ¿verdad?
Roscones de Reyes
Rellenos de nata, crema o trufa son el postre y la merienda típica del Día de Reyes. Su origen se remonta a la Antigua Roma, durante la celebración de la Saturnalia o Saturnales. Esta fiesta de los esclavos se hacían en honor a Saturno, dios de la agricultura y las cosechas y se celebraba a mediados de diciembre. Dentro de esa torta se introducía un haba que era símbolo de prosperidad y fertilidad, y áquel al que le tocaba tenía un buen año. Esta tradición permaneció con el paso del tiempo y en países como Francia era muy celebrada por la aristocracia gala. La fiesta del «Rey del Haba» era famosa y todos se reunían para ver quien era el afortunado en conseguir la ansiada legumbre. Pero en el siglo XVIII un cocinero quiso alegrar la velada al rey Luis XV introduciendo una moneda de oro dándole menos valor al haba. En nuestro país, la costumbre tal y como la conocemos se la debemos al rey Felipe V, aunque pronto la moneda fue cambiada por una figurita.
Dulces de los conventos
Seguro que has probado estas joyas elaboradas de manera artesanal de las que puedes disfrutar durante todo el año. Durante siglos sus recetas han pasado de mano en mano en las cocinas de los conventos manteniendo un sabor único elaborado con ingredientes de primera calidad como azúcar, huevos, almendras, aceite de oliva, harina, anís o ajonjolí.
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