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Fallas

El curioso santo con el que coincidirá este año la cremà de las fallas

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¡Habemus fallas! Después un año y medio sin disfrutar de la fiesta josefina por culpa de la crisis sanitaria del Covid 19, el próximo mes de septiembre vuelve a las calles la fiesta grande de València. Serán del 1 al 5 de septiembre.

Con sus monumentos, con la plantà, la cremà y la tradicional ofrenda, los valencianos nos podremos sacar esa espinita clavada que fue no celebrar las fallas 2020. De esta manera, el olor a pólvora volverá a recorrer las calles de la ciudad… aunque en principio no haya mascletà y castilllos. Porque sin duda estas serán una Fallas diferentes. Pero al menos son fallas.

Porque además de esta ausencia habrá muchas diferencias con lo que suele venir siendo la fiesta fallera. Cambios que harán de estas fallas unas fallas únicas. Es lo que tiene celebrarlo fuera del habitual mes de marzo.

Para empezar no podremos decir aquello de «hace tiempo de fallas». Lo de llevar una chaqueta en la mano por si refresca cuando el sol se oculta en marzo va a ser como que no, teniendo en cuenta que la plantà infantil será el 31 de agosto. Cambiaremos las capas de ropa por abanicos.

¿Qué hay más tradicional que tomarse una buena «xocolatà» acompañados de unos sabrosos buñuelos y churros? A menos que queramos que nos dé un sofoco deberemos cambiar esta tradición este año. Una fallas con una buena horchata y unos fartons tampoco es mala idea.

Una estoreta velleta per a la falla de sant… ta Teresa de Calcuta. Sí, este año la cremà no será la noche del día de San José sino que será el 5 de septiembre, día de Santa Teresa de Calcuta.

Popular y conocida por su labor humanitaria descubrimos en la wikipedia que fue una monja católica de origen albanés naturalizada india, que fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta en 1950. Durante más de 45 años atendió a pobres, enfermos, huérfanos y moribundos, al mismo tiempo que guiaba la expansión de su congregación, en un primer momento en la India y luego en otros países del mundo. Fallecida el 5 de septiembre de 1997, fue beatificada por el papa Juan Pablo II. Su canonización fue aprobada por el papa Francisco en diciembre de 2015, después de que la Congregación para las Causas de los Santos reconociera como extraordinaria la curación de un brasileño enfermo en estado terminal. El acto oficial de canonización tuvo lugar en Roma en la mañana del domingo 4 de septiembre de 2016.

Con el caloret del verano, con un vaso de horchata en la mano, despidiendo los monumentos bajo el pasto de las llamas en la Nit de Santa Teresa de Calcuta; lo importante y lo que no cambiará este año es el grito de Valencians, ¡ja estem en Falles!

 

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Fallas

GALERÍA| El emotivo encuentro de la Corte de 1998

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Corte de Honor 1998
Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia 1998-OFFICIAL PRESS

El pasado sábado, trece mujeres se reunieron para celebrar un evento cargado de recuerdos y emociones. Estas mujeres, que en 1998 fueron elegidas como Corte de Honor y Fallera Mayor de Valencia, se reencontraron 26 años después para rememorar uno de los momentos más significativos de sus vidas.

La Corte de Honor 1998

Corte y Fallera Mayor de Valencia 1998-Foto: JUNTA CENTRAL FALLERA

Inés Fresneda, Merche Ballester, Loles Fernández, Vicky Martínez, Gloria Torres, Victoria Bayarri, Auxi Pérez, Teresa Moret, Mª José Romero, Mónica Taberner, Marigi Usano, Vanessa Arnal y Susana Remohí fueron las representantes del mundo fallero en 1998.

Un año inolvidable

Para estas mujeres, el año 1998 marcó un antes y un después. Ser elegidas para formar parte de la Corte de Honor y, especialmente, ser nombrada Fallera Mayor de Valencia, es un honor que pocas pueden experimentar. Durante aquel año, compartieron experiencias únicas, desfiles, actos oficiales y una conexión especial que las unió de por vida. Las Fallas, más que una fiesta, son una tradición que tiene el poder de crear lazos profundos y duraderos entre quienes las viven intensamente.

Un reencuentro cargado de emociones

El reencuentro se celebró con una comida a la que asistieron no solo las trece integrantes de la Corte de 1998, sino también sus padres, parejas y los más pequeños. Este encuentro permitió que cada una compartiera cómo había cambiado su vida desde aquel entonces, y cómo la experiencia de ser parte de la Corte de Honor había influido en sus trayectorias personales y profesionales.

Aunque no todos los padres y parejas pudieron asistir, ya que la vida inevitablemente se lleva a personas queridas, la reunión fue un homenaje a los momentos compartidos y a aquellos que ya no están. Las ausencias fueron sentidas profundamente, pero también se celebró la alegría de poder reencontrarse y recordar juntos aquellos días especiales.

Las Fallas: Una tradición que une y transforma

Las Fallas son mucho más que una celebración; son una manifestación cultural que une a las personas y transforma vidas. Para estas trece mujeres, ser parte de la Corte de Honor no solo les dio la oportunidad de representar a Valencia y su tradición, sino que también les proporcionó una experiencia compartida que ha perdurado a lo largo de los años.

Durante la comida, se compartieron anécdotas, risas y, cómo no, algunas lágrimas de nostalgia. Cada una recordó con cariño los momentos vividos juntas, desde los preparativos hasta los actos oficiales, pasando por los momentos únicos que solo pueden vivir ellas y apoyo mutuo. Las Fallas de 1998 no solo las unieron como compañeras, sino como amigas que han mantenido el contacto y la conexión a lo largo de más de dos décadas.

Un vínculo inquebrantable

El reencuentro de la Corte de 1998 es un testimonio del poder de las Fallas para crear vínculos duraderos. Para estas mujeres, la experiencia de ser parte de la Corte de Honor fue un momento que marcó sus vidas de manera profunda y significativa.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998 es una muestra más de cómo las Fallas pueden cambiar vidas y unir a las personas en una experiencia compartida de celebración, cultura y tradición. Aunque el tiempo pase y las circunstancias cambien, los lazos creados en torno a esta fiesta tan especial permanecen fuertes y significativos.

La capacidad de unir personas

Este reencuentro no solo fue una oportunidad para recordar el pasado, sino también para celebrar el presente y mirar hacia el futuro con la esperanza de seguir compartiendo momentos inolvidables. Las Fallas, una vez más, demostraron su capacidad para unir a las personas y transformar vidas, creando recuerdos que perduran para siempre.

El emotivo encuentro de la Corte de 1998, en imágenes:

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