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Salud y Bienestar

Embarazadas con SARS-CoV-2 en el tercer trimestre no contagian al recién nacido

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Embarazadas con SARS-CoV-2 en el tercer trimestre no contagian al recién nacido

Madrid, 22 dic (EFE).- Un estudio financiado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos concluye que es poco probable que las mujeres embarazadas, infectadas con el SARS-CoV-2 en el tercer trimestre, transmitan la infección al recién nacido.

Publicado en la revista JAMA Network Open y liderado por Andrea G. Edlow, del Hospital General de Massachusetts y la Facultad de Medicina de Harvard, el estudio fue realizado por el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Eunice Kennedy Shriver (NICHD), el Instituto Nacional Cardiovascular (NHLBI) y del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (NIAID).

Para hacer el estudio, los investigadores hicieron seguimiento de 127 embarazadas ingresadas en hospitales de Boston la pasada primavera. De las 64 mujeres que dieron positivo en la prueba del SARS-CoV-2, ningún recién nacido dio positivo para el virus.

«Este estudio muestra con seguridad que es poco probable que las infecciones por SARS-CoV-2 durante el tercer trimestre pasen a través de la placenta al feto, pero es necesario realizar más investigaciones para confirmar este hallazgo», afirma Diana W. Bianchi, directora del NICHD.

Los investigadores estudiaron la aparición de la infección por SARS-CoV-2 en el tercer trimestre del embarazo y evaluaron los niveles de virus en muestras de tejido respiratorio, sanguíneo y placentario, el desarrollo de anticuerpos maternos, la eficacia de esos anticuerpos para pasar a través de la placenta al feto (un indicador de la posible protección inmunológica de la madre) y examinaron el tejido placentario.

Los resultados comunicados se limitan a las mujeres contagiadas en el tercer trimestre porque todavía se están reuniendo y evaluando datos sobre mujeres infectadas en los primeros seis meses de gestación.

Entre las que dieron positivo, el 36% (23/64) eran asintomáticas, el 34% (22/64) tenían una enfermedad leve, el 11% (7/64) moderada, el 16% (10/64) grave y el 3% (2/64) crítica.

Para comparar, el estudio incluyó a 63 mujeres embarazadas que dieron negativo en las pruebas de SARS-CoV-2 y a 11 mujeres en edad reproductiva con covid-19 que no estaban embarazadas.

El equipo observó que las mujeres embarazadas que dieron positivo en el SARS-COV-2 tenían niveles detectables de virus en los fluidos respiratorios como la saliva, las secreciones nasales y de la garganta, pero ningún virus en el torrente sanguíneo o en la placenta.

Además, no encontraron diferencias significativas entre los niveles de anticuerpos del SARS-CoV-2 producidos por mujeres embarazadas y no embarazadas.

Sin embargo, al analizar las muestras de sangre del cordón umbilical de las mujeres tanto positivas como negativas para el SARS-CoV-2, los investigadores detectaron niveles más bajos de lo esperado de anticuerpos protectores y niveles altos de anticuerpos específicos contra la gripe (probablemente procedentes de la vacunación contra la gripe).

Los investigadores creen que estos hallazgos pueden indicar que los anticuerpos del SARS-CoV-2 no pasan a través de la placenta tan fácilmente como otros anticuerpos maternos, lo que sugiere que la trasferencia de anticuerpos del SARS-CoV-2 al feto es menor de lo esperado.

Además, la baja transferencia de anticuerpos se observó en todos los casos, independientemente de la gravedad de la covid-19 de la mujer o de si tenía una condición de salud subyacente, como obesidad, presión arterial alta o diabetes.

Para los autores es importante averiguar por qué estos anticuerpos maternos tienen menos probabilidades de atravesar la placenta y si esta transferencia reducida de anticuerpos hace que los recién nacidos sean más vulnerables a la infección por SARS-CoV-2 en comparación con otras.

También es importante determinar cómo los niveles más bajos de anticuerpos maternos contra el SARS-CoV-2 pueden afectar los resultados de salud de los bebés prematuros porque la covid-19 puede aumentar el riesgo de parto prematuro, advierten los autores.

El estudio también encontró que las placentas de las mujeres infectadas no eran diferentes de las de las mujeres no infectadas, aunque el riesgo de isquemia (reducción del flujo sanguíneo) en la placenta parecía mayor para las mujeres con covid-19 más grave.

En línea con un informe anterior, los investigadores también encontraron que mientras la placenta expresa las principales moléculas utilizadas por el SARS-CoV-2 para causar la infección -el receptor ACE2 y la enzima TMPRSS2- las dos moléculas rara vez se expresan juntas en el mismo lugar, lo que podría ayudar a explicar por qué el virus sólo rara vez afecta a la placenta.

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ESTUDIO| El envejecimiento del cerebro comienza a los 57 años

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envejecimiento cerebro
Los investigadores observaron que los cambios no eran lineales con el aumento de la edad, sino que se observaban tres picos con cambios abruptos, relacionados con cambios metabólicos a los 57 años; pérdidas cognitivas y de movimiento a los 70, y fragilidad neuronal en torno a los 78. / Adobe Stock

El avance en la longevidad humana ha hecho cada vez más común superar los 90 años y alcanzar el siglo de vida. Sin embargo, más allá de vivir más tiempo, el desafío está en preservar la lucidez y la calidad de vida. Un reciente estudio publicado en Nature Aging ha identificado que el envejecimiento del cerebro comienza a los 57 años, con picos adicionales a los 70 y 78 años. Estas edades podrían ser claves para implementar intervenciones que mitiguen el deterioro neurológico.

El deterioro cerebral, vinculado frecuentemente con enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, representa un obstáculo significativo. Según el Ministerio de Sanidad, el riesgo de padecer alzhéimer se duplica cada cinco años a partir de los 65, pasando de un 1 % de afectados al 40 % a los 90 años.

Los puntos de inflexión del envejecimiento cerebral

El estudio, liderado por Wei Cheng, de la Facultad de Medicina de Shanghái, se basó en muestras humanas de plasma sanguíneo obtenidas del Biobanco del Reino Unido. Los investigadores seleccionaron 13 proteínas relacionadas con el envejecimiento cerebral. Ocho de estas proteínas, vinculadas a la matriz extracelular y los factores de crecimiento celular, aumentan con la edad. Las otras cinco, relacionadas con la degradación de proteínas, disminuyen durante el proceso de envejecimiento.

Dos de estas proteínas, Brevican (BCAN) y el factor de diferenciación del crecimiento 15 (GDF15), han sido asociadas no solo con el envejecimiento, sino también con condiciones como la demencia, el ictus y la función motora deteriorada. Esto evidencia que las concentraciones de proteínas cambian a lo largo del tiempo, reflejando la salud cerebral en edades clave.

¿Por qué comienza el envejecimiento cerebral a los 57 años?

El análisis incluyó datos de imágenes cerebrales de 10.949 adultos sanos para estimar la brecha de edad cerebral (BAG, por sus siglas en inglés), un indicador del declive cognitivo. Según Cheng, a los 57 años se observan cambios relacionados con la inmunidad adaptativa y el metabolismo, dos factores esenciales en el inicio del envejecimiento cerebral.

Cambios no lineales en el deterioro cerebral

Jesús Ávila, neurocientífico del CSIC, señala que el declive cerebral no es lineal, sino que presenta picos abruptos:

  • A los 57 años, cambios metabólicos.
  • A los 70 años, pérdidas cognitivas y de movimiento.
  • A los 78 años, fragilidad neuronal.

A los 70 años, las proteínas asociadas están directamente vinculadas con la demencia y el ictus, según Cheng. Por ello, esta etapa es crucial para adoptar un estilo de vida saludable y prevenir posibles trastornos cerebrales.

La importancia de la prevención

Los expertos destacan que ciertos trastornos neurodegenerativos pueden prevenirse mediante hábitos saludables, como el ejercicio regular, una dieta equilibrada y el contacto social. No obstante, serán necesarios más estudios para validar estos biomarcadores y explorar su viabilidad en la prevención del deterioro cerebral.


Referencias:

  • Liu et al. Plasma proteomics identify biomarkers and undulating changes of brain aging. Nature Aging (2024).
  • Fuente: SINC. Derechos: Creative Commons.

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