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Tan solo 41 empresas valencianas solicitan implantar la jornada laboral de 4 días

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empresas jornada laboral 4 días

La Conselleria de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, convocó una serie de ayudas para la implantación de la jornada laboral de 4 días o 32 horas semanales, sin la merma de retribución. Esta convocatoria viene después de haber realizado un estudio en la ciudad de Valencia durante el mes de abril, en el que las semanas fueron de 4 días laborales. Finalmente, después de este estudio, tan solo 41 empresas valencianas han solicitado las ayudas para la jornada laboral de 4 días.

Tan solo 41 empresas valencianas solicitan implantar la jornada laboral de 4 días

De estas 41 empresas solicitantes 35 son microempresas, es decir, que cuentan con menos de 10 personas trabajadoras. Destaca que más de la mitad de ellas no supera las 5 personas en plantilla a tiempo completo. Solamente 6 empresas solicitantes tienen entre 11 y 40 personas trabajadoras.

Un total de 204 personas verán reducida su jornada de trabajo a 32 horas semanales. Esta reducción, según las condiciones laborales previstas, no puede implicar ninguna merma salarial.

Más de la mitad de las solicitudes corresponden a empresas de consultoría de gestión empresarial o consultoría de informática y márketing. Las 14 restantes tienen vinculación con otro tipo de servicios distintos. Es cierto que no se han recibido solicitudes de empresas del ámbito de la construcción, industrial o agrario.

Una vez recibidas las solicitudes, se requerirá a las empresas solicitantes para que subsanen expediente, en una fase que se prolongará hasta el 10 de julio. Tras esta parte del trámite,  habrá de esperar a que el IVACE emita los correspondientes informes relativos a la valoración global del Plan de reducción de jornada e incremento de la productividad. Se estima que sean emitidos antes del 10 de septiembre. Una vez superados todos estos trámites, se estima que para finales del mes de septiembre se publique la resolución de concesión de estas ayudas.

Ayudas de Labora para contratación de personal

En el marco de este mismo programa de racionalización de la jornada de trabajo, Labora concedió ayudas para aquellas empresas que efectúen contrataciones indefinidas de personas en situación de desempleo derivadas de ajustes vinculados a la racionalización voluntaria de la jornada laboral.

Así, el Servicio Valenciano de Empleo y Formación ha ofrecido subvenciones que oscilan entre el 45% y el 95% del Salario Mínimo Interprofesional a las empresas que participen en el programa de racionalización de la jornada laboral y hayan efectuado contrataciones a personas desempleadas inscritas en Labora.

Por otro lado, y en colaboración con la Universitat de València, se va a realizar una macroencuesta dirigida a trabajadores y empresarios. Tiene el fin de saber en qué estado se encuentra esta nueva realidad laboral en la Comunitat Valenciana. Asimismo, Labora editará una guía legal para ayudar a las empresas en el conocimiento y el acceso a esta iniciativa.

Labora ha realizado en estas últimas semanas dos jornadas informativas, en Castellón y Valencia.  Estas jornadas han sido toma de contacto directo con las empresas valencianas, para informarles de todos los servicios que el Servicio Valenciano de Empleo y Formación pone a su disposición.

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Carrocería sin dramas 

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Rafa, vecino de Valеncia, conduce su Volkswagen desde hace más de diez años. Su ruta diaria no tiene nada de épico: trabajo, colegio, playa los fines de semana. Y, como la vida misma, el coche guarda sus huellas: un pequeño desconchón en la puerta tras salir del súper, una esquina del parachoques rozada en la rampa del garaje, una fina línea en el guardabarros que sólo se ve cuando le da el sol de lado. Nada de accidentes graves ni ambulancias: simplemente, una colección de marcas cotidianas en las que se reconoce media España. Y todo iría bien, si no fuera por las tarifas: cuanto más se retrasa la reparación, más caro acaba siendo – y eso se nota en el valor del coche y en el dolor de cabeza cuando toca venderlo. 

Cómo hemos llegado hasta aquí y por qué justo ahora 

El parque automovilístico español ha envejecido y se renueva cada vez más despacio. En nuestras calles abundan los coches veteranos, fieles compañeros de rutina: la edad media ronda los 14,5 años, y los vehículos con más de veinte años ya suman varios millones en circulación. No es una alarma, sino una nueva normalidad, confirmada por los datos del sector: cuanto más envejece la pintura y el metal, menos perdonan los retrasos, sobre todo cerca del mar, donde la sal y el sol actúan como aceleradores naturales. 

Los talleres también cambian. Su crecimiento no llega por arte de magia, sino por pura realidad: materiales más caros, procesos de secado con alto consumo energético, reparaciones más complejas. Todo suma, y el precio medio sube. Las cifras del mercado lo confirman: la facturación del sector de carrocería en España ha aumentado, en parte porque cada reparación cuesta más. 

En la carretera ocurre lo que todos vemos: los grandes siniestros, por suerte, son pocos, pero los incidentes menores se multiplican. En 2023 y 2024, la Dirección General de Tráfico (DGT) registra cada año más de cien mil accidentes con víctimas; los grandes siniestros siguen estables, pero los golpes menores en ciudad y aparcamientos alimentan el trabajo de los talleres. 

Y luego están los aparcamientos. No todos los “arañazos” ocurren en movimiento. Las aseguradoras lo repiten sin rodeos: buena parte de los daños urbanos se producen a baja velocidad y en espacios estrechos – ese pilar en el garaje comunitario, la rampa del parking o el muro del patio. Muchos de estos casos entran en la categoría de “siniestro sin segundo implicado”, y su cobertura depende de si la póliza incluye daños propios. Es un detalle práctico, no estadístico: cada conductor repara según lo que le permite su seguro. 

Lo que de verdad preocupa y dónde se esconde el ahorro 

Si entendemos el mantenimiento no como estética, sino como inversión, la lógica es clara. En la costa, donde el sol y el aire salino son parte del paisaje, un microdesconchón no es algo “para más adelante”: es una puerta abierta a la corrosión. En el interior, el sol castiga menos, pero la mayoría aparca en la calle, lo que multiplica los “besos de aparcamiento” y los actos vandálicos: rayones con llave, golpes de menos de 500 euros… la rutina urbana. El resultado es el mismo: cuanto antes se repare el daño, menor será la pérdida al revender -sobre todo en coches populares como los Volkswagen, donde el ojo del comprador no perdona. 

El sector lo tiene claro: en Europa, la pintura para coche y los trabajos cosméticos representan buena parte del negocio de colisión. En climas como el nuestro, escatimar en el barniz transparente es, literalmente, ahorrar contra el sol. 

Rafa y su plan “sin drama”: cómo hacerlo con cabeza 

Rafa no busca la perfección, sino evitar males mayores. Lo primero: que el agua no llegue al metal. Si el barniz no está roto, un pequeño retoque puede salvar la pieza: limpieza, desengrasado, una capa de barniz local y un pulido final. Segundo: acertar con el color. Ahí manda el código de pintura, que en Volkswagen suele venir en una placa o en el libro de mantenimiento. Con ese código se obtiene la base exacta, y se evita el clásico “casi igual” que se ve desde tres metros. Para los propietarios de VW es fácil comprobarlo en las el catálogo de colores de Volkswagen, donde se muestran las combinaciones disponibles de base y barniz. 

Tercero: evaluar la geometría. Una puerta plana y un paso de rueda con curvas no son lo mismo. En las zonas con nervios, uniones o anclajes de ópticas, el hazlo tú mismo suele acabar en el taller. Si el metal o la imprimación ya están a la vista, harán falta imprimación, base y barniz; la clave del ahorro está en la precisión y la calidad de los productos, no en añadir capas baratas. 

Cuando posponer deja de ser ahorrar 

En la costa -Valеncia incluida- el sol y la sal no perdonan. Lo que hoy es un arañazo, mañana puede convertirse en una pieza entera a repintar: imprimación, base, barniz, preparación y, si hay lista de espera, una semana sin coche. El panorama es claro: los trabajos de carrocería se encarecen por materiales y energía, y no es un problema de un solo taller, sino una tendencia general. 

España, país de coches y de responsabilidad 

España se mantiene entre los principales fabricantes de automóviles de Europa. Pero, al mismo tiempo, aumentan los coches veteranos y sus dueños se vuelven más metódicos: menos pánico, más mantenimiento. A escala nacional eso se traduce en una siniestralidad estable; a escala familiar, en una o dos visitas al taller al año para mantener el coche en forma. 

Dónde acaba el “hazlo tú mismo” 

Tú mismo: pequeños desconchones, arañazos superficiales, siempre que el barniz siga intacto y el entorno esté limpio.
El profesional: todo lo que afecta a nervios, uniones o anclajes, y cualquier daño donde el barniz se haya levantado o el metal esté visible. 

Y un detalle que Rafa aprendió con la experiencia: el medidor de espesores de pintura. Diez minutos antes de cerrar una compraventa bastan para saber si una pieza fue repintada. Para el comprador es una ventaja en la negociación; para el dueño, una pista sobre cuánto trabajo llevará igualar el color. 

Último paso: rutina sin dramatismo 

Un par de buenos hábitos se amortizan en cualquier comunidad autónoma. Dos veces al año -en primavera y otoño- conviene revisar el coche con buena luz y reparar todo lo que supere cinco o diez milímetros o haya llegado a la imprimación. Son las mejores épocas para trabajar al aire libre: sin polvo en suspensión y sin calor extremo. Y si tu coche es un Volkswagen, ten siempre a mano el código de color y una referencia fiable para pedir el kit exacto para pinturas Volkswagen. 

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