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Salud y Bienestar

El COVID persistente, la diabetes y la celiaquía reconocidas como enfermedades crónicas en España

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El COVID persistente, la diabetes y la celiaquía reconocidas como enfermedades crónicas en España

El Ministerio de Sanidad de España, en colaboración con las Comunidades Autónomas, profesionales del Sistema Nacional de Salud (SNS), sociedades científicas y asociaciones de pacientes, ha dado un paso fundamental en la gestión de la salud pública. Por primera vez, patologías como el COVID persistente, la diabetes y la celiaquía han sido oficialmente incluidas como enfermedades crónicas dentro del Plan para el Abordaje de la Cronicidad 2025-2028.

¿Qué significa reconocer estas enfermedades como crónicas?

El reconocimiento de estas patologías como enfermedades crónicas supone un cambio importante en la forma de abordarlas. Se trata de implementar un modelo de atención sanitaria centrado en la persona, que promueva la prevención, diagnóstico precoz, tratamiento continuado, seguimiento personalizado y rehabilitación. Esto busca mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir complicaciones derivadas de estas enfermedades.

Cifras clave de las enfermedades crónicas en España

  • COVID persistente: Más de 2 millones de personas padecen síntomas prolongados tras superar la infección.

  • Celiaquía: Se estima que entre 600.000 y 900.000 personas están diagnosticadas con esta enfermedad autoinmune.

  • Diabetes: España es el segundo país europeo con mayor prevalencia, lo que hace fundamental su inclusión en el plan.

Las 7 líneas estratégicas del Plan para el Abordaje de la Cronicidad

El documento aprobado establece siete líneas clave para fortalecer la atención a las enfermedades crónicas:

  1. Continuidad asistencial: Mejorar la coordinación entre atención primaria, hospitalaria y otros niveles, especialmente en áreas rurales.

  2. Atención domiciliaria: Impulsar cuidados en casa para fomentar la autonomía del paciente y reducir hospitalizaciones.

  3. Atención sociosanitaria integrada: Coordinación efectiva entre los servicios de salud y sociales con equipos interdisciplinarios.

  4. Práctica asistencial basada en la evidencia: Fomentar tratamientos eficaces y eliminar procedimientos innecesarios.

  5. Cuidados al final de la vida: Proporcionar una atención humanizada, coordinada y respetuosa con los deseos del paciente.

  6. Estratificación poblacional: Uso de herramientas como GMA para identificar grupos de riesgo y personalizar recursos.

  7. Participación y empoderamiento: Fomentar la educación en salud y la toma de decisiones compartida a través de redes y escuelas de salud.

Enfermedades prioritarias y prevalentes en el plan

Además del COVID persistente, la diabetes y la celiaquía, el plan contempla otras condiciones prioritarias como:

  • Hipertensión arterial

  • Dislipemia

  • Obesidad

  • Tabaquismo

  • Enfermedades respiratorias crónicas

  • Enfermedad renal crónica

  • Enfermedades hepáticas

  • Dolor crónico no oncológico

  • Secuelas de polio

  • Revisión estructurada de la medicación

Reacciones y perspectivas

La inclusión del COVID persistente y la celiaquía como enfermedades crónicas ha sido especialmente valorada por las asociaciones de pacientes. La Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) ha manifestado que este reconocimiento es “un primer paso fundamental” pero advierte que aún queda camino por recorrer para mejorar el diagnóstico, tratamiento y calidad de vida de quienes conviven con estas enfermedades.

Conclusión

El nuevo Plan para el Abordaje de la Cronicidad 2025-2028 representa un avance significativo en la política sanitaria española, ofreciendo un enfoque integral y personalizado para el manejo de enfermedades crónicas como el COVID persistente, la diabetes y la celiaquía. Este esfuerzo conjunto entre administraciones, profesionales y pacientes busca transformar la atención y el bienestar de millones de españoles.

Enfermedades crónicas más comunes en España

  1. Diabetes mellitus

  2. Hipertensión arterial

  3. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)

  4. Asma crónica

  5. Enfermedades cardiovasculares (incluyendo insuficiencia cardíaca, cardiopatías isquémicas)

  6. Enfermedad renal crónica

  7. Enfermedades hepáticas crónicas (como cirrosis o hepatitis crónica)

  8. Obesidad

  9. Dislipemia (alteraciones en los niveles de colesterol y grasas en sangre)

  10. Cáncer (en varios estadios crónicos o tratamiento prolongado)

  11. Dolor crónico no oncológico

  12. Enfermedad celíaca

  13. COVID persistente (síndrome post-COVID)

  14. Trastornos mentales crónicos (depresión mayor, ansiedad, trastorno bipolar, esquizofrenia)

  15. Artritis reumatoide y otras enfermedades reumatológicas crónicas

  16. Enfermedades neurológicas crónicas (como esclerosis múltiple, Parkinson, Alzheimer)

  17. Tabaquismo crónico y dependencia

  18. Secuelas de polio y otras enfermedades crónicas de origen infeccioso

  19. Enfermedad inflamatoria intestinal (Crohn, colitis ulcerosa)

  20. Patologías crónicas en infancia y adolescencia (como asma, diabetes tipo 1, enfermedades congénitas)

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Sueño irregular entre semana y descanso extra en fin de semana: ¿cómo afecta al cuerpo?

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Sueño irregular

Dormir mal o dormir poco entre semana es un hábito muy extendido. Muchas personas intentan compensarlo “recuperando” horas de sueño durante el fin de semana, confiando en que así el cuerpo volverá a equilibrarse.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Sleep demuestra que dormir más el fin de semana no revierte los daños metabólicos provocados por la falta de sueño de lunes a viernes.

La investigación, realizada por la Facultad de Medicina Yong Loo Lin de la Universidad Nacional de Singapur (NUS Medicine), advierte de un impacto silencioso y preocupante: un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, incluso en personas jóvenes y sanas.


El estudio: 48 adultos jóvenes y un análisis exhaustivo del sueño y la glucosa

El equipo liderado por June Chi-Yan Lo y Khoo Chin Meng siguió durante dos semanas a 48 adultos jóvenes sanos (21–35 años) en un laboratorio del sueño.
Todos comenzaron el estudio con dos noches de descanso adecuado para medir correctamente su glucosa e insulina en un estado basal sano.

Después fueron divididos en tres grupos:

1. Sueño corto estable

  • 6 horas de sueño entre semana

  • 8 horas durante el fin de semana

  • Simula una semana laboral típica

 2. Sueño corto variable

  • Entre 4 y 8 horas entre semana (horarios irregulares)

  • 8 horas el fin de semana

  • Mismo tiempo total de sueño que el grupo anterior, pero distribuido de manera desigual

 3. Grupo control

  • 8 horas de sueño todos los días

  • Patrón de descanso óptimo

Durante todo el estudio, se controlaron sus comidas y se realizaron repetidas pruebas de tolerancia oral a la glucosa (PTGO) para medir cómo respondían sus cuerpos.


Resultados clave: la falta de sueño daña la gestión de la glucosa, incluso con “sueño de recuperación”

Los resultados fueron contundentes:

 1. Dormir poco entre semana altera la glucosa aunque se duerma más el fin de semana

Los grupos con falta de sueño mostraron tolerancia a la glucosa deteriorada, un marcador temprano de riesgo metabólico.

2. Resistencia a la insulina en quienes dormían 6 horas de forma regular

Su cuerpo necesitaba más insulina para mantener los niveles estables, pero aun así la glucosa seguía alta.

 3. Peor aún en quienes dormían con horarios irregulares

El grupo de sueño variable presentó:

  • aumentos más fuertes de glucosa,

  • sin producir insulina compensatoria suficiente.

Esto sugiere un daño más temprano en las células del páncreas encargadas de producir insulina.

4. Solo el grupo que dormía 8 horas diarias mantuvo un metabolismo normal

No se observaron cambios en la regulación de la glucosa.


¿Por qué dormir poco aumenta el riesgo de diabetes tipo 2?

Según los investigadores, el sueño insuficiente altera procesos esenciales para el metabolismo:

  • Desregula la sensibilidad a la insulina

  • Aumenta el estrés oxidativo

  • Cambia la actividad del sistema nervioso

  • Afecta hormonas clave como la leptina y la grelina

  • Reduce la capacidad del páncreas para equilibrar la glucosa

Cuando este patrón se repite cada semana, el cuerpo entra en un ciclo de estrés metabólico que dispara el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.


Dormir más el fin de semana NO basta: la regularidad importa

El hallazgo más importante del estudio es claro:

No se puede “resetear” el cuerpo durmiendo más el fin de semana.

La recuperación parcial del sueño no impide que los niveles de glucosa aumenten cuando vuelve el patrón de pocas horas entre semana.
Y, además, los horarios irregulares son incluso peores que dormir poco pero de manera estable.


Implicaciones para la salud y consejos prácticos

Este estudio destaca la importancia de incluir el sueño dentro de los factores de prevención de enfermedades metabólicas. Para proteger la salud, los expertos recomiendan:

Dormir entre 7–9 horas cada noche Mantener horarios estables, también los fines de semana

Evitar variaciones bruscas en las horas de acostarse y levantarse

Priorizar el sueño tal como se prioriza la alimentación y el ejercicio

Consultar con un especialista si hay insomnio o dificultades crónicas

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