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Salud y Bienestar

¿Afecta la epilepsia a la maternidad?

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¿Qué vinculación existe entre la epilepsia y la maternidad? La Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que en España padecen epilepsia unas 400.000 personas y que cada año se detectan entre 12.400 y 22.000 nuevos casos. En Europa, afecta a unos 6 millones de habitantes y se registran unos 400.000 nuevos casos al año.

“La epilepsia es una condición crónica muy frecuente entre las mujeres en edad reproductiva y cada vez más, mujeres con esta y otras enfermedades crónicas intentan lograr una gestación. A pesar de que los estudios epidemiológicos pueden indicar que hay menor tasa de nacimientos en el grupo de mujeres con epilepsia en edad reproductiva, esto no significa que estas mujeres presenten mayor tasa de infertilidad, ya que este hecho puede asociarse a diferentes causas. Por ejemplo, podría relacionarse con factores sociales, como relaciones de pareja menos estables o mujeres que consideren no tener hijos debido a su epilepsia”, comenta el doctor Marcos Ferrando, Director Médico de IVI Bilbao, Santander, Donostia, Vitoria y Logroño.

Epilepsia y maternidad

En el caso concreto de las mujeres con epilepsia que presentan algún problema de fertilidad, este grupo muestra posibilidades similares de lograr un bebé mediante técnicas de reproducción asistida que aquellas que no tienen epilepsia, según expone el estudio “The efficacy of assisted reproductive treatment in women with epilepsy”, publicado por el Prof. Due Larsen et al en 2021.

“Se trata de hallazgos novedosos y tranquilizadores sobre la eficacia de la medicina reproductiva en mujeres con epilepsia. Hay una realidad, y es que el número de mujeres epilépticas durante sus años fértiles aumenta progresivamente; muchas de ellas no tienen hijos y, debido al retraso creciente en la edad para ser madre, podrían necesitar un tratamiento reproductivo para lograrlo. Ante este panorama, estudios como este ayudan a despejar muchas de las preocupaciones que pueden surgir en torno al binomio ‘epilepsia y maternidad’, sugiere el Dr. Ferrando.

Con todo esto, la epilepsia ya no se considera una contraindicación para la gestación, y los riesgos asociados con esta enfermedad durante el embarazo pueden minimizarse mediante intervenciones antes y durante el mismo.

“El único factor a tener en cuenta como requisito fundamental para toda paciente con epilepsia, así como con cualquier condición crónica, es que la enfermedad esté controlada antes de iniciar el tratamiento reproductivo. El objetivo debe ser un control óptimo de los episodios convulsivos antes de intentar el embarazo y realizar una revisión exhaustiva de los medicamentos antiepilépticos. Para ello, será imprescindible un trabajo multidisciplinar en el que intervengan tanto el neurólogo como el experto en medicina materno fetal para ofrecer a la paciente la mayor seguridad durante su proceso reproductivo”, explica el Dr. Ferrando.

¿Heredará mi bebé la epilepsia que yo padezco?

Las causas de la epilepsia son complejas y muy amplias, ya que, más que un trastorno con entidad propia, podría considerarse un síntoma asociado a varias condiciones médicas. Así pues, cualquier daño y/o alteración del sistema nervioso central puede resultar en epilepsia. En aproximadamente la mitad de los casos, la epilepsia no tiene una causa identificable en la actualidad. En la otra mitad, la epilepsia puede atribuirse a varios factores, incluidos los siguientes: daño en el cerebro, tumores, enfermedades infecciosas, malformaciones congénitas y causas genéticas.

“A día de hoy, gracias a los avances técnicos en genética molecular, en aproximadamente 1 de cada 4 casos de epilepsia se puede identificar alguna alteración genética que pueda considerarse causante, habiéndose descrito más de 200 genes asociados a esta condición. En los casos donde se identifica una causa genética, se pueden discutir opciones reproductivas con las mujeres y/o parejas con la finalidad de prevenir el nacimiento de un hijo afecto. Entre estas opciones reproductivas se encontraría el diagnóstico genético preimplantacional (PGT-M), una avanzada técnica que permite el análisis genético de los embriones y transferir así solo aquellos que no han heredado la alteración”, concluye el Dr. Ferrando.

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Insuficiencia Venosa Crónica: así es la enfermedad que padece Donald Trump

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Imagen de Quirón Salud

La insuficiencia venosa crónica (IVC) es una enfermedad vascular que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se produce cuando las venas de las piernas no pueden devolver la sangre al corazón de manera eficiente, provocando una acumulación en las extremidades inferiores. Detectarla a tiempo es fundamental para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida.

¿Qué es la insuficiencia venosa crónica?

La insuficiencia venosa crónica es un trastorno circulatorio en el que las válvulas de las venas de las piernas se debilitan o dañan, dificultando el retorno venoso. Esto genera síntomas como pesadez, hinchazón y dolor en las piernas, que suelen empeorar al final del día.

Causas principales de la insuficiencia venosa

Existen varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar IVC, entre ellos:

  • Herencia genética: antecedentes familiares de varices o problemas venosos.

  • Sedentarismo: la falta de movimiento afecta la circulación sanguínea.

  • Obesidad: el exceso de peso incrementa la presión en las venas.

  • Embarazo: los cambios hormonales y la presión abdominal favorecen la aparición de varices.

  • Edad y sexo: es más frecuente en mujeres y en personas mayores de 40 años.

Síntomas más comunes

Los síntomas de la insuficiencia venosa crónica pueden variar según el grado de avance de la enfermedad. Los más habituales son:

  • Sensación de pesadez en las piernas.

  • Hinchazón (edema) en tobillos y pies.

  • Aparición de varices y arañas vasculares.

  • Dolor, calambres o ardor en las piernas.

  • Cambios en la piel: sequedad, manchas marrones o úlceras venosas en casos graves.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza mediante un examen físico y pruebas como la ecografía Doppler, que permite evaluar el flujo sanguíneo y detectar válvulas dañadas.

Tratamiento de la insuficiencia venosa crónica

El tratamiento depende de la gravedad y puede incluir:

  • Cambios en el estilo de vida: ejercicio regular, evitar el sedentarismo y controlar el peso.

  • Medias de compresión: mejoran la circulación y reducen la hinchazón.

  • Medicamentos venotónicos: fortalecen las paredes de las venas.

  • Procedimientos médicos: escleroterapia, láser endovenoso o cirugía para casos avanzados.

Prevención

Algunas medidas para prevenir la insuficiencia venosa crónica son:

  • Caminar a diario al menos 30 minutos.

  • Elevar las piernas durante el descanso.

  • Evitar permanecer muchas horas sentado o de pie.

  • Mantener una dieta equilibrada y baja en sal.

La insuficiencia venosa crónica es una patología frecuente pero prevenible y tratable. Reconocer sus síntomas a tiempo y adoptar hábitos saludables puede marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad. Ante cualquier señal, es recomendable acudir a un especialista en angiología o cirugía vascular.

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