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Salud y Bienestar

Confirman que la enfermedad del beso es la principal causa de la esclerosis múltiple

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esclerosis múltiple enfermedad del beso
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El epidemiólogo italiano de la Universidad de Harvard Alberto Ascherio descubre que el virus de Epstein-Barr, causante de la mononucleosis infecciosa, o más conocida como «enfermedad del beso», es una de las principales causas de la esclerosis múltiple, una enfermedad neurológica que afecta al Sistema Nervioso Central y destruye la envoltura de las neuronas.

En el mundo hay casi tres millones de personas que viven día a día con esta enfermedad y hasta hace poco, desconocían la verdadera causa de la esclerosis múltiple. Los pacientes de esta enfermedad suelen rondar entre los 20 y los 30 años de edad y las consecuencias del trastorno pueden provocar en algunos casos dificultades para hablar o caminar

En el año 2000, el equipo de Ascherio inició un incansable seguimiento a 10 millones de militares estadounidenses. Los resultados de los análisis realizados a lo largo de los años muestran que el riesgo de tener esclerosis múltiple se multiplica por 32 si previamente se ha tenido la enfermedad del beso.

La esclerósis múltiple y la enfermedad del beso

El epidemiólogo ha explicado cómo es posible que el virus de Epstein-Barr, que afecta a un 94% de la población, sea el culpable de un trastorno tan poco común con tan solo 36 casos por cada 100.000 habitantes. «¿Que cómo es posible que un virus tan común cause una enfermedad rara? Pues esto no es una excepción, es la regla. El virus de Epstein-Barr causa el linfoma de Burkitt, que es un linfoma raro, y también causa carcinoma nasofaríngeo, que también es muy raro. Muchos virus causan raramente enfermedades graves», explica Ascherio en una entrevista para El País.

«Probablemente, la esclerosis múltiple no se desarrolla si una persona no está infectada con el virus«, asegura Ascherio.

«Nosotros demostramos que el virus causa la enfermedad, pero hay dos aspectos: puede causar solo el inicio de la enfermedad o además causar su progresión. Es casi seguro que si el virus está presente siga estimulando esta respuesta autoinmune. Es probable, pero no es seguro. También es posible que, incluso eliminando el virus, este proceso inmunitario siga por su cuenta. Todavía no sabemos la respuesta», afirma el epidemiólogo.

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Insuficiencia Venosa Crónica: así es la enfermedad que padece Donald Trump

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Imagen de Quirón Salud

La insuficiencia venosa crónica (IVC) es una enfermedad vascular que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se produce cuando las venas de las piernas no pueden devolver la sangre al corazón de manera eficiente, provocando una acumulación en las extremidades inferiores. Detectarla a tiempo es fundamental para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida.

¿Qué es la insuficiencia venosa crónica?

La insuficiencia venosa crónica es un trastorno circulatorio en el que las válvulas de las venas de las piernas se debilitan o dañan, dificultando el retorno venoso. Esto genera síntomas como pesadez, hinchazón y dolor en las piernas, que suelen empeorar al final del día.

Causas principales de la insuficiencia venosa

Existen varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar IVC, entre ellos:

  • Herencia genética: antecedentes familiares de varices o problemas venosos.

  • Sedentarismo: la falta de movimiento afecta la circulación sanguínea.

  • Obesidad: el exceso de peso incrementa la presión en las venas.

  • Embarazo: los cambios hormonales y la presión abdominal favorecen la aparición de varices.

  • Edad y sexo: es más frecuente en mujeres y en personas mayores de 40 años.

Síntomas más comunes

Los síntomas de la insuficiencia venosa crónica pueden variar según el grado de avance de la enfermedad. Los más habituales son:

  • Sensación de pesadez en las piernas.

  • Hinchazón (edema) en tobillos y pies.

  • Aparición de varices y arañas vasculares.

  • Dolor, calambres o ardor en las piernas.

  • Cambios en la piel: sequedad, manchas marrones o úlceras venosas en casos graves.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza mediante un examen físico y pruebas como la ecografía Doppler, que permite evaluar el flujo sanguíneo y detectar válvulas dañadas.

Tratamiento de la insuficiencia venosa crónica

El tratamiento depende de la gravedad y puede incluir:

  • Cambios en el estilo de vida: ejercicio regular, evitar el sedentarismo y controlar el peso.

  • Medias de compresión: mejoran la circulación y reducen la hinchazón.

  • Medicamentos venotónicos: fortalecen las paredes de las venas.

  • Procedimientos médicos: escleroterapia, láser endovenoso o cirugía para casos avanzados.

Prevención

Algunas medidas para prevenir la insuficiencia venosa crónica son:

  • Caminar a diario al menos 30 minutos.

  • Elevar las piernas durante el descanso.

  • Evitar permanecer muchas horas sentado o de pie.

  • Mantener una dieta equilibrada y baja en sal.

La insuficiencia venosa crónica es una patología frecuente pero prevenible y tratable. Reconocer sus síntomas a tiempo y adoptar hábitos saludables puede marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad. Ante cualquier señal, es recomendable acudir a un especialista en angiología o cirugía vascular.

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