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Estas son las mayores fortunas de España

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Juan Roig puesto fortunas españolas

Madrid/València, 2 nov (OP/EFE).- Las grandes fortunas españolas han dejado atrás lo peor de la crisis provocada por la COVID-19 y están cerca de recuperar el nivel anterior a la pandemia, ya que durante este año su riqueza se ha elevado a 153.575 millones de euros, un 17 % más que en 2020, según la lista Forbes publicada este martes.

Juan Roig (Mercadona) pasa del tercer al cuarto lugar en la lista de millonarios, mientras que su mujer, Hortensia Herrero, ocupa el séptimo lugar.

De media, cada millonario ha incrementado su cartera en 565.000 euros al día, estima Forbes.

Además, los cinco primeros de la lista -Amancio Ortega y su hija Sandra (Inditex); Rafael del Pino (Ferrovial); Juan Roig (Mercadona)y Juan Carlos Escotet (Banesco) concentran más del 50 % del total, 83.500 millones de euros.

Amancio Ortega consolida su liderazgo con 67.000 millones de euros, 10.000 más que en 2020equivalente a la suma de los 52 españoles que le siguen en la lista; su hija Sandra, única mujer entre los cinco primeros, atesora 6.300 millones de euros, un 12,5 % más que el pasado año.

El presidente de Ferrovial, con 3.800 millones de euros, pasa de la cuarta a la tercera posición y adelanta al presidente de Mercadona, con 3.700; Escotet cuenta con 2.700 millones de euros.

ENERGÍAS RENOVABLES

Forbes destaca la presencia de empresarios del sector de las energías renovables, como José Elías, accionista mayoritario de Audax Renovables (900 millones de euros); José María Galíndez (400 millones en Solar Pack); Dolores Larrañaga, principal accionista de Solaria (375 millones), o Enric Asunción, presidente y cofundador de Wallbox (325 millones).

HOMBRES Y MUJERES

Las mujeres representan sólo un 30 % del total, señala Forbes, y su riqueza media es de 993 millones de euros frente a los 1.511 millones de los varones.

Por detrás de Sandra Ortega figura Alicia Koplowitz, propietaria de Omega Capital, y Hortensia Herrero, accionista de Mercadona, en sexto y séptimo lugar con 2.300 millones, respectivamente.

Madrid es la comunidad que más mujeres multimillonarias aporta al ranking con 19 fortunas que acumula 12.875 millones, seguida de Cataluña, con 18 mujeres y una suma de 8.550 millones de euros.

En el otro extremo de la tabla se sitúan Extremadura y Navarra, donde ninguna mujer tiene más de 30 millones de euros.

LAS COMUNIDADES CON MÁS RICOS

Madrid cuenta con 36 oriundos que acumulan un total de 32.825 millones de euros, pero suma otras 14 fortunas que tienen su sede principal en ella, aunque provienen de otras regiones.

Como curiosidad, Forbes destaca que Dimas Gimeno, expresidente de El Corte Inglés, y Esther Alcocer Koplowitz, presidenta de FCC, se quedan a las puertas de los 100 españoles más ricos con 200 millones cada uno.

Tras Madrid y Cataluña, ganan peso el País Vasco y Murcia, que cuenta con cinco de las 100 familias más ricas de España con una fortuna conjunta de 4.525 millones de euros, y tres de los 100 españoles más ricos.

En el polo opuesto figuran Baleares y Canarias, cuyas fortunas provenientes del turismo acusan el golpe de la pandemia; los empresarios canarios más destacados son Eustasio y Aurelio López, propietarios de Lopesan, y Wolfgang Kiessling, de origen alemán, promotor de Loro Parque.

DEPORTISTAS

Ni Rafa Nadal ni Fernando Alonso figuran entre los 100 españoles más ricos, con 225 millones de euros cada uno; a continuación se sitúan Sergio Ramos, Iniesta y Piqué, con 100 millones cada uno.

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Carrocería sin dramas 

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Rafa, vecino de Valеncia, conduce su Volkswagen desde hace más de diez años. Su ruta diaria no tiene nada de épico: trabajo, colegio, playa los fines de semana. Y, como la vida misma, el coche guarda sus huellas: un pequeño desconchón en la puerta tras salir del súper, una esquina del parachoques rozada en la rampa del garaje, una fina línea en el guardabarros que sólo se ve cuando le da el sol de lado. Nada de accidentes graves ni ambulancias: simplemente, una colección de marcas cotidianas en las que se reconoce media España. Y todo iría bien, si no fuera por las tarifas: cuanto más se retrasa la reparación, más caro acaba siendo – y eso se nota en el valor del coche y en el dolor de cabeza cuando toca venderlo. 

Cómo hemos llegado hasta aquí y por qué justo ahora 

El parque automovilístico español ha envejecido y se renueva cada vez más despacio. En nuestras calles abundan los coches veteranos, fieles compañeros de rutina: la edad media ronda los 14,5 años, y los vehículos con más de veinte años ya suman varios millones en circulación. No es una alarma, sino una nueva normalidad, confirmada por los datos del sector: cuanto más envejece la pintura y el metal, menos perdonan los retrasos, sobre todo cerca del mar, donde la sal y el sol actúan como aceleradores naturales. 

Los talleres también cambian. Su crecimiento no llega por arte de magia, sino por pura realidad: materiales más caros, procesos de secado con alto consumo energético, reparaciones más complejas. Todo suma, y el precio medio sube. Las cifras del mercado lo confirman: la facturación del sector de carrocería en España ha aumentado, en parte porque cada reparación cuesta más. 

En la carretera ocurre lo que todos vemos: los grandes siniestros, por suerte, son pocos, pero los incidentes menores se multiplican. En 2023 y 2024, la Dirección General de Tráfico (DGT) registra cada año más de cien mil accidentes con víctimas; los grandes siniestros siguen estables, pero los golpes menores en ciudad y aparcamientos alimentan el trabajo de los talleres. 

Y luego están los aparcamientos. No todos los “arañazos” ocurren en movimiento. Las aseguradoras lo repiten sin rodeos: buena parte de los daños urbanos se producen a baja velocidad y en espacios estrechos – ese pilar en el garaje comunitario, la rampa del parking o el muro del patio. Muchos de estos casos entran en la categoría de “siniestro sin segundo implicado”, y su cobertura depende de si la póliza incluye daños propios. Es un detalle práctico, no estadístico: cada conductor repara según lo que le permite su seguro. 

Lo que de verdad preocupa y dónde se esconde el ahorro 

Si entendemos el mantenimiento no como estética, sino como inversión, la lógica es clara. En la costa, donde el sol y el aire salino son parte del paisaje, un microdesconchón no es algo “para más adelante”: es una puerta abierta a la corrosión. En el interior, el sol castiga menos, pero la mayoría aparca en la calle, lo que multiplica los “besos de aparcamiento” y los actos vandálicos: rayones con llave, golpes de menos de 500 euros… la rutina urbana. El resultado es el mismo: cuanto antes se repare el daño, menor será la pérdida al revender -sobre todo en coches populares como los Volkswagen, donde el ojo del comprador no perdona. 

El sector lo tiene claro: en Europa, la pintura para coche y los trabajos cosméticos representan buena parte del negocio de colisión. En climas como el nuestro, escatimar en el barniz transparente es, literalmente, ahorrar contra el sol. 

Rafa y su plan “sin drama”: cómo hacerlo con cabeza 

Rafa no busca la perfección, sino evitar males mayores. Lo primero: que el agua no llegue al metal. Si el barniz no está roto, un pequeño retoque puede salvar la pieza: limpieza, desengrasado, una capa de barniz local y un pulido final. Segundo: acertar con el color. Ahí manda el código de pintura, que en Volkswagen suele venir en una placa o en el libro de mantenimiento. Con ese código se obtiene la base exacta, y se evita el clásico “casi igual” que se ve desde tres metros. Para los propietarios de VW es fácil comprobarlo en las el catálogo de colores de Volkswagen, donde se muestran las combinaciones disponibles de base y barniz. 

Tercero: evaluar la geometría. Una puerta plana y un paso de rueda con curvas no son lo mismo. En las zonas con nervios, uniones o anclajes de ópticas, el hazlo tú mismo suele acabar en el taller. Si el metal o la imprimación ya están a la vista, harán falta imprimación, base y barniz; la clave del ahorro está en la precisión y la calidad de los productos, no en añadir capas baratas. 

Cuando posponer deja de ser ahorrar 

En la costa -Valеncia incluida- el sol y la sal no perdonan. Lo que hoy es un arañazo, mañana puede convertirse en una pieza entera a repintar: imprimación, base, barniz, preparación y, si hay lista de espera, una semana sin coche. El panorama es claro: los trabajos de carrocería se encarecen por materiales y energía, y no es un problema de un solo taller, sino una tendencia general. 

España, país de coches y de responsabilidad 

España se mantiene entre los principales fabricantes de automóviles de Europa. Pero, al mismo tiempo, aumentan los coches veteranos y sus dueños se vuelven más metódicos: menos pánico, más mantenimiento. A escala nacional eso se traduce en una siniestralidad estable; a escala familiar, en una o dos visitas al taller al año para mantener el coche en forma. 

Dónde acaba el “hazlo tú mismo” 

Tú mismo: pequeños desconchones, arañazos superficiales, siempre que el barniz siga intacto y el entorno esté limpio.
El profesional: todo lo que afecta a nervios, uniones o anclajes, y cualquier daño donde el barniz se haya levantado o el metal esté visible. 

Y un detalle que Rafa aprendió con la experiencia: el medidor de espesores de pintura. Diez minutos antes de cerrar una compraventa bastan para saber si una pieza fue repintada. Para el comprador es una ventaja en la negociación; para el dueño, una pista sobre cuánto trabajo llevará igualar el color. 

Último paso: rutina sin dramatismo 

Un par de buenos hábitos se amortizan en cualquier comunidad autónoma. Dos veces al año -en primavera y otoño- conviene revisar el coche con buena luz y reparar todo lo que supere cinco o diez milímetros o haya llegado a la imprimación. Son las mejores épocas para trabajar al aire libre: sin polvo en suspensión y sin calor extremo. Y si tu coche es un Volkswagen, ten siempre a mano el código de color y una referencia fiable para pedir el kit exacto para pinturas Volkswagen. 

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