València, 17 abr (OP-EFE).- La nueva ley educativa que impulsan el PP y Vox ha vivido este miércoles su primer debate en el pleno de Les Corts, donde los socios de gobierno han defendido que acabará con «la imposición del valenciano» en las aulas y la oposición la llevará a los tribunales por «sectaria» y buscar eliminar esta lengua en los colegios.
La denominada proposición de ley reguladora de la libertad educativa derogará la ley de Plurilingüismo de 2018, que fijó un mínimo del 25 % en castellano y valenciano a todo el alumnado, para volver al modelo de las dos líneas, establecer el derecho de las familias a elegir la lengua base y dar certificaciones automáticas del valenciano al cursar la materia.
En la defensa de la propuesta, el diputado del PP Juanfran Pérez Llorca ha indicado que el objetivo es que se tengan en cuenta las singularidades de la Comunitat Valenciana, donde ningún territorio se sienta «discriminado, como hasta ahora», tras ocho años de «imposición» del valenciano, que quieren cambiar por su «promoción».
El diputado del PP ha acusado a la izquierda de «generar rechazo a una lengua muy bonita, que se tiene que cuidar», lo que no se puede hacer con «imposición», y ha replicado a las acusaciones de la oposición de que esta ley es una «infamia» que «infamia es negar que los padres puedan votar la elección de la lengua» en que estudian sus hijos.
La diputada de Vox Julia Llopis ha afirmado que este ley «antepone el interés del alumno y la libertad de las familias por encima de cualquier interés político» y frente a la «descomunal imposición lingüística»; respeta «por igual» el valenciano y el castellano; y evitará las «barreras lingüísticas» para el alumnado que llega de otros países.
Por el contrario, el socialista José Luis Lorenz ha reprochado que PP y Vox busquen «instaurar el pensamiento único» y quitar oportunidades a los niños y niñas «eliminando el valenciano de las aulas», pues con esta ley el alumnado no tendrá los mismos derechos, porque no conseguirá tener las mismas oportunidades.
Ha recordado que el proyecto lingüístico de cada centro lo determina el consell escolar, en el que están representadas las familias; ha criticado que se quiera volver al modelo de antes de 2015, basado «en la segregación»; y ha asegurado que el objetivo es hacer desaparecer de las aulas el valenciano, la principal seña de identidad de los valencianos.
El diputado de Compromís Gerad Fullana ha afirmado que medio millón de alumnos dejarán de estudiar valenciano gracias a esta ley «de confrontación, de la vergüenza y racista», contra la que lucharán en los tribunales, y ha acusado a PP y Vox de impulsar con ella la «segregación» del valenciano, porque no les gusta lo que «huele» a esta lengua.
Tras el debate, el conseller de Educación, José Antonio Rovira, ha señalado en los pasillos de Les Corts que van a cambiar el modelo de «inmersión lingüística», que ha conllevado que cada vez se use menos en la calle el valenciano, a uno «equilibrado», en el que no será la Conselleria quien «decida» la lengua base de la enseñanza, sino los padres.
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