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Fisioterapia y rehabilitación de lesiones ¿hablamos de lo mismo?

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Fisioterapia y rehabilitación de lesiones ¿hablamos de lo mismo?
Fisioterapia y rehabilitación de lesiones ¿hablamos de lo mismo?

Cuando sufrimos una lesión que afecta a nuestro aparato locomotor, es normal que busquemos la mejor forma de recuperarnos y volver a nuestra actividad habitual. En este proceso, es posible que nos encontremos con dos términos que pueden generar confusión: fisioterapia y rehabilitación. ¿Son lo mismo? ¿En qué se diferencian? ¿Qué beneficios nos aportan?

En este artículo, hemos consultado a Fisvital, una clínica de rehabilitación que también ofrece tratamientos de fisioterapia en Pozuelo, y con su ayuda, vamos a intentar responder a estas preguntas y aclarar las principales diferencias entre fisioterapia y rehabilitación.

¿Qué es la fisioterapia?

La fisioterapia es una disciplina de la salud que se ocupa de prevenir, tratar y mejorar las alteraciones del movimiento y la función de las personas, mediante el uso de agentes físicos como el calor, el frío, la electricidad, la luz, el agua, el masaje y el ejercicio terapéutico. La fisioterapia tiene como objetivo principal facilitar el desarrollo, el mantenimiento y la recuperación de la máxima funcionalidad y movilidad de los pacientes, así como mejorar su calidad de vida.

La fisioterapia se aplica en diversos ámbitos, como la traumatología, la neurología, la reumatología, la geriatría, la pediatría, la cardiología, la respiratoria, la deportiva, la estética, la obstetricia y la uroginecológica, entre otros. Además, la fisioterapia puede tener un carácter preventivo, curativo o paliativo, según el tipo y el grado de la patología que se trate.

Los profesionales que se dedican a la fisioterapia son los fisioterapeutas, que son titulados universitarios con conocimientos de anatomía, fisiología, patología, biomecánica, valoración y tratamiento fisioterápico. Los fisioterapeutas realizan una evaluación individualizada de cada paciente, establecen unos objetivos y un plan de intervención, aplican las técnicas más adecuadas y realizan un seguimiento y una reevaluación periódica de los resultados.

¿Qué es la rehabilitación?

La rehabilitación es un proceso que tiene como finalidad restablecer o mejorar las capacidades funcionales de las personas que han sufrido una discapacidad o una minusvalía, ya sea por una enfermedad, un accidente, un traumatismo o una malformación congénita. La rehabilitación busca que el paciente recupere la mayor autonomía e independencia posible, tanto en el ámbito físico como en el psicológico y social.

La rehabilitación se basa en un enfoque multidisciplinar, que implica la participación de varios profesionales de la salud, como médicos, enfermeros, psicólogos, terapeutas ocupacionales, logopedas, podólogos, ortopedas y, por supuesto, fisioterapeutas. La rehabilitación se lleva a cabo en centros especializados, donde se dispone de los recursos materiales y humanos necesarios para ofrecer una atención integral y personalizada a cada paciente.

Los profesionales que se encargan de la rehabilitación son los médicos rehabilitadores, que son especialistas en medicina física y rehabilitación. Los médicos rehabilitadores realizan un diagnóstico, una valoración y una prescripción de las medidas terapéuticas más adecuadas para cada caso, coordinando el trabajo del resto del equipo y supervisando la evolución del paciente.

¿En qué se diferencian la fisioterapia y la rehabilitación?

Según los explican desde Fisvital, la fisioterapia y la rehabilitación son dos conceptos que tienen puntos en común, pero también diferencias importantes. A continuación, vamos a resumir las principales diferencias entre fisioterapia y rehabilitación:

  • La fisioterapia es una disciplina de la salud, mientras que la rehabilitación es un proceso asistencial.
  • La fisioterapia se ocupa de prevenir, tratar y mejorar las alteraciones del movimiento y la función, mientras que la rehabilitación se ocupa de restablecer o mejorar las capacidades funcionales de las personas con discapacidad o minusvalía.
  • La fisioterapia se aplica en diversos ámbitos y patologías, mientras que la rehabilitación se centra en casos más complejos y severos que requieren una atención multidisciplinar.
  • La fisioterapia se basa en el uso de agentes físicos, mientras que la rehabilitación se basa en un enfoque integral que incluye aspectos físicos, psicológicos y sociales.
  • Los profesionales que se dedican a la fisioterapia son los fisioterapeutas, mientras que los profesionales que se encargan de la rehabilitación son los médicos rehabilitadores.

¿Qué beneficios nos aportan la fisioterapia y la rehabilitación?

Tanto la fisioterapia como la rehabilitación nos aportan numerosos beneficios para nuestra salud y bienestar, como por ejemplo:

  • Alivian el dolor y la inflamación de las zonas afectadas por la lesión.
  • Mejoran la movilidad, la fuerza, la resistencia, la coordinación y el equilibrio de las articulaciones, los músculos y los nervios.
  • Previenen o retrasan el deterioro funcional y las complicaciones derivadas de la lesión.
  • Favorecen la cicatrización y la regeneración de los tejidos dañados.
  • Estimulan la circulación sanguínea y el drenaje linfático, favoreciendo la eliminación de toxinas y la nutrición celular.
  • Mejoran la capacidad respiratoria y el intercambio gaseoso, previniendo las infecciones pulmonares.
  • Mejoran la capacidad cardíaca y el control de la presión arterial, previniendo las enfermedades cardiovasculares.
  • Mejoran el estado de ánimo, la autoestima, la confianza y la motivación de los pacientes, ayudándoles a afrontar el proceso de recuperación con optimismo y esperanza.
  • Mejoran la calidad de vida, la autonomía y la integración social de los pacientes, facilitando su adaptación al entorno y su participación en las actividades de la vida diaria.

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¿Cuáles son los síntomas de un infarto?

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sintomas infarto

Los síntomas de un infarto son variados. El ataque cardíaco se produce cuando se bloquea o se reduce gravemente el flujo de sangre que va al corazón. Por lo general, la obstrucción se debe a una acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias en las arterias del corazón (coronarias). Los depósitos de grasa que contienen colesterol se llaman placas.

El proceso de acumulación de placas se llama ateroesclerosis.

A veces, una placa puede romperse y formar un coágulo que bloquea el flujo de sangre. La interrupción del flujo de sangre puede dañar o destruir una parte del músculo cardíaco.

El ataque cardíaco también se conoce como infarto de miocardio.

Si se produce un ataque cardíaco, es necesario recibir tratamiento de inmediato a fin de evitar la muerte. Llama al 911 o busca atención médica de emergencia si crees que estás teniendo un ataque cardíaco.

Síntomas de un infarto

Los síntomas de un ataque cardíaco varían. En algunas personas, estos síntomas son leves. Otras personas tienen síntomas graves. Algunas personas no presentan síntomas.

Los síntomas frecuentes de un ataque cardíaco incluyen:

  • Dolor en el pecho que puede sentirse como presión, opresión, dolor, o sensación opresiva o de dolor.
  • Dolor o molestias que se propagan al hombro, al brazo, a la espalda, al cuello, a la mandíbula, a los dientes o, a veces, a la parte superior del abdomen.
  • Sudor frío.
  • Fatiga.
  • Acidez estomacal o indigestión.
  • Aturdimiento o mareos repentinos.
  • Náusea.
  • Falta de aire.

Las mujeres pueden tener síntomas atípicos, como dolor punzante o breve en el cuello, el brazo o la espalda. A veces, el primer síntoma de un ataque cardíaco es un paro cardíaco repentino.

Algunos ataques cardíacos se producen de repente, pero muchas personas tienen signos y síntomas de advertencia horas, días o semanas antes. El dolor en el pecho o la presión (angina) que persiste y no desaparece con el descanso puede ser un signo de alarma temprano. La angina de pecho es el resultado de un descenso temporal del flujo sanguíneo hacia el corazón.

Cuándo debes consultar con un médico

Busca ayuda de inmediato si crees que estás teniendo un ataque cardíaco. Adopta las siguientes medidas:

  • Llama a emergencias. Si crees que estás teniendo un ataque cardíaco, llama inmediatamente al 911 o al número de emergencia local. Si no tienes acceso a servicios médicos de urgencia, pídele a alguien que te lleve al hospital más cercano. Conduce solamente si no queda otra opción.
  • Toma nitroglicerina si te la recetó el proveedor de atención médica. Tómala según las instrucciones mientras esperas la ayuda de emergencia.
  • Toma aspirina, si el médico lo recomienda. El consumo de aspirina durante un ataque cardíaco podría reducir el daño cardíaco al evitar que la sangre forme coágulos.La aspirina puede interactuar con otros medicamentos, así que no la tomes a menos que el proveedor de atención médica o el personal médico de emergencia te lo indiquen. No retrases la llamada al 911 para tomar aspirina. Llama primero al número de emergencias.

Qué hacer si ves que una persona podría estar teniendo un infarto

Si una persona está inconsciente y piensas que está teniendo un ataque cardíaco, primero llama al 911 o al número local de emergencias. Luego, verifica si la persona está respirando y si tiene pulso. Si la persona no respira o no le encuentras pulso, comienza a realizarle reanimación cardiopulmonar (RCP).

  • Si no has recibido capacitación para la reanimación cardiopulmonar, realiza la reanimación solamente con las manos. Es decir, presiona el pecho de la persona con firmeza y rapidez (entre 100 y 120 compresiones por minuto).
  • Si has recibido capacitación para la reanimación cardiopulmonar y te sientes seguro de poder hacerlo, comienza con 30 compresiones en el pecho antes de hacer dos respiraciones de rescate.

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