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Valencia

Arranca el curso escolar: todas las novedades

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Un grupo de alumnos en un centro de Secundaria.EFE/Raquel Manzanares/Archivo

Valencia, 11 sep (OFFICIAL PRESS – EFE).- Más de 800.000 alumnos y alumnas de la Comunitat Valenciana tienen una cita este lunes, día en el que da inicio el curso escolar 2023-2024, en el que se estrenan trece centros educativos y habrá más profesores que el curso pasado (un aumento del 3,91 %).

En total, el nuevo curso contará con 802.198 alumnos en segundo ciclo de Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, Educación Especial y Formación Profesional (408.130 en Valencia, 298.070 en Alicante y 95.998 en Castellón), que suponen 4.030 más y un aumento del 0,50 % respecto al curso pasado.

El nuevo curso escolar 2023-2024

Entre el alumnado de este curso, ha bajado ligeramente el de segundo ciclo de Infantil y Primaria, mientras que han aumentado los alumnos de ESO, Bachillerato y, de forma significativa, los de Formación Profesional, que pasan de 101.662 a 107.675 y quienes disponen este año de ocho ciclos nuevos.

Las aulas contarán en total con 81.736 docentes, que son 3.077 más que el curso anterior, algunos de los cuales han sufrido los retrasos en un proceso de adjudicación de plazas que se ha prolongado hasta bien avanzado agosto y con errores que según la Conselleria de Educación ya se han solucionado.

NUEVOS CENTROS Y AYUDAS PARA EL CURSO 2023-2024

La Comunitat Valenciana cuenta desde este mes de septiembre con 13 nuevos colegios: dos en la provincia de Castellón (Morella y Almassora); cuatro en Valencia (Sagunto, Gilet, Picassent y Alcàsser) y siete en Alicante (Castalla, Dénia, Monóvar, Torrevieja, Cocentaina, Pilar de la Horadada y Mutxamel), a los que se sumarán 9 mas durante el curso.

Por lo que respecta a las ayudas, las becas al comedor escolar cuentan con 75,4 millones de euros, para beneficiar a más de 150.000 alumnos, de los que el 53,33 % recibirá la ayuda al 100 % (4,25 euros por comensal y día en Infantil, Primaria y ESO; 5,44 euros en Educación Especial, y hasta 12,25 euros para el alumnado de alguna Escuela-Hogar).

Al banco de libros accederán 470.000 alumnos, gracias un presupuesto de 72 millones de euros (12 millones más que el curso pasado, un aumento del 20 %, ya que se amplía este año a Bachillerato), y el bono infantil, para la escolarización de la franja de 0 a 3 años, tendrá 39.900 beneficiarios, con un presupuesto de 87,5 millones de euros.

En el transporte escolar, comienza la ejecución del nuevo contrato que incluye al alumnado de Bachillerato como beneficiario de este servicio gratuito, al que se destinan 72,5 millones de euros y beneficiará a 43.700 alumnos, mientras que las ayudas individuales al transporte suponen otros 2,03 millones de euros.

PRIORIDADES DE LA NUEVA CONSELLERIA DE EDUCACIÓN

La planificación de este curso escolar la dejó hecha el anterior equipo de la Conselleria, mientras que el nuevo afirma que sus prioridades para los próximos meses serán «el refuerzo de la calidad educativa, sacar la ideología de las aulas y recuperar la libertad educativa, y la prevención y el cuidado de la salud mental del alumnado».

Desde la oposición, el ex secretario autonómico de Educación y miembro de la Ejecutiva del PSPV-PSOE, Miguel Soler, ha afirmado que este va a ser «el peor» inicio de los últimos años debido a «la incompetencia del Gobierno de Mazón y la ultraderecha», y ha instado a Rovira a «dejar de acusar al profesorado y de buscar excusas».

Otra de las novedades de este curso es la resolución que ha dictado la Conselleria para que en la ESO se destinen a Matemáticas e Inglés las dos horas que anteriormente eran para la asignatura de proyectos interdisciplinares (anulada por una sentencia judicial), lo que han recurrido en los tribunales sindicatos como UGT o STEPV.

La Conselleria ha garantizado que el curso empezará «con normalidad», mientras que los sindicatos educativos critican que el proceso de adjudicaciones de plazas de docentes ha sido «nefasto», que la modificación de horarios de la ESO «cercena la libertad de los centros», y que las clases se inician con «carencias y problemas».

 

 

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Cultura

Muere a los 47 años el valenciano Azuquita, creador del Rumbakalao e icono de la Ruta del Bacalao

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Azuquita
Azuquita-INSTAGRAM

El mundo de la música en España llora la pérdida de Pedro Bermúdez, conocido artísticamente como Azuquita, fallecido a los 47 años en Palma de Mallorca, ciudad en la que residía en los últimos años. La noticia fue confirmada por la prensa balear en la mañana del sábado 6 de septiembre de 2025 y rápidamente se difundió entre seguidores y compañeros de profesión.

Azuquita deja tras de sí un legado musical muy singular, marcado por la creación del Rumbakalao, un estilo híbrido que en los años 90 unió la rumba con los sonidos electrónicos de la mítica Ruta del Bacalao. Con esta fusión, el artista valenciano alcanzó una gran popularidad y se convirtió en uno de los nombres propios de aquella época.

El origen del Rumbakalao: la rumba se cruza con la Ruta del Bacalao

En plena efervescencia de la Ruta del Bacalao, un movimiento musical y cultural que marcó la Comunitat Valenciana y se extendió por toda España en los 80 y 90, surgió la figura de Azuquita. Mientras los clubes de Valencia y alrededores vibraban con el techno, el dance y el house, él apostó por un camino alternativo: versionar los grandes éxitos de la música de discoteca desde un prisma rumbero.

Ese experimento dio lugar al Rumbakalao, un género propio que unía el ritmo festivo y cercano de la rumba con la energía electrónica que dominaba las pistas de baile. Fue en 1993, con apenas 17 años, cuando Azuquita saltó a la fama al versionar “Así me gusta a mí” de Chimo Bayo, uno de los himnos indiscutibles de la Ruta. Su propuesta sorprendió y conectó con un público que buscaba nuevas formas de vivir la música.

Azuquita, un artista que rompió moldes en los 90

Con su estilo desenfadado, su humor característico y una personalidad cercana, Azuquita logró hacerse un hueco en la escena musical de los 90. Sus versiones convertían los éxitos electrónicos en temas que podían sonar tanto en una discoteca como en una verbena popular, lo que ampliaba enormemente su público.

Durante esa década lanzó tres discos:

  • Rumbakalao (1994)

  • Escucha que te digo (1995)

  • Sinelo Kalo (1997)

Cada uno de estos álbumes reforzaba su propuesta musical y consolidaba su imagen de artista rompedor. Su voz y su particular manera de interpretar canciones lo convirtieron en un referente de un estilo único que, aunque surgido en un contexto muy concreto, sigue siendo recordado por quienes vivieron aquella época.

La Ruta del Bacalao: un fenómeno cultural más allá de la música

Para entender la relevancia de Azuquita, es necesario recordar lo que supuso la Ruta del Bacalao. Más que un movimiento musical, fue una auténtica revolución cultural en la Comunitat Valenciana que tuvo su epicentro en discotecas míticas como Barraca, Spook, Puzzle o ACTV. Allí sonaban sesiones maratonianas de música electrónica que marcaron a toda una generación.

En ese ambiente dominado por el techno y el dance, irrumpió Azuquita con un toque inesperado: fusionar ese sonido de club con la rumba valenciana. Su propuesta, lejos de pasar desapercibida, ofreció un soplo de aire fresco y demostró que la Ruta también podía reinterpretarse desde otros estilos.

El Rumbakalao se convirtió así en un símbolo paralelo al fenómeno de la Ruta, con un aire más desenfadado y popular, que lo acercaba tanto a la cultura de la calle como a la de las discotecas.

Colaboraciones y proyección internacional

Aunque su época dorada estuvo en los 90, Azuquita no se quedó anclado en el pasado. Ya en los 2000, participó en proyectos que le llevaron más allá de España. Una de las colaboraciones más destacadas fue con el alemán Matthias Reim, lo que le permitió acercarse al público centroeuropeo.

Su versatilidad musical y su capacidad para adaptarse a diferentes estilos lo convirtieron en un artista querido dentro y fuera de la Comunitat Valenciana.

Azuquita y Los Rumba Kings: su etapa más reciente

En los últimos años, Azuquita formaba parte de Los Rumba Kings, un grupo que mantenía vivo el espíritu de la rumba española y con el que continuaba actuando en fiestas, conciertos y festivales. Desde Mallorca, su lugar de residencia, seguía compartiendo música y demostrando que su pasión por el escenario permanecía intacta.

Para sus seguidores, cada actuación era un viaje en el tiempo que recordaba la frescura de los años 90 y la época dorada del Rumbakalao.

El legado de Azuquita en la memoria musical valenciana

La muerte de Azuquita supone un golpe para quienes vivieron la Ruta del Bacalao y para los amantes de la música fusión en España. Su aportación fue única: logró unir dos mundos aparentemente opuestos, la rumba y la música electrónica, en un género propio que hoy sigue siendo recordado como una seña de identidad de los 90.

Además de su música, queda en el recuerdo su carácter alegre y su humor, que transmitía tanto en entrevistas como sobre el escenario. Su figura forma parte de la memoria colectiva de una generación que bailó sus versiones en discotecas, verbenas y fiestas populares.

La Ruta del Bacalao como patrimonio cultural

Hoy, con el paso del tiempo, la Ruta del Bacalao se reivindica como un fenómeno cultural que fue mucho más que ocio nocturno. Supuso un laboratorio musical, artístico y social que influyó en la música electrónica en España y dejó huella en generaciones posteriores.

En este contexto, artistas como Azuquita ayudaron a ampliar las fronteras de lo que podía ser la Ruta, demostrando que la innovación también cabía dentro de un movimiento ya de por sí experimental.

Un adiós con sabor a nostalgia

El fallecimiento de Azuquita a los 47 años deja un vacío en la música valenciana y en la historia reciente de la cultura popular española. Sus discos, sus versiones rumberas de clásicos de la Ruta del Bacalao y su papel en Los Rumba Kings forman parte de un legado que seguirá vivo en la memoria de sus seguidores.

En un momento en que se recupera la memoria de la Ruta y se organizan homenajes a aquel movimiento, la figura de Azuquita resurge como la de un artista que se atrevió a mezclar mundos y consiguió crear algo nuevo. Su Rumbakalao siempre será recordado como un sonido propio de los 90, un símbolo de una época irrepetible.

 

 

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