Valencia
Investigadores valencianos crean un innovador sistema que mide la carga viral del SARS-CoV-2 en el aire
Publicado
hace 5 añosen
València, 28 dic (EFE).- Un nuevo sistema basado en un biosensor másico de alta sensibilidad monitoriza en continuo señales para la detección directa de SARS-CoV-2 en aerosoles atmosféricos, lo que permitiría evaluar la calidad del aire y cuantificar la carga viral en espacios interiores como viviendas, restaurantes, aulas, cines o transportes.
Ideado por investigadores de Instituto de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico (IDM) de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), el dispositivo se encuentra en fase de prototipo´, ha informado el centro universitario en un comunicado.
Los estudios preliminares se han realizado utilizando partículas similares a virus (VLP) no infectivas desarrolladas por Luis Martínez Gil, María Jesús García Murria e Ismael Mingarro, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universitat de València (UV).
El director del IDM en la UPV Ángel Maquiera ha explicado que «esta vía de propagación está cobrando mayor peso por lo que las estrategias de control preventivo deben tener en cuenta la transmisión del virus por aerosol para la mitigación eficaz del SARS-CoV-2».
«El sistema que hemos desarrollado se trata de un biosensor másico que utiliza anticuerpos específicos capaces de detectar el virus SARS-CoV-2 en aire», ha destacado.
El investigador predoctoral en el IDM Augusto Juste ha resaltado que el biosensor «se ha evaluado a escala de laboratorio; detecta VLPs en aire en un ambiente simulado cargado de virus, proporcionando una señal que se relaciona con la carga vírica presente en el ambiente».
«De este modo, al detectar carga viral a niveles que puede ser perjudiciales para la salud emitiría una señal de alarma. Se trata, por lo tanto, de un biosensor capaz de detectar SARS-CoV-2 en umbrales de concentración crítica», ha agregado.
Para Sergi Morais, investigador también del IDM de la UPV es un desarrollo «muy prometedor, dado que puede servir como sistema de alarma y control para prevenir de la infección de la Covid-19, sin necesidad de realizar PCRs, analizando la calidad del aire en espacios concurridos o peligrosos».
«Esto permitirá la toma de medidas sanitarias de prevención y de alerta de la transmisión de la Covid-19», ha resaltado.
La metodología y prototipo desarrollado por el equipo del IDM se encuentra actualmente en la fase de evaluación a nivel hospitalario, en un estudio que se está llevando a cabo en colaboración con el servicio de Medicina Preventiva y Calidad Asistencial del Hospital General Universitari de Castelló, dirigido por Mario Carballido.
«Los resultados del estudio permitirán formular propuestas de gestión para reducir las posibilidades de contagio en espacios interiores sanitarios», ha afirmado Carballido.
Además, ha agregado, «deberá ayudar a establecer nuevos elementos de gestión en la seguridad de los centros de atención secundaria que ayuden a proteger la salud de los pacientes y el personal sanitario y, así, disminuyan los riesgos de transmisión en la población general».
Ha sostenido igualmente que «on la llegada del invierno y el cierre de terrazas, se hace necesario garantizar que los espacios cerrados sean lugares seguros».
El biosensor del IDM-UPV efectúa medidas directas y destaca además por su facilidad de uso, bajo coste y versatilidad. «Actualmente, no hay comercializada una tecnología competitiva como la que hemos desarrollado a nivel de prototipo y podría convertirse en un virusómetro en un futuro próximo», según el profesor de la UV David Giménez-Romero.
El desarrollo de este prototipo ha sido financiado por la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital de la Generalitat, en el marco de la llamada que el pasado mes de marzo lanzó a los agentes del Sistema de Innovación de la Comunitat Valenciana para desarrollar soluciones innovadoras en la lucha contra el coronavirus.
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Valencia
Vilaplana aseguró a la jueza que Mazón empezó a recibir muchas más llamadas en El Ventorro a partir de las 17.15
Publicado
hace 1 horaen
11 noviembre, 2025
VALENCIA 10 Nov. (EUROPA PRESS) -La periodista Maribel Vilaplana, que comió con el ‘president’ de la Generalitat ahora en funciones, Carlos Mazón, el día de la dana, aseguró en su declaración como testigo a la jueza que investiga la getsión de las riadas que a partir de las 17.15 horas fue cuando el jefe del Consell empezó a recibir muchas llamadas. De acuerdo con su declaración, ese fue el momento «álgido» de las llamadas, si bien no pudo confirmar con quién habló ni le preguntó porque «no le preguntaría jamás a nadie de que hablaba por teléfono. No se lo haría ni a un amigo». Lo que hablaba, lo hablaba él y ella no lo sabe, declaró ante la instructora.
Y, de acuerdo con su declaración, de todas las llamadas, él solo le comentó, en un momento dado: «Es por lo de la foto». Ella no sabía exactamente qué era y lo asoció a que tenía que ir a algún evento en que querían que él estuviera y decidió no estar. Según detalló, lo recuerda porque ella le trasladó: «Os habéis vuelto influencers, tenéis una obsesión por los tik toks, y por Instagram».
La comida se prolongó hasta, sobre las 18.45 horas, que el ‘president’ le dijo que si le parecía bien concluirla pero no porque fuera «insostenible» por las llamadas. De hecho, aseguró que ella no percibió «ningún tipo de preocupación ni inquietud». «Si le hubiera visto preocupado le hubiera preguntado», detalló.
LAS LLAMADAS A MAZÓN
Así consta en su declaración transcrita, a la que ha tenido acceso Europa Press, de una declaración en la que afirmó que no tenía el tique del aparcamiento de la Glorieta en el que había aparcado, al que entró sola, y que una amiga suya fue al establecimiento a recuperarlo pero «estaban muy reacios porque había ido mucha gente y mucha prensa». De hecho, indicó que no querían hablar con ella tampoco y que no había tenido ni tiempo material de ver cómo conseguirlo. La jueza lo ha pedido a la empresa para que lo aporte.
De acuerdo con su declaración, ambos estaban solos en una sala del piso de arriba del restaurante –a la que solo entraba y salía el dueño del local, que le llevó unos papeles a firmar, por lo que entendía que no estaba «ilocalizable»– y, en un momento determinado de la tarde, «él se separa y está pendiente del teléfono», sin precisar inicialmente hora. Esa «intensidad» de llamadas comienza cuando ya habían acabado de comer y estaban hablado de los discursos del ‘president’.
Sobre las 17 horas «y pico», él se ausenta «de forma más continuada, se va ausentando y vuelve, porque el volumen de llamadas incrementa», si bien cree que él escuchaba más que hablaba y, cuando se giraba, le hacía gestos de que ya iba. En ese momento en el que se suceden las llamadas ella aprovecha para decirle a su exmarido que recogiera a su hijo. Él le mandó un enlace a un video en relación con Utiel, al que ella, sin abrirlo, le puso un emoticono con la cara que significa ‘Vaya’, y lo volvió a guardar.
Según declaró, ella durante la comida no mira el móvil, de hecho lo suele apagar en las clases de formación que da y en las reuniones, pero lo miró en uno de los momentos en los que el ‘president’ hablaba. La periodista admitió a la jueza que le «atormenta» no haberlo abierto porque si lo hubiera visto «lo hubiera dicho». De hecho, reconoció que tiene pesadillas, expresó que sentía mucho lo ocurrido con las víctimas y aseguró que ella no lo es pero sí una «consecuencia fatal».
Sobre esa cuestión, a preguntas de la magistrada, la periodista reconoció que, revisando el WhatsApp, se dio cuenta de que había un «desfase horario» con la versión de la Generalitat y posteriormente comprobó que la hora en la que envió ese mensaje no eran las 16.15 sino las 17.15. Fue cuando Mazón empezó a recibir muchas más llamadas y cuando ella aprovechó para enviarlo.
En su declaración, la periodista afirmó que no escuchaba nada de lo que hablaba Mazón y no pudo concretar si lo hizo con el presidente de la Diputació, Vicente Mompó; el alcalde de Cullera, Jordi Mayor, o la exconsellera Salomé Pradas, porque para llamar «se levantaba y se distanciaba» y cuando volvía a la mesa «no le comentaba nada». Asimismo, afirmó que, cuando estaba sentado, «también contestaba por escrito» y no sabía qué hizo más, si hablar o escribir, porque hizo las dos cosas.
De hecho, en otro punto de su declaración, afirmó que él estaba «con el móvil constantemente» y, sobre todo, «whatsappeaba, o escribía mensajes», y cuando regresaba continuaban «con absoluta normalidad». «Cuando venía, se sentaba y le decía «sigamos»‘, algo que para ella es «absolutamente normal», porque se reúne «con gente con mucho cargo y responsabilidad» y está «acostumbrada a que cojan el móvil» y ella «abstraerse de eso».
FÚTBOL
La comunicadora calcula que tardaría unos cinco o diez minutos paseando del aparcamiento al parking, y durante el camino estuvieron todavía hablando un rato de fútbol. En ese tiempo, Mazón también estuvo «con el teléfono» y, cuando lo atendía, ella se desplazaba. Cuando se fue, él no de dijo adónde iba y ella avisó a sus hijos de que volvía a casa.
Vilaplana, que afirmó que al llegar a la comida Mazón se quitó la americana y se puso un suéter para estar «más cómodo», aseguró tener «pánico a lo que los medios dibujan, que ha leído «barbaridades» y que le han llegado a «extorsionar», defendió ante la jueza que ella «no tiene cargo de responsabilidad ni poder de responsabilidad, ni le puso una pistola en la cabeza para que se quedara ahí».
Y resaltó que para ella ese día fue «normal», en valencia no llovía, y que habían quedado en el restaurante porque él se lo propuso si bien ella le dijo que no iba a asesorarle ni iba a trabajar con él porque trabajar en política es «pegarse un tiro al pie». Que cuando ella quiso pagar su parte de la comida, él le dijo que estaba pagada, por lo que no la vio.
«DIOS MÍO, ¿QUÉ HA PASADO?»
Por la noche, tras ver la televisión, ella le escribió un mensaje y le pide contactar cuando fuera posible. Ella ya estaba durmiendo cuando él la llama por WhatsApp. Según su declaración, la conversación era «Dios mío, ¿qué ha pasado?» y él le decía que era «muy grave». Ella le preguntaba si sabía lo que estaba pasando, y él le dijo «¿cómo voy a saber eso?», relató a la magistrada, ante la que reconoció que le pidió que no saliera su nombre «porque le parecía muy grave aún sin saber la magnitud de lo que era». De eso, admitió, «se arrepiente».
A los dos días, él volvió a llamarla para «pedirle disculpas pero que tenía presión y le dijo que tarde o temprano tendría que salir su nombre» y que era mejor que cortaran todo contacto.
RECHAZA ABRIR PIEZA POR FALSO TESTIMONIO
En un auto de este lunes, la jueza ha rechazado la apertura de pieza por presunto delito de falso testimonio contra la periodista,como había pedido una acusación, y subraya que este «únicamente puede valorarse, conforme a constante jurisprudencia, tras haber finalizado el procedimiento». «Ello sin perjuicio de la libertad de las partes de argumentar y valorar sobre el contenido, veracidad y credibilidad del testimonio de la sra. Vilaplana y de cualquier otro prestado por un testigo en el presente procedimiento», señala.
La periodista y presentadora Maribel Vilaplana ha declarado este lunes ante la jueza que investiga la gestión de la DANA del 29 de octubre de 2024, un episodio que dejó 229 víctimas mortales en la Comunitat Valenciana. Durante su comparecencia, Vilaplana ha afirmado que fue víctima de un intento de extorsión con supuestas imágenes suyas saliendo de la vivienda del expresidente Carlos Mazón, unas grabaciones que ella ha calificado de “falsas o manipuladas”.
Las claves de la declaración de Maribel Vilaplana ante la jueza: extorsión, llamadas de Mazón durante la DANA y una despedida hablando de fútbol
La comunicadora ha comparecido en calidad de testigo ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Catarroja, donde ha relatado los detalles de la comida que mantuvo con Mazón el día de la catástrofe, en el restaurante El Ventorro, entre las 15:00 y las 18:45 horas.
Según su testimonio, el entonces presidente de la Generalitat “atendía llamadas y escribía mensajes” durante toda la reunión. “Se levantaba para contestar al teléfono, hablaba y escribía, aunque estaba más pendiente de escuchar que de conversar”, ha declarado Vilaplana.
Además, ha indicado que Mazón firmó un sobre con documentos durante el encuentro y que en ningún momento escuchó palabras relacionadas con la emergencia, como “DANA”, “Cecopi” o “lluvias”.
Sin tique del parking: la jueza ordena verificar los movimientos
La magistrada solicitó a la periodista que presentara el tique del aparcamiento donde dejó su coche ese día, ya que Mazón la acompañó hasta su vehículo tras la comida. Vilaplana ha asegurado que no conserva el comprobante, por lo que el juzgado ha ordenado requerirlo al banco y a la empresa gestora del parking para verificar las horas exactas de entrada y salida.
De acuerdo con su versión, Mazón la acompañó hasta el coche antes de dirigirse al Cecopi, donde compareció públicamente horas después.
“Se quitó la americana y se puso un jersey”: los detalles del final del encuentro
Vilaplana ha explicado que, al terminar la comida, el expresidente “se quitó la americana y se puso un jersey que llevaba en una mochila”, aunque no ha podido confirmar si era el mismo con el que apareció en el Cecopi esa noche.
Estos detalles, aparentemente menores, son valorados por el tribunal por su posible relevancia temporal dentro de la reconstrucción de los hechos del 29 de octubre de 2024.
“Me han querido extorsionar con imágenes falsas”
Uno de los momentos más tensos de la declaración se produjo cuando Vilaplana reveló haber sido víctima de un intento de extorsión mediática.
“Me han querido extorsionar con imágenes falsas o manipuladas. Se está intentando destruir mi reputación y eso es algo que no voy a permitir”, declaró visiblemente emocionada, según fuentes judiciales.
La periodista aseguró que alguien intentó chantajearla con presuntas imágenes de ella saliendo de casa de Mazón, aunque no precisó quién o cuándo se produjo el intento.
Asimismo, insistió en que su relación con el expresidente era estrictamente profesional y denunció estar siendo objeto de una campaña de difamación desde que su nombre apareció en la causa de la DANA.
Una testigo clave en la investigación de la DANA
El testimonio de Maribel Vilaplana fue solicitado por la Audiencia de Valencia, al considerar que podía aportar información sobre las comunicaciones de Mazón durante las horas críticas del desastre natural.
La periodista podría haber presenciado llamadas relevantes con miembros del Centro de Coordinación de Emergencias (Cecopi) o con responsables políticos de la gestión de la crisis.
Durante el fin de semana anterior a su declaración, Vilaplana acudió al hospital por sentirse indispuesta, según fuentes cercanas, debido a la fuerte presión mediática a la que ha estado sometida.
Contexto y repercusión mediática
La comparecencia de Vilaplana ha generado un gran interés público, ya que se trata de una figura conocida en los medios valencianos y su testimonio afecta directamente a la imagen del actual presidente del Consell.
Mientras tanto, la investigación judicial continúa centrada en determinar si hubo negligencia o falta de coordinación durante la gestión de la DANA, una de las catástrofes más graves en la historia reciente de la Comunitat Valenciana.
💬 “Cuenta la verdad por ellos”
Entre las personas concentradas frente al juzgado se encontraba un hombre que perdió a su madre durante la catástrofe. Con una fotografía en las manos, se ha acercado a Vilaplana y le ha pedido con firmeza:
“Cuenta la verdad por ellos, por las víctimas.”
El gesto ha generado un momento de fuerte tensión y emoción en el acceso al edificio judicial. La periodista ha continuado su camino sin responder y ha entrado rápidamente al interior para prestar declaración ante la jueza instructora.
Declaración ante la jueza
Ya en el interior del juzgado, Vilaplana ha explicado que el día de la DANA mantuvo una comida de trabajo con el entonces presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en el restaurante El Ventorro. Según su versión, el encuentro se prolongó desde las 15:00 hasta las 18:45 horas, momento en el que ya se conocían víctimas mortales por la riada.
Durante su testimonio, la periodista ha señalado que Mazón “no mostró prisa” en ningún momento y que “se despidieron hablando de fútbol”. También ha subrayado que el expresidente “estaba comunicado, atendía llamadas, hablaba y escribía mensajes en su móvil”, por lo que considera que no se encontraba incomunicado durante la emergencia.
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