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Javi Guerra, 27-04-2023: radiografía de un gol que cambió el rumbo del Valencia
Publicado
hace 1 añoen

Nacho Herrero
València, 26 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- A las 21.25 del jueves 27 de abril de 2023, este sábado hace un año, Javi Guerra hizo estallar Mestalla con un gol en el descuento ante el Valladolid que sacó al Valencia del descenso y que en el imaginario colectivo del club ha quedado como punto de inflexión hacia una agónica salvación.
Cuando aquella tarde el autobús de la plantilla llegó a Mestalla sobre las 17.30, dos horas antes del choque de la jornada 31, le recibieron cientos de seguidores en la Avenida de Suecia, muchos de ellos jóvenes dada a hora.
Guerra, que tenía 19 años y cumplió 20 dieciséis días después, tenía sus cosas preparadas en el vestuario entre las de Alberto Marí y Jaume Doménech. No era una taquilla personalizada con su foto porque entonces tenía ficha del filial.
De hecho, llegaba con un escueto bagaje de 68 minutos en Primera que había conseguido en los anteriores once días y que se dividía entre los 18 en la derrota por 0-2 ante el Sevilla, incluidos ocho de descuento, y los 50, con cinco de prolongación y mucho más felices, del domingo anterior en Elche, donde hubo un desplazamiento masivo de aficionados.
Pese al 0-2 del Martínez Valero, el Valencia era decimoctavo, antepenúltimo, con 30 puntos, los mismos que el Almería, que era cuarto por la cola y que el día antes había aumentado la presión sobre los de Rubén Baraja al ganar en Getafe.
Aquella tarde, la angustia se disparó en Mestalla entre las 19.35 y las 20.43. Fueron casi setenta minutos en los que se asomó al abismo del descenso. A los seis de empezar el partido, un error de Mouctar Diakhaby en un control permitió a Cyle Larin adelantar al Valladolid. Cuarenta minutos después, Javi Puado marcó para el Espanyol en Vila-real. El equipo ‘perico’, que tenía 28 puntos, estuvo virtualmente durante media hora, con 31 y dejaba al Valencia penúltimo.
Antes de las 21 horas, la historia empezó a cambiar en los dos escenarios. Entre las 20.44 y las 20.54, Étienne Capoue y Dani Parejo le dieron la vuelta al marcador en La Cerámica. Sobre las 20.52 Mestalla había vivido su primera explosión de júbilo. Diakhaby remató un córner de cabeza sin aparente peligro pero el portero Jordi Masip, en otro error mayúsculo, pensó que iba fuera y dejó pasar el balón a su red.
Guerra lo vio desde el banquillo y saltó como un resorte. Se abrazó a Cenk Özkacar y a Marí, al que tenía a su izquierda en el banquillo tras haber salido a calentar su primer ‘vecino’, Diego López. En el asiento de la derecha tenía a Cristhian Mosquera.
Ese día acudieron a Mestalla 42.217 espectadores y un invitado: Kily González. El argentino había jugao su último partido oficial en Mestalla veinte años antes, cuando Guerra acababa de nacer. En verdad, los 27 de abril ya se veneraban en Mestalla antes del gol de Guerra y en parte era por él.
Aquel día pero en 2002, el Valencia recibió al Espanyol en la jornada 36. El equipo perico se adelantó, Amadeo Carboni fue expulsado y el sueño del título se esfumaba. Rafa Benítez dio entrada al Kily en el 66 y en el 78 el Valencia había enloquecido Mestalla con una remontada con dos asistencias suyas a Baraja. Ocho días después, el club conquistó la Liga tras más de treinta años de sequía.
De nuevo en 2023, pese a que el Espanyol ya perdía en Vila-real y el Valencia había recuperado un punto, el empate era poco consuelo. Se quedaba con 31 puntos, empatado con el Getafe en la frontera del descenso y ni eso parecía seguro. El Valladolid, inmerso también en la batalla por la permanencia, buscaba el triunfo e Iván Fresnada estrelló en el larguero el 1-2.
En el minuto 83, Baraja hizo entrar a Diego López y a Ilaix Moriba. En ese momento mandó a Guerra a calentar, al parecer, más por precaución que por otra cosa, porque la activación previa suele ser mucho más larga. Pero André Almeida estaba muy fatigado.
Guerra no estuvo en la banda ni cuatro minutos e incluso su calentamiento ‘exprés’ fue algo más largo porque Baraja le tuvo que llamar dos veces. Cuando el reloj marcaba 86 minutos y 57 segundos, su primera señal para que regresara y saliera confundió al jugador. Veinticinco segundos después, contrariado, tuvo que repetir la llamada para poder sustituir al luso.
El joven llegó a la carrera y se puso la camiseta que ahora guarda en su casa de Gilet y que colgaba de su silla con el número 36, el que se le asignó en pretemporada. No fue Baraja, con el que apenas intercambió un par de palabras, sino su ayudante, Toni Seligrat, quien le dio indicaciones.
Finalmente, entró en el minuto 88 y 35 segundos y participó en tres acciones antes de la jugada decisiva. En ella, frenó un contragolpe pucelano al interceptar un pase de Robert Kennedy y soltó a Ilaix un balón que pasó por Diego López y de nuevo por Moriba antes de regresar a sus pies.
Controló la pelota con el izquierdo y con el primer toque con el derecho dejó atrás a Óscar Plano; con el segundo y el tercero avanzó y retomó la zurda para disparar desde la cruceta de la línea del área con su corona. Su trallazo cruzado pasó juntó a Joaquín Fernández y entró por el palo más alejado de Masip. Era el minuto 92 y 9 segundos y llevaba apenas 214 segundos en el campo.
Como veintiún años antes hiciera Baraja tras marcar contra el Espanyol en esa misma portería del fondo norte, Guerra abrió los brazos cuando vio la pelota en la red. Como le pasó al vallisoletano, la inercia de la diagonal que había trazado le llevó al córner más cercano a la tribuna. Ambos goles comparten lugar de celebración y piña colectiva.
Guerra, algo incrédulo, se giró a mitad de su carrera. El primero que le alcanzó fue el capitán José Luis Gayà pero pronto llegaron otros, incluso el portero Giorgi Mamardashvili, que se recorrió todo el campo. Mestalla había explotado y los vídeos y las fotografías muestran euforia, liberación y algún torrente de lágrimas incontrolable.
Sobre la bocina del minuto 95, sin añadir más de los cinco minutos previstos, José Luis Munuera Montero, señaló el final. Sus tres pitidos pillaron a Guerra en el medio campo y Toni Lato y Hugo Duro se lanzaron a abrazarle. De ahí fueron todos al fondo sur a agradecer el apoyo de la Grada de Animación.
Fue entonces cuando se le avisó de que era el elegido para la ‘Flash Interview’ de la televisión con derechos. “Me la ha dado Ilaix y tampoco veía un pase claro. He amagado, me he ido del defensor que tenía y me dio por tirar”, explicaba.
Esa temporada Guerra había acumulado 2164 minutos en Primera RFEF con un único gol, ante el Espanyol B. Tampoco había visto puerta ante el Sevilla y el Elche ni, al parecer, apenas en Paterna. “Javi Guerra no ha metido un gol en un entrenamiento, os lo juro”, escribió jocoso esa noche Hugo Duro en las redes sociales.
Antes de retirarse al vestuario, Guerra abrazó a sus padres y a su abuelo que le esperaban en la grada más cercana al túnel. Con el anciano empezó a jugar al fútbol en el jardín de una urbanización de Canet entre dos árboles, y era él quien le llevaba en tren a Vila-real, puesto que se formó en la cantera ‘grogueta’ hasta 2019.
Tras un nuevo estallido de alegría en el vestuario, regresó al césped. Era de los que menos había jugado y tuvo que hacer el ‘compensatorio’, un suave entrenamiento, ya con las gradas vacías.
Baraja había llegado a la sala de prensa y desde allí le recomendó que apagara el móvil, se fuera a casa y le diera un abrazo a sus padres. No le hizo caso y salió a cenar con sus amigos, que le esperaban en la Avenida de Suecia, donde cinco horas antes había comenzado todo.
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Último adiós a Diogo Jota y André Silva en Gondomar: un funeral multitudinario marcado por el dolor y la emoción
Publicado
hace 2 díasen
5 julio, 2025
La localidad portuguesa de Gondomar ha vivido una jornada de inmensa tristeza con el funeral de los hermanos Diogo Jota y André Silva, fallecidos trágicamente el pasado 3 de julio en un accidente de tráfico en la provincia de Zamora. Familiares, amigos y compañeros del mundo del fútbol han acompañado a Joaquim e Isabel, los padres de los jóvenes, en uno de los días más duros de sus vidas.
Una ceremonia emotiva en el corazón de Gondomar
La Igreja Matriz de Gondomar fue el escenario de una ceremonia íntima pero multitudinaria que comenzó a las 10 de la mañana. La iglesia, anexa a la Capela da Ressurreição, permaneció abierta desde la tarde del viernes para permitir que allegados, vecinos y personalidades pudieran despedirse de los hermanos. La conmoción era evidente entre los asistentes, y muchos no pudieron contener las lágrimas ante la magnitud de la tragedia.
Entre los presentes, destacó la asistencia del presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, quien quiso mostrar personalmente su apoyo a la familia de los fallecidos, en especial a Rute Cardoso, esposa de Diogo Jota y madre de sus tres hijos, visiblemente devastada.
El mundo del fútbol, unido en el dolor
La dimensión de la pérdida se reflejó también en la presencia de numerosos compañeros de equipo y selección de Diogo Jota. El Liverpool F.C. fletó un avión privado para que la plantilla pudiera estar en el funeral. Uno de los más emocionados fue el capitán Virgil Van Dijk, quien portó una corona de flores con la camiseta del jugador fallecido y aseguró que «siempre estará ahí» para la familia.
Otros futbolistas como João Félix, Bernardo Silva, Bruno Fernandes, João Cancelo, Rúben Neves, Danilo Pereira y Ricardo Carvalho también acudieron a la ceremonia para rendir homenaje a los hermanos, muy queridos en el vestuario y en su tierra natal.
Un gesto del Liverpool y un contrato que no se romperá
En medio del dolor, un gesto ha conmovido al entorno de Jota: según el medio portugués Record, el Liverpool ha decidido pagar a su familia los dos años restantes de contrato, en un claro ejemplo de compromiso humano más allá del deporte. El club inglés se ha volcado con la familia desde el primer momento, ofreciendo apoyo emocional, logístico y económico.
Rute Cardoso, el rostro de la tragedia
Una de las imágenes más impactantes del funeral fue la de Rute Cardoso, la viuda de Diogo Jota. Apenas once días antes del accidente, la pareja había celebrado su boda, en un acto íntimo junto a sus tres hijos. Rute se mostró desolada, sin separarse del féretro en ningún momento, abrazada a su hermana y con una fotografía de su marido entre las manos, símbolo de un amor que ahora queda marcado por la tragedia.
Gondomar, un pueblo roto por la pérdida
Gondomar, localidad ubicada a las afueras de Oporto, está completamente volcada con la familia. Durante todo el fin de semana, cientos de vecinos han rendido homenaje a los hermanos fallecidos con minutos de silencio, altares improvisados y ofrendas florales, en un gesto colectivo de dolor y solidaridad.
Un trágico accidente que conmocionó a dos países
Diogo Jota, delantero del Liverpool y de la selección portuguesa, y su hermano André Silva, fallecieron al sufrir un accidente mientras viajaban a bordo de un Lamborghini Huracán en la madrugada del 3 de julio, cuando regresaban de una escapada privada. La noticia conmocionó tanto a Portugal como a España, donde se produjo el siniestro, especialmente en la localidad zamorana de Puebla de Sanabria, donde fueron velados inicialmente.
Diogo Jota viajaba hacia Santander por motivos médicos
Medios portugueses y británicos han confirmado que Diogo Jota y su hermano viajaban en coche hacia Santander, desde donde planeaban tomar un ferry hacia el Reino Unido. El futbolista se había sometido recientemente a una pequeña operación pulmonar, y los médicos le recomendaron no volar en avión, de ahí el viaje por carretera.
El jugador, una de las piezas clave del Liverpool de Jürgen Klopp en los últimos años, se había casado el pasado 22 de junio con su pareja de toda la vida, Rute Cardoso, madre de sus tres hijos. En su perfil de Instagram compartió fotos del enlace con el mensaje: “Sí, para siempre”.
André Silva, una promesa del fútbol portugués
André Silva, hermano menor de Diogo, jugaba actualmente en el Futebol Clube Penafiel, equipo de la segunda división portuguesa. Ambos compartían una pasión inquebrantable por el fútbol, y su fallecimiento ha dejado una profunda huella en sus compañeros, entrenadores y aficionados.
Vídeo impactante: Un camionero grabó el Lamborghini de Diogo Jota en llamas tras el accidente mortal
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