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Cultura

La restauración de la escalera gótica del Palau de la Generalitat revela detalles hasta ahora desconocidos

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Los trabajos de restauración de la escalera gótica del Palau de la Generalitat han llegado a su fin tras un proceso minucioso que ha permitido dejar a la vista elementos singulares de esta pieza arquitectónica emblemática de la sede del Gobierno valenciano.

Se ha podido recuperar una visión de conjunto que ha dejado a la vista elementos singulares que identifican esta escalera como ejemplo de piedra tallada de la época gótica. Entre estos elementos singulares destacan unas flores talladas sobre la piedra a modo de remate superior de pequeñas pilastras.

Según la restauradora Sofía Martínez Hurtado, que ha formado parte del equipo de encargado de realizar estos trabajos,»se trata de un elemento iconográfico de rosas que hasta ahora no habíamos visto en piedra gótica».

Las labores de restauración, que se han llevado a cabo por un equipo técnico de profesionales de la arquitectura y de la restauración del patrimonio, se han centrado en eliminar un grueso estrato de componente graso y ambiental que se había solidificado y cubría totalmente la piedra caliza ocasionando problemas de transpiración a la escalera. Los trabajos de restauración han durado dos meses y han contado con un presupuesto de 39.000 euros.

Sofía Martínez ha señalado que ha sido necesario realizar una limpieza metódica «con extremo cuidado para no dañar el material original», que es un tipo de piedra caliza, denominada biocalcarenita, muy porosa y con muchas hendiduras por las que penetra la suciedad, además de absorber en exceso la humedad ambiental.

«Ha sido un trabajo muy laborioso, en el que hemos utilizado sistemas de limpieza que no dañasen la piedra», ha destacado la restauradora, quien además ha asegurado que, en todo momento, se ha intentado mantener «una ligera pátina del tiempo» para que la escalera «no perdiese su solera ni su alma y dialogase con el resto del edificio».

La restauración de la escalera gótica del Palau de la Generalitat, además de sacar a la luz detalles ornamentales singulares ha desvelado algunos datos sobre su construcción.

Inicialmente la escalera del Palau fue construida por Pere Compte pero posteriormente, en el año 1511, fue reemplazada por la de Joan Corbera, quien labró la piedra hasta conseguir una baranda tallada de pináculos y molduras, que dejan a la vista los nervios de la obra.

El arquitecto Josep Martí, integrante del equipo técnico encargado de la recuperación de la escalera, ha destacado que presenta una desviación y que probablemente se deba los sucesivos montajes y desmontajes a lo largo de su historia.

Entre las principales características de esta joya del gótico flamígero destaca su doble curvatura y una superficie cónica, «que no es un arco ni tiene forma circular», afirma Martí.

Asimismo, los trabajos de restauración han desvelado que durante su probable montaje y desmontaje en los años veinte «surgieron errores de ejecución, como muestran sus cimientos, que tuvieron que ser reforzados», añade el arquitecto.

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Cultura

Muere Robe Iniesta a los 63 años, alma eterna de Extremoduro

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Robe Iniesta Extremoduro
Robe Iniesta de Extremoduro

El mundo de la música ha perdido a Robe Iniesta, que ha muerto a los 63 años, según han confirmado fuentes cercanas al entorno del artista. Su fallecimiento supone un golpe emocional para la cultura española, ya que el compositor y vocalista cacereño, fundador de Extremoduro, era una de las figuras más influyentes y reconocidas del rock en español. Millones de oyentes lo consideran una voz imprescindible para entender la libertad creativa de los años 90 y 2000.

El legado de un genio que transformó el rock en español

Robe, natural de Plasencia, revolucionó la música desde principios de los años 90 con un estilo visceral, poético y transgresor que convirtió a Extremoduro en un fenómeno generacional. La banda consiguió conectar con jóvenes y adultos de toda España gracias a unas letras descarnadas, cargadas de realidad, amor, rebeldía y un profundo sentido vital.

Álbumes como Somos unos animales, Deltoya, Agila o La ley innata marcaron a varias generaciones y consolidaron a la banda como una referencia imprescindible en la historia cultural del país. Estas obras no solo fueron éxitos musicales, sino que redefinieron la manera de escribir canciones en castellano, fusionando rock urbano, poesía, marginalidad y emociones a flor de piel.

Una carrera en solitario sin perder su esencia

Durante los últimos años, el músico había desarrollado una exitosa carrera en solitario, explorando nuevos sonidos y una escritura más introspectiva, sin perder la autenticidad que siempre lo caracterizó. Robe Iniesta se mantuvo fiel a su espíritu creativo, rechazando modas, preservando el misticismo de su figura y demostrando que su obra no dependía únicamente de la nostalgia. Su música seguía siendo libre, intensa y profundamente humana.

Un impacto emocional que se extiende por toda España

La noticia de su fallecimiento ha generado un profundo impacto en el panorama musical y en miles de seguidores que crecieron con sus canciones y su forma única de entender el arte. Redes sociales, compañeros de profesión, periodistas culturales, artistas emergentes y fans de toda España han comenzado a despedirlo con mensajes de admiración y gratitud por una obra que ya forma parte de la memoria colectiva.

El público recuerda conciertos inolvidables, recitales de poesía improvisada, entrevistas enigmáticas, silencios prolongados y una personalidad que rehuía la fama, pero abrazaba la libertad. Cada canción sigue siendo un territorio emocional donde generaciones enteras han encontrado acompañamiento en sus momentos de euforia, rebeldía, dolor o búsqueda personal.

Un artista irrepetible con una obra eterna

Robe se marcha, pero deja una huella imborrable: versos que desbordaban vida, libertad y crudeza; una manera de hacer música que rompió moldes; y una voz que seguirá acompañando a quienes encontraron en sus canciones un refugio, una herida o un camino. Extremoduro no solo fue un grupo: fue un lenguaje, una actitud, un espejo de la realidad de miles de jóvenes que encontraron en sus letras una forma de entender el mundo.

Muchos expertos musicales coinciden en señalar que Robe Iniesta es uno de los últimos grandes poetas del rock español, comparable con referentes literarios en cuanto a su capacidad de generar una comunidad emocional alrededor de sus palabras. Su influencia continúa viva en nuevas generaciones de músicos y escritores que recogieron su audacia artística y su forma de convertir la vida cotidiana en poesía eléctrica.

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