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Valencia

Las instalaciones deportivas cerradas acabarán su actividad a las 20 horas

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EFE/Manuel Bruque/Archivo

València, 12 mar (EFE).- Las instalaciones deportivas que no están al aire, y que pueden reabrir desde el próximo lunes tras 52 días consecutivos de cierre con aforo del 30 %, tendrán que concluir su actividad a las 20 horas, no pudiendo permanecer las personas usuarias en su interior fuera del horario permitido.

Así lo recoge la resolución de la Conselleria de Sanidad con las medidas para hacer frente al coronavirus que entrarán en vigor el 15 de marzo y estarán vigentes hasta las 23.59 horas del 12 de abril, y que publica este viernes una edición bis del Diari Oficial de la Generalitat Valenciana.

Los titulares de la instalaciones deportivas tendrán que establecer un sistema de acceso que evite la acumulación de personas y un sistema de turnos que permita la práctica de la actividad física en condiciones de seguridad y protección sanitaria, señala la resolución.

Asimismo, se tendrá que acometer una limpieza y desinfección periódica de las instalaciones, como mínimo dos veces en el día, mientras que se limpiará y desinfectará el material utilizado por las personas deportistas al finalizar cada turno de entrenamiento y a la finalización de la jornada.

Se permite el uso de vestuarios de las instalaciones deportivas, con un aforo máximo permitido de un 30 % respecto al aforo ordinario (o una persona usuaria cada tres metros cuadrados de superficie útil), y se podrán utilizar las duchas cuando estas sean individuales y cumpliendo siempre con el protocolo establecido al efecto por parte de la Conselleria de Sanidad.

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Valencia

Por qué el tráfico se colapsa todos los días en València: causas y posibles soluciones

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El tráfico de València dispara los niveles de ruido entre la población a máximos

Cada mañana, miles de conductores se enfrentan al mismo panorama: kilómetros de atascos en las entradas y salidas de València. La congestión del tráfico se ha convertido en una rutina diaria que afecta tanto a quienes se desplazan por trabajo como a los residentes de los municipios del área metropolitana. Pero, ¿por qué se producen estos colapsos de forma tan constante?

🔴 Un área metropolitana altamente dependiente del coche

La Gran València concentra a más de un millón y medio de habitantes repartidos en más de 40 municipios, la mayoría conectados por autovías radiales como la A-7, la V-31, la V-21 o la CV-35.
A pesar de contar con red de metro y autobuses interurbanos, el transporte público no cubre con eficacia todos los desplazamientos diarios. Esto hace que el coche particular siga siendo el medio más utilizado, especialmente en los trayectos de acceso al centro y los polígonos industriales.

🚧 Cuellos de botella en los accesos principales

Las entradas a València desde el norte, sur y oeste concentran la mayor parte de los atascos.
Tramos como la A-7 a la altura de Cruz de Gracia, la V-31 entre Silla y Catarroja, la V-21 desde Alboraia o la CV-35 desde Burjassot registran cada día varios kilómetros de retenciones, especialmente entre las 7:30 y las 9:00 de la mañana y entre las 17:30 y las 19:30 horas.
La falta de carriles suficientes y los numerosos puntos de confluencia entre vías provocan un efecto embudo difícil de resolver.

🏗️ Obras, transporte público limitado y crecimiento urbano

A estos factores se suman las obras de mejora viaria, la alta densidad de polígonos industriales en el entorno metropolitano y un crecimiento urbano disperso, que obliga a desplazamientos más largos y frecuentes.
Además, el transporte público metropolitano sigue fragmentado entre diferentes operadores, lo que complica la intermodalidad y hace menos atractiva la alternativa al coche.

🌿 La falta de carriles BUS-VAO y zonas de aparcamiento disuasorio

A diferencia de otras grandes ciudades, València aún no dispone de carriles BUS-VAO ni de una red amplia de aparcamientos disuasorios conectados con metro o tranvía.
Esta ausencia de infraestructuras fomenta que la mayoría de los trabajadores accedan al centro urbano directamente en coche, saturando tanto los accesos como el anillo interior (V-30 y bulevares).

💡 Posibles soluciones a medio y largo plazo

Las administraciones trabajan en planes de movilidad sostenible que buscan aliviar esta situación, con proyectos como:

  • La ampliación del metro y tranvía hacia municipios periféricos.

  • La creación de nuevas zonas de aparcamiento disuasorio en las entradas principales.

  • La implantación de carriles BUS-VAO para fomentar el uso compartido del vehículo.

  • Campañas para promover la movilidad activa (bicicleta y patinete) y el teletrabajo.

Aun así, los expertos advierten que sin una reducción real del uso del vehículo privado, los atascos seguirán siendo una constante. La solución pasa por una visión metropolitana del transporte y por apostar decididamente por un modelo de movilidad sostenible y eficiente.


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