Buñol (València) ha vuelto a teñirse de rojo con su fiesta más internacional: la Tomatina. En su 78ª edición, el evento ha reunido a 22.000 participantes de más de 20 países, que han lanzado 120.000 kilos de tomates en una hora de pura adrenalina y diversión.
La cita, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional desde 2002, ha colgado el cartel de completo por primera vez en años. El lema elegido, Tomaterapia, ha querido simbolizar la necesidad de la localidad de soltar tensiones tras un “año complicado” por los efectos de la DANA del 29 de octubre de 2024.
La alcaldesa, Virginia Sanz, ha destacado que “esta edición devuelve a Buñol la unión, la alegría y la terapia perfecta para superar lo vivido”.
La batalla del tomate: cifras y organización
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120.000 kilos de tomates lanzados.
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22.000 entradas vendidas, con aforo completo.
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Participantes de más de 20 países, incluidos Japón, India y Australia.
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7 camiones repartiendo tomates de la empresa extremeña Alius Trading.
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400 efectivos de seguridad, entre Policía, Guardia Civil y Protección Civil.
La lluvia de tomates ha comenzado a las 12:00 h con el tradicional disparo de un cohete. En pocos minutos, el rojo dominaba las calles del municipio, mientras los vecinos lanzaban agua desde balcones para refrescar a los participantes.
Una fiesta con historia: el origen de la Tomatina
La Tomatina nació en 1945 de manera espontánea, cuando un grupo de jóvenes participaba en un desfile y comenzó una batalla improvisada con tomates de un puesto de verduras. La diversión fue tal que se repitió en años posteriores hasta convertirse en tradición.
Durante la dictadura franquista fue prohibida, pero los vecinos de Buñol mantuvieron la costumbre de manera clandestina. En 1957, organizaron incluso el “entierro del tomate” como forma de protesta, lo que ayudó a que se recuperara oficialmente.
Con el paso de los años, la Tomatina se consolidó como una de las fiestas más peculiares y reconocidas del mundo, atrayendo a miles de turistas cada agosto.
Impacto cultural y económico
La Tomatina no es solo una batalla de tomates: es un motor turístico y económico para Buñol y toda la comarca. La Diputació de València ha financiado con 60.000 euros la compra de los tomates, destacando el valor cultural y de promoción internacional de la fiesta.
Según el director general de Turismo, Israel Martínez, “la Tomatina es un ejemplo de cómo tradición, turismo y cultura se unen para proyectar internacionalmente la Comunitat Valenciana”.
El espíritu de la Tomatina
Vecinos y visitantes coinciden en la misma idea: la Tomatina es pura adrenalina, unión y diversión colectiva. Como resumía una vecina: “Es nuestra forma de demostrar que, pese a la DANA, seguimos en pie y juntos. Esta fiesta es una terapia de pueblo y de vida”.
“Tomaterapia”: lema de la Tomatina 2025

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