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Los expertos hablan: Sí a la segunda dosis de AstraZeneca, aunque sea más tarde

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Madrid, 9 abr (EFE).- La paralización de la vacunación con AstraZeneca a menores de 60 años ha sembrado la incertidumbre en dos millones de personas que han recibido ya el primer pinchazo, pero los expertos lo tienen claro: aunque ya gozan de un buen nivel de protección, hay que darles la segunda aunque sea dilatando la pauta.

Pero de momento esa opción no está en el Ministerio de Sanidad: su titular, Carolina Darias, avanzó que las posibilidades que se barajan es dejarles con la primera, que ya tiene un nivel de eficacia del 70 %, o completar la pauta con otra marca si los estudios en marcha en Reino Unido sobre la combinación de Pfizer y AstraZeneca confirman la seguridad y eficacia de esta opción.

«Con los datos que tenemos de Reino Unido -donde el suero de la Universidad de Oxford ha sido el mayoritario-, podemos estar tranquilos si se deja la pauta incompleta, ya que en los tres meses que han estado con una sola dosis no ha habido casos de infección severa», asegura a Efe la secretaria general de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Carmen Cámara.

De hecho, una sola inyección de Vaxzevria -nombre comercial de esta vacuna- «va a ser altamente similar a estar con una sola de Janssen», el ansiado preparado de una sola dosis también basado en adenovirus que se espera a mediados de abril.

En su opinión, al paralizar la inmunización de los menores de 60, el Gobierno -español y de otros países- ha aplicado un principio de precaución mientras avanza la investigación sobre los episodios trombóticos muy poco frecuentes que se han detectado en personas vacunadas con AstraZeneca y en los que la EMA ha encontrado un «posible vínculo» con el medicamento.

Lo que a esta experta le resulta «difícil de pensar es que les van a dejar con una sola dosis para siempre». «Esa opción creo que no existe».

NO PASA NADA POR DILATAR LA PAUTA

Aunque los resultados de los estudios llegaran después de las 12 semanas entre dosis que marca la pauta de AstraZeneca, «no pasaría nada», hay otras vacunas cuyas dosis de refuerzo se administran a los seis meses e incluso a los 5 años.

«El periodo que ponemos las vacunas -argumenta- es absolutamente arbitrario, todas las casas comerciales establecieron entre 3 y 4 semanas con el único objetivo de vacunar rápido, pero cada vez tenemos más evidencias de que ese plazo es demasiado corto porque el sistema inmune está ‘exhausto’ acabando la primera respuesta y probablemente no sea el momento ideal para ponerle el segundo pinchazo».

De hecho, AstraZeneca encontró su pauta «de forma completamente casual» durante los ensayos, cuando un desfase de producción le obligó a aplazar la segunda dosis 12 semanas, y «resulta que ese grupo de participantes en los que se tuvo que dilatar tuvo mucha mejor respuesta que los otros».

Y es que es «la primera dosis la que realmente te inmuniza, la segunda es el ‘boost’, una nueva llamada para fortalecer el compartimento memoria, que son las células que se tienen que quedar años en nuestro cuerpo».

Mezclarla con otras «sería otra solución», pero solo cuando haya resultados concluyentes de los estudios.

«Sería reincidir en el error: hemos empezado a vacunar a gente menor de 60 años teniendo a todo el colectivo de 70-79 sin vacunar, ¿y vamos a empezar a gastar dosis otra vez en un grupo que ya tiene un buen nivel de protección y en los que creemos que se tiene que seguir utilizando AstraZeneca?», censura.

HAY MÁS OPCIONES, PERO LAS DESCARTAN

De la misma opinión se muestra el portavoz de vacunas de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFYC), Pablo Aldaz, que habla a Efe de cuatro opciones: dejar una sola dosis, retrasar la segunda hasta tener más evidencia de los efectos secundarios, completar la pauta con un suero diferente y la última, olvidar que se ha administrado Vaxzevria e iniciar una nueva con otra diferente.

Mezclar vacunas «no se ha hecho nunca, es un experimento», y por eso hay que rechazarla, como también la de iniciar una pauta con otra vacuna, que no tiene precedentes.

Así que confía en la de dejar una sola dosis, si bien «esa estrategia serviría solo en un entorno de baja transmisión comunitaria».

Respecto a aplazar la segunda inyección, este experto invoca un principio básico de la vacunología: «No se deben acortar los periodos que aparecen en la ficha técnica, pero sí se pueden alargar», de manera que si en lugar de 12 semanas se pone a las 14 ó 18, «no se perdería eficacia».

Las mismas cuatro posibilidades ha comentado uno de los mayores expertos en vacunación de España y miembro del comité asesor de vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Federico Martinón, que también defiende como opción «más razonable» poner la segunda dosis de AstraZeneca y tener amplitud de miras.

«No nos podemos permitir perder la perspectiva», ha afirmado ante el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS); sin embargo, España y otros países han reaccionado dando un paso más allá, con una manera de proceder a todas luces «más restrictiva».

Sin restar importancia a los trombos detectados, ha hecho hincapié en que una de cada cinco personas hospitalizadas con covid desarrollan algún fenómeno tromboembólico, cifra que se reduce a una de cada millón en las personas vacunadas con AstraZeneca.

En el caso de que la primera dosis no haya causado problema alguno, sería «muy remoto» pensar en que ocurra con la segunda que, cuanto más se aplace, «mejor funciona».

SE MUERE DE COVID, NO POR LAS VACUNAS

Mientras se acaba de dilucidar las distintas opciones para los vacunados con AstraZeneca, se les va administrando a los mayores de 60 que, a fin de cuentas, son el centro de la diana del coronavirus más letal, recuerda Cámara.

Sin embargo, entiende que a la población se la «está volviendo loca» con tantos cambios en las indicaciones y criterios entre los países, cuando desde la SEI apuestan firmemente por ampliar el límite de edad incluso hasta los 79.

Cámara se muestra abatida con el hecho de que haya personas rechazándola: «el riesgo de morirte por covid por encima de 60 es infinitamente mayor que el riesgo de la vacuna», abunda.

«No entiendo cómo se pueden arriesgar. Comprendo que el miedo es libre y se está haciendo muy mal desde todos los puntos de vista, pero para las personas por encima de 60 el riesgo de mortalidad por covid es muy serio, es absolutamente urgente que les vacunemos».

A ello, Aldaz, que reprocha a las autoridades sanitarias que no ofrezcan al paciente la segunda dosis de AstraZeneca, añade que se ha desenfocado la situación y perdido la perspectiva porque «la gente se está muriendo por la covid, no por las vacunas».

Con la pandemia se ha puesto la lupa de manera exagerada en los efectos adversos: «Estamos hipervigilantes» cuando el beneficio en relación al riesgo es muy alto. «Se introduce la idea de que es una vacuna insegura y no es cierto», lamenta.

Y TODAS LAS VACUNAS EVITAN MORIR POR COVID

La secretaria general del SEI confía en que el daño reputacional que se le está haciendo a Vaxzevria no sea irreversible: «Espero que no porque no hay plan B».

Sin ánimo de demonizar el resto de vacunas, la inmunóloga explica que el riesgo de sufrir estas extrañas trombosis asociadas a trombocitopenia -bajada de plaquetas- es de 6,5 por cada millón de vacunados, prácticamente el mismo que presenta Pfizer con la anafilaxia, «una reacción grave que compromete la vida».

Y pone como ejemplo otra de las medicaciones con las que se han descrito cuadros de trombocitopenia «totalmente iguales» a los detectados por la EMA, la heparina, pero en una frecuencia mucho mayor, del 1 %.

«Tiene que acabarse lo de vacunas buenas y malas. Las que hay quitan el riesgo del morirte por covid, no hay más mensaje. Hemos tenido el mayor éxito que podíamos pensar hace un año, tener todas las vacunas aprobadas que eliminan ese riesgo, no podemos ponernos ahora la zancadilla», insta.

Lo que está pasando con ésta «es lo que pasa con las otras vacunas y lo que pasa con el resto de tratamientos y el resto de actividades que hacemos los médicos: nada conlleva un riesgo cero».

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El ocaso de Íñigo Errejón: un año después, alejado de Sumar y pendiente de la Justicia

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Iñigo Errejón
Fotografía de archivo tomada el 22/10/2024 del portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados, Íñigo Errejón. EFE/ ARCHIVO/Fernando Villar

El exdiputado y cofundador de Podemos cumple un año apartado de la vida pública mientras continúa la investigación por la denuncia de presunta agresión sexual de la actriz Elisa Mouliaá.

Madrid, 26 de octubre de 2025.
Hace justo un año, Íñigo Errejón sorprendía al mundo político al anunciar su retirada de la política activa, dejando todos sus cargos en el Congreso y en el partido Sumar. Lo hacía alegando motivos de salud mental y aludiendo a una “subjetividad tóxica” en la primera línea política. Hoy, doce meses después, el exdiputado permanece alejado de los focos y pendiente de la causa judicial abierta en su contra tras la denuncia de la actriz Elisa Mouliaá, que lo acusa de una presunta agresión sexual ocurrida en 2021.

De portavoz de Sumar a la dimisión más inesperada

El 24 de octubre de 2024, Errejón —uno de los principales referentes del espacio político progresista surgido del 15M— difundía un comunicado en el que renunciaba de forma inmediata a su escaño y cargos. En el texto, hablaba de “llegar al límite de la contradicción entre el personaje y la persona” y denunciaba la presión mediática de la política actual.

La dimisión coincidió con la filtración en redes sociales de acusaciones anónimas de comportamiento inadecuado hacia mujeres, publicadas por la periodista Cristina Fallarás. Dos días después, Sumar abrió una investigación interna y le pidió que abandonara sus responsabilidades antes de iniciar cualquier expediente.

La propia vicepresidenta Yolanda Díaz declaró que Errejón “no debió ser ni diputado ni portavoz de Sumar”, en una de las declaraciones más contundentes de la formación.

La “bomba nuclear” que sacudió a Sumar

El caso se convirtió en la mayor crisis interna de Sumar desde su fundación. El secretario general del grupo parlamentario, Txema Guijarro, llegó a calificar el escándalo como una “bomba nuclear” para el movimiento, que se había presentado como un espacio feminista y ético.

Desde entonces, la formación ha reconocido fallos en sus protocolos internos y ha puesto en marcha un canal de denuncias y un sistema antiacoso en su web oficial. En paralelo, Verónica Barbero asumió la portavocía en el Congreso y se impulsó una segunda asamblea estatal para recomponer la dirección del partido.

Errejón, en silencio y a la espera de la resolución judicial

Lejos de la política, Íñigo Errejón apenas ha aparecido públicamente. Su única intervención ante los medios fue el pasado enero, cuando acudió a declarar como investigado ante el Juzgado de Instrucción nº47 de Madrid, en Plaza de Castilla, donde negó los hechos y proclamó su inocencia.

“Actué con consentimiento. Dimito no por los hechos, sino porque perdí la confianza de mis dirigentes. En política, cuando uno pierde la confianza de sus jefes, tiene que irse”, afirmó entonces.

La causa, instruida por el juez Adolfo Carretero, sigue abierta y se prevé que no concluya hasta 2026. Este viernes, el magistrado tomó declaración a dos psiquiatras que atendieron a Mouliaá, quienes confirmaron que la actriz fue tratada con antidepresivos en 2023, sin mencionar el episodio con Errejón en las consultas.

Patrimonio y salida del Congreso

Con su renuncia al escaño, Errejón tuvo derecho a una indemnización de 25.000 euros por sus ocho años como diputado. En su última declaración de bienes, presentó 363.966 euros en cuentas bancarias y depósitos, 300.000 más que al inicio de su carrera parlamentaria.

Fuentes próximas aseguran que el exlíder de Más País se mantiene alejado de la vida pública y mediática, centrado en su entorno personal y sin previsión de volver a la política, al menos, hasta que finalice el proceso judicial.

De Podemos a Sumar: la caída de un fundador del nuevo progresismo

Íñigo Errejón fue uno de los fundadores de Podemos en 2014 junto a Pablo Iglesias, con quien protagonizó años más tarde una sonada ruptura que dio lugar a la creación de Más Madrid y posteriormente Más País. Su perfil intelectual y su apuesta por una “izquierda amable y transversal” lo convirtieron en una de las figuras más influyentes del espacio progresista.

Sin embargo, la crisis derivada de las acusaciones en su contra truncó su carrera política y supuso el final de su trayectoria parlamentaria. Desde entonces, Sumar intenta recomponer su imagen y recuperar la confianza de sus bases tras un golpe que muchos describen como “el más duro desde su nacimiento”.


Nuevo giro en el caso Errejón: los propietarios del piso denuncian presiones de Elisa Mouliaá para respaldar su versión

El caso Errejón da un nuevo vuelco tras la declaración de los propietarios del piso donde supuestamente ocurrieron los hechos. Ambos testigos han afirmado ante el juez que Elisa Mouliaá les presionó para que apoyaran su versión de la supuesta agresión sexual atribuida a Íñigo Errejón. Incluso, uno de ellos llegó a contactar directamente con el político para expresarle que la situación que vivía era «injusta» y solicitarle información sobre el avance del juicio.

Estas revelaciones se han producido durante la comparecencia, por videoconferencia desde Australia, ante el Juzgado de Instrucción nº 47 de Madrid, en el marco de la causa por presunto abuso sexual presentada por la actriz contra el exportavoz de Sumar, por hechos ocurridos en 2021.

Los testigos denuncian presiones y contradicen a Mouliaá

Según fuentes judiciales, los propietarios del inmueble coincidieron en señalar que Mouliaá intentó influir en su testimonio tras hacerse pública la denuncia. La insistencia fue tal que uno de ellos terminó bloqueándola y, posteriormente, decidió escribir a Errejón para comunicarle que tenía una versión distinta a la de la actriz.

Ambos testigos admitieron mantener conversaciones con el exdiputado, en las que uno de ellos preguntó directamente: «¿Cuál es el plan con el juicio?», en referencia al desarrollo del proceso judicial. Esta comunicación ha despertado fuertes reacciones en la acusación particular y popular.

La defensa de Mouliaá apunta a una estrategia de coacción

El abogado de Elisa Mouliaá, Alfredo Arrién, considera que este nuevo testimonio representa un giro inesperado en la investigación y acusa al testigo de sentir animadversión hacia la actriz, ya que era amigo de su exmarido. Según Arrién, el testigo preguntó a Errejón poco antes de declarar: «¿Qué es lo que tengo que decir?», lo que, a su juicio, apunta a una posible estrategia de defensa coordinada.

Por su parte, la Fiscalía ha solicitado que se cotejen las conversaciones entre el testigo y Errejón para determinar el grado de posible interferencia en el proceso.

La acusación popular pedirá intervenir el teléfono de Errejón

El abogado de la acusación popular, Jorge Piedrafita, en representación de la asociación Adive, ha expresado su preocupación por el hecho de que un testigo clave mantuviera contacto directo con el denunciado y mostrara clara oposición a Mouliaá. Piedrafita considera «muy grave» que se hablara del “plan de las declaraciones” y ha anunciado que pedirá de nuevo la intervención telefónica de Íñigo Errejón por un posible delito contra la Administración de Justicia.

Testimonios contradictorios y percepciones de la fiesta

Los testigos han confirmado que Errejón y Mouliaá llegaron juntos a la fiesta, «contentos», y que ella comentó que se habían besado. No observaron ninguna situación anómala durante la velada. Posteriormente, Mouliaá expresó que el político la había decepcionado y le impuso “tres reglas”, lo que calificó como «comportamiento baboso». También dijo que quería que la relación avanzara más despacio.

En cambio, la propietaria del piso indicó que Mouliaá «a veces fabulaba o adornaba las cosas», cuestionando así su credibilidad.

El contexto del caso y la próxima fase judicial

El caso Errejón y Elisa Mouliaá continúa generando controversia y tensión mediática. Este nuevo testimonio complica la situación de la acusación, a la vez que puede beneficiar a la defensa del exdirigente político, quien no se ha presentado aún en sede judicial ni ha entregado su móvil al juez, a diferencia de Mouliaá, que ya lo ha hecho voluntariamente.

Este nuevo escenario judicial reaviva el debate sobre la presión a testigos, la coherencia de los relatos y la transparencia en los procesos por delitos sexuales en figuras públicas.

La versión de Errejón sobre los hechos

Iñigo Errejón, exdiputado de Sumar, negó rotundamente ante el juez las acusaciones de agresión sexual presentadas por la actriz Elisa Mouliaá. Según el relato de la denunciante, Errejón la habría «agarrado fuertemente del brazo», llevado a una habitación y agredido sexualmente. Sin embargo, el exlíder político ofreció una versión completamente diferente durante su declaración:

«Fuimos a la habitación como dos personas que están ligando en una fiesta y se escabullen para darse unos besos», explicó Errejón, quien subrayó que todo ocurrió con mutuo consentimiento.

Iñigo Errejón en su declaración ante el juez

Detalles de la declaración ante el juez

En el vídeo de la declaración, al que ha accedido este medio, el juez Adolfo Carretero expuso a Errejón las afirmaciones de la actriz:

  • Según Mouliaá, Errejón la llevó a la fuerza desde una fiesta a una habitación tras un «ataque de celos».
  • La denunciante afirmó que el político cerró el pestillo y se desnudó.

Errejón negó estas acusaciones y argumentó que ambos pasaron juntos desde la cocina hasta la habitación cruzando por la fiesta, lo que, según él, hace inviable el relato de Mouliaá. También desmintió haber cerrado la puerta o haberse desnudado.

«Nos besamos por deseo mutuo, pero no íbamos a tener una relación sexual en una casa desconocida», afirmó el investigado, añadiendo que ambos salieron de la habitación minutos después.

«Un linchamiento mediático»

Errejón sugirió que la denuncia podría formar parte de un intento de la actriz por aprovechar la repercusión mediática. Según el exdiputado, Mouliaá habría obtenido un impacto sin precedentes que podría haberle beneficiado profesionalmente.

«Se ha subido a la ola de un linchamiento mediático», afirmó Errejón, quien reiteró que las acusaciones son infundadas.

Dimisión y contexto político

El político desvinculó su dimisión de la denuncia de Mouliaá, presentada el 25 de octubre del último año. Errejón explicó que dejó su cargo por la pérdida de confianza de sus dirigentes y la incompatibilidad de su situación con los valores de su partido, que defiende la credibilidad de los testimonios en casos de violencia de género.

«No puedo ser portavoz de un partido que defiende estos principios mientras intento demostrar mi inocencia», concluyó.

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