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Los que no vuelven a casa por Navidad

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Madrid, 20 dic (EFE).- Mientras algunos planean sus viajes a otras ciudades para reencontrarse con sus familiares y allegados, otros recordarán este 2020 como el primer año que no van a volver a casa por Navidad por motivos como el miedo a contagiar la Covid-19 a los suyos, la imposibilidad de viajar a su país o porque son personas de riesgo.

Aunque la mayoría de las comunidades autónomas permiten los desplazamientos los días más señalados de estas navidades para visitar a familiares y allegados, hay personas como Sara que se van a quedar en la ciudad donde residen, en su caso Madrid, en vez de pasar las fiestas con su familia, que vive en Barakaldo.

Sara, de 27 años, trabaja en la capital desde hace cuatro, y este será el primero que va a pasar sin su familia de Vizcaya porque le da miedo contagiar a su abuela, que es mayor y la que «tendría que pagar las consecuencias».

Pasará las fiestas con su novio, madrileño. Y mientras en Nochevieja cenarán solos, en Nochebuena irán a casa de la familia de su «chico» con sus padres y su hermano.

«Seremos cinco justos», recalca.

Otro caso diferente es el de Nieves, de 88 años, que por el riesgo de contagiarse al ser mayor y con patologías previas se quedará en su residencia de Mataelpino (Madrid).

Así lo comenta su hija Paloma, que asegura que la mayoría de residentes de su centro harán lo mismo «por prevención».

«Mis hermanos y yo preferimos que se quede allí, primero por el riesgo a contagiarla: es una persona de altísimo riesgo, lleva marcapasos, ha tenido un ictus y tiene 88 años», explica Paloma, que aunque lamenta que estas vayan a ser las primeras navidades que pasen separadas, es una «situación especial».

«Yo me quedo más tranquila», remarca.

En todo caso, los días de Nochebuena y Nochevieja, preparan para los residentes de este centro una cena «más especial» y «cantan villancicos», y las familias pueden hacer visitas puntuales cumpliendo los protocolos de las autoridades.

A Gabriel, que vive en un piso de estudiantes de Aluni desde mayo, le gustaría poder viajar a México a ver a su familia por Navidad.

Lleva un año sin visitarlos, pero su tarjeta de residencia temporal en España ha caducado y afirma que no puede renovarla hasta enero debido al colapso en el sistema de citas para realizar la gestión.

Le pasa lo mismo a Guadalupe, procedente de «un pueblo pequeño» de México al que no podrá ir a pasar las fiestas con su familia al no tener esta documentación, por lo que celebrará las navidades con su pareja «que está en la misma situación» y organizarán una cena entre los dos.

Sin embargo, Carlitta que es de Florida (Estados Unidos) pero vive en Madrid, sí que puede viajar allí a ver a sus familiares, pero no lo hará porque está «demasiado preocupada» de contagiar a su familia que son «personas de alto riesgo».

Confiesa que está «muy triste» y que la decisión de no pasar las fiestas con ellos fue «muy difícil» de tomar, pero los visitará «tan pronto como mejore la situación».

Pedro es de Málaga pero vive en Madrid, y ha decidido no viajar a ver a su familia tras conocer sus planes porque «ni siquiera estaban pensando en ventilar o en mantener las distancias».

«Como me niego a ir en esas condiciones, pues me quedo en Madrid», cuenta resignado.

Pasará la Nochebuena con unos amigos y la Nochevieja con su pareja, y «aprovechando que es un año algo raro» se apuntará a algún voluntariado para ayudar en repartos de comida o en comedores sociales.

En un primer momento, Alfonso y su pareja Yas pretendían pasar las fiestas juntando a sus familias, de Andalucía y Asturias, respectivamente, en su casa de Madrid, donde residen.

«Pero tal y como está la situación, y como nuestras madres rondan los 60 años, preferimos que no vengan», cuenta Alfonso.

Harán una vídeo llamada con sus familias en Nochebuena y Nochevieja para hablar, brindar en a distancia y abrir los regalos que han comprado por internet y enviado a las casas correspondientes.

Esteban no es la primera vez que se queda en Madrid sin ir a Toledo por Navidad, pero esta vez no lo hará «por trabajo» sino por prevención ante el repunte de casos de coronavirus.

«En Nochebuena cenaré solo en casa, tranquilamente. Haré una cena más o menos ostentosa y al día siguiente iré a trabajar. En Nochevieja haré lo mismo, tengo pensado hacer un directo por Instagram en el momento de las uvas y hablaré con mis padres por vídeo llamada», relata otro de los ciudadanos que este año no volverá a casa por Navidad.

Marta Moreno

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Pedro Sánchez estrena gafas de lujo con diseño ‘vintage’ firmadas por Christian Dior

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El presidente del Gobierno sorprende en el Senado con un nuevo accesorio que no ha pasado desapercibido ni en redes ni entre los analistas de imagen.

Un nuevo detalle que no pasa inadvertido

Pedro Sánchez ha vuelto a captar la atención pública, esta vez no por sus declaraciones políticas, sino por un detalle de estilo. El presidente del Gobierno compareció ante la comisión del Senado que investiga el llamado caso Koldo luciendo por primera vez unas gafas de ver.

El gesto, aparentemente anecdótico, ha desatado un notable interés en redes sociales y entre los expertos en comunicación política.

Gafas Christian Dior 2601 30: diseño y precio

Las gafas que estrenó el presidente pertenecen a la firma Christian Dior, modelo Dior 2601 30, una pieza original de los años 80 fabricada en Alemania.
Con montura de acetato rojo jaspeado y detalles metálicos dorados, el diseño combina la estética ‘vintage’ con un aire sofisticado que rompe con las tendencias minimalistas actuales.

El precio de estas gafas ronda los 289,95 euros, aunque las pocas unidades disponibles en el mercado se están agotando con rapidez en las ópticas especializadas.

Un accesorio con intención

A sus 53 años, Sánchez acompañó este nuevo complemento con un traje azul marino y corbata a juego, reforzando su imagen habitual de elegancia y control.
Lejos de ser una elección casual, su apuesta por un estilo retro podría interpretarse como una forma de proyectar madurez y autoridad, manteniendo al mismo tiempo un toque moderno y distintivo.

El gesto y su lectura comunicativa

Según el experto en comunicación José Luis Martín Ovejero, entrevistado en El programa de Ana Rosa, el uso de las gafas podría tener un significado más profundo:

“En algunos momentos de su intervención utilizó las gafas como un gesto apaciguador. Es una manera de calmar al cerebro cuando se experimenta tensión o nerviosismo”, explicó.

Este tipo de microgestos, habituales en entornos de alta presión, revelan cómo los líderes políticos gestionan su lenguaje no verbal para transmitir serenidad y dominio.

La imagen como parte de la estrategia

No es la primera vez que el presidente genera conversación por su apariencia. Desde el abrigo deportivo de la marca Joma, que se agotó tras su uso público, hasta el impecable corte de sus trajes, cada detalle de su imagen ha sido analizado con lupa.

Con este nuevo accesorio, Sánchez abre un nuevo capítulo en su estilo personal, consolidando la idea de que la estética también forma parte del mensaje político.

Moda, poder y percepción pública

Mientras el debate político continúa, las gafas de Pedro Sánchez se han convertido en el inesperado objeto de deseo de la temporada.
Entre moda, comunicación y estrategia, el presidente vuelve a demostrar que incluso un gesto tan sencillo como estrenar unas gafas puede tener un impacto mediático de gran alcance.

 

 

 

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