València, 21 may (OFFICIAL PRESS- EFE).- Lukian tiene 8 años y hasta el pasado mes de marzo vivía junto a su familia en la ciudad ucraniana de Leópolis, donde recibía tratamiento para el cáncer que sufre, pero el estallido de la guerra lo obligó a trasladarse a València: aquí ha encontrado un refugio y esperanza para lograr su curación.
Así lo relata a EFE su madre, Liudmyla, quien lo ha dejado todo para viajar a València junto sus dos hijos, Lukian y su hermano Sviatoslav, de 4 años, para que el mayor tenga la oportunidad de seguir en el hospital La Fe el tratamiento que puede salvarle la vida.
Los hospitales La Fe y el Clínico de València y el General de Alicante han acogido desde que empezó la guerra en Ucrania a una quincena de menores ucranianos enfermos de cáncer, de cuya acogida se han encargado entidades como la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), Aspanion y el Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR).
EL DIAGNÓSTICO QUE LO CAMBIA TODO
A Lukian le diagnosticaron el 1 de septiembre de 2021 un glioblastoma del tronco del cerebro en fase 4, un tumor canceroso que aparece en el sistema nervioso central y que es difícil de operar y tratar.
En un primer momento, el médico les dijo que el tratamiento no iba a ayudar y que dejaran vivir al niño «lo que le queda, tranquilo y ya está». Sin embargo, la familia no se dio por vencida, buscó otros muchos médicos y hospitales, y encontró uno que sí estaba dispuesto a tratar al menor con radiología y quimioterapia en Kiev.
Aunque este profesional planteó los mismos riesgos que había mostrado el resto de médicos, les dio esperanza, y el 29 de septiembre el niño se sometió a una operación que duró unas siete horas, pero que salió «de maravilla», según cuenta la madre, que recuerda que hasta los médicos estaban sorprendidos de la respuesta de Lukian.
UNA GUERRA AL INICIO DEL TRATAMIENTO
Tras el éxito de la operación y con esa nueva esperanza, iniciaron el tratamiento de quimioterapia, pero cuando le tocaba la tercera sesión se produjo la invasión rusa y los bombardeos sobre la ciudad, lo que trastocó todos sus planes.
«El médico nos dijo que con la guerra no iba a poder garantizar el tratamiento», relata Liudmyla, quien recuerda que en esos momentos empezaron también los bombardeos en Leópolis y ella se puso «muy nerviosa». Su único objetivo era cómo salir del país para que Lukian pudiera seguir con el tratamiento.
Y gracias a la organización Tabletochka, el 24 de marzo logró cruzar en autobús la frontera a Polonia con sus dos hijos; tras pasar un par de días en Varsovia, volaron hasta València el 26 de marzo, donde les esperaba un equipo médico que los trasladó directamente a La Fe para atender al niño.
LA ESPERANZA VALENCIANA
Una vez en València, entidades como la AECC, Aspanion y CEAR se han hecho cargo de sus necesidades básicas, como vivienda y manutención, y en el hospital siguen el mismo tratamiento que iniciaron en Ucrania y que, según afirma, parece que está funcionado pues ha logrado reducir el tumor 20 milímetros.
De momento, dice que los nuevos médicos no le han dado un pronóstico, pero están «muy involucrados en su historia», y ella confía en que Dios la ayude y se produzca «el milagro» de que su hijo se recupere de esta enfermedad.
Su deseo es poder volver a Ucrania, pues allí ha dejado a toda su familia y amigos, pero reconoce que es algo complicado en estos momentos, pues no hay garantías de que Lukian pueda seguir el tratamiento.
Así que ella «vive al día y no planifica nada», pero está «muy agradecida» a toda la gente involucrada que ha posibilitado desde su salida del país a su estancia en esta ciudad y la continuidad del tratamiento de su hijo. «Ese trabajo no tiene precio», afirma.
Ambulancia del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU), en una imagen de archivo - GVA - Archivo
Un joven de 24 años perdió la vida este miércoles tras ser atropellado en la autopista AP-7, a la altura de Dénia (Alicante), después de bajar de un vehículo detenido en la vía. Según ha informado el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU), el aviso del accidente se registró sobre las 13:00 horas, activándose de inmediato una unidad del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU).
El equipo médico desplazado al lugar confirmó el fallecimiento del joven debido a la gravedad del atropello, sin que se pudiera realizar ninguna maniobra de reanimación avanzada.
Datos sobre atropellos en autopistas y carreteras españolas
Los atropellos en autopistas son menos frecuentes que en vías urbanas, pero su mortalidad es mucho mayor debido a la velocidad de los vehículos. Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT):
Más del 90% de los atropellos en autopistas son mortales.
Aproximadamente el 15% de las muertes en carretera están relacionadas con personas fuera del vehículo tras una avería, accidente o parada indebida.
Los peatones involucrados suelen ser ocupantes de vehículos que bajan sin señalizar, personas que caminan por el arcén o trabajadores de asistencia.
Además, el riesgo es muy elevado porque los conductores no suelen anticipar la presencia de peatones en vías rápidas, donde la velocidad es superior a 100 km/h y el tiempo de reacción es mínimo.
¿Por qué es tan peligroso bajarse del vehículo en una autopista?
Los expertos en seguridad vial coinciden en que bajarse de un coche en una autopista solo debe hacerse en caso de extrema necesidad, ya que:
La velocidad del tráfico hace casi imposible calcular distancias con precisión.
Los arcenes no ofrecen protección real.
Muchos atropellos se producen tras una frenada brusca, malas condiciones de visibilidad o distracciones de otros conductores.
En ocasiones, los peatones bajan del vehículo sin señalizar adecuadamente o sin chaleco reflectante.
Un estudio de la DGT indica que más del 70% de los atropellos en autopistas ocurren por falta de señalización o por permanecer demasiado tiempo fuera del vehículo tras una parada forzosa.
Cómo evitar atropellos en autopistas
Señalizar siempre la parada del vehículo
Uno de los errores más frecuentes al sufrir una avería o detenerse por cualquier causa es no señalizar correctamente. La DGT recomienda:
Activar las luces de emergencia sin demora.
Colocar señales luminosas o triangulares, preferiblemente a más de 50 metros del vehículo.
En vías rápidas y de alta velocidad, si hay visibilidad reducida, la distancia debe ser mayor.
No bajar del vehículo salvo en situaciones extremas
La recomendación más importante es permanecer dentro del coche y con el cinturón puesto, especialmente si la avería no es grave o si estás esperando asistencia. Bajar del vehículo solo debe hacerse si:
Existe riesgo de incendio.
El automóvil está en una zona especialmente expuesta al impacto.
Es imprescindible colocar señalización.
En todos los casos, la persona debe alejarse lo máximo posible del tráfico y situarse en una zona protegida tras las barreras, nunca en el arcén.
Llevar chaleco y elementos reflectantes
Cuando es inevitable salir del vehículo, el chaleco reflectante es obligatorio y crucial para ser visibles. También es recomendable:
Evitar caminar en el sentido del tráfico.
Tener siempre a mano linternas o señales luminosas homologadas.
Pedir asistencia profesional lo antes posible
En una avería o incidencia grave, debemos contactar con el 112 o el servicio de asistencia en carretera. La intervención rápida de los servicios de emergencia reduce el tiempo de exposición y, con ello, el riesgo.
¿Qué suele provocar incidentes como este?
Los factores más comunes asociados a atropellos en autopistas son:
Paradas inesperadas sin señalización.
Personas que salen del vehículo sin valorar el peligro real.
Averías en condiciones de baja visibilidad.
Distracciones de otros conductores.
Alcohol, cansancio o falta de atención.
En algunos casos, el miedo, el estrés o la confusión tras un incidente hace que los ocupantes bajen precipitadamente del coche, aumentando el riesgo de atropello mortal.
Importancia de la educación vial y la prevención
Los atropellos en vías rápidas son evitables en un porcentaje muy alto si se siguen protocolos de seguridad. La educación vial debe insistir en:
La necesidad de no bajar del vehículo salvo causa mayor.
La señalización adecuada y visible.
Mantener la calma tras una avería o impacto leve.
No caminar por el arcén bajo ninguna circunstancia.
Además, las nuevas tecnologías, como las señales luminosas homologadas (balizas V-16 con geolocalización), mejoran la visibilidad y reducen el riesgo al evitar caminar por la vía para colocar triángulos.
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