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Valencia

Mar Galcerán, primera diputada con Síndrome de Down: «Al margen de la discapacidad somos personas»

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València, 14 sep (OFFICIAL PRESS-EFE).- La primera diputada de España con Síndrome de Down, Mar Galcerán, ha afirmado que entra en Les Corts Valencianes para demostrar que es capaz de desempeñar un cargo de responsabilidad, y ha pedido a la sociedad que «quite de su mente la discapacidad intelectual, que no vea una discapacidad, que vea a la persona».

Las personas con Down «al margen de la discapacidad somos personas», ha reivindicado tras recoger este jueves sus credenciales como diputada autonómica de Les Corts, donde ha insistido en reclamar que no les juzguen «por el físico, por la apariencia, sino por la persona».

Para Galcerán, es posible romper barreras siempre que alrededor se tenga a personas «que favorezcan» los logros que las personas con capacidades diferentes pueden conseguir, y ha alertado: «aquí las barreras que hay son las barreras mentales de la sociedad, porque hay muchos tópicos, siempre los ha habido».

La nueva diputada, quien tomará posesión del cargo en el pleno de Les Corts del próximo miércoles para cubrir la vacante de un diputado que ha pasado a ocupar un cargo en la Generalitat, ha explicado a los medios de comunicación que llega con el objetivo de aportar su «granito de arena» y apostar por la inclusión de las personas con capacidades diferentes.

Mar Galcerán

Galcerán, de 46 años, ha reivindicado que su entrada en Les Corts permite demostrar a la sociedad que se pueden alcanzar los objetivos que cada persona se marque en la vida, pues ha confesado que «perseguía desde hace tiempo» ser diputada autonómica, y ha agradecido al Partido Popular que le haya dado esta «oportunidad».

Ha señalado que se metió en política «por convicción» y que le gusta porque siempre ha estado en ella, «desde muy joven», y ha recordado que trabajó trece años en Presidencia de la Generalitat y luego aprobó las primeras oposiciones de la Generalitat para personas con discapacidad intelectual.

Ha explicado que se siente «muy a gusto» con el PP, en el que está rodeada «de gente muy maja», y ha agradecido que haya apostado por las personas con discapacidad y que su presidente, Carlos Mazón, le haya dado la oportunidad primero de ser secretaria del área de personas con capacidades diferentes del partido y luego que apostara personalmente por ella para figurar en las listas autonómicas de los comicios del 28M.

La trayectoria de Galcerán

La parlamentaria popular ha afirmado que asume «con mucho gusto y con mucho amor» el acta de diputada, y se ha mostrado convencida de que va aprender mucho de los compañeros de bancada que llevan más tiempo que ella en política, de quienes ha dicho: «seguro que van a tener mucha paciencia conmigo».

Galcerán ha estado acompañada por el síndic del PP en Les Corts, Miguel Barrachina, quien le ha enseñado el hemiciclo y ha destacado que su lucha desde hace dos décadas para que la diversidad esté integrada en todos los niveles y que todas las personas tengan «la misma consideración» llega ahora al Parlamento valenciano.

La nueva diputada valenciana es técnico auxiliar de Hogar y de Jardín de Infancia, ha cursado FP de Hostelería y Turismo, y empezó a trabajar en la función pública hace 26 años, de los que 13 estuvo como interina en Presidencia de la Generalitat y, tras aprobar las oposiciones, pasó a la Conselleria de Bienestar Social, luego a la de Igualdad y actualmente es subalterna en la Conselleria de Sanidad.

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Valencia

El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita

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El duelo de un pueblo no se gobierna con mentiras: es hora de que Carlos Mazón dimita
El president de la Generalitat, Carlos Mazón. EFE/ Biel Alino/Archivo

La catástrofe desencadenada por la DANA del 29 de octubre de 2024 en la Comunitat Valenciana, que dejó un lacerante saldo de más de 229 víctimas, no puede quedar impune. Más allá del dolor humano y de la reconstrucción material, está la responsabilidad política. Y en ese terreno, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, acumula mentiras, contradicciones y el profundo desgarro de quienes lo perdieron todo. Por dignidad, por ética y por justicia, Mazón debe dimitir.

Una gestión inexcusable

Cuando la alerta roja estaba activada, Mazón estaba ausente del lugar que le correspondía. Según los informes oficiales, llegó al comité de crisis (CECOPI) a las 20:28 horas, cuando ya se había emitido la alerta a la población minutos antes. No fue un “error de agenda”, sino un fallo estructural que costó vidas.

Mientras Valencia vivía una riada devastadora, el presidente se encontraba en una comida privada en lugar de supervisar la emergencia. Su entorno lo justificó como una reunión de trabajo, pero el contexto lo desmiente: fue ausencia, negligencia y falta de liderazgo.

La falta de movilización de efectivos tampoco puede justificarse. Los informes cruzados detectan irregularidades en el número de bomberos y medios activados. Cuando una emergencia reclama transparencia, los datos confusos o manipulados son una afrenta.

Mentiras, contradicciones y silencio

Mazón ha intentado derivar responsabilidades hacia la Agencia Estatal de Meteorología o la Confederación Hidrográfica del Júcar, en lugar de asumir el liderazgo que su cargo exige. Cuando el caos se instala, quien gobierna debe estar al frente, no buscando culpables.

Peor aún, ha ofrecido versiones cambiantes sobre su paradero, sus llamadas y las decisiones adoptadas aquel día. La investigación judicial avanza con pruebas que desmontan la versión oficial. Cuando un líder debe explicar dónde estaba durante una tragedia, el problema ya no es circunstancial: es estructural.

Las víctimas, traicionadas

No basta con lamentar lo sucedido cuando la dignidad exige acción. Las asociaciones de víctimas han expresado su malestar y exigido respeto ante la falta de explicaciones claras. “Estar con las víctimas también implica asumir responsabilidades”, repiten familiares que aún esperan una disculpa sincera.

No es solo la ausencia inicial. Es el desfile de versiones, el silencio, la falta de empatía y la reconstrucción lenta. Mientras las familias siguen llorando, el presidente intenta sostener su imagen pública como si nada hubiera ocurrido.

La única salida digna: la dimisión

Integridad política. Quien incumple los principios básicos de responsabilidad pierde la legitimidad para seguir al frente.

Justicia para las víctimas. Pedir perdón no basta cuando no se explica con claridad, cuando no se asumen errores ni se ofrecen soluciones. Las víctimas merecen que se depuren responsabilidades reales.

Confianza institucional. La credibilidad de la Generalitat se resquebraja cuando su presidente ofrece explicaciones tardías, contradictorias y evasivas. Eso no solo afecta a Mazón, afecta a toda la Comunitat Valenciana.

Renovación del liderazgo. El desastre del 29-O no puede cerrarse con un “sigo al mando”. Hace falta un relevo que reconstruya no solo los territorios inundados, sino también la confianza de los ciudadanos.

La responsabilidad compartida

Los silencios cómplices también pesan. Los partidos que sostienen a Mazón deben preguntarse si su apoyo es ético o meramente político. Cada día que pasa sin rendir cuentas es una herida más para las víctimas y una mancha más para las instituciones.

La dimisión no sería una derrota política, sino un acto de respeto hacia los que sufrieron, hacia los que murieron y hacia toda una sociedad que exige transparencia y verdad.

La tragedia del 29 de octubre no son solo cifras. Son vidas, familias, municipios arrasados y una sociedad herida. Carlos Mazón mantuvo su comida en El Ventorro cuando la provincia se inundaba, cambió versiones cuando se investigaba y continúa en el cargo pese al clamor ciudadano.

Por integridad, por dignidad, por justicia: Carlos Mazón debe dimitir.
Y quienes lo sostienen, deberían preguntarse si su silencio también los convierte en responsables.

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