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Valencia

Paso a paso: Las llamadas de Mazón, su comida y su llegada al Cecopi el día de la dana

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Mazón día dana
El president de la Generalitat, Carlos Mazón, en el Centro de Cooperación Operativo Integrado (CECOPI) . EFE/ Manuel Bruque

València, 26 feb (OFFICIAL PRESS-EFE).-  La agenda oficial del president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, la tarde del 29 de octubre, el día de la dana, incluyó a las 13:45 horas una reunión con los agentes sociales en el Palau de la Generalitat y a las 21:30 horas una comparecencia en el Cecopi para informar de la situación por las inundaciones en la provincia de Valencia.

Sobre lo que hizo en ese lapso de tiempo -dónde y con quién comió, qué llamadas hizo o recibió y a qué hora llegó al Centro de Emergencias de la Generalitat, donde desde las cinco de la tarde estaba reunido el Centro de Coordinación Operativo Integrado (Cecopi)- se ha dicho lo siguiente:

La comida

En los primeros días tras la catástrofe que devastó la provincia de Valencia, desde la Generalitat se mantuvo que el president había estado en el Palau gestionando la emergencia, si bien posteriormente se dijo que había mantenido «una comida privada».

El 7 de noviembre, Mazón aseguró ante los medios de comunicación que estuvo en «un almuerzo de trabajo» y desmintió «categóricamente» que se tratara de un cumpleaños, como se había publicado.

El 8 de noviembre, la Generalitat informó de que Mazón mantuvo desde las 15:00 horas una «comida privada de trabajo» con la periodista Maribel Vilaplana en el restaurante El Ventorro de València para proponerle dirigir À Punt. Ese día se había publicado que había comido con el presidente de la CEV, Salvador Navarro -quien lo negó públicamente- y que salió «a tomar un picoteo» en los alrededores del Palau.

El 21 de noviembre, el entorno de la periodista explicó que la comida se alargó entre las 15:00 y las 17:45 horas, que el president habló varias veces por teléfono y que no le trasladó preocupación en ningún momento por la situación.

El 26 de diciembre, en respuesta a la petición parlamentaria del PSPV de la factura de la comida, la Generalitat afirmó que no tiene copia porque acudió como líder del PP valenciano y por tanto no se pagó con cargo a los presupuestos autonómicos. Al día siguiente, Mazón señaló que la presentarán al Tribunal de Cuentas y, si se considera necesario, a la comisión de investigación de Les Corts.

Las llamadas

Desde los primeros días tras la tragedia, Mazón ha mantenido que estuvo «comunicado todo el rato personalmente con todo lo que ocurría».

El 17 de noviembre, Mazón afirmó que a las 17:30 horas estaba atendiendo llamadas de la entonces consellera de Interior, Salomé Pradas, y del presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, y que habló a las 18:28 horas con el alcalde de Cullera para preguntarle por la situación, contenido que este negó.

El 18 de diciembre el entorno del presidente de la Diputación de Valencia explicó que este habló con Mazón dos veces esa tarde (a las 17:46 y 18:25 horas) a través de whatsapp, por lo que no aparecen en su registro de llamadas telefónicas, y que al menos habló dos veces más a través del teléfono de la consellera Pradas.

El 27 de diciembre Mazón insistió en que no estuvo incomunicado: «Hablé con el presidente de la Diputación, con la consellera de Emergencias, con algunos alcaldes, con compañeros de Presidencia, con responsables de Infraestructuras…».

El 13 de enero, el president aseguró que mantuvo «entre 15, 16 y 17 llamadas» entre las 17:00 y las 20:00 horas con responsables de su gobierno y de otras administraciones.

El 13 de febrero, el PSPV informa de que la Generalitat les ha negado por segunda vez el registro de llamadas del president. Cuatro días después, la Generalitat responde con una hoja de dietas del conductor de Mazón a la petición de sus trayectos en coche el día de la dana.

El 24 de febrero, en un desayuno informativo en Madrid, Mazón enumera por primera vez las llamadas que hizo o recibió esa tarde: 16 entre las 17:37 y las 19:44 horas, 5 de ellas con la consellera de Interior.

La llegada al Cecopi

El 8 de noviembre, la Generalitat informó de que, tras la comida, Mazón llegó al Palau de la Generalitat a las 18:00 horas y que se incorporó a las 19:00 horas a la reunión del Cecopi en L’Eliana.

El 15 de noviembre, en su primera comparecencia en Les Corts, Mazón afirmó que cuando le advirtieron de la situación de la presa de Forata se trasladó al Cecopi, lo que «no fue fácil», porque «el mal tiempo» produjo «gran densidad de tráfico y alargó el trayecto».

El 25 de febrero, en la respuesta enviada a la jueza que instruye la causa judicial -que requirió si había alguna autoridad más que las que componen el Cecopi cuando se acordó enviar el mensaje de alerta a la población de las 20:11 horas-, la Generalitat asegura que Mazón no estaba en ese momento.

Preguntada la portavoz del Consell, Susana Camarero, por los periodistas sobre a qué hora llegó Mazón al Cecopi, respondió: «sin duda, después de lanzar el mensaje». La Generalitat sostiene que el «comité de dirección» del Cecopi, formado por la entonces consellera de Interior y la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, decidieron el envío del mensaje que la jueza considera «tardío» y de contenido «erróneo».

Finalmente, este miércoles 26 de febrero Mazón ha dicho ante los periodistas que llegó al Cecopi a las 20:28 horas del día de la dana, 17 minutos después de que se lanzara la alerta a los móviles sobre la emergencia por las inundaciones.

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Cultura

Muere a los 47 años el valenciano Azuquita, creador del Rumbakalao e icono de la Ruta del Bacalao

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Azuquita
Azuquita-INSTAGRAM

El mundo de la música en España llora la pérdida de Pedro Bermúdez, conocido artísticamente como Azuquita, fallecido a los 47 años en Palma de Mallorca, ciudad en la que residía en los últimos años. La noticia fue confirmada por la prensa balear en la mañana del sábado 6 de septiembre de 2025 y rápidamente se difundió entre seguidores y compañeros de profesión.

Azuquita deja tras de sí un legado musical muy singular, marcado por la creación del Rumbakalao, un estilo híbrido que en los años 90 unió la rumba con los sonidos electrónicos de la mítica Ruta del Bacalao. Con esta fusión, el artista valenciano alcanzó una gran popularidad y se convirtió en uno de los nombres propios de aquella época.

El origen del Rumbakalao: la rumba se cruza con la Ruta del Bacalao

En plena efervescencia de la Ruta del Bacalao, un movimiento musical y cultural que marcó la Comunitat Valenciana y se extendió por toda España en los 80 y 90, surgió la figura de Azuquita. Mientras los clubes de Valencia y alrededores vibraban con el techno, el dance y el house, él apostó por un camino alternativo: versionar los grandes éxitos de la música de discoteca desde un prisma rumbero.

Ese experimento dio lugar al Rumbakalao, un género propio que unía el ritmo festivo y cercano de la rumba con la energía electrónica que dominaba las pistas de baile. Fue en 1993, con apenas 17 años, cuando Azuquita saltó a la fama al versionar “Así me gusta a mí” de Chimo Bayo, uno de los himnos indiscutibles de la Ruta. Su propuesta sorprendió y conectó con un público que buscaba nuevas formas de vivir la música.

Azuquita, un artista que rompió moldes en los 90

Con su estilo desenfadado, su humor característico y una personalidad cercana, Azuquita logró hacerse un hueco en la escena musical de los 90. Sus versiones convertían los éxitos electrónicos en temas que podían sonar tanto en una discoteca como en una verbena popular, lo que ampliaba enormemente su público.

Durante esa década lanzó tres discos:

  • Rumbakalao (1994)

  • Escucha que te digo (1995)

  • Sinelo Kalo (1997)

Cada uno de estos álbumes reforzaba su propuesta musical y consolidaba su imagen de artista rompedor. Su voz y su particular manera de interpretar canciones lo convirtieron en un referente de un estilo único que, aunque surgido en un contexto muy concreto, sigue siendo recordado por quienes vivieron aquella época.

La Ruta del Bacalao: un fenómeno cultural más allá de la música

Para entender la relevancia de Azuquita, es necesario recordar lo que supuso la Ruta del Bacalao. Más que un movimiento musical, fue una auténtica revolución cultural en la Comunitat Valenciana que tuvo su epicentro en discotecas míticas como Barraca, Spook, Puzzle o ACTV. Allí sonaban sesiones maratonianas de música electrónica que marcaron a toda una generación.

En ese ambiente dominado por el techno y el dance, irrumpió Azuquita con un toque inesperado: fusionar ese sonido de club con la rumba valenciana. Su propuesta, lejos de pasar desapercibida, ofreció un soplo de aire fresco y demostró que la Ruta también podía reinterpretarse desde otros estilos.

El Rumbakalao se convirtió así en un símbolo paralelo al fenómeno de la Ruta, con un aire más desenfadado y popular, que lo acercaba tanto a la cultura de la calle como a la de las discotecas.

Colaboraciones y proyección internacional

Aunque su época dorada estuvo en los 90, Azuquita no se quedó anclado en el pasado. Ya en los 2000, participó en proyectos que le llevaron más allá de España. Una de las colaboraciones más destacadas fue con el alemán Matthias Reim, lo que le permitió acercarse al público centroeuropeo.

Su versatilidad musical y su capacidad para adaptarse a diferentes estilos lo convirtieron en un artista querido dentro y fuera de la Comunitat Valenciana.

Azuquita y Los Rumba Kings: su etapa más reciente

En los últimos años, Azuquita formaba parte de Los Rumba Kings, un grupo que mantenía vivo el espíritu de la rumba española y con el que continuaba actuando en fiestas, conciertos y festivales. Desde Mallorca, su lugar de residencia, seguía compartiendo música y demostrando que su pasión por el escenario permanecía intacta.

Para sus seguidores, cada actuación era un viaje en el tiempo que recordaba la frescura de los años 90 y la época dorada del Rumbakalao.

El legado de Azuquita en la memoria musical valenciana

La muerte de Azuquita supone un golpe para quienes vivieron la Ruta del Bacalao y para los amantes de la música fusión en España. Su aportación fue única: logró unir dos mundos aparentemente opuestos, la rumba y la música electrónica, en un género propio que hoy sigue siendo recordado como una seña de identidad de los 90.

Además de su música, queda en el recuerdo su carácter alegre y su humor, que transmitía tanto en entrevistas como sobre el escenario. Su figura forma parte de la memoria colectiva de una generación que bailó sus versiones en discotecas, verbenas y fiestas populares.

La Ruta del Bacalao como patrimonio cultural

Hoy, con el paso del tiempo, la Ruta del Bacalao se reivindica como un fenómeno cultural que fue mucho más que ocio nocturno. Supuso un laboratorio musical, artístico y social que influyó en la música electrónica en España y dejó huella en generaciones posteriores.

En este contexto, artistas como Azuquita ayudaron a ampliar las fronteras de lo que podía ser la Ruta, demostrando que la innovación también cabía dentro de un movimiento ya de por sí experimental.

Un adiós con sabor a nostalgia

El fallecimiento de Azuquita a los 47 años deja un vacío en la música valenciana y en la historia reciente de la cultura popular española. Sus discos, sus versiones rumberas de clásicos de la Ruta del Bacalao y su papel en Los Rumba Kings forman parte de un legado que seguirá vivo en la memoria de sus seguidores.

En un momento en que se recupera la memoria de la Ruta y se organizan homenajes a aquel movimiento, la figura de Azuquita resurge como la de un artista que se atrevió a mezclar mundos y consiguió crear algo nuevo. Su Rumbakalao siempre será recordado como un sonido propio de los 90, un símbolo de una época irrepetible.

 

 

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