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Salud y Bienestar

Mejores Tratamientos de Fisioterapia en Valencia

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Mejores Tratamientos de Fisioterapia en Valencia
Mejores Tratamientos de Fisioterapia en Valencia

La fisioterapia es una disciplina muy eficaz que aporta importantes beneficios para el bienestar físico y mental de los pacientes.

La fisioterapia es una especialidad en pleno auge por diversos motivos. Por un lado, el aumento de la esperanza de vida y una población cada vez más envejecida requieren tratamientos de fisioterapia para preservar su calidad de vida durante más tiempo y prevenir o recuperarse de enfermedades o lesiones asociadas a la edad. Por el otro, mucha gente ha incorporado algún deporte a sus rutinas diarias y necesita de la ayuda de la fisioterapia para prevenir o recuperarse de lesiones o mejorar su rendimiento físico. Por todo ello, los tratamientos fisioterapéuticos tienen cada vez mayor demanda.

A la hora de decidir a qué centro de fisioterapia en Valencia acudir, es importante confiar únicamente en centros acreditados que cuenten con equipos de profesionales titulados y con probada experiencia. También es importante que el centro cuente con los últimos avances tecnológicos y ofrezca terapias individualizadas que se adapten a las necesidades específicas de cada paciente porque es la fórmula para obtener los mejores resultados.

Chronic Fisioterapia es un centro de referencia en la Comunidad Valenciana. Cuenta con tecnología de vanguardia y un equipo multidisciplinar y especializado compuesto por fisioterapeutas, médicos, enfermeras, nutricionistas, podólogos y licenciados en Educación Física, que trabajan sinergicamente para poder ofrecer un tratamiento integral a los pacientes con las técnicas más avanzadas.

Beneficios de la fisioterapia

La fisioterapia es una disciplina natural y segura que aporta numerosos beneficios a las personas. Es útil tanto cuando ya se padece una lesión o las secuelas de una enfermedad, como a nivel de prevención.

Las técnicas de fisioterapia alivian el dolor y la inflamación y favorecen la regeneración de los tejidos y la cicatrización de heridas. Además, se ha avanzado mucho en terapias orientadas a recuperar la funcionalidad y mejorar la calidad de vida de pacientes que han sufrido accidentes o enfermedades neurológicas agudos o crónicas.

Además, la fisioterapia también es muy eficaz para el tratamiento del suelo pélvico. Tanto para el tratamiento de la incontinencia y el dolor pélvico como para recuperar y fortalecer el suelo pélvico tras el parto.

La fisioterapia es especialmente beneficiosa para las personas mayores porque permite prevenir lesiones y enfermedades, así como retrasar el deterioro físico y cognitivo asociado al envejecimiento. Las técnicas adecuadas permiten recuperar la movilidad, la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio, minimizando las caídas y las fracturas.

Los tratamientos de fisioterapia no aportan únicamente beneficios a nivel físico. Cuando un paciente sufre algún problema o dolor incapacitante es habitual que se sienta frustrado o deprimido. La motivación que produce el percibir los avances en el tratamiento resulta sumamente beneficiosa también en el plano emocional.

Además, al reducir las tensiones musculares y aliviar el dolor, la fisioterapia mejora el descanso y la calidad del sueño, incrementando la sensación de bienestar y aportando mayor vitalidad a los pacientes.

En definitiva, la fisioterapia es una disciplina muy versátil que aporta numerosos e importantes beneficios a la gente, pero es fundamental ponerse en manos de especialistas que nos ofrezcan todas las garantías y que realicen un estudio previo para decidir el mejor tratamiento posible mediante el que lograr los resultados deseados.

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¿Por qué nos ponemos malos en vacaciones?

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¿Por qué nos ponemos malos en vacaciones?
¿Por qué nos ponemos malos en vacaciones?

Cuando llegan las vacaciones todos soñamos con descansar, desconectar del trabajo y disfrutar del tiempo libre. Sin embargo, muchas personas experimentan justo lo contrario: resfriados, problemas digestivos, dolores de cabeza, alergias o incluso bajones anímicos. Este fenómeno, tan habitual como molesto, tiene una explicación médica y psicológica. Te contamos por qué nos ponemos malos en vacaciones y qué hacer para evitarlo.


El síndrome del ocio o del descanso: la base del problema

Los especialistas lo llaman “síndrome del ocio” o “síndrome del descanso”, un fenómeno que aparece cuando, tras un periodo de alta exigencia física o mental, el cuerpo se relaja bruscamente y aparecen síntomas de enfermedad.

Durante los meses de trabajo o estudio, el organismo mantiene un nivel elevado de cortisol y adrenalina, hormonas relacionadas con el estrés. Estas sustancias ayudan a mantenernos activos, aunque también reducen la eficacia del sistema inmunológico. Cuando llega el descanso, los niveles de estrés caen en picado y el cuerpo aprovecha para mostrar todo aquello que llevaba tiempo acumulando.


Factores que explican por qué enfermamos en vacaciones

1. Bajada de defensas tras el estrés

El estrés crónico provoca que las defensas trabajen a menor rendimiento. Durante semanas o meses aguantamos gracias a la tensión diaria, pero cuando el cuerpo se relaja es más vulnerable a virus y bacterias. De ahí que sea común pillar un resfriado o una infección leve justo al inicio de las vacaciones.

2. Cambios bruscos de rutina

En vacaciones solemos alterar horarios de sueño, alimentación y ejercicio. Dormir menos o demasiado, saltarse comidas, consumir más alcohol o comidas copiosas, y la falta de actividad física repercuten directamente en el bienestar. El cuerpo, acostumbrado a un ritmo regular, reacciona con malestares digestivos, cansancio o dolor de cabeza.

3. Viajes y exposición a nuevos entornos

El hecho de viajar implica cambios de clima, altitud, huso horario y contacto con bacterias y virus diferentes. Todo ello supone un desafío para el organismo, que debe adaptarse rápidamente. Por eso, diarreas, alergias y problemas respiratorios son más frecuentes en vacaciones.

4. El “efecto rebote” del estrés acumulado

Muchos trabajadores llegan al periodo vacacional en estado de agotamiento físico y mental. Al desconectar, el cuerpo interpreta que ya puede bajar la guardia, lo que se traduce en un “reajuste” que en algunos casos se manifiesta como malestar general, dolores musculares o incluso ansiedad.

5. Problemas psicosomáticos

La salud mental también influye. La llegada de las vacaciones, con más tiempo libre y menos obligaciones, puede hacer que afloren preocupaciones que antes se mantenían en segundo plano. Esto se traduce en síntomas físicos como insomnio, dolores de estómago, migrañas o tensión muscular.


Enfermedades más frecuentes en vacaciones

  • Resfriados y gripes leves: fruto de la bajada de defensas.

  • Problemas digestivos: gastroenteritis, diarrea del viajero, indigestiones o acidez.

  • Dolores musculares y de espalda: consecuencia del estrés acumulado y cambios en la rutina de ejercicio.

  • Alergias: al polvo de hoteles, al polen en nuevas zonas geográficas o a ciertos alimentos.

  • Problemas dermatológicos: como quemaduras solares, reacciones alérgicas o eccemas.

  • Trastornos del sueño: derivados de los cambios de horario, viajes largos o exceso de actividad nocturna.


Cómo prevenir ponernos malos en vacaciones

Mantener hábitos saludables antes y durante el descanso

Lo ideal es no esperar a las vacaciones para cuidar el cuerpo. Mantener una alimentación equilibrada, dormir lo suficiente y practicar ejercicio con regularidad ayuda a que el sistema inmunológico no sufra tanto el cambio de ritmo.

Evitar los excesos

Aunque es normal disfrutar de comidas especiales, alcohol o trasnochar, conviene hacerlo con moderación. Los excesos son una de las principales causas de problemas digestivos y fatiga durante el verano.

Preparar los viajes con antelación

Si el destino implica cambios de clima, altitud o alimentación, es recomendable llevar un botiquín básico, hidratarse con frecuencia y dar tiempo al cuerpo para adaptarse. En destinos internacionales, conviene revisar las vacunas necesarias.

Escuchar al cuerpo

Muchas veces el organismo avisa antes de caer enfermo. Síntomas como cansancio extremo, insomnio, irritabilidad o dolores de cabeza recurrentes son señales de que necesitamos parar antes de que aparezca una enfermedad.

Proteger la piel y el sistema respiratorio

El uso de crema solar, ropa adecuada y medidas de higiene básicas (lavado de manos, evitar agua contaminada) reducen el riesgo de problemas en vacaciones.


Vacaciones como oportunidad de resetear el cuerpo

Aunque resulte paradójico, ponerse malo en vacaciones puede ser la forma que tiene el cuerpo de “resetearse”. El descanso permite que afloren desequilibrios que estaban escondidos bajo la rutina del estrés. Lo importante es entender este fenómeno, cuidarse y no verlo como una mala suerte, sino como una llamada de atención a la necesidad de equilibrar trabajo y salud durante todo el año.


Conclusión: disfrutar de las vacaciones sin enfermar es posible

Ponerse enfermo en vacaciones es más habitual de lo que pensamos, y no se debe únicamente a la casualidad. El estrés acumulado, los cambios de rutina y la bajada de defensas son factores clave que explican este fenómeno. La buena noticia es que, con una preparación adecuada y hábitos saludables, se puede reducir considerablemente el riesgo y disfrutar de un descanso reparador.

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