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Felipe VI: «Las instituciones debemos ser ejemplo de responsabilidad»

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rey felipe VI

Este es el discurso íntegro del Rey Felipe VI:

Buenas noches,

Mis primeras palabras en esta Nochebuena quiero dedicarlas a quienes vivís en la isla de La Palma y estáis pasando, desde hace tres meses, una situación tan dolorosa y difícil. El volcán os ha dejado a muchos sin hogar, sin medio de vida y a todos nos ha llenado de tristeza.

Hoy nuestro corazón y nuestro pensamiento siguen con vosotros. Nos sentimos muy cerca y sabéis que tenéis nuestra solidaridad y que contáis con el trabajo y el compromiso de todas las Administraciones para que podáis reconstruir, cuanto antes, vuestras vidas, vuestra economía, y rehacer así vuestros proyectos con ilusión.

El año pasado, en mi mensaje de Navidad, compartí con vosotros la necesidad de hacer un gran esfuerzo colectivo que nos permitiera superar la COVID-19, con la esperanza puesta en la ciencia y especialmente en las vacunas.

Un año después —y siempre con toda la prudencia necesaria— la situación es diferente. Hemos avanzado sustancialmente en la lucha contra la pandemia gracias al descubrimiento y autorización de las vacunas, al gran número de españoles que se ha vacunado así como al propio proceso de vacunación en nuestro país, del que podemos sentirnos especialmente satisfechos.

Aun así, estamos viendo que el virus todavía tiene la capacidad de hacernos daño, de muchas maneras. Se vuelve a transmitir muy rápidamente y, por tanto, el riesgo no ha desaparecido. Al contrario. Por ello, debemos seguir teniendo cuidado, protegernos y actuar con la mayor responsabilidad individual y colectiva. Todos tenemos que hacer lo posible para no dar pasos atrás en esta crisis sanitaria que tanto sufrimiento ha causado; y a cuyas víctimas recordamos, especialmente, en estas fechas. Y nuevamente al personal sanitario —en estos momentos— les damos inmensas gracias, con todo nuestro apoyo y ánimo.

También en este último año muchos ciudadanos continúan padeciendo las consecuencias sociales, económicas y también emocionales derivadas de la pandemia. Por una parte, nuestra economía ha vuelto a crecer y a recuperar la gran mayoría de los puestos de trabajo que se habían visto temporalmente suspendidos; y la cifra de ocupados evoluciona a un ritmo realmente positivo. Pero por otra, ha aumentado el número de personas en situación de vulnerabilidad, y hoy en día existe preocupación en muchos hogares por la subida de los precios, el coste de la energía o por las dificultades para encontrar un empleo estable, especialmente para los jóvenes.

Y junto a todo ello, es verdad que en el mundo es un hecho que los países dependemos, cada vez más, los unos de los otros; y que se requieren soluciones a nivel mundial para muchos de los desafíos que compartimos, como es el caso de la salud, que exige una colaboración internacional más eficaz y más reforzada.

También, las nuevas tecnologías están cambiando los tradicionales modos de producción de las empresas y por tanto influyen en el concepto mismo del trabajo, tal y como siempre lo habíamos conocido; la ciencia avanza, y para bien, pero está modificando muchos aspectos de nuestras vidas personales y en comunidad. A la vez observamos cómo, en ocasiones, se ponen a prueba nuestras convicciones, nuestros valores o se ven afectados nuestros principios de organización social y de convivencia en libertad.
Estos son algunos ejemplos de los retos que tenemos por delante y que muestran los tiempos tan complicados que vivimos; tiempos que nos obligan a permanecer muy alerta en un escenario, sin duda, lleno de incertidumbres y de contrastes.

Ante esta situación ¿qué hacer?, ¿tenemos que dejarnos llevar por el pesimismo?; ¿debemos caer en el conformismo, esperando que los problemas se resuelvan por sí solos? Yo creo que no.

Creo, por el contrario, que debemos reaccionar: Debemos entender y asumir las nuevas transformaciones que —de manera tan acelerada— estamos viviendo, tomar la iniciativa e intentar ir por delante de los acontecimientos; y debemos igualmente adaptarnos rápidamente a los cambios, teniendo siempre claros nuestros grandes objetivos y prioridades como país. Porque también es un tiempo de nuevos proyectos, de nuevas ideas y oportunidades; de iniciativas llenas de ambición por mejorar y progresar.

 

Todos deseamos una sociedad avanzada en lo económico y social, con empleo estable y digno, y con un Estado del Bienestar sólido; queremos una sociedad que siga impulsando la igualdad entre hombres y mujeres, que favorezca el progreso individual y social; y aspiramos —por supuesto— a que sea puntera en tecnología, en innovación, que esté en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático y plenamente comprometida con la sostenibilidad de nuestro planeta y su equilibrio medioambiental.

Creo sinceramente que los desafíos que tenemos por delante representan para España, como para muchas otras naciones, una auténtica encrucijada; pero son sin duda una oportunidad histórica, incluso una exigencia para ponernos al día, para actualizar y modernizar nuestro país, manteniéndonos firmes en nuestros principios democráticos y en los valores que inspiran nuestra convivencia. Porque en lo que hagamos o decidamos de ahora en adelante está en juego que podamos seguir progresando junto a las naciones más avanzadas o que perdamos el paso en nuestro camino.

Y en esa gran tarea, las instituciones tenemos la mayor responsabilidad. Debemos tener siempre presente los intereses generales y pensar en los ciudadanos, en sus inquietudes, en sus preocupaciones, estar permanentemente a su servicio y atender sus problemas. Debemos estar en el lugar que constitucionalmente nos corresponde; asumir, cada uno, las obligaciones que tenemos encomendadas; respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral.

Para todo ello, el entendimiento y la colaboración son actitudes necesarias que dignifican las instituciones; más aún, las fortalecen, porque generan la confianza de los ciudadanos. Y las diferencias de opinión no deben impedir consensos que garanticen una mayor estabilidad, mayor bienestar en los hogares y den la necesaria tranquilidad a las familias ante su futuro.

Pero sin duda, también la sociedad tiene que desempeñar un papel esencial en estos tiempos de cambio. Las circunstancias, muchas de ellas nada fáciles, que nos ha tocado vivir, sobre todo a lo largo de estos últimos 40 años, nos han forjado como una sociedad fuerte y responsable; y enormemente solidaria, como hemos comprobado desde el comienzo de esta pandemia. Son nuestros valores cívicos, junto al talento, la vitalidad y la energía que tenemos en la industria, en los servicios o el campo, los que deben estar muy presentes en la construcción de nuestro futuro.

Si sabemos adónde nos queremos dirigir, también debemos ser conscientes de dónde venimos:

El cambio tan profundo de España en estas más de cuatro décadas de democracia y libertad ha sido extraordinario, y no ha sido fruto de la casualidad. Se ha basado en el esfuerzo y el sacrificio de muchas personas, de millones de españoles. Y se ha debido a muchas razones: sentido de la historia, grandes acuerdos, generosidad, responsabilidad y visión de futuro.

Ese gran proyecto de transformación lo simboliza y representa nuestra Constitución, con la que nos integramos plenamente en las modernas democracias occidentales y cuyo espíritu nos convoca a la unidad frente a la división, al diálogo y no al enfrentamiento, al respeto frente al rencor, al espíritu integrador frente a la exclusión; nos convoca permanentemente a una convivencia cívica, serena y en libertad.

La Constitución ha sido y es la viga maestra que ha favorecido nuestro progreso, la que ha sostenido nuestra convivencia democrática frente a las crisis, serias y graves de distinta naturaleza, que hemos vivido, y merece por ello respeto, reconocimiento y lealtad.

Y nuestro futuro como país va muy de la mano de la Unión Europea; así lo entienden mayoritariamente los españoles. Europa fue una aspiración y un objetivo, y hoy es una gran realidad política, económica, social y cultural, en la que compartimos con nuestros socios nacionales europeos unos mismos valores democráticos que nos ofrecen un marco institucional de estabilidad, de seguridad, y de confianza. Y también de nuevas oportunidades.

Hemos visto como la lucha contra la pandemia, con toda su complejidad, ha reforzado a la propia Unión, que ha asumido compromisos muy importantes —sin precedentes— en salud, economía y empleo. Y ahora la Unión se abre a la oportunidad de invertir fondos europeos en la modernización de nuestro país y de nuestras empresas, en una economía necesariamente cada vez más digital, más verde y más inclusiva. Es una ocasión única que no podemos desaprovechar.

El momento es difícil, desde luego, pero detenernos hoy es quedarnos atrás; es retroceder. Hay que seguir adelante porque la Historia nos enseña que los españoles hemos sabido cómo reaccionar y sobreponernos ante las adversidades. Ahora se abre ante nosotros un futuro que nos exige ─a todos─ responsabilidad, voluntad de colaborar y entendernos; y necesita —ese futuro— que confiemos más en nuestras propias fuerzas como Nación. Y no tengo duda de nuestro compromiso, de nuestra capacidad; y de que, con decisión, con empuje y carácter, lo conseguiremos.
No me extiendo más, pero recordemos que esta noche también hay muchas personas velando por nuestra salud, por nuestra seguridad y tranquilidad, y garantizando los servicios públicos… Todos ellos, merecen nuestro reconocimiento y que les tengamos especialmente presentes en estas fechas.

Gracias por vuestra atención; y con la paz y la alegría que esta noche representa, junto a la Reina y nuestras hijas la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, os deseo a todos que tengáis una muy feliz Navidad y Año Nuevo.

Eguberri On, Bon Nadal, Boas Festas.

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Si utilizas Bizum, ojo a lo que llega en 2026: los cambios que va a implantar Hacienda 

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Estafa Bizum inverso
Usuarios con la aplicación de Bizum. / ARCHIVO

Hacienda refuerza el control sobre Bizum a partir de 2026

El inicio de 2026 traerá importantes novedades fiscales que afectarán de lleno a los sistemas de pago digitales. Entre ellos, Bizum será uno de los principales protagonistas. A partir del 1 de enero de 2026, la Agencia Tributaria intensificará el control sobre esta plataforma y otros medios de pago electrónico con el objetivo de reforzar la lucha contra el fraude fiscal.

El cambio se enmarca en el Real Decreto 253/2025, que reconoce el creciente peso de los sistemas de pago digitales —más allá de las tarjetas bancarias tradicionales— y la necesidad de integrarlos de forma plena en los mecanismos de control tributario.

Por qué Hacienda pone el foco en Bizum y otros pagos móviles

Según ha explicado la Agencia Tributaria, el auge de los pagos a través del teléfono móvil, tarjetas virtuales y plataformas digitales ha generado nuevas formas de cobro difíciles de rastrear con la normativa anterior. Por ello, la reforma incorpora expresamente a las entidades de pago y de dinero electrónico como sujetos obligados a facilitar información fiscal, al mismo nivel que las entidades financieras tradicionales.

En este contexto, se redefine el modelo 170 para que incluya cualquier sistema de pago que opere mediante tarjetas físicas o virtuales, dinero electrónico o números de teléfono móvil, como es el caso de Bizum.

Qué cambia exactamente a partir de enero de 2026

Uno de los cambios más relevantes es la eliminación del umbral mínimo de 3.000 euros. Hasta ahora, las entidades solo estaban obligadas a informar a Hacienda de operaciones que superaran esa cantidad. Con la nueva normativa, cualquier importe será comunicado.

Además, la periodicidad de la información cambia de forma sustancial:

  • Se elimina el límite de 3.000 euros para informar de operaciones.

  • La información sobre cobros y pagos pasa de ser anual a mensual.

  • Se refuerza el control sobre empresas y autónomos que utilicen Bizum u otros sistemas similares.

En la práctica, esto significa que cualquier cobro que una empresa o un autónomo realice a través de Bizum —aunque sea por un importe reducido— quedará reflejado en el informe mensual que la plataforma deberá remitir a la Agencia Tributaria.

A quién afectan estos cambios: empresas y autónomos

La reforma afecta directamente a profesionales, autónomos y empresas que utilicen Bizum como medio de cobro. La información que se trasladará a Hacienda incluirá, entre otros datos, la identificación completa del profesional, el número de teléfono o comercio asociado al sistema de cobro, el importe facturado mensualmente y la cuenta bancaria vinculada.

También se diferenciarán los cobros realizados mediante tarjeta y los asociados a pagos móviles, lo que permitirá a la Administración contar con una trazabilidad mucho más detallada de la actividad económica.

¿Qué pasa con los Bizum entre particulares?

Uno de los aspectos que más inquietud ha generado entre los usuarios es si Hacienda controlará los Bizum entre amigos o familiares, como el pago de una cena, un regalo o gastos compartidos. La respuesta es clara: no.

La Agencia Tributaria ha precisado que solo se informará de aquellas operaciones en las que el destinatario tenga un contrato de carácter profesional o empresarial. Por tanto, los Bizum entre particulares quedan excluidos de esta obligación informativa y no se verán afectados por la nueva normativa.

Cambios adicionales en cuentas bancarias y tarjetas

La reforma no se limita únicamente a Bizum. También introduce novedades en la información relativa a cuentas bancarias y tarjetas. En el caso de las cuentas, se mantiene la obligación de comunicar los datos económicos en el último período mensual del ejercicio.

En cuanto a las tarjetas bancarias, se establece la obligación de informar anualmente sobre todas las operaciones realizadas, incluyendo abonos, cargos, recargas, retiradas de efectivo y pagos en establecimientos. Solo quedarán excluidas aquellas tarjetas cuyo volumen anual de operaciones no supere los 25.000 euros, sumando cargos y abonos.

La información remitida a Hacienda incluirá datos como el número de contrato de emisión de la tarjeta, la identificación de los titulares, el tipo de tarjeta, el número total de operaciones, los importes acumulados y la cuenta bancaria asociada.

El objetivo de la reforma fiscal sobre Bizum

Con estas medidas, Hacienda busca disponer de información más precisa y actualizada para prevenir el fraude fiscal y mejorar la eficacia recaudatoria. La Agencia Tributaria ha señalado que ya está enviando comunicaciones informativas a los profesionales para que conozcan con antelación las nuevas obligaciones que entrarán en vigor en 2026.

El uso de Bizum seguirá siendo totalmente legal y válido, pero a partir del próximo año su utilización con fines profesionales estará sometida a un control fiscal mucho más exhaustivo.

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