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Los 22 ministros de Sánchez prometen sus cargos ante el rey: los ‘gestos’ y anécdotas

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ministros de Sánchez prometen cargos ante el rey
Casa de S.M. el Rey
Madrid (OFICIAL PRESS-EFE).- Los 22 ministros del gobierno de coalición de PSOE y Sumar han prometido este martes sus cargos ante Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela con el compromiso de respetar la Constitución y mantener “la lealtad al rey”.

Ante un ejemplar de la Constitución y sin símbolos religiosos, los ministros, de ellos, nueve que se estrenan, han ido desfilando uno a uno por el Salón de Audiencias para leer la fórmula de la promesa ante el monarca y con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los otros poderes del Estado como testigos.

El primero en acatar la carta magna ha sido Félix Bolaños al pasar a ser el nuevo titular de Justicia, además de Presidencia y Relaciones con las Cortes, por lo que le ha correspondido ejercer como notario mayor del Reino en la promesa de los demás ministros.

Félix Bolaños, ministro de Justicia y Presidencia-Casa de S.M. el Rey

A continuación, han cumplido el trámite las cuatro vicepresidentas, seguidas de los titulares de los llamados ministerios de Estado y del resto en orden de antigüedad de cada departamento, por lo que Sira Riego, de Juventud e Infancia, ha sido la última.

Tras prometer por su “conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones” del cargo, “con lealtad al rey, y guardar y hacer guardar la Constitución”, buena parte de ellos han rematado el acatamiento remarcando que mantendrán “el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros y Ministras”, también en femenino.

La nueva titular de Igualdad, la socialista Ana Redondo, ha sido la más categórica al hacer hincapié en la mención de los dos géneros.

“Ministros y ministras, por supuesto”, ha enfatizado Redondo al concluir su promesa.

Gestos y anécdotas

La carta magna sobre la que han prometido ha estado abierto por el artículo 100, el referido al nombramiento y separación de sus cargos de los miembros del Gobierno.

No han apoyado su mano derecha en el ejemplar la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, Bolaños y el encargado de Transformación Digital, José Luis Escrivá, quien ha mantenido sus manos entrelazadas durante la lectura.

La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ha protagonizado la primera anécdota, puesto que después de la promesa, no tenía claro dónde situarse.

“Con la de veces que he venido”, ha comentado Calviño al rey de forma distendida al final del acto.

Antes de la promesa, los ministros han pasado por delante de Sánchez y del rey, ante quienes algunos han hecho una inclinación con la cabeza algo más marcada, como Luis Planas (Agricultura), Óscar Puente (Transportes) y la nueva responsable de Sanidad, Mónica García, de Sumar.

Otros han mirado a Felipe VI cuando han expresado que desempeñarán su cargo con “lealtad” al rey.

García también ha guiñado el ojo a Díaz con una sonrisa cuando han leído su nombramiento al inicio de la ceremonia.

Una vez que todos han acatado la Constitución, se han hecho la foto de familia con el rey y con Sánchez y luego han mantenido una charla informa a puerta cerrada.

“Podemos romper filas”, ha señalado en tono de broma María Jesús Montero, la nueva vicepresidenta cuarta, para deshacer el posado.

Al acto han asistido la presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol; el del Senado, Pedro Rollán, del PP; el del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, y el del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) por suplencia, Vicente Guilarte.

Una vez formalizada la promesa, los ministros van a asumir las carteras de la mano de sus antecesores en las sedes de cada ministerio.

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Maquillaje y contouring para aparentar derrota: la puesta en escena más cínica de Pedro Sánchez

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Maquillaje Pedro Sánchez
Pedro Sánchez visiblemente maquillado

El presidente del Gobierno apareció con un rostro visiblemente maquillado y gesto compungido en su comparecencia tras el informe de la UCO sobre corrupción en el PSOE.

La comparecencia de Pedro Sánchez el pasado jueves en la sede del PSOE en Ferraz no fue simplemente una rueda de prensa: fue una puesta en escena medida al milímetro. El presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas apareció con semblante serio, voz apagada y un gesto que quería transmitir preocupación y abatimiento. Pero hubo un detalle que no pasó desapercibido para nadie: su rostro, visiblemente maquillado, usó técnicas de contouring propias del maquillaje profesional, con las que, lejos de embellecerse, buscaba aparentar desgaste, tristeza y preocupación.

Comunicación política o maquillaje emocional

En política, la imagen lo es todo. La forma en la que un líder comunica —ya sea con palabras, gestos o presencia escénica— puede ser tan poderosa como el contenido de su mensaje. En esta ocasión, Pedro Sánchez parecía haberlo entendido a la perfección. Frente a las cámaras, lució un tono de piel bronceado que contrastaba con el maquillaje oscuro aplicado en los pómulos, mandíbula y sienes, una técnica conocida como contouring, utilizada para dar profundidad y esculpir el rostro.

Pero, en lugar de proyectar una imagen cuidada, este maquillaje generó un efecto contraproducente: su rostro apareció demacrado, con rasgos marcados, ojeras acentuadas y un rictus dramático. Una imagen que, unida a su discurso en tono bajo y afectado, buscaba transmitir un mensaje muy concreto: soy una víctima más de la traición y la corrupción que me rodea.

El objetivo: generar empatía

El caso de Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE y señalado en un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por su supuesta implicación en un cobro de comisiones, ha golpeado directamente al núcleo duro del sanchismo. Y Sánchez ha reaccionado con una estrategia que combina distanciamiento institucional y victimismo personal. Ha pedido perdón a los militantes del partido y a la ciudadanía, ha admitido que confiaba en Cerdán hasta el último momento y ha asegurado que no tenía conocimiento previo del informe policial.

Sin embargo, este mensaje no ha calado como él esperaba. Las redes sociales ardieron en críticas, memes y comentarios que denunciaban la artificialidad de su puesta en escena. El hashtag #MaquillajeDeFerraz se convirtió en tendencia, y usuarios y analistas coincidieron en señalar que el presidente había querido parecer más afectado de lo que realmente está.

El sudor del poder

Durante la intervención, otro detalle llamó especialmente la atención: la sudoración excesiva en el rostro de Sánchez. A medida que avanzaba la rueda de prensa, los brillos en la frente, el labio superior y los pómulos se hicieron más visibles. Un efecto que, lejos de humanizar su imagen, incrementó la sensación de nerviosismo y teatralidad. ¿Sudaba por tensión real o por un maquillaje mal aplicado bajo los focos?

El resultado fue una escena que muchos tildaron de “tanatorio político”, con un líder que quiso proyectar desolación, pero que terminó generando escepticismo. Incluso periodistas y profesionales del maquillaje han comentado en redes que la ejecución del contouring fue excesiva y poco natural, logrando el efecto contrario al deseado: una imagen artificiosa.

La estética al servicio de la estrategia

Esta no es la primera vez que la imagen de Pedro Sánchez es objeto de análisis. Desde su llegada a La Moncloa, ha mostrado un especial cuidado por su apariencia pública. De hecho, fuentes oficiales han reconocido que el gasto en peluquería, maquillaje y asesoría de imagen del presidente ha aumentado de forma notable desde 2020. Según datos publicados, el presupuesto de imagen se duplicó en esta legislatura, lo que evidencia que, para Sánchez, la estética también es política.

En esta ocasión, la puesta en escena fue más allá del maquillaje. La elección de Ferraz como escenario, el contraste del traje oscuro con la camisa blanca, el tono sombrío de su discurso y la decisión de comparecer sin el logo oficial del Gobierno buscaban un único propósito: salvar la figura institucional del presidente y dejar claro que lo que está en entredicho es el partido, no el Ejecutivo.

¿Víctima o estratega?

El debate está servido: ¿fue Pedro Sánchez víctima de la traición de su entorno o un estratega que quiso aprovechar la ocasión para reafirmar su liderazgo ante la tormenta? Lo cierto es que, al despedir a Cerdán, ha lanzado un mensaje claro de corte de cabezas, intentando transmitir que no le temblará el pulso frente a la corrupción. Pero al mismo tiempo, se aferra al poder y descarta cualquier cambio profundo o elecciones anticipadas. Su objetivo, como él mismo ha declarado, es gobernar hasta 2027.

A ojos de la ciudadanía, sin embargo, este movimiento puede resultar insuficiente. Las explicaciones dadas hasta ahora, tanto en lo político como en lo penal, siguen generando muchas dudas. Y la puesta en escena de Sánchez, con maquillaje dramático incluido, ha sido percibida por muchos como una maniobra de distracción más que como un gesto sincero.

Reacciones en redes: del meme al escándalo

En pocas horas, la imagen de Pedro Sánchez se convirtió en blanco de burlas y críticas. Usuarios como @manuel_llamas o @EL00LEON compararon su aspecto con personajes de ficción y criticaron duramente lo que consideran una farsa política: “El PSOE ha contratado al equipo de maquillaje de The Walking Dead para esta rueda de prensa”, ironizaba uno de ellos. Otros señalaban el uso del maquillaje como “una técnica manipuladora” para generar lástima.

Analistas políticos también han cuestionado el momento elegido para la comparecencia: justo después de que se conociera el informe de la UCO que implica al núcleo de confianza del presidente en posibles tramas de adjudicación de obras públicas a cambio de comisiones. En ese contexto, la imagen compungida de Sánchez parecía, para muchos, una cortina de humo.

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