La NASA ha aplazado hasta el lunes el lanzamiento desde Cabo Cañaveral (Florida) de la misión lunar no tripulada Artemis I a causa de una fuga de combustible, según ha confirmado la agencia en sus redes sociales. Se trata del segundo aplazamiento de la misión por razones técnicas en un plazo de cinco días.
El objetivo de esta misión, que pretende allanar el camino para que astronautas de EE.UU. puedan volver a la Luna, es poner a prueba las capacidades del poderoso cohete SLS (Space Launch System), de 98 metros de altura, y la nave Orión, con capacidad para cuatro astronautas.
Misión Artemis:
«Los equipos encontraron una fuga de hidrógeno líquido mientras cargaban el propulsor en la etapa central del cohete Space Launch System (SLS)», explicó la NASA.
Los «múltiples esfuerzos» para solucionar el problema mediante la recolocación del sello no sirvieron, como se comprobó al volver a bombear el combustible hacia el cohete, por lo que «el director de lanzamiento canceló el intento de lanzamiento de Artemis I previsto para hoy», señaló la agencia espacial en un mensaje en la web de la misión Artemis I.
The #Artemis I mission to the Moon has been postponed. Teams attempted to fix an issue related to a leak in the hardware transferring fuel into the rocket, but were unsuccessful. Join NASA leaders later today for a news conference. Check for updates: https://t.co/6LVDrA1toypic.twitter.com/LgXnjCy40u
El inicio de la misión podría retrasarse hasta octubre
La NASA ha anunciado que el inicio de la misión no tendrá lugar este lunes o martes sino más adelante en una fecha que se determinará a comienzos de la próxima semana. «Lo más probable es que sea después de la partida de la misión Crew-5, lo que significa en la segunda mitad de octubre», ha dicho la agencia espacial estadounidense.
«La seguridad es lo primero de la lista«, ha asegurado el administrador de la NASA, Bill Nelson, quien ha restado importancia a la suspensión del lanzamiento de este sábado diciendo que los intentos fallidos forman parte de los programas espaciales.
Nelson ha subrayado en la rueda de prensa que la misión no se va a iniciar «hasta que no esté todo bien» y que está descartado hacerlo en este periodo de lanzamiento, cuya última fecha es este martes. El siguiente periodo se inicia el 19 de septiembre, pero el más probable es el que comienza el 17 de octubre.
Los directivos de la NASA que han acompañado a Nelson en la rueda de prensa, Jim Free y Mike Sarafin, han dicho que todavía no está decidido si el cohete SLS con la nave Orión en la punta será revisado en la plataforma de lanzamiento o si será llevado hasta el edificio de ensamblaje de vehículos en el complejo espacial de Cabo Cañaveral.
Como ocurrió el pasado 29 de agosto, cuando hubo que cancelar un primer intento debido a un fallo en uno de los cuatro motores RS-25 del SLS, la llamada «costa del Espacio»estaba llena de visitantes deseosos de contemplar el lanzamiento. Según un medio local, unas 400.000 personas se han desplazado a la zona de la base área y el Centro Espacial Kennedy.
Una misión de seis semanas
El cohete SLS, con un costo de 4.100 millones de dólares, pondrá en el espacio a la nave Orion para una misión de 37 días, 23 horas y 53 minutos un periodo en el que, quitando los viajes de ida y de vuelta, la nave Orion estará orbitando la Luna.
Una vez que deje la órbita lunar, Orion, la nave más poderosa de las hasta ahora construidas, capaz de alcanzar una velocidad de 24.500 millones de millas por hora (39.428 km/h), emprenderá el viaje de regreso.
Tras ingresar de nuevo en la atmósfera terrestre, caerá al océano Pacífico, al oeste de San Diego (sur de California). Cuando regrese a la Tierra Orion habrá recorrido 1,3 millones de millas (más de dos millones de kilómetros).
La NASA tiene previstas otras dos misiones Artemis. La segunda será un viaje tripulado hasta la Luna y la tercera pondrá en la superficie del satélite terrestre la primera tripulación en más de 50 años. En la tercera irán la primera mujer y la primera persona de color que viajen a la Luna.
La misión Apolo 17 de la NASA, iniciada en diciembre de 1972, fue la última en la que astronautas estadounidenses viajaron a la Luna y caminaron sobre su superficie.
El hombre pisó la Luna por primera vez el 20 de julio de 1969 durante la histórica misión de la NASA Apolo XI. El cohete Saturno V, con la nave Eagle en su punta, despegó de Cabo Cañaveral cuatro días antes con Neil Armstrong, Michael Collins y Buzz Aldrin como tripulantes.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este viernes que “no descarta” la posibilidad de una guerra con Venezuela, en medio de crecientes tensiones entre ambos países. Esta declaración se produce pocos días después de que Trump ordenara un bloqueo a los petroleros que entran y salen de Venezuela, medida que busca presionar al gobierno de Nicolás Maduro en un contexto de conflicto político y económico prolongado.
Según la Casa Blanca, la acción también forma parte de un esfuerzo más amplio para combatir el narcotráfico en el Caribe, tras recientes bombardeos y ataques contra lanchas sospechosas que supuestamente transportaban drogas hacia Estados Unidos. No obstante, analistas internacionales advierten que estas operaciones podrían escalar rápidamente y derivar en un enfrentamiento militar directo.
Contexto histórico y geopolítico
Las relaciones entre EE. UU. y Venezuela han estado marcadas por la tensión desde hace décadas, especialmente tras la llegada de Hugo Chávez al poder y la posterior administración de Nicolás Maduro. La imposición de sanciones económicas, bloqueos comerciales y restricciones financieras ha sido una constante de la política estadounidense hacia Caracas, buscando limitar los recursos del gobierno venezolano y presionar por cambios democráticos.
El anuncio de Trump se suma a esta dinámica, generando preocupación en la región y entre los aliados de Estados Unidos. Algunos expertos señalan que la combinación de sanciones, bloqueos y declaraciones beligerantes podría aumentar la inestabilidad política y económica en Venezuela, con efectos negativos también para los países vecinos.
Reacciones internacionales
Organismos internacionales y gobiernos de la región han seguido con atención las declaraciones de Trump. Aunque aún no hay una respuesta oficial de Caracas, se espera que Venezuela incremente sus medidas de defensa y diplomáticas ante cualquier escalada.
En EE. UU., analistas políticos debaten sobre la viabilidad de un conflicto armado, señalando que aunque Trump no descarta la guerra, la probabilidad de un enfrentamiento directo podría depender de factores internos y de la presión de aliados internacionales.
Conclusión
La declaración de Donald Trump sobre una posible guerra con Venezuela refleja la persistente tensión entre ambos países y el riesgo de que medidas económicas y militares escalen hacia un conflicto abierto. Mientras tanto, la comunidad internacional observa de cerca los movimientos en el Caribe y las decisiones políticas de Washington y Caracas.
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