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TIPS Y BELLEZA

Los 4 mitos y verdades sobre el chocolate

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mitos y verdades sobre el chocolate

Desde la Organización de Consumidores (OCU) han desvelado algunos mitos y verdades sobre el chocolate. Blanco, negro, con leche, frutos secos, licor o fruta… Chocolates hay muchos y rumores sobre sus efectos secundarios también. Los efectos atribuidos a este alimento son incontables, pero no todos son ciertos.

Mitos y verdades sobre el chocolate:

Chocolate negro, más estimulante y saciante

El chocolate está compuesto por varias sustancias y entre ellas están la cafeína y la teobromina, que se caracterizan por estimular el sistema nervioso central. «Esto explicaría porque cuando comemos chocolate nos sentimos (temporalmente) más enérgicos. Ahora bien, hay que tener cuidado con no abusar de este alimento, pues podríamos acabar padeciendo episodios de nerviosismo o taquicardia si lo ingerimos en grandes cantidades», señalan desde OCU.

Generalmente, 100 gramos de chocolate con leche contienen solo 20 mg de cafeína y esta misma cantidad de chocolate negro 60-69 % cacao tiene 64 mg. Por suerte, estas cifras no deben de preocuparnos en exceso si una persona que goza de buena salud, ya que hay margen de sobra. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), un consumo de hasta 400 mg de cafeína al día no supone ningún problema para la mayoría de los adultos sanos.

En cuanto a su poder saciante, está demostrado que el negro sacia más que el resto de tipos de chocolate.

Ni adictivo ni antidepresivo

A menudo, se habla de las propiedades antidepresivas del chocolate debido a la presencia de moléculas como la feniletilamina, la anandamina o el triptófano. Sin embargo, este efecto no está demostrado, por lo que la EFSA no avala esta afirmación.

Lo que sí es cierto es que comer chocolate despierta en nosotros un sentimiento de confort y placer. Esto se debe a que su consumo aumenta la secreción de serotonina, lo que genera satisfacción.

Respecto a los beneficios para el corazón, no hay evidencia que los flavonoides presentes en los sólidos del cacao tengan este efecto.

No culpes al chocolate del acné
Aunque muchas personas relacionan la aparición de acné con el consumo de chocolate, sentimos decir que, hasta la fecha, no hay ningún estudio que demuestre que un tipo de comida mejore o empeore la aparición de granos.

Es más probable que detrás de este problema causado por un trastorno de las glándulas sebáceas se encuentran factores como la herencia, los desórdenes hormonales, el ciclo menstrual, la toma de medicamentos, algunos cosméticos, irritaciones, o el exceso de humedad o calor que el haber comido chocolate.

En cualquier caso, te recomendamos que sigas una dieta variada, sin abusar de los azúcares y las grasas, para prevenir la posible aparición de acné.

El chocolate blanquecino puede comerse

El chocolate es un producto frágil que puede perder brillo y coger una coloración mate blanquecina o grisácea si no se conserva bien. A pesar de que el aspecto y la textura lo hacen menos apetitoso, esto no hace que deje de ser apto para el consumo.

Este fenómeno se debe principalmente a la formación de cristales de azúcar o de materias grasas. ¿Y cómo ocurre esto?

La cristalización del azúcar suele pasar porque hemos guardado el chocolate en un ambiente con mucha humedad. Esto hace que el azúcar migre a la superficie, se cristalice y se forme una película.
La cristalización de materias grasas es un problema menos conocido, provocado por la grasa del cacao y la leche cuando están en contacto con otros ingredientes (galletas, frutos secos…).
Si quieres mantener el chocolate con buen aspecto, guárdalo en un lugar seco, aireado, protegido de la luz y a 18-20 ˚C de temperatura.

Fuente: OCU.org

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¿Utilizas correctamente el protector solar?

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Disfrutar del sol y de un bonito bronceado no está reñido con la seguridad y la protección de la piel. Con la llegada del verano lucir una piel bronceada se convierte en una prioridad, pero antes hay que tener conciencia de la importancia de protegerse con el índice de protección adecuado a cada tipo de piel y circunstancias.

Para diferenciar los diferentes tipos de piel se establecen los fototipos, que indican la sensibilidad de cada persona a la radiación ultravioleta y la capacidad de broncearse:

  • Fototipo I:personas que nunca se broncean, siempre se queman y suelen tener el pelo pelirrojo y ojos azules.
  • Fototipo II: personas que en ocasiones se broncean e igualmente se queman. Suelen tener el pelo rubio, ojos azules o verdes.
    -Fototipo III: personas que siempre se broncean y rara vez se queman. Suelen tener el pelo castaño y los ojos marrones o grises.
  • Fototipo IV: personas que siempre se broncean y nunca se queman y que, por lo general suelen tener el pelo negro y los ojos marrones.

Cuanto menor sea el número del fototipo mayor tendrá que ser el factor de protección de la crema solar. Personas que pertenezcan al fototipo I deberán aplicarse un protector cuyo factor solar sea superior a SPF 50 y con mayor asiduidad.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que los niños son mucho más sensibles al sol que los adultos, por lo que será necesario tomar otras medidas adicionales. La exposición de los bebés directamente es importante evitarla y si no fuera posible, será necesario utilizar productos específicos para su tipo de piel.

Para los pequeños hay que evitar la exposición al sol durante las horas de máxima intensidad y si lo hiciesen deberán estar protegidos con ropa ligera y adecuadas, así como un protector solar específico para cada edad y tipo de piel, pero un factor nunca inferior al SPF 50.

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