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Salud y Bienestar

‘Píldora: El mito de los descansos y el de la fertilidad’, por el Dr. Ezequiel Pérez Campos

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Píldora: El mito de los descansos y el de la fertilidad
PEXELS

Dr. Ezequiel Francisco Pérez Campos

Tras el preservativo, la píldora es el método anticonceptivo más utilizado en España. A pesar de sus 55 años de edad y de su presencia en nuestro país más de 45, todavía existen “leyendas urbanas”, en terminología actual, respecto a su manejo y a las consecuencias de su uso.

Vamos a detenernos, de entrada, en dos falsas creencias o mitos sobre la píldora, muy arraigadas en el medio social y que perjudican un uso racional y basado en el conocimiento científico médico.

Uno de estos mitos es el de los descansos. Muchas mujeres descansan uno o dos ciclos cada 6 u  8 ciclos de uso para “normalizar el uso de sus ovarios y depurarse”. La píldora provoca un cese de la ovulación, pero no un perjuicio de las funciones del ovario, que se reanudarán, con la normalidad de la que gozaran antes del uso de la píldora, cuando se suspende el mismo.

Los descansos no aportan ninguna ventaja ni previenen ningún inconveniente. Sin embargo, sus consecuencias pueden ser negativas, en forma de embarazo no deseado o de reaparición de un mayor riesgo de aparición de trombos venosos.

Es cierto que muchas veces es el facultativo o el resto de los agentes de la salud los que aconsejan la realización de estos descansos, pero estos no tienen base científica alguna y es una práctica que sólo tiene implantación en España.

La segunda falsa creencia es la de que la fertilidad de las mujeres que han usado la píldora puede verse afectada negativamente. La píldora no aumenta la posibilidad futura de gestación, pero tampoco la disminuye. Obviamente, el paso del tiempo tiene efecto de disminución de la fertilidad en las mujeres, pero este fenómeno se da con o sin la utilización de la píldora anticonceptiva.

Por tanto, desmontando mitos y “leyendas urbanas”:

  1. No es necesario realizar descansos en la toma de la píldora anticonceptiva cada cierto número de ciclos.
  2. No disminuye la fertilidad de la mujer por el hecho de usar la píldora.

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Salud y Bienestar

¿Por qué no se deben guardar los medicamentos en la cocina o el baño?

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Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

Guardar los medicamentos en los sitios adecuados de casa es mucho más importante de lo que creemos. La Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) avisa sobre esta cuestión para que no se desencadenen problemas de salud.

Ahora que ya es habitual que el termómetro roce o supere los 40 grados en los meses de verano, determinados medicamentos pueden alterar la adaptación del organismo a las altas temperaturas.

Guardar los medicamentos

Entre los medicamentos con los que hay que extremar precauciones en caso de ola de calor figuran:

  • los fármacos diuréticos, que pueden propiciar una mayor pérdida de líquidos.
  • los tranquilizantes y antidepresivos, que pueden impedir la pérdida de calor del organismo.
  • los medicamentos hipertensivos, que hacen bajar la presión arterial y agravan los efectos de calor.

Es importante evitar la toma de antiinfilamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, que pueden perjudicar el riñón en caso de deshidratación.

En caso de fiebre, conviene evitar la toma de paracetamol, debido a su ineficacia para tratar la insolación.

Ante cualquier duda sobre los tratamientos, se ha de consultar al médico para que, si procede, adapte su terapia habitual a las posibles interacciones de las altas temperaturas.

El farmacéutico comunitario también puede ayudar en cualquier duda relacionada con la medicación.

Conservación del medicamento

Han de conservarse en lugares limpios, frescos y secos, respetando las condiciones que figuren en el envase: entre +2 y +8ºC (frigorífico).

Medicamentos de conservación a una temperatura inferior a 25 o 30ºC y a temperatura ambiente cuando no haya menciones específicas al respecto.

Es aconsejable conservar en frigorífico los jarabes y suspensiones, cremas, supositorios y óvulos ya que son formas farmacéuticas más sensibles a temperaturas elevadas (en el caso de supositorios y óvulos conviene ponerlos a temperatura ambiente unos minutos antes de su aplicación).

No en vano, unas malas condiciones de conservación pueden restar eficacia a los medicamentos y producir efectos no deseados.

La cocina y el baño

La cocina y el baño, lugares donde tienden a almacenarse los medicamentos, no resultan lugares apropiados para una buena conservación, al estar sujetos a cambios bruscos de humedad y temperatura que pueden alterar sus condiciones.

Tampoco es adecuado guardar medicamentos de forma habitual en las guanteras de los vehículos en caso de viajes, ya que son lugares donde se acumula el calor.

Además, los fármacos siempre han de protegerse de la luz y conservarse en el envase original.

En el caso de que se utilicen pastilleros, se recomienda recortar los blíster para mantener las pastillas bien protegidas e identificadas.

Golpes de calor

Además de extremar la precaución con los medicamentos, es recomendable seguir una serie de medidas higiénico-dietéticas que ayudan combatir los efectos del exceso de calor en el organismo.

Entre ellas, la ingesta de líquidos aún sin tener sed–evitando el alcohol y las bebidas azucaradas o con cafeína-, el uso de ropa ligera y holgada y el consumo de frutas y verduras.

Además de evitar exponerse al sol en exceso en las horas centrales del día, conviene reconocer los síntomas del golpe de calor, que es un fenómeno frecuente, aunque no exclusivo, entre adultos jóvenes y sanos.

Estos síntomas son: reducción o cese de la sudoración (síntoma precoz), cefalea, mareo, confusión, taquicardia, piel caliente y seca, inconsciencia y convulsiones.

 

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