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Salud y Bienestar

Prometeo, o la máxima de la excelencia, una constante en IVI

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Hablar de Prometeo es hablar de excelencia científica, es un programa relativamente ‘joven’ en la Comunidad Valenciana, pero el más importante y la referencia en ayudas a la investigación. Prometeo financia grupos de investigación consolidados y con una trayectoria contrastada. IVI, en la figura de su copresidente e investigador principal, el Prof. Pellicer, ha vuelto a conseguir entrar en este programa (anteriormente IVI ha formado parte del programa Prometeo en varias ocasiones) para desarrollar un proyecto de investigación durante cuatro años.

Aparte del Prof. Pellicer, trece serán los investigadores de IVI involucrados en este proyecto denominado ‘Factores regenerativos y bioingeniería en Medicina Reproductiva. Su aplicación como futura herramienta terapéutica para la recuperación de la función ovárica y la reparación del endometrio’, que contará con una dotación económica de aproximadamente 335.000€ para este, y los próximos años. De esos trece componentes, las doctoras de la Fundación, Irene Cervelló y Sonia Herraiz, serán las encargadas de llevar a cabo el trabajo de campo.

En este proyecto, IVI ha unido dos grandes líneas de investigación, que comprenden todo el aparato reproductor femenino, y en las que se propone el uso de nuevas tecnologías para su cuidado. El objetivo, según el Prof. Pellicer, es “dar cabida a la recuperación tanto de la función ovárica como de cualquier otra lesión endometrial que produzca infertilidad, con nuevas tecnologías tales como células madre, bioingeniería, y factores regenerativos”.

Las dos líneas de investigación (endometrio y recuperación de la función ovárica) trabajarán en paralelo, en pro de buscar soluciones a todo cuanto afecta al aparato reproductor femenino. En términos de la Dra. Cervelló: “Queremos identificar las células que regeneran el endometrio, asimismo si existe un daño o enfermedad a nivel endometrial queremos poder curarlo, mediante el plasma rico en plaquetas, algo que venimos desarrollando desde hace tiempo, y mediante la bioingeniería”.

Por su parte, la Dra. Sonia Herraiz afirma que “nuestro objetivo es recuperar la función ovárica en aquellas pacientes que no disponen de ella o la tienen muy dañada por efectos del envejecimiento o la quimioterapia, por ejemplo. Para ello empezamos estudiando las células madre y su comportamiento en el entorno ovárico, ahora estamos valorando otras opciones como el uso de plasmas derivados de estas células, siempre buscando rejuvenecer el ovario. En un escenario perfecto, la idea es evitar que la reserva ovárica de la mujer se vaya perdiendo, pero para eso todavía queda un largo camino”.

Células madre, bioingeniería y factores regenerativos
A nivel endometrial se trata de curar cualquier daño o enfermedad, partiendo del uso de plasma rico en plaquetas, inyectado en el endometrio, el análisis de muestras de células madre y el uso de la bioingeniería, creando modelos de endometrio tridimensionales o in vitro.

Mediante nuevas técnicas, como la bioingeniería, se pretende obtener un gel (mediante liofilización) derivado de matriz extracelular del endometrio con aplicación terapéutica y regenerativa. Algo que ya se ha desarrollado en miocardio (corazón), con resultados positivos, y que ha sido aprobado por la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA, por sus siglas en inglés)

A nivel ovárico, el primer paso fue estudiar la infusión de células madre en el ovario; ahora se están buscando otras alternativas, entre ellas ver qué factores segregan las células madre para que las células vecinas respondan o se regeneren. El plasma de cordón umbilical o algunos plasmas enriquecidos también pueden ser capaces de lograr el rejuvenecimiento.

Y el fin último es la preservación ovárica, que actualmente se realiza, entre otros, mediante la extracción y vitrificación de ovocitos. Toda mujer nace con una reserva ovárica concreta; la idea es, partiendo de determinadas moléculas, lograr que la reserva ovárica no se vaya mermando en cada ovulación. Es decir, conseguir que los folículos no se activen periódicamente para mantener la reserva intacta.

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Insuficiencia Venosa Crónica: así es la enfermedad que padece Donald Trump

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Imagen de Quirón Salud

La insuficiencia venosa crónica (IVC) es una enfermedad vascular que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se produce cuando las venas de las piernas no pueden devolver la sangre al corazón de manera eficiente, provocando una acumulación en las extremidades inferiores. Detectarla a tiempo es fundamental para evitar complicaciones y mejorar la calidad de vida.

¿Qué es la insuficiencia venosa crónica?

La insuficiencia venosa crónica es un trastorno circulatorio en el que las válvulas de las venas de las piernas se debilitan o dañan, dificultando el retorno venoso. Esto genera síntomas como pesadez, hinchazón y dolor en las piernas, que suelen empeorar al final del día.

Causas principales de la insuficiencia venosa

Existen varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar IVC, entre ellos:

  • Herencia genética: antecedentes familiares de varices o problemas venosos.

  • Sedentarismo: la falta de movimiento afecta la circulación sanguínea.

  • Obesidad: el exceso de peso incrementa la presión en las venas.

  • Embarazo: los cambios hormonales y la presión abdominal favorecen la aparición de varices.

  • Edad y sexo: es más frecuente en mujeres y en personas mayores de 40 años.

Síntomas más comunes

Los síntomas de la insuficiencia venosa crónica pueden variar según el grado de avance de la enfermedad. Los más habituales son:

  • Sensación de pesadez en las piernas.

  • Hinchazón (edema) en tobillos y pies.

  • Aparición de varices y arañas vasculares.

  • Dolor, calambres o ardor en las piernas.

  • Cambios en la piel: sequedad, manchas marrones o úlceras venosas en casos graves.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza mediante un examen físico y pruebas como la ecografía Doppler, que permite evaluar el flujo sanguíneo y detectar válvulas dañadas.

Tratamiento de la insuficiencia venosa crónica

El tratamiento depende de la gravedad y puede incluir:

  • Cambios en el estilo de vida: ejercicio regular, evitar el sedentarismo y controlar el peso.

  • Medias de compresión: mejoran la circulación y reducen la hinchazón.

  • Medicamentos venotónicos: fortalecen las paredes de las venas.

  • Procedimientos médicos: escleroterapia, láser endovenoso o cirugía para casos avanzados.

Prevención

Algunas medidas para prevenir la insuficiencia venosa crónica son:

  • Caminar a diario al menos 30 minutos.

  • Elevar las piernas durante el descanso.

  • Evitar permanecer muchas horas sentado o de pie.

  • Mantener una dieta equilibrada y baja en sal.

La insuficiencia venosa crónica es una patología frecuente pero prevenible y tratable. Reconocer sus síntomas a tiempo y adoptar hábitos saludables puede marcar la diferencia en la evolución de la enfermedad. Ante cualquier señal, es recomendable acudir a un especialista en angiología o cirugía vascular.

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