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Reducción de la jornada laboral: quién puede beneficiarse de ella y quién no

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La jornada laboral de 37,5 horas no será para todos: más de 6,3 millones de españoles quedarán excluidos

Autónomos y empleados públicos no se beneficiarán de la nueva reducción de jornada que llega al Congreso

La reducción de la jornada laboral en España entra en debate este miércoles 30 de abril en el Congreso de los Diputados. El Gobierno busca limitar legalmente la jornada semanal a un máximo de 37,5 horas sin reducción salarial, pero la medida no será universal: más de 6,3 millones de trabajadores quedarán excluidos, lo que ha generado inquietud entre los colectivos afectados.

Entre los principales excluidos de la jornada laboral reducida se encuentran los autónomos y los empleados públicos, dos pilares fundamentales del tejido económico y social del país. Además, la medida tampoco afectará a aquellos trabajadores con convenios colectivos que ya contemplan jornadas por debajo del nuevo límite propuesto.

¿Quiénes no podrán acogerse a la jornada de 37,5 horas?

1. Autónomos: sin jornada legal y sin protección

El colectivo de trabajadores autónomos, que supera los 3 millones de personas en España, no tendrá acceso a la reducción de jornada. Al operar por cuenta propia, su tiempo de trabajo no está regulado por ley. Aunque no se ven afectados directamente, muchos de ellos deberán reorganizar sus horarios y asumir el impacto de los cambios si emplean personal contratado que sí se beneficie de la nueva normativa.

Esto podría traducirse en un aumento de costes laborales o en una reestructuración interna de sus negocios para mantener la operatividad, sobre todo en el caso de pequeñas empresas o profesionales independientes.

2. Empleados públicos: regulados por normativas distintas

En el caso de los funcionarios y empleados públicos, su jornada está determinada por regulaciones propias. Muchos ya trabajan 35 horas semanales o menos, por lo que no se verán afectados por la reforma.

Sin embargo, esta exclusión ha provocado quejas dentro del sector público, donde algunos sindicatos pedían una homologación generalizada que equiparara las condiciones laborales de todos los trabajadores del país.

¿A quién beneficia la nueva reducción de jornada?

La nueva medida se aplicará a trabajadores por cuenta ajena del sector privado cuya jornada actual supere las 37,5 horas semanales. El objetivo es impulsar la conciliación familiar, mejorar la salud laboral y aumentar la productividad, en línea con modelos implantados en otros países europeos.

El impacto será más notable en sectores como el comercio, la hostelería, la industria o los servicios, donde aún predominan jornadas largas. La aplicación será progresiva y dependerá de negociaciones colectivas con patronales y sindicatos.

Una reforma laboral con grandes ausencias

Pese al avance que supone para muchos trabajadores, la nueva jornada laboral en España deja fuera a una parte importante del mercado laboral. Más de 6,3 millones de personas —entre autónomos y empleados públicos— no se beneficiarán directamente, lo que pone en evidencia la desigualdad estructural en el acceso a los derechos laborales en el país.

Esta exclusión plantea desafíos importantes: cómo adaptar la legislación para ser más inclusiva y cómo compensar a quienes, por la naturaleza de su trabajo, no pueden acceder a reformas que buscan mejorar la calidad de vida del trabajador medio.

 

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Maquillaje y contouring para aparentar derrota: la puesta en escena más cínica de Pedro Sánchez

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Maquillaje Pedro Sánchez
Pedro Sánchez visiblemente maquillado

El presidente del Gobierno apareció con un rostro visiblemente maquillado y gesto compungido en su comparecencia tras el informe de la UCO sobre corrupción en el PSOE.

La comparecencia de Pedro Sánchez el pasado jueves en la sede del PSOE en Ferraz no fue simplemente una rueda de prensa: fue una puesta en escena medida al milímetro. El presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas apareció con semblante serio, voz apagada y un gesto que quería transmitir preocupación y abatimiento. Pero hubo un detalle que no pasó desapercibido para nadie: su rostro, visiblemente maquillado, usó técnicas de contouring propias del maquillaje profesional, con las que, lejos de embellecerse, buscaba aparentar desgaste, tristeza y preocupación.

Comunicación política o maquillaje emocional

En política, la imagen lo es todo. La forma en la que un líder comunica —ya sea con palabras, gestos o presencia escénica— puede ser tan poderosa como el contenido de su mensaje. En esta ocasión, Pedro Sánchez parecía haberlo entendido a la perfección. Frente a las cámaras, lució un tono de piel bronceado que contrastaba con el maquillaje oscuro aplicado en los pómulos, mandíbula y sienes, una técnica conocida como contouring, utilizada para dar profundidad y esculpir el rostro.

Pero, en lugar de proyectar una imagen cuidada, este maquillaje generó un efecto contraproducente: su rostro apareció demacrado, con rasgos marcados, ojeras acentuadas y un rictus dramático. Una imagen que, unida a su discurso en tono bajo y afectado, buscaba transmitir un mensaje muy concreto: soy una víctima más de la traición y la corrupción que me rodea.

El objetivo: generar empatía

El caso de Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE y señalado en un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por su supuesta implicación en un cobro de comisiones, ha golpeado directamente al núcleo duro del sanchismo. Y Sánchez ha reaccionado con una estrategia que combina distanciamiento institucional y victimismo personal. Ha pedido perdón a los militantes del partido y a la ciudadanía, ha admitido que confiaba en Cerdán hasta el último momento y ha asegurado que no tenía conocimiento previo del informe policial.

Sin embargo, este mensaje no ha calado como él esperaba. Las redes sociales ardieron en críticas, memes y comentarios que denunciaban la artificialidad de su puesta en escena. El hashtag #MaquillajeDeFerraz se convirtió en tendencia, y usuarios y analistas coincidieron en señalar que el presidente había querido parecer más afectado de lo que realmente está.

El sudor del poder

Durante la intervención, otro detalle llamó especialmente la atención: la sudoración excesiva en el rostro de Sánchez. A medida que avanzaba la rueda de prensa, los brillos en la frente, el labio superior y los pómulos se hicieron más visibles. Un efecto que, lejos de humanizar su imagen, incrementó la sensación de nerviosismo y teatralidad. ¿Sudaba por tensión real o por un maquillaje mal aplicado bajo los focos?

El resultado fue una escena que muchos tildaron de “tanatorio político”, con un líder que quiso proyectar desolación, pero que terminó generando escepticismo. Incluso periodistas y profesionales del maquillaje han comentado en redes que la ejecución del contouring fue excesiva y poco natural, logrando el efecto contrario al deseado: una imagen artificiosa.

La estética al servicio de la estrategia

Esta no es la primera vez que la imagen de Pedro Sánchez es objeto de análisis. Desde su llegada a La Moncloa, ha mostrado un especial cuidado por su apariencia pública. De hecho, fuentes oficiales han reconocido que el gasto en peluquería, maquillaje y asesoría de imagen del presidente ha aumentado de forma notable desde 2020. Según datos publicados, el presupuesto de imagen se duplicó en esta legislatura, lo que evidencia que, para Sánchez, la estética también es política.

En esta ocasión, la puesta en escena fue más allá del maquillaje. La elección de Ferraz como escenario, el contraste del traje oscuro con la camisa blanca, el tono sombrío de su discurso y la decisión de comparecer sin el logo oficial del Gobierno buscaban un único propósito: salvar la figura institucional del presidente y dejar claro que lo que está en entredicho es el partido, no el Ejecutivo.

¿Víctima o estratega?

El debate está servido: ¿fue Pedro Sánchez víctima de la traición de su entorno o un estratega que quiso aprovechar la ocasión para reafirmar su liderazgo ante la tormenta? Lo cierto es que, al despedir a Cerdán, ha lanzado un mensaje claro de corte de cabezas, intentando transmitir que no le temblará el pulso frente a la corrupción. Pero al mismo tiempo, se aferra al poder y descarta cualquier cambio profundo o elecciones anticipadas. Su objetivo, como él mismo ha declarado, es gobernar hasta 2027.

A ojos de la ciudadanía, sin embargo, este movimiento puede resultar insuficiente. Las explicaciones dadas hasta ahora, tanto en lo político como en lo penal, siguen generando muchas dudas. Y la puesta en escena de Sánchez, con maquillaje dramático incluido, ha sido percibida por muchos como una maniobra de distracción más que como un gesto sincero.

Reacciones en redes: del meme al escándalo

En pocas horas, la imagen de Pedro Sánchez se convirtió en blanco de burlas y críticas. Usuarios como @manuel_llamas o @EL00LEON compararon su aspecto con personajes de ficción y criticaron duramente lo que consideran una farsa política: “El PSOE ha contratado al equipo de maquillaje de The Walking Dead para esta rueda de prensa”, ironizaba uno de ellos. Otros señalaban el uso del maquillaje como “una técnica manipuladora” para generar lástima.

Analistas políticos también han cuestionado el momento elegido para la comparecencia: justo después de que se conociera el informe de la UCO que implica al núcleo de confianza del presidente en posibles tramas de adjudicación de obras públicas a cambio de comisiones. En ese contexto, la imagen compungida de Sánchez parecía, para muchos, una cortina de humo.

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