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Salud y Bienestar

‘Picor vaginal, un problema mayor en verano’, por la Dra. Isabel Ramírez

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Picor vaginal
PIXABAY

Isabel M. Ramírez Polo

La vaginitis significa inflamación vaginal. Es un problema que puede afectar a mujeres de todas las edades  y  es más habitual  en verano.

Las Vaginitis son muy frecuentes, un 75% de mujeres experimenta un episodio de vaginitis, al menos, a lo largo de su vida, y un 50% más de un episodio.

Anatómicamente la Vagina  es un conducto que va del útero a la vulva, tiene una longitud de unos 10 cm y presenta un ángulo de unos 70º respecto a la horizontal.

Las funciones de la vagina son limitadas. Los textos clásicos señalan que es el órgano de la copulación teniendo como funciones permitir el paso del feto durante el parto y la conducción de la sangre menstrual y fluidos al exterior.

Picor vaginal

Sin embargo, y a pesar de las funciones limitadas que tiene, la presencia de problemas orgánicos tendrá un importante efecto en la calidad de vida de la mujer, fundamentalmente relacionados con la alteración que pueden ocasionar en  la sexualidad .

La cavidad vaginal  es funcionalmente un ecosistema,  un espacio en el que conviven elementos vivos  denominados flora vaginal . La Flora Vaginal, es  el conjunto de microorganismos que viven de manera natural  en la vagina y sin causar daño en la misma.

Esta flora que es un conjunto de bacterias,  es rica fundamentalmente  en lactobacilos,  bacteria cuya función es protectora ya que producen sustancias que hacen que el ph de la vagina sea ácido y de esta manera inhiben la proliferación de microorganismos perjudiciales.

¿Qué ocurre cuando se desequilibra la flora vaginal?

Hay muchas circunstancias que pueden alterar la Flora Vaginal: La menstruación, tratamientos antibióticos, higiene vaginal agresiva, uso de salvaslip, el sudor, el calor, la menopausia, ropa muy ajustada o mojada durante mucho tiempo en contacto con la piel  y desajustes hormonales, entre otras causas.

Por alguna o varias de las circunstancias desencadenantes, se produce un desequilibrio en la flora y pueden desarrollarse gérmenes patógenos como la Gardnerella vaginalis o el hongo Candida, dando lugar a Vaginosis Bacterianas y Vaginitis por Hongos  que son las vaginitis más frecuentes. La vía sexual  es la principal puerta de entrada y  además la asistencia a piscinas o playas puede facilitar el contagio.

¿Cómo reconocer una vaginitis?

Los síntomas,  más frecuentes, de una vaginosis bacteriana son: Aumento del flujo,  a veces con un olor especial “a pescado”, picor vaginal y enrojecimiento local. En un 50-75% de casos pueden ser asintomáticas.

Los síntomas, más frecuentes, de una vaginitis por hongos son: Picor vaginal, flujo blanco y espeso  (como yogurt cortado) y enrojecimiento local. Un 20% de los casos son asintomáticos.

El diagnostico se hace por los síntomas, cultivo en fresco o cultivos del exudado vaginal.

¿Cómo se tratan las vaginitis?

Vaginosis bacterianas: El tratamiento sirve para resolver los síntomas. Debe recibirse tratamiento médico solo en los casos en que sean sintomáticas, y si la mujer está embarazada debe recibir tratamiento siempre.

Vaginitis por Hongos: Será un tratamiento médico con antimicóticos, combinando la via oral y vaginal  o por via vaginal,  dependerá de si es una candidiasis vulvovaginal  complicada o no complicada.

Para completar el tratamiento me parece adecuado recomendar el uso de productos prebióticos  vaginales que contienen lactobacilos para restablecer el equilibrio vaginal y ayudar a evitar las recidivas.

Medidas de prevención para el picor vaginal:

lavarse con agua y con poco jabón, y neutro, que respete el pH de la flora., evitar el uso de salvaslip y  la ropa ajustada y de licra, usar preferentemente ropa interior de algodón, en verano no estar mucho tiempo mojada y al limpiarnos tras orinar, hacerlo siempre hacia detrás, para evitar arrastrar gérmenes del ano hacia la vagina. Por último  llevar una dieta sana y equilibrada reduciendo la ingesta de hidratos de carbono.

RESUMEN

  • La cavidad Vaginal es un conducto que va desde la vulva al útero,  cuyas funciones principales son: la actividad sexual y permitir el paso al feto y al flujo menstrual al exterior.
  • Tiene una Flora propia que está compuesta fundamentalmente por lactobacilos y que la protegen de gérmenes patógenos
  • Cuando esta flora se desequilibra por diferentes motivos se produce la vaginitis.
  • Cuando reconocemos sus síntomas que son generalmente: flujo diferente, picor y enrojecimiento, debemos acudir a un profesional que nos haga un diagnóstico y nos recomiende un tratamiento que nos cure y nos ayude a restablecer el equilibrio.
  • Para prevenir las vaginitis podemos tomar varias medidas preventivas.

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Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

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Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

Especialistas del Departamento de Salud de la Ribera alertan de que una incorrecta conservación de los medicamentos en verano puede provocar importantes problemas de salud en el organismo al verse alteradas las características de calidad y eficacia de los fármacos.

Efectos nocivos que el calor puede provocar en los medicamentos

Teniendo en cuenta las altas temperaturas que suelen alcanzarse en estos meses, el personal especializado advierte de la necesidad de llevar a cabo una correcta utilización de los fármacos, con especial atención a aquellos medicamentos que deben conservarse en frío o deben utilizarse tan pronto se hayan sacado de la nevera.

Según los farmacéuticos de Atención Primaria del Departamento de Salud de la Ribera, Miguel Murcia y Rocío Broseta, “las condiciones de conservación que indica un medicamento, se establecen según los ensayos realizados antes de ser comercializados, por lo que deben respetarse para no perder su eficacia y seguridad”.

Por ello, antes de consumir cualquier medicamento, se debe comprobar su estado y su apariencia exterior, sobre todo en cremas, colirios, supositorios u óvulos, ya que por su aspecto se puede conocer su estabilidad.

Cuando nunca debes consumirlos

Si no se ha conservado correctamente o el producto ha cambiado al abrirlo, el medicamento no debe ser consumido bajo ningún concepto, ya que podrían estar alteradas las propiedades del fármaco.

Por lo que respecta a la conservación en casa, es aconsejable mantener los medicamentos en sitios frescos y secos, evitando la exposición directa a la luz solar.

Por ello, el personal experto recomienda no guardarlos en la cocina o el baño, estancias de la casa que, por lo general, suelen acumular más calor a lo largo del día, y siempre lejos del alcance de los niños.

En cualquier caso, es importante que antes de tomar un medicamento se consulte con  profesionales sanitarios y se evite la automedicación.

Igualmente, cuando se adquiera por primera vez, se recomienda leer el envase y el prospecto para conocer la temperatura a la que debe conservarse.

Viajar con medicamentos

En los trayectos por carretera, es recomendable no llevar los medicamentos en el maletero o la guantera del coche, ya que pueden llegar a alcanzar altas temperaturas.

Es imprescindible mantener las condiciones de transporte específicas para cada medicamento; es decir, los fármacos a conservar entre los 2ºC y 8ºC, deben conservarse siempre en nevera y, por tanto, transportarse en embalaje isotérmico refrigerado (sin llegar a congelar); por su parte, los fármacos que deben permanecer a una temperatura de entre 25ºC y 30ºC, han de transportarse en un embalaje isotérmico no refrigerado para evitar que puedan alcanzar temperaturas mayores.

Síndrome de agotamiento y golpe de calor

Por otro lado,  el personal especializado advierte de que algunos medicamentos pueden acentuar los efectos de las altas temperaturas, agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación, propiciar los golpes de calor o inducir una hipertermia.

En este grupo de medicamentos se encuentran los diuréticos, los antiinflamatorios no esteroideos, los antihipertensivos, algunos antibióticos y antivirales, los antiarrítimicos, algunos antidiabéticos, los hipolipemiantes (empleados para regular el colesterol), los antidepresivos, los antihistamínicos y los antipsicóticos.

“Hay que estar atentos al estado general de aquellos pacientes que toman este tipo de medicamentos, así como propiciar una serie de medidas que ayude a controlar su temperatura corporal: ambiente fresco, buena ventilación y aireación, y continua hidratación.

Es importante resaltar que, a pesar de las altas temperaturas, en ningún caso se deben suspender los tratamientos establecidos por los facultativos”, concluyen Murcia y Broseta.

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