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Renacer Panadero: así se ha devuelto la vida a hornos artesanos arrasados por la DANA

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hornos artesanos arrasados por la DANA

En plena reconstrucción tras la devastadora DANA de octubre de 2024, seis hornos tradicionales de la Comunidad Valenciana han vuelto a abrir sus puertas. El impulso ha sido posible gracias a Renacer Panadero, un proyecto solidario que no solo rescata negocios centenarios, sino que también crea empleo e impulsa la inserción laboral.

🔥 ¿Qué es Renacer Panadero y por qué es clave para la recuperación?

Promovido por la ONG Cesal, el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia y la Fundación Mapfre, el proyecto Renacer Panadero nace con un doble objetivo: reconstruir panaderías artesanas afectadas por la DANA y ofrecer una oportunidad profesional a personas en riesgo de exclusión social.

El programa ha logrado reabrir seis negocios familiares en los municipios de Picanya, Albal, Benetússer, Catarroja, Torrent y Castellar-L’Oliveral, y trabaja en la rehabilitación de un séptimo.


🏛 Hornos con historia: del barro a la esperanza

Uno de los símbolos de esta recuperación es el Forn Baixauli de Picanya, fundado en 1745 y regentado hoy por la octava generación de la familia. Pocas semanas después de asumir la dirección, sus instalaciones quedaron devastadas por la riada. Hoy, gracias a la ayuda integral de Renacer Panadero, el horno ha vuelto a encenderse.

Otra historia inspiradora es la de la Pastelería Galán de Albal, abierta desde 1972. También se ha recuperado y sigue endulzando a un pueblo que ha duplicado su población en las últimas décadas.

Mientras tanto, en Benetússer, el Horno Pastelería Montoro Raimundo espera su turno. Las marcas de barro a más de dos metros aún son visibles, pero la esperanza no se pierde.


🤝 Relevo generacional, tradición viva y empleo con impacto social

«El pan no solo alimenta, también une comunidades y preserva oficios con alma», explican desde Cesal. Por eso, Renacer Panadero también apuesta por la formación profesional y el empleo para jóvenes y colectivos vulnerables. Gracias a este proyecto, personas sin oportunidades encuentran un futuro en la panadería artesanal.

La serie audiovisual lanzada por Cesal recoge testimonios reales de familias panaderas, mostrando cómo la tradición y la resiliencia se convierten en motor de cambio.


📍 ¿Por qué este proyecto importa?

  • 🛠 Recupera el tejido económico local

  • 🧑‍🍳 Preserva un oficio tradicional en peligro

  • 🧩 Ofrece formación e inserción a personas en riesgo de exclusión

  • 🧱 Reconstruye patrimonio familiar y cultural

  • 🥖 Devuelve el pan y los productos artesanos a barrios enteros


💡 Renacer Panadero, un modelo de reconstrucción con valor añadido

«No podíamos dejar que siglos de historia desaparecieran bajo el barro», destaca Laura de Juan, secretaria general del Gremio. Gracias al trabajo conjunto con Cesal y Fundación Mapfre, estos negocios vuelven a dar vida a los barrios, recuperando la economía local desde lo más esencial: el pan de cada día.

Para Elvira Vega, directora de Fundación Mapfre, Renacer Panadero es más que una reconstrucción: es una apuesta por la cohesión social, la empleabilidad y la dignidad de las personas afectadas.

 


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El corazón solidario de Valencia construye futuro y formación en Costa de Marfil

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La solidaridad y generosidad valenciana han hecho posible la construcción de nuevas aulas de formación en el Seminario Redemptoris Mater de Costa de Marfil, un proyecto misionero que está transformando la vida de jóvenes en uno de los barrios más pobres de Abidjan.

Vuestro corazón valenciano ha construido un puente de amistad que llega hasta Costa de Marfil”, ha afirmado el misionero David Martínez, impulsor de esta iniciativa. “Os pido que esta llama de generosidad valenciana ilumine y levante las paredes del futuro para estos jóvenes”, añadió emocionado.


Un proyecto nacido en Valencia que cambia realidades

La historia de este proyecto comenzó en 2024, cuando el misionero David Martínez presentó en Valencia su propuesta de levantar aulas en el seminario donde desarrolla su misión desde 2010. Desde entonces, las ayudas de fieles, parroquias y entidades valencianas no han cesado.

Actualmente, el nuevo edificio ya cuenta con cimientos, muros, varias plantas y tres aulas terminadas, dos de ellas dedicadas a la formación en informática. Está situado dentro del complejo del seminario y de la parroquia local, en Yopougon, un distrito de Abidjan con graves dificultades de acceso a la educación.

“El objetivo es evitar que los seminaristas deban desplazarse cuatro horas diarias para asistir a clase. Estas aulas servirán también como espacio de catequesis, talleres y formación para jóvenes del barrio”, explicó el misionero.


Un espacio de estudio, encuentro y evangelización

David Martínez destaca que el proyecto va más allá de la infraestructura: “Muchas veces me encuentro a jóvenes estudiando bajo las farolas. Tener un espacio digno donde reunirse, hablar y aprender es un acto de justicia. Será un lugar de evangelización y esperanza”.

Gracias a la ayuda valenciana, el seminario podrá ofrecer una formación de calidad a los futuros sacerdotes y misioneros, que después llevarán su labor a otras regiones de África y del mundo.

“Allí los estudios son muy caros, por eso ir a la escuela o a la universidad se vive con esfuerzo y compromiso. Lo que nosotros consideramos normalidad —tener luz, internet o agua— allí no sucede”, subraya Martínez.


Segunda fase de las obras y llamamiento solidario

Tras el éxito de la primera fase, el proyecto se encuentra a punto de iniciar una segunda etapa de construcción. En ella se realizarán trabajos de fontanería, electricidad, pavimentación y mobiliario, además de la ampliación de una planta adicional para crear una biblioteca y un centro de estudios.

Este nuevo espacio servirá también como punto de encuentro entre la cultura africana y la europea. El misionero ha hecho un nuevo llamamiento a la solidaridad de las parroquias y de los valencianos, a través de la Fundación Ad Gentes del Arzobispado, para continuar levantando esta obra educativa y evangelizadora.


Un “laboratorio de vocaciones” en Abidjan

El Seminario Redemptoris Mater acoge actualmente a 40 seminaristas, muchos de ellos jóvenes que inician su camino vocacional, aunque también hay vocaciones adultas.

“Tenemos un seminarista italiano de 59 años que retomó su vocación tras haber completado su formación religiosa. Convivir con personas adultas y jóvenes eleva el nivel de disciplina, compromiso y alegría”, afirma Martínez.

El sacerdote define el seminario como “un verdadero laboratorio de vocaciones”, donde se forma una nueva generación de misioneros con espíritu de entrega y servicio.


Costa de Marfil: un ejemplo de convivencia interreligiosa

Costa de Marfil es un país con una población musulmana y cristiana al 50%, que destaca por su convivencia pacífica. “No hay divisiones; la colaboración entre comunidades es plena”, asegura el misionero.

Dentro de su labor pastoral, Martínez recorre comercios y empresas locales buscando apoyo para los proyectos. “Vivimos de la caridad. En muchos establecimientos, dirigidos por musulmanes, me reciben con un ‘padre, bienvenido, te estábamos esperando’. La solidaridad aquí no tiene fronteras”, relata.


Testimonio de una vocación que no se rinde

David Martínez nació en el Seminario Redemptoris Mater de Finlandia, donde concluyó sus estudios en 2008. Tras misiones en Estonia y Costa de Marfil, decidió quedarse en este último país justo antes de la guerra civil de 2010.

“Fue la primera vez que escuché disparos de metralleta. Muchos huyeron, pero los misioneros decidimos quedarnos porque había una misión más urgente que salvar la vida: la de acompañar a las personas”, recuerda.

Durante el conflicto, las iglesias católicas se convirtieron en zonas neutrales, verdaderos refugios para la población. “Fue un tiempo duro pero también de gran intimidad con el Señor”, confiesa.


Un puente de amistad entre Valencia y África

Muy unido a la diócesis de Valencia, donde cursó estudios y fue acogido por la parroquia de Santiago Apóstol de los Cooperadores de la Verdad, el misionero subraya el papel esencial de la comunidad valenciana en este proyecto.

Vuestro corazón valenciano ha construido un puente de amistad que llega hasta Costa de Marfil. Os pido que esta llama de generosidad valenciana ilumine y levante las paredes del futuro para estos jóvenes”, concluye el sacerdote.

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