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¿Sabes cuál es el salario medio de los valencianos?

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Cuidado con el timo del Nazareno: Qué es y cómo evitarlo

VALÈNCIA/MADRID, 8 Nov. – El salario medio mensual en la Comunitat Valenciana, en términos brutos, se elevó a 1.784,8 euros en 2018, un aumento de 107 euros respecto al año anterior, 2017, en el que cayó a 1.677,8 tras haberse situado en 1.736,7 en 2016, según el análisis de salarios que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). La cifra de 2018 es la más alta de los últimos cinco años en la Comunitat Valenciana.

A nivel nacional, el salario medio mensual, en términos brutos, alcanzó los 1.944,4 euros en 2018, lo que supone un 2,9 por ciento más que en 2017, su mayor aumento en diez años. Es el segundo año consecutivo en el que se incrementa el salario medio después de que en 2016 bajara por primera vez en diez años.

El salario medio de los valencianos es, por tanto, 159,2 euros menos que el nacional, lo que sitúa a la Comunitat como la sexta con el salario medio más bajo, solo por encima de Castilla-La Mancha, Murcia, Andalucía, Canarias y Extremadura.

Según los datos del INE, el 30% de los asalariados (4,8 millones) ganaron menos de 1.260,9 euros brutos al mes en 2018, mientras que el 40% (6,4 millones) obtuvo remuneraciones de entre 1.260,9 y 2.187,2 euros brutos mensuales y el 30% restante (4,8 millones de asalariados) cobró un sueldo superior a 2.187,2 euros al mes,

De acuerdo con esta estadística, un total de 3,2 millones de asalariados (el 20%) ganaron menos de 1.046,9 euros brutos al mes durante el año 2018. De ellos, en torno a 1,62 millones de trabajadores ganaron menos de 748,7 euros mensuales.

Por sexos, el 15,6% de las mujeres ganaron menos de 748,7 euros brutos mensuales el año pasado y el 13,5% percibió un sueldo bruto de entre 748,7 y 1.046,9 euros al mes. En los hombres, estos porcentajes descienden hasta el 4,8% y el 6,7%, respectivamente.

Para elaborar esta estadística, el INE ordena a todos los asalariados –16.215.800 personas durante el pasado año– según la cuantía del salario mensual percibido y los divide en 10 grupos iguales, con el 10% de los trabajadores en cada grupo.

Como resultado, el salario mediano, que divide al total de los trabajadores en dos partes iguales, los que tienen un salario superior y los que tienen un salario inferior, se situó en 2018 en 1.642,3 euros brutos mensuales, un 3,2% más que en 2017 (52 euros más). Este salario mediano es más de 300 euros inferior al salario medio de 2018 (1.944,4 euros).

Con el avance registrado en 2018, el salario mediano pone fin a tres años consecutivos de descensos. En 2013, el salario mediano era de 1.600 euros brutos al mes y escaló en 2014 hasta los 1.602,5 euros. En 2015 la tendencia se invirtió y se situó por debajo de los 1.600 euros brutos al mes hasta 2017.

Según los datos del INE, las mujeres, los jóvenes, las personas con un menor nivel de formación, los trabajadores a tiempo parcial y los trabajadores temporales presentan los salarios más bajos.

Así, el 48,5% de los asalariados con contrato temporal ganaron menos de 1.260,9 euros en 2018, frente al 23,4% de los indefinidos que se encontraban en esta misma situación. En las mujeres, cuatro de cada diez percibió un sueldo inferior a 1.260,9 euros mensuales, frente a dos de cada diez varones. Entre los jóvenes menores de 25 años, el porcentaje que cobra menos de 1.260,9 euros al mes alcanza el 65%, prácticamente a dos de cada tres.

Fuente: (EUROPA PRESS)

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Maquillaje y contouring para aparentar derrota: la puesta en escena más cínica de Pedro Sánchez

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Maquillaje Pedro Sánchez
Pedro Sánchez visiblemente maquillado

El presidente del Gobierno apareció con un rostro visiblemente maquillado y gesto compungido en su comparecencia tras el informe de la UCO sobre corrupción en el PSOE.

La comparecencia de Pedro Sánchez el pasado jueves en la sede del PSOE en Ferraz no fue simplemente una rueda de prensa: fue una puesta en escena medida al milímetro. El presidente del Gobierno y secretario general de los socialistas apareció con semblante serio, voz apagada y un gesto que quería transmitir preocupación y abatimiento. Pero hubo un detalle que no pasó desapercibido para nadie: su rostro, visiblemente maquillado, usó técnicas de contouring propias del maquillaje profesional, con las que, lejos de embellecerse, buscaba aparentar desgaste, tristeza y preocupación.

Comunicación política o maquillaje emocional

En política, la imagen lo es todo. La forma en la que un líder comunica —ya sea con palabras, gestos o presencia escénica— puede ser tan poderosa como el contenido de su mensaje. En esta ocasión, Pedro Sánchez parecía haberlo entendido a la perfección. Frente a las cámaras, lució un tono de piel bronceado que contrastaba con el maquillaje oscuro aplicado en los pómulos, mandíbula y sienes, una técnica conocida como contouring, utilizada para dar profundidad y esculpir el rostro.

Pero, en lugar de proyectar una imagen cuidada, este maquillaje generó un efecto contraproducente: su rostro apareció demacrado, con rasgos marcados, ojeras acentuadas y un rictus dramático. Una imagen que, unida a su discurso en tono bajo y afectado, buscaba transmitir un mensaje muy concreto: soy una víctima más de la traición y la corrupción que me rodea.

El objetivo: generar empatía

El caso de Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE y señalado en un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil por su supuesta implicación en un cobro de comisiones, ha golpeado directamente al núcleo duro del sanchismo. Y Sánchez ha reaccionado con una estrategia que combina distanciamiento institucional y victimismo personal. Ha pedido perdón a los militantes del partido y a la ciudadanía, ha admitido que confiaba en Cerdán hasta el último momento y ha asegurado que no tenía conocimiento previo del informe policial.

Sin embargo, este mensaje no ha calado como él esperaba. Las redes sociales ardieron en críticas, memes y comentarios que denunciaban la artificialidad de su puesta en escena. El hashtag #MaquillajeDeFerraz se convirtió en tendencia, y usuarios y analistas coincidieron en señalar que el presidente había querido parecer más afectado de lo que realmente está.

El sudor del poder

Durante la intervención, otro detalle llamó especialmente la atención: la sudoración excesiva en el rostro de Sánchez. A medida que avanzaba la rueda de prensa, los brillos en la frente, el labio superior y los pómulos se hicieron más visibles. Un efecto que, lejos de humanizar su imagen, incrementó la sensación de nerviosismo y teatralidad. ¿Sudaba por tensión real o por un maquillaje mal aplicado bajo los focos?

El resultado fue una escena que muchos tildaron de “tanatorio político”, con un líder que quiso proyectar desolación, pero que terminó generando escepticismo. Incluso periodistas y profesionales del maquillaje han comentado en redes que la ejecución del contouring fue excesiva y poco natural, logrando el efecto contrario al deseado: una imagen artificiosa.

La estética al servicio de la estrategia

Esta no es la primera vez que la imagen de Pedro Sánchez es objeto de análisis. Desde su llegada a La Moncloa, ha mostrado un especial cuidado por su apariencia pública. De hecho, fuentes oficiales han reconocido que el gasto en peluquería, maquillaje y asesoría de imagen del presidente ha aumentado de forma notable desde 2020. Según datos publicados, el presupuesto de imagen se duplicó en esta legislatura, lo que evidencia que, para Sánchez, la estética también es política.

En esta ocasión, la puesta en escena fue más allá del maquillaje. La elección de Ferraz como escenario, el contraste del traje oscuro con la camisa blanca, el tono sombrío de su discurso y la decisión de comparecer sin el logo oficial del Gobierno buscaban un único propósito: salvar la figura institucional del presidente y dejar claro que lo que está en entredicho es el partido, no el Ejecutivo.

¿Víctima o estratega?

El debate está servido: ¿fue Pedro Sánchez víctima de la traición de su entorno o un estratega que quiso aprovechar la ocasión para reafirmar su liderazgo ante la tormenta? Lo cierto es que, al despedir a Cerdán, ha lanzado un mensaje claro de corte de cabezas, intentando transmitir que no le temblará el pulso frente a la corrupción. Pero al mismo tiempo, se aferra al poder y descarta cualquier cambio profundo o elecciones anticipadas. Su objetivo, como él mismo ha declarado, es gobernar hasta 2027.

A ojos de la ciudadanía, sin embargo, este movimiento puede resultar insuficiente. Las explicaciones dadas hasta ahora, tanto en lo político como en lo penal, siguen generando muchas dudas. Y la puesta en escena de Sánchez, con maquillaje dramático incluido, ha sido percibida por muchos como una maniobra de distracción más que como un gesto sincero.

Reacciones en redes: del meme al escándalo

En pocas horas, la imagen de Pedro Sánchez se convirtió en blanco de burlas y críticas. Usuarios como @manuel_llamas o @EL00LEON compararon su aspecto con personajes de ficción y criticaron duramente lo que consideran una farsa política: “El PSOE ha contratado al equipo de maquillaje de The Walking Dead para esta rueda de prensa”, ironizaba uno de ellos. Otros señalaban el uso del maquillaje como “una técnica manipuladora” para generar lástima.

Analistas políticos también han cuestionado el momento elegido para la comparecencia: justo después de que se conociera el informe de la UCO que implica al núcleo de confianza del presidente en posibles tramas de adjudicación de obras públicas a cambio de comisiones. En ese contexto, la imagen compungida de Sánchez parecía, para muchos, una cortina de humo.

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