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Salud y Bienestar

Salud mental: qué es normal y qué no

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Salud mental: qué es normal y qué no
El diputado popular José Juan Zaplana en una imagen de archivo. EFE/Manuel Bruque/Archivo
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¿Qué se considera una salud mental normal? Los patrones de pensamientos, sentimientos y comportamientos pueden ser indicadores para buscar ayuda para ti mismo o para un ser querido.

¿Cuál es la diferencia entre la salud mental normal y los trastornos mentales? A veces, la respuesta es clara. Pero, a menudo, la distinción no es tan obvia. Por ejemplo, si tienes miedo de dar un discurso en público, ¿significa que tienes un trastorno de salud mental o un caso de nervios lógicos? ¿En qué punto la timidez se convierte en un caso de fobia social?

Desde Mayo Clinic nos ofrecen ayuda para entender cómo se identifican las afecciones de salud mental.

¿Qué es la salud mental?

La salud mental es el bienestar general de la manera en que piensas, regulas tus sentimientos y te comportas. A veces, las personas experimentan una importante perturbación en este funcionamiento mental. Puede haber un trastorno mental cuando los patrones o cambios en el pensamiento, los sentimientos o el comportamiento causan angustia o alteran la capacidad de funcionamiento de una persona. Un trastorno de salud mental puede afectar tu capacidad para lo siguiente:

  • Mantener relaciones personales o familiares.
  • Funcionar en entornos sociales.
  • Desempeñarte en el trabajo o en la escuela.
  • Aprender a un nivel acorde a tu edad e inteligencia.
  • Participar en otras actividades importantes.

Las normas culturales y las expectativas sociales también desempeñan un papel en la definición de los trastornos de salud mental. No existe una medida estándar en todas las culturas para determinar si un comportamiento es normal ni cuándo se vuelve perturbador. Lo que puede ser normal en una sociedad puede ser motivo de preocupación en otra.

¿Cómo se definen los trastornos de salud mental?

El Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM, Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) es una guía publicada por la American Psychiatric Association (Asociación Estadounidense de Psiquiatría) que explica los signos y síntomas de varios cientos de afecciones de salud mental, entre ellas, la ansiedad, la depresión, los trastornos alimenticios, el trastorno de estrés postraumático y la esquizofrenia.

El DSM proporciona criterios para hacer un diagnóstico basado en la naturaleza, la duración y el impacto de los signos y síntomas. También describe el curso típico del trastorno, los factores de riesgo y las afecciones coexistentes comunes.

Otra guía de diagnóstico que se usa comúnmente es la International Classification of Diseases (Clasificación Internacional de Enfermedades, ICD) de la Organización Mundial de la Salud.

Las compañías de seguros de salud utilizan el sistema de codificación de diagnóstico del DSM y la ICD para determinar la cobertura y los beneficios y para reembolsar a los profesionales de la salud mental.

¿Cómo hacen los profesionales de la salud mental para diagnosticar los trastornos?

Un psiquiatra, psicólogo, asistente social clínico u otro profesional de la salud mental puede hacer un diagnóstico de una afección de salud mental. Tu médico de atención primaria también puede participar en una evaluación diagnóstica o remitirte a un especialista en salud mental.

El diagnóstico puede basarse en lo siguiente:

  • Antecedentes clínicos de enfermedad física o trastornos de salud mental en ti o en tu familia
  • Un examen físico completo para identificar o descartar una afección que pueda estar causando los síntomas
  • Preguntas sobre tus preocupaciones actuales o por qué estás buscando ayuda
  • Preguntas acerca de cómo los eventos o cambios recientes en tu vida (traumas, relaciones, trabajo, muerte de un amigo o pariente) han afectado la manera en que piensas, sientes o te comportas
  • Cuestionarios u otras pruebas formales que solicitan tu opinión sobre cómo piensas, sientes o te comportas en situaciones típicas
  • Preguntas sobre el consumo pasado y presente de alcohol y drogas
  • Un historial de trauma, abuso, crisis familiares u otros eventos importantes de la vida
  • Preguntas acerca de pensamientos pasados o actuales con respecto a la violencia contra ti mismo o contra otros
  • Cuestionarios o entrevistas completados por alguien que te conozca bien, como un padre o cónyuge

¿Cuándo se necesita una evaluación o tratamiento?

Cada afección de salud mental tiene sus propios signos y síntomas. Pero, en general, puede ser necesaria la ayuda profesional si tienes:

  • Cambios en la alimentación y en los horarios de sueño
  • Incapacidad para afrontar los problemas o las actividades de la vida diaria
  • Sensación de desconexión o retiro de las actividades normales
  • Pensamientos inusuales o «mágicos»
  • Ansiedad excesiva
  • Tristeza, depresión o apatía prolongadas
  • Pensamientos o declaraciones sobre suicidio o daño a otros
  • Abuso de sustancias
  • Cambios extremos de humor
  • Ira excesiva, hostilidad o comportamiento violento

Muchas personas que tienen trastornos de salud mental consideran que sus signos y síntomas son parte normal de la vida o evitan el tratamiento por vergüenza o miedo. Si te preocupa tu salud mental, no dudes en pedir consejo.

Consulta a tu médico de atención primaria o pide una cita con un psiquiatra, psicólogo u otro profesional de la salud mental. Puede ser importante para ti encontrar un profesional que esté familiarizado con tu cultura o que demuestre una comprensión del contexto cultural y social que sea relevante para tus experiencias e historias de vida.

Con el apoyo apropiado, puedes identificar afecciones de salud mental y recibir tratamiento apropiado, como medicamentos o asesoría.

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Buenas noticias

Descubren un nuevo método para administrar quimioterapia con menos efectos secundarios

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quimioterapia efectos secundarios
EUROPA PRESS

Una investigación pionera desde la Universidad de Arizona

Un grupo de científicos de la Universidad de Arizona (EE.UU.) ha desarrollado un innovador método de administración de fármacos quimioterapéuticos que promete reducir los efectos secundarios y mejorar la eficacia en el tratamiento de cáncer de páncreas y cáncer de mama.

El trabajo, publicado en la prestigiosa revista científica Nature Cancer, describe una nueva formulación del conocido fármaco paclitaxel, uno de los pilares de la quimioterapia moderna. La investigación sienta las bases de una plataforma que podría aplicarse no solo a distintos tipos de tumores, sino también a otras enfermedades que requieren tratamientos farmacológicos agresivos.

Paclitaxel: un fármaco eficaz, pero con toxicidad

El paclitaxel es un medicamento utilizado desde hace décadas en la lucha contra el cáncer de mama, pulmón, páncreas y ovario. Sin embargo, su principal limitación es la toxicidad, ya que afecta también a tejidos sanos, acumulándose en órganos como el hígado y el bazo.

El profesor Jianqin Lu, investigador principal del estudio, lo resume así:
«El paclitaxel es potente y destruye las células cancerosas, pero para liberar todo su potencial terapéutico, tenemos que abordar su toxicidad. Eso significa mejorar la manera en que llega a los tumores y lograr que permanezca más tiempo en ellos».

Paclitaxome: nanovesículas que dirigen el tratamiento

El nuevo método, probado en modelos de ratón, aprovecha las nanovesículas, diminutas burbujas de grasa que actúan como vehículos para transportar el fármaco directamente al tumor.

El equipo de la Universidad de Arizona creó una versión modificada del paclitaxel llamada Paclitaxome, uniendo químicamente el fármaco a la esfingomielina, una grasa presente en las membranas celulares. Esto permite que el medicamento se concentre en el tumor, permanezca más tiempo en circulación y reduzca el impacto en los tejidos sanos.

Los resultados son prometedores: Paclitaxome superó a las formulaciones estándar como Taxol y Abraxane en pruebas contra el cáncer de mama triple negativo y el cáncer de páncreas avanzado. Además, una versión mejorada del fármaco (CD47p/AZE-Paclitaxome) logró reducir de forma significativa el crecimiento tumoral y aumentar la supervivencia en los modelos preclínicos.

Avances en terapias combinadas contra el cáncer

Otra de las claves del estudio es que esta tecnología facilita la combinación de tratamientos. Los investigadores insertaron gemcitabina, otro quimioterápico, dentro de las nanovesículas junto al paclitaxel, logrando una eficacia superior frente a la administración conjunta de fármacos convencionales.

También combinaron el paclitaxel modificado con carboplatino para prevenir la recurrencia del cáncer de mama triple negativo, eliminando la enfermedad metastásica en ratones.

«Esta estrategia se puede aplicar a otros fármacos y enfermedades», explica Lu. De hecho, el equipo ya la probó con camptotecina, utilizada contra el cáncer de colon, con resultados positivos.

Hacia los primeros ensayos clínicos en humanos

El oncólogo Aaron Scott, coautor del estudio, señala que el avance es relevante porque mejora la administración del fármaco, retrasa su eliminación del organismo y reduce efectos secundarios, lo que aumenta la eficacia global del tratamiento.

El siguiente paso será recopilar más datos preclínicos y dar el salto a los primeros ensayos clínicos en pacientes humanos. La plataforma podría aplicarse también en combinación con inmunoterapias, que buscan activar al sistema inmunitario para atacar las células cancerígenas.

«Nuestro objetivo es llevar esto a ensayos clínicos en humanos. Esta plataforma puede abarcar una variedad de tumores para pacientes que necesitan desesperadamente mejores terapias», concluye Scott.

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