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#salvemlaindumentaria: «Espolín» Amparo Gómez y su segunda generación pisando fuerte

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#salvemlaindumentaria: "Espolín" Amparo Gómez y su segunda generación pisando fuerte

Seguimos sin descanso con nuestra campaña para  apoyar a todo el sector de la indumentaria, nuestros protagonistas de hoy es la gran  familia de «Espolín Amparo Gómez«.

Les podemos encontrar en su tienda en la calle Conde Altea, justo antes de la pandemia se trasladaron con toda la ilusión. Pero con la actual situación no ha sido posible inaugurar como se merece la ocasión.

 

 

Un repaso sobre su trayectoria:

Amparo Gómez ha pasado toda su vidad dedicada a la confección de indumentaria.

La primera tienda de Amparo, estaba situada en la calle Borrull. Donde solía recibir a las Falleras Mayores de Valencia de los noventa.

Nombres tan conocidos como Sandra Climent , Fallera Mayor de Valencia del año 1997.

Y la Fallera Mayor Infantil del mismo año, Natalia Bisbal Suay.

 

También, Susana Remohí Fallera Mayor de 1998 demostró fe ciega en la indumentarista, encargándole todos sus trajes a Amparo.

 

En 2001, fue el primer año que el Ayuntamiento de Valencia se encargaba de regalar los trajes a sus máximas representates, fue Amparo la que confeccionó a Adriana Polo Escrich su traje y el de toda su corte.

 

Amparo Gómez, tomó la iniciativa y propuso a Junta Central Fallera que las cortes de honor debían vestir iguales por parejas, desde entonces se empezó a vestir de dos en dos con la misma indumentaria.

 

Desde hace una década, la segunda generación cogió el relevo de la empresa pasando a ser Pepa y Juanjo los encargados de regentarla.

 

En 2017 la indumentarista recibía el premio Joia del Gremio Artesano de Sastres y Modistas de la CV

 

Juanjo Prósper, el hijo de Amparo, ha sido en esta actual crisis uno de los que más han criticado la falta de ayudas al sector.

 

Espolín Amparo Gómez  ante la actual crisis se ha reinventado presentando una línea casual con tejidos de Valenciana, esta colección está disponible en su web.

 

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#salvemlaindumentaria

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Fallas

Fallece Carmen Bueso, alma de «Flor» y referente histórico de la indumentaria valenciana

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Fallece Carmen Bueso
Carmen Bueso

La indumentarista que marcó una época deja un legado imborrable en el arte de vestir a las falleras mayores y cortes de honor de València

VALÈNCIA, 29 MARZO 2025 – La indumentaria tradicional valenciana está de luto. Carmen Bueso, conocida por todos como Carmen “Flor”, ha fallecido dejando un vacío imposible de llenar en el corazón de las Fallas. Su nombre ha estado unido durante décadas a la elegancia, la excelencia artesanal y el profundo respeto por la tradición. Con su partida, València pierde a una de las figuras más queridas y relevantes del mundo fallero.

Aunque recientemente se había jubilado tras cerrar su tienda de la calle Conde Altea, su legado sigue vivo en cientos de trajes que continúan desfilando por la ciudad cada mes de marzo. Su marca, “Flor. Carmen Bueso”, fue sinónimo de calidad, estilo y cariño por los detalles.

De una paquetería de barrio a vestir a las falleras mayores de València

El germen de su trayectoria profesional nació en la Paquetería Flor, un pequeño comercio junto al Mercado de Colón gestionado por la familia de su esposo, Manuel Flor. En su acogedora esquina de Conde Salvatierra, Carmen comenzó haciendo composturas y arreglos, hasta que un día decidió ir más allá: empezó a confeccionar trajes a medida con un pequeño equipo en Benimàmet, mucho antes de que el concepto de “tienda de indumentaria fallera” estuviese consolidado.

Su trabajo pronto se hizo conocido entre clientas exigentes del Pla del Remei y la Gran Vía, y su habilidad con el hilo y la aguja la catapultó a lo más alto del sector.

El espolín «Soto» y un momento para la historia

Uno de los momentos más emblemáticos de su carrera llegó en 1999, cuando su sobrina, Lola Flor Bustos, fue proclamada fallera mayor de València del año 2000. Fue Carmen quien la vistió de arriba a abajo, confeccionando con su equipo en Benimàmet el histórico espolín “Soto” de color paja, tejido por Garín. Fue, además, el último traje de exaltación no entregado por el Ayuntamiento, en una época en la que las falleras mayores aún vestían trajes confeccionados por familiares o indumentaristas de confianza.

Ese momento marcó el paso de Carmen Bueso de modista a icono.

Lola Flor

El salto a su tienda en Conde Altea y una clientela de élite fallera

Con el nuevo milenio, Carmen decidió dar un paso más y abrir su propia tienda bajo su nombre: “Flor. Carmen Bueso”. Durante más de dos décadas, este espacio fue referente indiscutible en el sector de la indumentaria valenciana, por donde pasaron falleras mayores como Sara Martín, Lucía Gil, Gloria Martínez, Marta Reglero, Nela Ayora o Inmaculada Asensi, así como decenas de componentes de las cortes de honor.

Incluso fue pionera en diseñar los primeros justillos para la “dansà” en el año 2008, cuando esa prenda no era aún habitual.

La tradición familiar también continuó con las nuevas generaciones: su sobrina nieta, Lola López Flor, hija de la fallera mayor del año 2000, fue componentede la corte de honor infantil de 2024. Un legado que se ha transmitido con orgullo y pasión.

Una jubilación que no pudo disfrutar

En 2024, Carmen bajó la persiana de su tienda con la satisfacción del deber cumplido. Se retiraba para disfrutar de una merecida jubilación, traspasando el negocio y cerrando un capítulo brillante de su vida. Lamentablemente, su fallecimiento prematuro ha impedido que disfrute plenamente de esa nueva etapa.

GALERÍA| La espectacular indumentaria de los hijos de Lola Flor

Reconocimiento en vida: premio Joia del Gremio de Sastres y Modistas

En junio de 2023, Carmen Bueso recibió uno de los galardones más emotivos: el premio Joia del Gremio de Sastres y Modistas de la Comunitat Valenciana, en reconocimiento a una vida entera dedicada al arte textil.

“Nunca hubiera imaginado un final así a mi trayectoria profesional, rodeada de tanta gente que quiero, de personas maravillosas que me he encontrado a lo largo de este camino”, escribió entonces, visiblemente emocionada por el homenaje.

Un legado que se viste, no se olvida

A diferencia de otras disciplinas efímeras de la fiesta, como la pirotecnia o la creación de monumentos falleros, el arte de la indumentaria permanece. Los trajes de valenciana confeccionados por Carmen seguirán vivos en cada desfile, cada exaltación y cada “mascletà”, recordándonos que fue ella quien los hizo posibles.

Cada vez que uno de sus espolines salga del armario, alguien recordará: «Esto es un Flor».

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