Salud y Bienestar
Se dispara el consumo de ansiolíticos en España
Publicado
hace 7 añosen

El consumo de ansiolíticos en España está alcanzando cotas históricas. Los datos más recientes recogidos en la Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España del Ministerio de Sanidad recogen una cifra alarmante. En los últimos años su consumo se ha incrementado en hasta un 57%. En el año 2015, por edades, el 22,8% de los encuestados que pertenecen al grupo de entre 35 y 65 años había consumido este tipo de sustancias alguna vez
El consumo de ansiolíticos en España está alcanzando cotas históricas. Los datos más recientes recogidos en la Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España del Ministerio de Sanidad recogen una cifra alarmante. En los últimos años su consumo se ha incrementado en hasta un 57%. En el año 2015, por edades, el 22,8% de los encuestados que pertenecen al grupo de entre 35 y 65 años había consumido este tipo de sustancias alguna vez. Si se toman las estadísticas por sexo, la cifra es aún más escalofriante ya que el 29,4% de las mujeres en esa franja de edad los ha tomado con o sin receta.
El gráfico siguiente muestra, por edades y sexo, así como por frecuencia en las tomas, qué porcentaje de población está ingiriendo este tipo de sustancias. Además, se ofrecen datos relativos al consumo de hipnosedantes que se ingieren sin receta médica y, por tanto, sin la supervisión de un profesional.
Algunos de los datos más llamativos que se pueden extraer de la Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España 2015 en el apartado de hipnosedantes son:
Los hipnosedantes son las sustancias psicoactivas que empiezan a consumirse a mayor edad. De media, el primer consumo se produce a los 35,6 años.
El consumo de hipnosedantes se encuentra más extendido entre las mujeres.Casi 1 de cada 4 ha tomado este tipo de sustancias alguna vez en su vida (23,9%). Entre las que tienen una edad de entre 35 y 65 años el porcentaje es del 29,4%.
El grupo de edad que más los consumen son entre los 35-64 años, de forma que el 22,8% de las personas de esa edad ha tomado hipnosedantes al menos una vez.
1 de cada 10 mujeres de 35 a 64 años consume hipnosedantes diariamente, proporción que también dobla la relativa al grupo masculino.
El consumo problemático de hipnosedantes alcanza al 2,5% de la población.
La población en España está en torno a 46 millones de personas, se corresponde con unas 1.150.000 personas que presentan un consumo problemático de estas sustancias.
La normalización de ansiolíticos en cifras: un problema social
Otra de las conclusiones que se extrae de la encuesta anteriormente mencionada está relacionada con la prevalencia del consumo y la percepción del riesgo. Los datos exactos se recogen en la captura siguiente. En ellos se puede comprobar cómo la evolución histórica de la cifra aumenta la prevalencia social de este tipo de fármacos (especialmente en los últimos dos años que recoge el informe), y que el riesgo percibido por los pacientes ha disminuido drásticamente desde 2011 (con una pequeña reconsideración a partir de 2013 que sigue siendo muy baja en comparación a cómo se percibían estas sustancias en la década pasada).
Ansiolíticos: un problema presente y futuro si no se le hace frente
La preocupación no es nueva, aunque la cifra del consumo de ansiolíticos no deja de aumentar. La disminuida percepción de riesgo y que se hayan disparado desde 2009 los consumos de estas sustancias sin receta son un problema que requiere de la máxima atención. De hecho, ese mismo año, una campaña difundida por la OCU “Pastillas las Justas” advertía de la problemática y pretendía concienciar a la población sobre los efectos nocivos. Por aquel entonces se planteaba la necesidad de buscar alternativas a las benzodiacepinas (ansiolíticos más habituales) en forma de terapias psicológicas y alertando a la sociedad de los efectos que tienen estas sustancias a largo plazo. En la misma línea concluye el Observatorio de las Drogas que detecta que el consumo ha aumentado en España un 57% en 12 años y sigue creciendo sin freno.
Si se contraponen ambas informaciones (OCU y La Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España del Ministerio de Sanidad) se puede ver como en 2009 la Organización de Consumidores y Usuarios advertía que en España se consumían cuatro veces más benzodiacepinas que en Alemania o en el Reino Unido e incluso el número superaba el consumo de Estados Unidos. Los datos históricos del Ministerio de Sanidad que van desde 1995 a 2015 muestran incrementos muy elevados en el consumo de estas sustancias. En la última década (2005-2015) el porcentaje de población que recurre en los últimos 12 meses a ellos pasa del 5,1% al 12%. Entre los han consumido al menos una vez, en idéntico período se pasa de un 8,1% a un 18,7%.
Clínicas de desintoxicación para pacientes afectados por la adicción a las benzodiacepinas
Considerando el importante aumento de personas que consumen sustancias ansiolíticas, generalmente benzodiacepinas, y por el carácter adictivo que tienen, es lógico que la demanda de clínicas y especialistas en este tipo de adicciones esté en alza.
Un centro de desintoxicación destacado es TAVAD (Tratamientos Avanzados de la Adicción), pionero en el tratamiento de esta dependencia. Su desintoxicación de benzodiacepinas en pacientes afectados por la adicción a los hipnosedantes tiene un 100% de éxito. Y la neuroregulación avanzada que realizan durante las primeras 48 horas del tratamiento, facilita la desintoxicación y posterior rehabilitación del paciente.
Son muchos los pacientes que no son conscientes de que dejar los fármacos como las benzodiacepinas implica un síndrome de abstinencia con síntomas como la ansiedad, los temblores, los espasmos musculares, la irritabilidad, las alteraciones de la percepción, el insomnio, o incluso crisis convulsivas. Un síndrome de abstinencia que además puede durar varios meses y por ello, contar con un tratamiento que conlleve una neuroregulación avanzada, es fundamental para la recuperación del paciente.
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Salud y Bienestar
¿Qué pasa cuando te comes un yogur caducado?
Publicado
hace 3 díasen
30 mayo, 2025
El yogur es un alimento fermentado que tiene una vida útil relativamente larga debido a la presencia de bacterias beneficiosas. Sin embargo, consumir yogur más allá de su fecha de caducidad puede tener consecuencias para la salud que es importante considerar.
Riesgos de salud
Consumir yogur caducado puede llevar a una serie de problemas gastrointestinales debido al crecimiento de bacterias nocivas como Staphylococcus, Salmonella y Listeria. Estos patógenos pueden causar síntomas de intoxicación alimentaria que van desde náuseas y vómitos hasta diarrea y dolor abdominal. En casos severos, puede provocar deshidratación y fiebre.
Señales de deterioro
Antes de decidir consumir un yogur caducado, es crucial verificar signos de deterioro. El yogur que ha pasado su mejor momento puede desarrollar un olor agrio, texturas inusuales como grumos o separación de líquidos, y en casos extremos, moho visible. Si detectas cualquiera de estos signos, es mejor desechar el producto para evitar riesgos de salud.
Consejos para evitar el consumo de yogur caducado
- Almacenamiento adecuado: Guarda el yogur en el refrigerador a una temperatura de 4°C o menos para prevenir el crecimiento de bacterias. Evita almacenar yogur en la puerta del refrigerador, ya que esta es la zona más cálida.
- Consumo oportuno: Intenta consumir el yogur dentro de la fecha de «mejor antes» indicada en el envase. Si tienes dudas sobre su frescura, es mejor no arriesgarse y descartarlo.
- Verificación de integridad del envase: Asegúrate de que el envase no esté dañado, ya que esto podría haber comprometido la seguridad del producto.
Alternativas seguras
Si tienes yogur caducado que parece todavía comestible, una opción segura puede ser usarlo en la cocina, como en recetas que requieran cocción, ya que el calor puede destruir las bacterias potencialmente dañinas. También puedes usarlo para aplicaciones tópicas, como mascarillas faciales, siempre que no presente moho ni mal olor.
En resumen, mientras que algunos yogures pueden ser seguros para consumir poco después de la fecha de caducidad si no muestran signos de deterioro, siempre es mejor prevenir que lamentar. Los riesgos de intoxicación alimentaria pueden ser serios, especialmente para personas vulnerables como niños pequeños, ancianos y mujeres embarazadas.
Qué alimentos se pueden comer caducados
aunque es importante tener precaución con los alimentos caducados, algunos pueden ser consumidos de manera segura después de la fecha de caducidad si se almacenan correctamente y no muestran signos de deterioro. Aquí hay una lista de algunos de estos alimentos:
1. Yogur
- Duración: Puede durar una o dos semanas después de la fecha de caducidad.
- Condiciones: Almacenar en refrigerador y asegurarse de que no tenga moho, olor agrio o separación significativa del suero.
- Riesgos: Bajo riesgo si está almacenado correctamente.
2. Queso duro
- Duración: Puede durar semanas o incluso meses después de la fecha de caducidad.
- Condiciones: Cortar cualquier moho visible (aproximadamente 2,5 cm alrededor del moho) y almacenar en refrigerador.
- Riesgos: Bajo riesgo si se retira el moho adecuadamente.
3. Huevos
- Duración: Pueden durar de 3 a 5 semanas después de la fecha de caducidad.
- Condiciones: Mantener en refrigerador. Se puede hacer la prueba del agua para verificar su frescura (huevos frescos se hunden, huevos viejos flotan).
- Riesgos: Bajo riesgo si se almacenan adecuadamente.
4. Pan
- Duración: Hasta una semana después de la fecha de caducidad.
- Condiciones: Almacenar en un lugar seco y fresco. Descartar si hay signos de moho.
- Riesgos: Bajo riesgo si no hay moho visible.
5. Cereales secos
- Duración: Meses después de la fecha de caducidad.
- Condiciones: Almacenar en un lugar seco y fresco. Mantener en su empaque original.
- Riesgos: Bajo riesgo si no hay signos de humedad o plagas.
6. Arroz y pasta secos
- Duración: Años después de la fecha de caducidad.
- Condiciones: Almacenar en un lugar seco y fresco.
- Riesgos: Bajo riesgo si no hay signos de humedad o plagas.
7. Productos enlatados
- Duración: Hasta cinco años después de la fecha de caducidad.
- Condiciones: Almacenar en un lugar seco y fresco. No consumir si las latas están hinchadas, abolladas o corroídas.
- Riesgos: Bajo riesgo si las latas están en buen estado.
8. Chocolate
- Duración: Meses a años después de la fecha de caducidad.
- Condiciones: Almacenar en un lugar fresco y seco. Puede desarrollar una capa blanca (flor de azúcar), pero es seguro de consumir.
- Riesgos: Bajo riesgo si no hay signos de moho o mal olor.
9. Frutas y verduras congeladas
- Duración: Hasta un año después de la fecha de caducidad.
- Condiciones: Mantener congelado. Descartar si hay signos de quemaduras por congelación.
- Riesgos: Bajo riesgo si se mantienen congeladas adecuadamente.
10. Pan rallado
- Duración: Meses después de la fecha de caducidad.
- Condiciones: Almacenar en un lugar seco y fresco.
- Riesgos: Bajo riesgo si no hay signos de moho o plagas.
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