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Cultura

Sonsoles Ónega gana el Premio Planeta con “Las hijas de la criada”

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Sonsoles Ónega Premio Planeta
PREMIO PLANETA

Barcelona (EFE).- La periodista y escritora madrileña Sonsoles Ónega ha ganado esta noche el 72º Premio Planeta, dotado con un millón de euros, con la novela histórica “Las hijas de la criada”, la historia de una familia gallega de empresarios a lo largo de los tres primeros tercios del siglo XX.

La ganadora del Planeta, que se había presentado bajo el seudónimo de Gabriela Montes, había ocultado el título de su novela bajo el ficticio “Otoño sin ti”.

“Las hijas de la criada”

En “Las hijas de la criada”, que Planeta publicará al igual que la finalista el próximo 8 de noviembre, la autora y periodista televisiva narra la historia de una familia de empresarios gallegos, los Valdés, que recorre gran parte del siglo pasado y lugares como la exótica Cuba y la misteriosa Galicia.

En ese marco, las mujeres de la familia, luchadoras y emprendedoras, construyen un imperio conservero en su tierra natal, aunque un terrible secreto marcará sus vidas para siempre.

El jurado del premio, formado por José Manuel Blecua, Fernando Delgado -ausente en Barcelona por una indisposición- Juan Eslava Galán, Pere Gimferrer, Carmen Posadas, Rosa Regàs y la editora Belén López, como secretaria con voto, había elegido poco antes como finalista la novela “La sangre del padre”, de Alfonso Goizueta, que ha escrito una biografía novelada de Alejandro Magno.

Una novela histórica

En nombre del jurado, Eslava Galán ha definido la obra ganadora como “una novela histórica con ribetes de trama romántica, que cuenta la historia de dos niñas, una rica y otra pobre, intercambiadas al nacer, un tema clásico en la literatura y en la vida”, que sirve a la autora para relatar la vida de tres generaciones de mujeres.

Tras darse a conocer el fallo, la ganadora ha dicho que en una ocasión preguntó a su padre, el también periodista Fernando Ónega, sobre lo que se ha de decir cuando se recoge un premio, y éste le respondió: “Hay una versión corta, que es gracias, o una larga en la que te puedes explayar, sin aburrir, que es muchas gracias”.

Sonsoles Ónega, Premio Planeta

Tras expresar su felicidad por haber ganado un premio “con el que jamás en la vida soñé”, Sonsoles Ónega ha avanzado que “la novela arranca en la Galicia del mar en 1900, la Galicia que construyó un imperio en una lata, la industria de la conserva narrada a través de una familia de empresarios que construyeron ese imperio, estuvieron en todas las guerras sin perder ninguna”.

Ha precisado sobre “Las hijas de la criada”: “Hay un sustrato literario que me acompaña en todas las novelas, el destino”.

En el libro ganador del Planeta hay “un episodio cruel, es una novela de amor, de búsqueda de la verdad, de desamores y de personajes faltos de cariño” y añade: “No hay personajes frágiles o débiles, sino que hay mujeres valientes que trabajaron en el mar y lo siguen haciendo sin reconocimiento ninguno”.

Ha señalado que “la industria pesquera nunca ha sido justa con las mujeres, que se han dejado las manos limpiado sardinas y cerrando latas, y nunca hubo patronas, aunque en muchas ocasiones ejercieran como tales”.

La novela ganadora intenta, según Ónega, “acompañar al lector en una serie de aventuras que suceden no solo en Galicia, sino también en Cuba, adonde emigra la tercera generación de esos empresarios”.

La séptima novela de Sonsoles Ónega

La periodista y presentadora televisiva ha confesado que ha sido “una novela difícil escrita en medio de muchos avatares, en la que aparece la Galicia de mi infancia, que en este caso es abrigo literario”.

“Las hijas de la criada” es su séptima novela, dieciocho años después de su debut literario: “Me he presentado a todos los premios habidos y por haber y por eso este premio reconoce lo acumulado, porque somos los libros que hemos leído y reivindico la lectura y pido que se vendan muchos libros y se presten”.

“No hay ciudadano mejor armado frente a los abusos y los poderosos que un ciudadano bien leído”, ha sentenciado Ónega antes de dedicárselo a “las escritoras con hijos y a los hijos de las escritoras”.

El finalista Alfonso Goizueta ha explicado por su parte que “La sangre del padre” es una novela épica sobre Alejandro Magno “un personaje irrepetible en la historia”.

Más allá de su gesta y de sus batallas y aventuras, a Goizueta le interesaba cómo a la edad que él mismo tiene, 23 años, Alejandro Magno abandonó su hogar y comenzó un viaje iniciático, y ver “cómo fue cambiando su concepción de la política, de la amistad o el amor”.

Cerca de un millar de personalidades del mundo de la cultura, la empresa y la política han asistido a la velada literaria, encabezada por la vicepresidenta del Gobierno en funciones Yolanda Díaz, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, y el de Universidades, Joan Subirats.

Jose Oliva-Carmen Naranjo

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Cultura

Muere Robe Iniesta a los 63 años, alma eterna de Extremoduro

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Robe Iniesta Extremoduro
Robe Iniesta de Extremoduro

El mundo de la música ha perdido a Robe Iniesta, que ha muerto a los 63 años, según han confirmado fuentes cercanas al entorno del artista. Su fallecimiento supone un golpe emocional para la cultura española, ya que el compositor y vocalista cacereño, fundador de Extremoduro, era una de las figuras más influyentes y reconocidas del rock en español. Millones de oyentes lo consideran una voz imprescindible para entender la libertad creativa de los años 90 y 2000.

El legado de un genio que transformó el rock en español

Robe, natural de Plasencia, revolucionó la música desde principios de los años 90 con un estilo visceral, poético y transgresor que convirtió a Extremoduro en un fenómeno generacional. La banda consiguió conectar con jóvenes y adultos de toda España gracias a unas letras descarnadas, cargadas de realidad, amor, rebeldía y un profundo sentido vital.

Álbumes como Somos unos animales, Deltoya, Agila o La ley innata marcaron a varias generaciones y consolidaron a la banda como una referencia imprescindible en la historia cultural del país. Estas obras no solo fueron éxitos musicales, sino que redefinieron la manera de escribir canciones en castellano, fusionando rock urbano, poesía, marginalidad y emociones a flor de piel.

Una carrera en solitario sin perder su esencia

Durante los últimos años, el músico había desarrollado una exitosa carrera en solitario, explorando nuevos sonidos y una escritura más introspectiva, sin perder la autenticidad que siempre lo caracterizó. Robe Iniesta se mantuvo fiel a su espíritu creativo, rechazando modas, preservando el misticismo de su figura y demostrando que su obra no dependía únicamente de la nostalgia. Su música seguía siendo libre, intensa y profundamente humana.

Un impacto emocional que se extiende por toda España

La noticia de su fallecimiento ha generado un profundo impacto en el panorama musical y en miles de seguidores que crecieron con sus canciones y su forma única de entender el arte. Redes sociales, compañeros de profesión, periodistas culturales, artistas emergentes y fans de toda España han comenzado a despedirlo con mensajes de admiración y gratitud por una obra que ya forma parte de la memoria colectiva.

El público recuerda conciertos inolvidables, recitales de poesía improvisada, entrevistas enigmáticas, silencios prolongados y una personalidad que rehuía la fama, pero abrazaba la libertad. Cada canción sigue siendo un territorio emocional donde generaciones enteras han encontrado acompañamiento en sus momentos de euforia, rebeldía, dolor o búsqueda personal.

Un artista irrepetible con una obra eterna

Robe se marcha, pero deja una huella imborrable: versos que desbordaban vida, libertad y crudeza; una manera de hacer música que rompió moldes; y una voz que seguirá acompañando a quienes encontraron en sus canciones un refugio, una herida o un camino. Extremoduro no solo fue un grupo: fue un lenguaje, una actitud, un espejo de la realidad de miles de jóvenes que encontraron en sus letras una forma de entender el mundo.

Muchos expertos musicales coinciden en señalar que Robe Iniesta es uno de los últimos grandes poetas del rock español, comparable con referentes literarios en cuanto a su capacidad de generar una comunidad emocional alrededor de sus palabras. Su influencia continúa viva en nuevas generaciones de músicos y escritores que recogieron su audacia artística y su forma de convertir la vida cotidiana en poesía eléctrica.

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