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Cultura

Tears For Fears, Keane, Los Planetas y La Plata harán vibrar La Marina este domingo

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La Marina de València acoge este domingo la segunda edición del 4ever Valencia Fest con la programación de cuatro únicos artistas: los británicos Tears For Fears, que actúan en España por primera vez en 20 años; Keane, en una de sus únicas dos actuaciones en el país en su gira de vuelta, los granadinos Los Planetas y los valencianos La Plata.

El evento regresa «con aires renovados» y «pretende diferenciarse del resto de festivales nacionales por ofrecer los conciertos completos de gira de los artistas y programar actuaciones exclusivas en nuestro país», ha informado la organización en un comunicado.

Desde la apertura de puertas a las 17.30h, el orden de actuaciones será el siguiente: a las 18.10 horas arrancará el concierto de los locales La Plata; le seguirán Los Planetas a las 19.30 horas con un set de grandes éxitos.

A las 21.30 horas irrumpirá Keane en el escenario con el show que incluye los temas de su recientemente publicado nuevo álbum, que aparece después de años de silencio, y finalizarán Tears for Fears a las 23.30 horas, con un concierto «único y exclusivo» en nuestro país después de 20 años sin visitar España.

El mítico dúo británico de los 80 Tears For Fears encabeza la selección artística de este año, que pretende «satisfacer a todos los públicos». Tears For Fears actuarán en exclusiva en el festival, y será esta la única cita donde se podrá disfrutar en nuestro país de temas como ‘Shout’ o ‘Everybody wants to rule the world’ en directo después de veinte años.

Los también ingleses Keane son otra de las actuaciones únicas programadas, ya que de sus dos conciertos previstos en España este año, solo quedan entradas para verlos en 4ever Valencia Fest.

Keane acaba de anunciar la publicación de un nuevo disco después de seis años de silencio, y en el festival se podrá escuchar en exclusiva este esperado álbum de uno de los grupos de rock independiente más importantes del milenio gracias a singles como ‘This is the last time’, ‘Everybody is changing’ o ‘Somewhere only we know’ y a su particular estilo musical con el piano como instrumento principal.

Por su parte Los Planetas girarán en 2019, casi treinta años después de su formación, con un set de grandes éxitos que repasará su amplia discografía y que incluye temas que ya forman parte de la cultura poopular como ‘Qué puedo hacer’, ‘Un buen día’ o ‘Santos que yo te pinté’.

Y por último, La Plata, banda underground que con su primer LP ‘Desordenpublicado’ en 2018 y lleno de hits, está llevando el nombre de València por toda la península y no podían faltar en un festival en su ciudad.

Imagen: EP

Imagen: Europa Press

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El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

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El misterio del nicho 1501
El misterio del nicho 1501 del cementerio de Valencia

El Cementerio General de València esconde una curiosa historia en la que el amor, la desgracia, el terror y la fortuna se dan la mano. La historia de un nicho, el nicho de Emilia. Un enigmático caso que parece salido de la mente de Edgar Allan Poe Lovecratf, pero que es real y nos vuelve a confirmar que la realidad supera siempre a la ficción.

Para conocer quien descansa en el nicho 1501 y la historia olvidada que allí yace, debemos trasladarnos hasta finales del siglo XIX. Vicente García Valero era un actor y autor teatral nacido a mediados del siglo XIX que se enamoró perdidamente de Emilia Vidal Esteve. A pesar de su juventud, él contaba con 15 años y ella con 13 no tardaron mucho en casarse.

El trabajo de Vicente le llevó a trasladarse a Madrid, donde un día la alegría se transformó en desgracia cuando la joven falleció 1876 por un brote de fiebres tifoideas. 

El misterio del nicho 1501

Su cuerpo fue enterrado en una fosa común debido a que la familia no podía costear los gastos, pero el actor quiso recuperar el cuerpo de su amada costara lo que costara y finalmente logró exhumarla de manera clandestina casi dos años más tarde en el día de Nochebuena de 1877. Cuentan que Vicente tuvo que sobornar con dinero al sacerdote que pocas semanas atrás había enterrado a la chica.

Cuando abrió el féretro, Vicente relató que la joven «parecía como dormida». Tal vez lo viera así fruto de su enamoramiento ya que por el tiempo transcurrido su estado debía ser el de putrefacción y descomposición.

250 pesetas fue el precio que le tocó pagar, sin duda toda una pequeña fortuna para la época, para hacerse con el nicho número 1501 a perpetuidad. Y allí en el Cementerio General de València descansa desde entonces.

El tiempo pasó y Vicente se casó con Ángela, la hermana de su difunta esposa. Pero la historia no queda ahí, ya que el matrimonio tuvo una hija, a la que curiosamente llamaron Emilia, el mismo nombre que el amor de su vida.

Porque Vicente seguía obsesionado con su primera mujer. No la podía olvidar, y así lo demostraba cada año, mandando todos los 1 de noviembre dinero al cementerio para que limpiaran el nicho y lo adornaran de flores, hechos que relata él mismo en su libro ‘Páginas del pasado’.

Pero la desgracia volvió de nuevo a su vida con la muerte de su hija a la edad de 4 años y la de su esposa. Duro es el testimonio de un cartero, que fue testigo de la muerte de la pequeña cuando acudió a la casa para entregar un correo y le abrió la puerta Vicente con su hija en brazos. El cartero pensó que la niña estaba dormida y García Valero le respondió «no, está muy dormida, esta muerta.»

Pero en la mente de Vicente permanecía Emilia. No podía olvidar su recuerdo y tal vez fuera por eso que se volviera a casar con la otra hermana, Amparo. ¿Buscaba en ellas a su amada?

El décimo 1501

Si el relato hasta el momento es ya sorprendente todavía faltaba una última vuelta de tuerca. Un nuevo giro que hace de esta, una historia increíble pero cierta. Vicente, dedicó su vida al teatro, repartiendo su tiempo entre Madrid y València, pero tomando como residencia la capital de España. Allí le inundó la pena y tristeza por estar tan lejos del nicho de su amor a pesar de encargarse desde la distancia de su cuidado.

Hasta que un día dejó de enviar dinero. Era el 1 de noviembre de 1911 y su situación económica había empeorado por lo que no pudo hacer que limpiaran la lápida y le colocaran flores. Pero por fin a Vicente García Valero le iba a sonreír la suerte. El destino o lo que ahora llaman karma o tal vez, quien sabe si su amor, le iba a devolver todo el cariño que le había dedicado Vicente durante años.

Caminando por una administración de lotería próxima al teatro Apolo, Vicente vio un décimo y lo compró. Era el 1501.  En el sorteo del 10 de octubre de 1912 su número fue premiado con 6000 pesetas de la época. “Tantos años enviando dinero a mi amada y ahora es ella la que me lo devuelve”, exclamó Vicente según narra en su libro de memorias.

Ahora Vicente podía seguir pagando los arreglos y cuidados de la lápida cada 1 de noviembre. Y así lo hizo hasta que le llegó la muerte en Madrid el 12 de octubre de 1927. Y allí lejos de su amada se piensa que está enterrado.

Hoy en día nadie se acuerda ya del nicho 1501. La inscripción de la lápida está casi borrada por el paso del tiempo. “Recuerdo de V. García Valero” se puede leer.

Pero desde hace unos años, alguien coloca flores en el nicho 1501…

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