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El último legado de Tina Turner: su libro sobre cómo superar la adversidad

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tina turner libro

Tina Turner, fallecida el pasado 24 de mayo fue una de las artistas más queridas del mundo. Antes de morir, compartió en este libro, sus peculiares “memorias” su inspiradora historia vital y su particular viaje espiritual marcado por el estudio y la práctica de las enseñanzas budistas desde hace cinco décadas, que le ayudaron a superar la adversidad y a transformar su vida.

A modo de guía espiritual, Tina cuenta su proceso de desarrollo personal y transformación, va desgranando recuerdos, desvelando detalles de una vida llena de obstáculos en la que ha tenido que sobreponerse a una infancia infeliz, el abandono, un matrimonio violento, una carrera estancada, la ruina económica, múltiples enfermedades o la muerte prematura de familiares muy cercanos. Su fuerza interior y el budismo han sido su camino hacia la felicidad.

La felicidad nace de ti no es un libro de música o de recuerdos, sino un libro muy personal en el que, basándose en su propia experiencia, intenta explicar cómo todos podemos transformar nuestras vidas y superar los obstáculos que se interponen en nuestro camino —incluso convertir lo imposible en posible y hacer realidad nuestros sueños-, empoderándonos con herramientas espirituales y sabios consejos.

Tina Turner: su libro

Dondequiera que voy, me conmueve que la gente me cuente la inspiración que ha supuesto para ellos la historia de mi vida, debido a los retos que he superado en mis ocho décadas en este planeta.

Soy una superviviente nata, pero he tenido ayuda, y no me refiero al éxito, ni al dinero, aunque haya sido bendecida con ambos. La ayuda que ha sido esencial para mi bienestar, mi alegría y mi resiliencia es mi vida espiritual. Esta es una gran afirmación: fácil de decir, más difícil de explicar. Pero aquí, en La felicidad nace de ti. Una guía espiritual que cambiará tu vida, tengo el gran placer de compartir contigo la historia de mi travesía espiritual.

Siempre quise ser profesora, pero pensaba que debía esperar hasta el momento en que tuviese algo importante que decir, cuando estuviese segura de cómo ofrecer verdadera sabiduría. Ese momento es ahora.

Mientras escribo estas palabras estamos inmersos en la peor pandemia de los últimos cien años. A causa de esta tragedia, muchos de nosotros hemos llorado la pérdida de seres queridos, mientras que muchos otros, desgraciadamente, han perdido su sustento. Me duele el corazón mientras resisto contigo en este nuevo e incierto escenario. Aunque seas una de las pocas personas que han evitado el impacto directo de esta desgracia, todos sabemos que nadie pasa por la vida sin enfrentarse a obstáculos. Más que nunca, creo que debemos elegir la esperanza y valernos de nuestras dificultades para avanzar y elevarnos.

He reflexionado mucho sobre la adversidad a lo largo de la pasada década, mientras me enfrentaba a una serie de crisis graves de salud que estuvieron a punto de acabar conmigo. Mientras pasaba por todo esto tuve muchas oportunidades para repasar los acontecimientos de mi vida y hacerme algunas preguntas complejas. ¿Cómo pude sobreponerme a tantos problemas serios? Seguramente conoces la lista, y es larga: una infancia infeliz, el abandono, un matrimonio violento, una carrera estancada, la ruina económica, la muerte prematura de miembros de mi familia y múltiples enfermedades.

Había muchas circunstancias y fuerzas externas que no podía cambiar ni controlar, pero la revelación que transformó mi vida fue que lo que sí podía modificar era mi forma de reaccionar a estos desafíos. La ayuda más valiosa procede de nuestro interior, y la paz llega cuando las personas se esfuerzan en convertirse en sus mejores versiones. Empecé ese trabajo en la treintena, cuando descubrí el poder transformador de la espiritualidad.

La espiritualidad no está ligada a ninguna religión o filosofía. No es propiedad de ningún sacerdocio o clero. La espiritualidad es un despertar personal y la relación particular que tenemos con la Madre Tierra y con el universo, que incrementa la amplitud de miras y la positividad. Mi despertar empezó hace cinco décadas, por medio de la práctica y el estudio de las enseñanzas budistas. Compartir la historia de esta parte tan preciada de mi vida contigo es un sueño muy anhelado. Este libro contiene mi orientación personal sobre cómo conseguir una felicidad duradera. Explica verdades espirituales que he aprendido en mi camino improbable hacia la satisfacción, desde la infancia hasta hoy. Aquí revelo las lecciones inéditas y más importantes de mi vida, los descubrimientos más profundos y principios ancestrales muy valiosos para ayudarte a recargar tu alma.

Te ofrezco estos conocimientos para que tengas las herramientas para vencer tus propios obstáculos (incluso si tus pruebas parecen tan imposibles de superar como las que yo he afrontado) y alcanzar tus propios sueños, de modo que puedas convertirte en alguien verdaderamente feliz. Quiero que abras tu corazón y tu mente, que reanimes tu espíritu con nuevas esperanzas, con valentía y compasión, y que cambies el mundo transformando tu vida. Déjame que te enseñe todas las maravillosas formas en que La felicidad nace de ti.

Cualesquiera que sean tus sueños, sé que también podrás convertirlos en realidad. Mi deseo es que triunfes y alcances tu propia definición de felicidad, como sea que quieras pintar ese cuadro. Si te quedas con algo de estas páginas, espero que mi historia de autorrealización oriente e inspire tus sueños, ahora y en el futuro. Cuando hablo de que los sueños se hagan realidad no me refiero a los deseos externos en nuestras vidas. Gracias a los despertares espirituales que experimenté con la práctica budista, conseguí la claridad y la fuerza para llevar a cabo incontables modificaciones importantes en mi vida.

Las recompensas materiales son agradables, y estoy profundamente agradecida por todas las cosas magníficas que tengo en mi vida. Trabajé muy duro para llegar hasta donde estoy ahora. Pero esta no es la transformación de la que hablo. Lo que cambió para mí, lo que me permitió obtener todos los beneficios evidentes de los que disfruto en la actualidad, fue infinitamente más importante: los profundos cambios internos que resultaron de la práctica espiritual de recitar Nam-myoho-renge-kyo, del estudio y de ayudar a los demás.

¿Qué es Nam-myoho-renge-kyo?

Se trata de la invocación que constituye la base de la práctica de todas las formas de Budismo Nichiren, y representa La Ley última o verdad del Universo.

Nam significa «dedicarse a uno mismo».

Myoho significa «Ley Mística»; myo se refiere a la esencia mística de la vida, y ho representa sus manifestaciones. Myoho expresa la fuerza vital fundamental del universo.

Renge significa «flor de loto» y expresa causa y efecto, ya que las plantas del loto producen la flor y el fruto simultáneamente.

Renge también se refiere al Sutra del loto.

Finalmente, kyo tiene múltiples capas de significado, entre las que se incluyen las lecciones de Buda y la vibración del sonido.

Nam-myoho-renge-kyo puede interpretarse, de forma más colorida, como «Me entrego a la Ley Mística universal de causa y efecto a través de la vibración sonora de la sabiduría de Buda». Piensa en el acto de recitar Nam-myoho-renge-kyo como una especie de entrenamiento espiritual. Según nuestras circunstancias únicas, nuestra condición vital predominante y nuestros patrones kármicos, el esfuerzo que tendremos que ejercer para mantenernos en un lugar fuerte espiritualmente será distinto. También será diferente dependiendo de nuestras metas y de la clase de cambios que queramos hacer.

EL KARMA

A pesar de haberme labrado un camino desde unos inicios miserables hasta el reconocimiento internacional, había momentos, incluso en las mejores épocas, en que sentía que me faltaba algo. Mi karma, mis limitaciones kármicas, eran cadenas invisibles que me frenaban. Estoy segura de que habéis oído la palabra karma alguna vez, pero ¿qué es el karma exactamente?

Karma es un término en sánscrito que significa «acción». Piensa en el karma como la suma de todas tus acciones -pensamientos, palabras y actos-, desde el pasado eterno hasta el momento presente y en adelante hasta el futuro, mientras continúas creando nuevas acciones. El karma es un estado de cuentas, por así decirlo, de tus actos negativos y positivos a lo largo del tiempo, sin un principio ni un final. Nuestro karma determina nuestra condición vital dominante.

El karma es la razón por la que a veces nos sentimos atrapados, aparentemente incapaces de superar los desafíos; o el motivo por el cual nos enfrentamos a patrones repetidos de cosas que no queremos; o la causa de que parezca que somos incapaces de alzarnos desde una condición de vida inferior a una superior. Todas estas limitaciones son el resultado de nuestras propias acciones, de nuestro karma.

LA ANALOGÍA DE LA CUCHARA

Cuando estamos molestos, es muy fácil culpar a los demás. Sin embargo, la raíz de nuestros sentimientos está en nuestro interior. Por ejemplo, imagínate como un vaso de agua. Ahora imagina que las experiencias negativas pasadas son posos en el fondo de tu vaso. Después piensa en una situación o en una persona desagradable como una cuchara. Cuando la cuchara remueve el agua, el sedimento la enturbia. Podría parecer que la cuchara ha provocado que el agua se enturbie, pero, sin residuos, el agua seguiría estando. Aunque saquemos la cuchara, nuestro sedimento permanecerá, a la espera de que aparezca la próxima cuchara. Por otro lado, si eliminamos el sedimento, no importa lo que pase, no importa cuánto remueva la cuchara: nuestra agua seguirá estando clara.

Siempre que recuerdo esta sencilla analogía siento alivio al saber que tengo control sobre mi condición vital, que influye en cualquier pensamiento que venga a mi consciencia, así como en mis respuestas a cualquier negatividad que pueda surgir. Sé que puedo eliminar cualquier sedimento en el «vaso de agua de mi vida».

SI QUIERES CAMBIAR EL MUNDO, CAMBIA TÚ

Hay una expresión que dice que hay dos cosas por las que nunca deberías preocuparte: las cosas que puedes cambiar y las que no puedes cambiar. En mi experiencia, prácticamente cualquier cosa puede modificarse si cambias tú primero, así que no te preocupes. Siempre que tu comportamiento se base en la compasión y que estés continuamente puliendo tu propia vida, estarás en el camino correcto.

A veces, nuestra naturaleza de Buda innata, que abarca nuestra compasión, nuestra claridad y nuestra amplitud de percepción, puede deteriorarse por falta de uso. Pero cuando salimos de nuestra zona de confort y abrimos nuestros corazones, podemos pulir las manchas e irradiar luz clara a nuestro mundo.

TINA TURNER EXPLICA EN SU LIBRO QUE ESTAMOS INTERCONECTADOS

El budismo enseña que todo ser vivo ha sido la madre, el padre, la hermana, el hermano, el hijo u otro ser querido de otro, muchas veces, abarcando vidas infinitas por cualquier rincón del universo. Tanto si podemos desentrañar este concepto como si no, espero que la idea te abra la mente como ha abierto la mía.

Aquí estamos todos, juntos de nuevo, viviendo en este maravilloso planeta. Esta es nuestra realidad. Así que vamos a actuar como si fuéramos la familia lejana que realmente somos, y vamos a comportarnos siempre con amabilidad. Citando al papa Francisco: «Hoy, más que nunca, el mundo necesita una revolución de la ternura».

TODO TIENE SU VALOR

Debemos honrar a la Madre Tierra apreciando sus recursos. Todas las cosas y todas las personas tienen un valor, y también las experiencias. Guarda siempre el valor de tus experiencias, especialmente lo que aprendiste de las negativas, de modo que nunca las repitas.

Cuando digo valor, me refiero a cualquier cosa que mejore tu vida, o que te ayude a crecer. Podría ser un conocimiento que obtuviste de una experiencia, o un recuerdo inspirador de algo que aprecias.

Si fuera una situación negativa, o una interacción con gente que preferirías olvidar, aunque no puedas ver ningún valor en ella, puedes tomar la determinación de no comportarte nunca como la gente desagradable con la que te encontraste. Esto es valioso en sí mismo.

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Los fracasos de España en Eurovisión

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Los últimos fracasos de España en Eurovisión

España es junto a Noruega, Alemania y Austria uno de los países con más fracasos en Eurovisión. Irlanda es el más exitoso con 7 victorias, seguido por Suecia, con 6. El estudio también constató cuáles son los países ‘mejores amigos’ que suelen entregar su voto a España y viceversa. Portugal es históricamente el país que más vota a los participantes españoles. Los españoles suelen entregar su voto preferentemente a los alemanes.

Los últimos fracasos de España en Eurovisión

España, entre los países con más canciones que han sido un fracaso en las votaciones

Lamentablemente, el máximo de puntos no se puede otorgar a todos y en algunas ocasiones ocurre que hay canciones que obtienen cero votos. Noruega encabeza la lista de los países que más veces (4) se ha ido para casa con las manos vacías. España ha participado en tres ocasiones con canciones que no las ha votado nadie, la primera ‘Llámame’, en 1962 interpretada por Víctor Balaguer, la segunda en 1965, titulada ‘¡Qué bueno, qué bueno!’, por Concha Bautista y la tercera, ‘Quién maneja’, en 1983 con Remedios Amaya.

Aunque la mayoría de las canciones con cero puntos corresponden al siglo XX, Alemania y Austria se fueron a casa sin nada en 2015.

Víctor Balaguer en Eurovisión 1962.

El debut de España en Eurovisión en 1961 no fue muy exitoso. La candidatura de RTVE apenas logró ocho puntos y una novena posición con una canción que, sin embargo, ha perdurado con el paso de los años. La canción «Estando contigo» de Conchita Bautista precedió al primer gran fracaso de España en el certamen, cuando un año después Víctor Balaguer recibió el primer cero en la historia del país en Eurovisión.

El barcelonés interpretó su canción «Llámame» en el Villa Louvigny de Luxemburgo, pero no consiguió que ninguno de los jurados le otorgara los 1, 2 o 3 puntos que repartía cada país participante en ese momento. Así comenzó una de las peores rachas históricas de España en Eurovisión, ya que en los dos años siguientes obtuvo el puesto 12 con 2 y 1 punto, respectivamente.

Conchita Bautista en Eurovisión 1965.

Tras hacer historia como la primera representante española en el concurso organizado por la Unión Europea de Radiodifusión (UER), Conchita Bautista regresó al festival en 1965 decidida a mejorar su posición anterior. Lo intentó con «¡Qué bueno, qué bueno!», pero desafortunadamente acabó en la última posición con el segundo cero en la historia de España en Eurovisión.

Braulio en Eurovisión 1976.

Tras el revés de Conchita Bautista en Nápoles, España vivió su racha más exitosa en la historia de Eurovisión durante la siguiente década, sin salir del top 10 y logrando dos victorias (1968 y 1969) y dos segundos puestos (1971 y 1973).

Esta buena racha se detuvo en 1976 con la participación de Braulio y su canción «Sobran las palabras». Sin embargo, no faltaron puntos, ya que el cantante regresó a casa con apenas 11 puntos y el puesto 16 de 18 participantes.

Remedios Amaya en Eurovisión 1983.

En 1983, Remedios Amaya se preguntó quién manejaba su barca en el Rudi-Sedlmayer-Halle de Múnich. A pesar de que su actuación fue ovacionada por el público, ninguno de los jurados le otorgó puntos, sumando otro cero histórico para España en el festival.

Patricia Kraus en Eurovisión 1987.

El famoso tenor Alfredo Kraus fue el padrino excepcional de la candidatura española en Eurovisión 1987. Él mismo presentó en un programa de televisión a su hija, Patricia Kraus, como representante española en esa edición.

La joven, entonces con 22 años, defendió la canción «No estás solo», pero solo obtuvo 10 puntos, otorgados por el jurado de Grecia, quedando en el puesto 19 entre 22 propuestas.

Lydia en Eurovisión 1999.

La actuación de Lydia en Eurovisión 1999 es una de las más recordadas de la historia de España, pero no precisamente por su resultado. La cantante interpretó «No quiero escuchar» con un vestido diseñado por Ágatha Ruiz de la Prada que recibió críticas, vinculándolo incluso con el mal resultado de aquel año: última posición con un solo punto.

A pesar del tropiezo, Lydia tiene el curioso honor de ser la única representante española que ha ganado el Premio Barbara Dex, que premiaba a los peores vestidos de la edición.

Raquel del Rosario, vocalista de El Sueño de Morfeo, en Eurovisión 2013.

Raquel del Rosario desafió las supersticiones en 2013 al salir al escenario descalza y vestida de amarillo. Lo hizo junto a su grupo, El Sueño de Morfeo, para interpretar «Contigo hasta el final», la canción elegida por los espectadores de TVE para representar a España en Malmö.

Aunque no se sabe si fue mala suerte, España recibió su peor puntuación desde 1999 y quedó penúltima con ocho puntos.

Barei en Eurovisión 2016.

La última década no ha sido especialmente buena para España en Eurovisión. Por eso, cuando Barei se posicionó quinta en las apuestas tras actuar en Estocolmo, muchos soñaban con volver al esplendor de antaño y rozar una victoria que se había resistido durante demasiados años.

Sin embargo, esa ilusión quedó truncada y el resultado de ese año fue doloroso: vigesimosegunda posición con 77 puntos. Además, posteriormente la artista criticó duramente a la delegación de RTVE y aseguró que se vivía un ambiente tenso ante la posibilidad de que pudiera ganar, ya que, según ella, la cadena no quería organizar el festival al año siguiente.

Manel Navarro en Eurovisión 2017.

El camino de España hacia Eurovisión 2017 estuvo marcado por la polémica desde el principio. Manel Navarro ganó Objetivo Eurovisión después de que el jurado rompiera el empate con la favorita, Mirela. El artista dedicó un gesto obsceno al público que coreaba «tongo» en el plató de RTVE, siendo uno de los episodios más bochornosos de nuestra historia en el certamen europeo.

La actuación de Manel en Kiev también dejó un momento histórico: un desafortunado gallo que se volvió viral al instante y causó gran pesar emocional al representante, quien luego confesaría que no había podido cantar la versión de «Do it for your lover» que realmente quería. Su posición fue una de las peores de la trayectoria española: último con cinco puntos.

Blas Cantó en Eurovisión 2021.

La pandemia obligó a Blas Cantó a esperar dos años para poder representar a España en Eurovisión. Finalmente, pudo hacerlo en Róterdam en 2021 con el tema «Voy a quedarme», una balada que presentó con una puesta en escena desconcertante coronada por una luna hinchable gigante.

El artista tuvo que enfrentarse al hecho de que el televoto le otorgó c

ero puntos, aunque los seis puntos del jurado (cuatro de Bulgaria y dos de Reino Unido) le permitieron evitar el último lugar por poco. Blas Cantó quedó antepenúltimo y hasta el momento tiene el último gran fracaso de España en Eurovisión.

España, 52 años sin conocer la victoria en Eurovisión

España ha ganado dos veces el festival, la primera el año 1968, en Londres, con la canción ‘La, la la’, interpretada por Massiel, y la segunda, al año siguiente, en 1969, con ‘Vivo Cantando’ bajo la voz de Salomé.

Han pasado ya 52 años desde la última victoria de España en este certamen, por lo que se encuentra entre los países que más tiempo llevan sin ganarla. La victoria más reciente es de los Países Bajos, que con 5 trofeos en total, tiene potencial para escalar hasta el segundo puesto.

Los países con más talento en Eurovisión

Que Irlanda sea el país que más ha ganado el certamen no le convierte en el más talentoso. De hecho, Reino Unido ha sido el receptor de la mayor cantidad de votos de primer lugar y ocupa el segundo lugar junto a Francia como el país que ha llegado a más finales. Irlanda les sigue en la tercera posición.

España, en tanto, ha participado en el concurso en 60 ocasiones, ganando dos veces y quedando en otras 28 oportunidades entre los diez primeros. Sin embargo, nunca se ha llegado a una final sin ganarla.

En cuanto a la proporción de puntuaciones máximas, Australia es el país más talentoso, ya que consiguió más puntuaciones máximas en las cinco finales que llegó. Esto significa que, si bien Australia solo ha alcanzado cinco finales, en comparación con las 62 que participaron Reino Unido y Francia, acumuló más puntos que cada país, respectivamente.

Mejores amigos en Eurovisión

Los mejores amigos no solo existen entre personas, también entre países. Año tras año, la naturaleza política de Eurovisión sale a jugar y los países a menudo votan por su mejor amigo en lugar del más talentoso. Hay algunos de ellos que parecen estar unidos con pegamento como es el caso de Grecia y Chipre, los cuales se apoyan mutuamente, aunque parece que Chipre está más comprometido con la amistad a largo plazo, ya que le han dado el máximo de puntos 7 veces más que Grecia a Chipre.

En el caso de España y Portugal resulta curioso. Se podría hablar de una amistad no correspondida. Portugal le ha dado sus puntos máximos en 11 oportunidades a España, sin embargo, los españoles han votado con puntuación máxima en 12 oportunidades a Alemania. Italia es el segundo país más votado por España, seguido por Portugal en la tercera posición y Reino Unido, en la cuarta.

Puntos necesarios para ganar

Debido a que en su primera edición participaron sólo 7 países, los puntos necesarios para ganar fueron mucho menores que en los últimos años. Si en 1957 se necesitaron sólo 31, en 2019 el ganador consiguió la victoria con 498 unidades.

En la actualidad la competencia es mucho más dura, ya que los ganadores necesitan conseguir cada vez más votos para hacerse con la victoria.

Este año se volverá a ver una gran competencia entre los países favoritos y los que, en principio, no lo son. Sin embargo, Eurovisión cada año sorprende al mundo con nuevos talentos de países que no figuraban entre los favoritos.

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