El Estado Islámico ha reivindicado este lunes el atentado perpetrado en Estambul. Una ciudad que ha vuelto a ser objetivo de un ataque terrorista en la última noche del año. El escenario elegido para la tragedia ha sido la discoteca Reina, junto al Bósforo, uno de los sitios más conocidos de la capital turca. Al local de adentraron dos atacantes y comenzaron a disparar contra los asistentes a la fiesta de Nochevieja.
El número de muertos en el atentado terrorista asciende ya a 39, entre ellos 16 extranjeros, y otras 69 personas han resultado heridas, según ha informado el ministro turco del Interior, Süleyman Soylu.
El ataque terrorista fue perpetrado a la 01.30 hora local (22.30 GMT) en el club Reina por un desconocido con un arma automática que continúa huido y la operación policial para su búsqueda y captura está en curso, añadió el ministro. «Nuestra policía ha puesto en marcha una operación y esperamos que sea capturado pronto», dijo Soylu, citado por la agencia semipública Anadolu.
Anteriormente, el gobernador de Estambul, Vasip Sahin, había informado de que «un terrorista con armas pesadas cometió este acto salvaje abriendo fuego contra personas inocentes que estaban celebrando el Año Nuevo».
Sahin explicó que el atacante mató primero a un policía y a un civil en la puerta de la discoteca, antes de entrar en el interior de la misma y abrir fuego contra la multitud que estaba celebrando el Año Nuevo. «Un terrorista que llevaba un arma de largo alcance mató al oficial de policía que estaba vigilando afuera, y luego a otro ciudadano para entrar», indicó.
Según la televisión CNNTürk, entre 50 y 60 ambulancias acudieron al lugar de los hechos. Las autoridades turcas impusieron tras el ataque un silencio informativo, una medida habitual después de grandes atentados.
El club Reina es un conocido lugar de ocio de la alta sociedad de Estambul y frecuentado por celebridades, futbolistas y empresarios. Un camarero del local indicó al diario Hürriyet que en el local había unas 500 o 600 personas festejando la llegada del 2017, y que intentaron huir, presas del pánico.
Según el diario Hürriyet, numerosos clientes del club se lanzaron al mar, y la guardia costera realizó una operación de rescate para salvarlos. Las primeras informaciones indicaban que eran tres los atacantes y varios testigos hablaron de personas disfrazadas de Papá Noel y que los atacantes gritaban consignas en árabe.
La policía sí que ha detenido a un taxista que aparentemente llevó a uno de los atacantes al club Reina. El dueño del local, Mehmet Koçarslan, aseguró al diario Hürriyet que los servicios secretos estadounidenses ya habían avisado de posibles ataques una semana antes y que se habían tomado medidas adicionales de seguridad a orillas del Bósforo.
La Policía ha desplegado a unos 25.000 agentes esta noche en Estambul para prevenir atentados, después de que el país se viera golpeado por una oleada de ataques en los últimos meses.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores ha informado de que no tiene constancia de que haya españoles entre las víctimas del atentado de Estambul.
El último ataque sufrido en Turquía fue el pasado mes de junio en el Aeropuerto internacional Atatürk dejando 45 muertos.
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