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Salud y Bienestar

¿Qué es el vértigo posicional?

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¿Qué es el vértigo posicional?

Los vértigos implican percibir un movimiento sin que realmente se produzca, es una sensación giratoria que ocasiona desequilibrio e inestabilidad. Una patología, muy frecuente en las consultas hospitalarias, con una prevalencia en torno al 28% de la población y que requiere el diagnóstico y tratamiento de un profesional para saber las causas.

¿A qué se deben los vértigos?

Tal como explica el doctor el doctor Nacho Llópez, otorrinolaringólogo del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, “a grandes rasgos existen dos tipos de vértigo: el periférico y el central.

El vértigo periférico se debe a un problema en la parte del oído interno que controla el equilibrio (laberinto vestibular) y que puede involucrar el nervio vestibular que es el nervio que conecta el oído interno y el tronco encefálico.

En cambio, el vértigo central es debido a la alteración de los mecanismos neurológicos del propio sistema vestibular.

En estos casos es frecuente la existencia de alteraciones de la marcha y postura con inestabilidad muy llamativa, visión doble, problemas para la deglución o cefalea intensa”.

“El vértigo periférico más común es el posicional o vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), los pacientes relatan el episodio como un ataque de vértigo rotatorio de unos segundos de duración, precipitado por ciertos movimientos o cambios de posición de la cabeza. Los movimientos más comúnmente descritos son el giro en la cama, la extensión del cuello o la inclinación de la cabeza hacia adelante. Los pacientes pueden identificar el lado afectado y son las mujeres, sobre todo a partir de los 50 años, las que más padecen esta patología, duplicando el porcentaje en los hombres”, subraya el profesional.

Vértigo posicional

El VPPB ocurre cuando unas partículas pequeñas denominadas «otolitos» de los canales semicirculares del oído interno se sueltan de su sitio y desencadenan la crisis vertiginosa.

Una manifestación muy característica de este tipo de vértigo es que estos mareos se experimentan cuando la persona cambia de posición en el espacio, por ejemplo, al agacharse, levantarse o al girar en la cama.

Según explica el doctor Llópez, “los pacientes, además de la característica sensación de giro de objetos, pueden referir cefalea, náuseas, mareo y sensibilidad a los movimientos de la cabeza en todas las direcciones. Muchos presentan ansiedad y pueden desarrollar conductas de evitación del movimiento que desencadena la crisis de vértigo”.

Un correcto diagnóstico y tratamiento por parte de un otorrino resulta fundamental. Los detalles de la historia clínica son muy importantes para el diagnóstico, las características del nistagmo, que es el movimiento involuntario, rápido y repetitivo de los ojos, observadas en las maniobras de provocación o Epley, son suficientes para realizar el diagnóstico de VPPB claramente sin necesidad de ningún instrumento de exploración.

En la mayoría de los pacientes con VPPB, los síntomas son tan típicos que el diagnóstico generalmente es sencillo. Sólo en caso de apreciar síntomas atípicos o hallazgos no concordantes se debe ampliar el estudio, con pruebas auditivas y otros estudios vestibulares.

No es necesario realizar pruebas de imagen para el diagnóstico de los casos típicos.

“Normalmente -afirma el profesional-, la base del tratamiento del VPPB son las maniobras de reposición de partículas. El objetivo de estas maniobras es transportar los otolitos hasta su sitio. Consiste en hacer determinados movimientos que el explorador realiza al paciente, constituyendo un tratamiento sencillo, que puede llevarse a cabo en la consulta y que posee una alta tasa de éxito en la resolución del cuadro”.

¿Qué es el vértigo posicional?

¿Qué es el vértigo posicional?

Consejos

El VPPB se considera resuelto cuando no se observa nistagmo en la prueba de provocación correspondiente.

“En el 44% de los casos la enfermedad se limita a un episodio aislado, mientras que en el 56% los episodios de vértigo son recurrentes.

Las recurrencias son más frecuentes durante el primer año tras haber realizado la maniobra terapéutica correspondiente.

Se estima que el porcentaje de recurrencia anual es al menos del 15%”, subraya el doctor Llópez.

El principal consejo que se suele dar a estos pacientes para prevenir futuros mareos es evitar movimientos bruscos durante los primeros días después del tratamiento.

“El paciente, durante los siguientes días a la maniobra debe empezar a hacer vida normal, pero con precaución. Durante varios días después del tratamiento, no hay que dormir sobre el lado afecto o que desencadena los síntomas”, concluye el especialista.

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Alimentos que no debes mezclar con antibióticos

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Alimentos que no debes mezclar con antibióticos
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Hay alimentos que no debes mezclar con antibióticos tal y como informa el portal web Noticias24.com. Resulta que varias frutas, verduras, refrigerios y bebidas de consumo frecuente pueden afectar la forma en que el organismo absorbe o metaboliza los medicamentos.

1. Analgésicos y gaseosas

Para inflamaciones, dolores musculares y de cabeza, medicamentos como el ibuprofeno no deben mezclarse con bebidas gaseosas. El ácido carbónico y el ácido de las gaseosas aumentan la absorción y la concentración del medicamento en la sangre, por lo que no se puede controlar la dosis y puede intoxicar y afectar a los riñones.

Alimentos que no debes mezclar con antibióticos:

2. Antibióticos y lácteos

Los medicamentos para combatir infecciones, como la ciprofloxacina, penicilina, entre otros, jamás deben mezclarse con lácteos, pues su eficiencia disminuye.

3. Cítricos y medicamentos para reducir el colesterol malo

La mezcla puede provocar algo similar a la sobredosis. La atorvastatina, fluvastatina, lovastatina, simvastatina, rosuvastatina y pravastatina son medicamentos que se recetan para la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

4. Anticoagulantes y espinacas

Recetada para curar y prevenir la trombosis, la warfarina no puede mezclarse con los alimentos ricos en vitamina K como las espinacas, col, arándanos, ajo o brócoli, entre otros. Al ser anticoagulantes, aumentan el efecto de la warfarina y provocan sangrado.

5. Bebidas con cafeína y broncodilatadores (salbutamol)

Medicamentos como la teofilina o el salbutamol son recetados para el asma, bronquitis u otras enfermedades respiratorias. Provocan un efecto estimulante en el sistema nervioso, por lo que hay que evitar consumir cafeína, sobre todo porque la teofilina aumenta su toxicidad cuando es mezclada con cafeína.

6. Antiarrítmicos, regaliz y alimentos con fibra

La digoxina es un medicamento indicado para curar y prevenir la insuficiencia cardíaca. Por lo tanto, al comer un alimento con gran nivel en ácido glicirrícico, se generan latidos irregulares o hasta un paro cardíaco. Este ácido está presente en el regaliz, que se encuentra en dulces y pasteles e, incluso, en la cerveza. Por otro lado, otros alimentos que contienen fibra dietética disminuyen la eficiencia de este medicamento, por lo que debes consumirlo al menos dos horas antes de comer fibra.

7. Alimentos ricos en potasio y medicamentos para la presión arterial

El captopril, enalapril y ramipil están recetaods para enfermedades de los riñones y el corazón. Es vital no consumir alimentos ricos en potasio como plátano, patata, soja o espinacas, que aumentan la cantidad de potasio en sangre. Es preciso evitar la sobredosis de este componente ya que podría provocar falta de aliento o latidos cardíacos irregulares.

8. Hormonas tiroideas y soja

Medicamentos como la levotiroxina y sus análogos (eutirox, bagotirox, L-tiroxina) no pueden mezclarse con soja, nueces o fibra, pues estos bloquean la absorción del medicamento.

9. Antidepresivos y carne

Los medicamentos del grupo de los inhibidores de la MAO (tranilcipromina, fenelzina, nialamida) no pueden mezclarse con carnes, pescados, quesos o embutidos secos, pues estos medicamentos al entrar en contacto con la tiramina pueden aumentar críticamente la presión.

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