Valencia nunca ha vivido nada parecido. En un horario poco habitual, las 20h, pero en un escenario de sobra conocido, el Antiguo Cauce del Río Turia, miles de valencianos asistieron a la AMSTEL NIT DE L’ESPOLÍN, un espectáculo lleno de novedades, que ha marcado varios hitos en la fiesta valenciana.
Por primera vez, el futuro de uno de los iconos de las Fallas se encontró con una de sus tradiciones más antiguas y fascinantes: pirotecnia y sedería se dieron la mano en un disparo insólito, que sorprendió al público desde el primer momento.
Vicente Enguídanos, maestro sedero conocido como ‘El último Velluter’ (la única persona capaz de tejer a mano el terciopelo de la indumentaria tradicional valenciana), y Ricardo Caballer (RICASA), nombre destacado entre las nuevas generaciones de pirotécnicos, encendieron la mecha de un espectáculo que arrancó tejiendo en el cielo de la ciudad el primer espolín efímero del mundo.
Sobre una estructura de 400 metros cuadrados situada a 50 metros de altura, la pólvora sustituyó al hilo de seda para tejer el ‘Espolín Fallera Mayor de Valencia’, un diseño exclusivo de Junta Central Fallera que desde 2001 lucen en sus vestidos las máximas representantes de las fiestas gracias a las manos expertas de los artesanos que, uno a uno, atan los miles de hilos que componen este estampado floral. Un trabajo exquisito que por primera vez saltó de la indumentaria tradicional al cielo de la ciudad en una impactante imagen que, móvil en mano, multitud de espectadores no dejó escapar.
UN ESPECTÁCULO CON EFECTOS E INNOVACIONES JAMÁS VISTAS
Al innovador arranque de esta AMSTEL NIT DE L’ESPOLÍN, siguió un desarrollo nueve veces más potente que el de las maslcetaes que se celebran en la Plaza del Ayuntamiento y el doble de largo. Nuevas carcasas y efectos, luces y hasta 12 colores formaron parte de un espectáculo cargado de innovación, que combinó elementos propios de los disparos diurnos con nocturnos, con momentos que han servido para marcar un antes y un después en la pirotecnia valenciana.
Uno de ellos fue el terremoto, donde se hizo algo que jamás se había hecho: alternar el plano vertical con el horizontal.
Arrancó con 1000 truenos situados de manera tradicional, sobre el antiguo lecho del Turia. Pero después el fuego enlazó con una plataforma sujeta por dos grúas a 45 metros de altura donde otros 1000 truenos, todavía más potentes, estallaron para tejer nuevamente con pólvora el ‘Espolín Fallera Mayor de Valencia’.
Con la euforia del público desatada, a partir de ese momento se desencadenó un cierre aéreo apoteósico, que hará recordar este espectáculo no sólo como uno de los más sorprendentes jamás disparados en la ciudad, también como uno de los más atronadores y emocionantes.
La Fallera Mayor de Valencia, Raquel Alario, se mostraba impresionada por haber podido ver en lo más alto, en el cielo de su ciudad, el espolín que la distingue como máxima exponente de la fiesta y en los tonos rojos que ella ha elegido, pues cada año varían, a elección de quien ostenta el cargo.
Ella y su corte, junto a algunas autoridades y representantes de las instituciones valencianas, pudieron celebrar el éxito de este espectáculo en una recepción que tuvo lugar tras el evento, en el Palacio de la Exposición.
Allí, desde la Concejalía de Cultura Festiva y Junta Central Fallera se agradeció a Amstel la creación y patrocinio de esta NIT DE L’ESPOLÍN. Un evento que ha querido impulsar la cultura sedera valenciana, propiciando su encuentro con las nuevas generaciones y, en general, con la ciudad de Valencia.
Para la cervecera, esta iniciativa sirve como arranque del #MOVIMIENTOESPOLÍN, una serie de acciones que Amstel dará a conocer la próxima semana y que nacen con el objetivo de reivindicar y revalorizar una de las más ricas tradiciones de la cultura fallera, un tejido con más de cinco siglos de historia que es fruto del esfuerzo, habilidad y arte de los maestros sederos. Todo un símbolo del espíritu de esta fiesta.
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