Síguenos

Cultura

Vuelve ‘Two ladies or not two ladies’, el cabaré musical que revolucionó la escena

Publicado

en

Cashalada

Noelia Pérez y Josep Zapater regresan a la Sala Russafa con una propuesta que triunfó y que supuso una autentica revolución en la escena valenciana. Esta pareja que forman la compañía Cashalada cuenta con una amplia experiencia en los musicales, y su buen hacer queda patente en este cabaré musical que es «Two ladies or not two ladies» (Sala Russafa hasta el 25 de abril)

Esta historia mezcla la música, el humor, el gamberrismo y la ternura para narrarnos la vida de una diva de la canción, alcohólica y caótica, que es acompañada en su ‘gira mundial’ por una tímida y talentosa pianista que esconde un… secreto.

Un repaso sensacional de versiones de clásicos como Moon RiverJe ne regrette rienWith or without you o Bésame mucho, entre otras van hilvanando la trama fresca y llena de ternura y ritmo. Canciones que se complementan con temas originales en una comedia con música en vivo donde la enorme química entre sus protagonistas genera una explosión de entusiasmo y alegría que se expande del escenario al patio de butacas.

La complicidad entre Pérez y Zapater va más allá de la escena. Su química es tal que ya los hemos visto triunfar anteriormente en producciones de de Albena (L’Aneget lleig Tic Tac) o Trencadís (Merlín, un musical de leyenda).

Los orígenes de Two ladies or not two ladies

Todo nació en Barcelona, hace unos años, cuando le propusieron a Pérez hacer una pieza de pequeño formato con otra actriz y creó el personaje de esta diva. Era el germen de un cabaré para el que, al llegar a València, tuvo que buscar nueva compañera. “Hacía años que Josep y yo queríamos trabajar juntos. Habíamos coincidido en algunos proyectos y teníamos la intuición de que podíamos congeniar. Le propuse incorporarse al espectáculo y se negó. Le contesté que lo pensara y que le llamaría al día siguiente para que me dijera que sí. Así empezamos los ensayos, sin que él supiera que tenía que hacer de lady”, recuerda la creadora del espectáculo.

“Supo hacerlo tan bien que, poco a poco, parecía que fuera idea mía que el personaje fuera vestido de mujer, aunque llevara barba. Hasta que no llegó con un vestido suyo para que me lo probara, no me di cuenta de que aquello iba en serio”, explica Josep.

Y el resultado fue un éxito arrollador en forma de premios, de crítica y de público. Two ladies or not two ladies se convirtió en un éxito unánime de público y crítica, con temporadas en Madrid y giras por todo el territorio autonómico y nacional. “La avalancha de trabajo era tal que tuvimos que irnos a vivir juntos para poder crear al mismo tiempo que hacíamos las funciones”, explica Pérez.

Cashalada o lo que es lo mismo Noelia Pérez y Josep Zapater ha recogido dos galardones al Mejor Espectáculo Musical en los Premios Max (2016 y 2018), al Mejor Musical Familiar en los Premios Teatro Musical (2018) y tres Premios Broadway World (2018). Y eso se nota en este loco y entrañable espectáculo.

Fotos, Jordi Pla

 

 

Advertisement
Click para comentar

Tienes que estar registrado para comentar Acceder

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Cultura

Los secretos de la Casa Judía de València

Publicado

en

casa judia valencia,
Foto: Hugo Román
Los secretos de la Casa Judía de València-Fotos: Hugo Román-OFFICIAL PRESS

Entre los años 20 y 30 del siglo pasado el art déco dominaba en todas las artes decorativas a nivel mundial.

Había nacido en París y pronto Hollywood lo popularizó como símbolo de glamour.

Y esos aires y aquella esencia de aquella Belle Époque o los llamados Años Locos quedaron inmortalizados en una de las edificaciones más asombrosas de València.

El art déco bebía de todas las culturas, reutilizando de manera libre los elementos arquitectónicos de otras épocas.

Plasmaban los asombrosos hallazgos de aquellos tiempos.

En Egipto como el  descubrimiento de la tumba de Tutankamón, así como de culturas mesopotámica, africana, azteca, maya, hindú que fueron dotándole de un exotismo y una belleza única.

Los secretos de la Casa Judía de València

Caminando por la calle Castellón, en el número 20 nos encontramos con toda una joya que aguarda la mirada de los curiosos que se detienen para admirar un amalgama de formas y colores único.

Entre Germanías y la Estación del Norte está la conocida como Casa Judía de València, que fue construida hacia 1930 por el arquitecto valenciano Juan Francisco Guardiola Martínez.

Nacido en Sueca en 1895 en el seno de una familia de clase media, se trasladó a Barcelona en 1917 para estudiar arquitectura.

Allí fue premiado en  1922  por el proyecto de la estación de metro de la Plaza de Cataluña.

Según cuentan, los diversos viajes que realizó el arquitecto por Asia pudo influir en él a la hora de diseñar el estilo del edificio levantado en el ensanche de la capital valenciana a petición de Yosef Shalóm.

Su apellido nos da la pista del sobrenombre de Casa Judía.

Casa Judía.- Años treinta.- Archivo Ana María Ferrín.

La fachada de la Casa Judía

Un detalle de sus orígenes nos recibe en el dintel de la puerta principal, en el frontón curvilíneo.

Ahí se aprecia una estrella de seis puntas rematado por dos volutas y una hoja de acanto en el arco final.

Su fachada dividida en tres cuerpos, basamental, central y superior, nos transporta sin movernos de la calle a escenarios babilónicos y egipcios por su colorido y las formas de sus columnas, capiteles, remates con forma de pagoda y ventanas ojivales.

Si levantamos la vista podemos admirar el impresionante remate del edificio de inspiración oriental, árabe e hindú.

Foto: Hugo Román

Según cuentan ​en el edificio se reunía de manera discreta la reducida comunidad judía de la época que residía en València para realizar sus celebraciones religiosas.

¿Cómo es en la actualidad?

En la actualidad en el edificio de siete alturas viven familias particulares.

Las viviendas tienen unos 100 m2 cada una, y originalmente contarían con tres habitaciones, un baño, una cocina y un comedor.

Tan solo su fachada, su zaguán y la decoración exterior e interior mantienen la esencia de aquellos años en los que el arte iba asociado a la construcción, en el que cada ladrillo tenía una misión estética.

Años en los que los edificios eran monumentos esperando ser habitados.

Muchos comentan que su fachada parece salida del decorado de la película del Mago de Oz o tal vez de la mente de Tim Burton.

La Casa Judía no es un edificio protegido

Inspiradora y evocadora permanece allí pese a la bomba que cayó cerca durante la guerra y a pesar de que en alguna ocasión haya sufrido modificaciones debido a que, incomprensiblemente, no está protegida.

De hecho los remates del edificio de estilo hindú que lo coronaban fueron retirados en el pasado y su plantas baja han alterado su estilo original.

Guardiola falleció en Alzira en 1962.

Su trayectoria como arquitecto fue amplia con proyectos de viviendas residenciales, fábricas, almacenes, iglesias, teatros y cines, una estación y un banco.

Entre las más destacadas están el Ateneu del Socors en Sueca (1927) y la Casa Xina o Casa Ferran Guardiola en Barcelona (1929) que muestran su talento y originalidad.

Pero sin duda, la Casa Judía es su gran obra maestra.

Una obra que contempla el pasar de los años desde su espectacular fachada, una fachada que nos hace viajar a lugares remotos sin salir de la ciudad.

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

 

Continuar leyendo