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Valencia

Valencia quiere crear zonas gastronómicas en los mercados municipales

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AJUNTAMENT DE VALÈNCIA

El Ayuntamiento se plantea crear zonas gastronómicas en los mercados municipales de Valencia para revitalizar el comercio local. Una idea que durante años la ciudad ha demandado por todo lo que supone y que es un modelo de éxito en otras ciudades.

Zonas gastronómicas en los mercados de Valencia

“Estamos elaborando un estudio para ver si esas zonas de los mercados que no se van a ocupar, porque tienen una extensión muy grande, se pueden reacondicionar en zonas gastronómicas y otro tipo de actividades, siempre relacionadas con la alimentación, que es lo que nos piden las propias asociaciones de vendedores”, ha adelantado el responsable municipal de Comercio y Mercados.  “Tenemos claro que si promocionamos los mercados municipales, los barrios van a tener más vida”, ha concluido Ballester.

Subastas de las paradas de los mercados

“No vamos a parar. Vamos a seguir promocionando los mercados municipales y por eso haremos las subastas de las paradas trimestralmente, porque nuestra preocupación es que los mercados vuelvan a recuperar la actividad que tenían antes y alcanzar una ocupación, si es posible, del 100%”. Con estas palabras ha resumido el concejal Santiago Ballester, a grandes líneas, el objetivo de la Delegación de Comercio y Mercados del Ayuntamiento de València.

El propio concejal ha presidido y dirigido, este miércoles, la subasta de los puestos vacantes del Mercado Central, Russafa, Benicalap, Castilla, Natzaret, Torrefiel, Benimàmet, Rojas Clemente, Mossén Sorell, Cabanyal, Algirós y el Grau. Salían a puja todo tipo de paradas, desde casetas interiores y exteriores, hasta palcos, bajos, almacenes y cámaras de diferentes dimensiones.

El Mercado de Russafa, el más codiciado

El lote compuesto por las casetas exteriores números 55 y 56 del mercado de Russafa ha sido el más codiciado. Hasta seis personas se han presentado a la puja, que se ha iniciado con un precio inicial de 662,64 euros. En pocos minutos, los aspirantes han ido alternando sus ofertas hasta que el lote ha septuplicado su valor. Ha sido adjudicado por un precio final de 5.100 euros.

De igual modo, un veterano vendedor del mercado del Cabanyal se ha adjudicado por el precio de salida de 1.574 euros un lote compuesto por cinco paradas en la zona de bajos fila del mercado de Russafa, donde extenderá su negocio tradicional y familiar de venta de fruta y verdura.

Los ocho puestos vacantes del mercado de Algirós y los cuatro del de Mossén Sorell han sido otorgados al completo por su coste inicial, mientras que en el del Cabanyal se ha adjudicado una parada y en el de Castilla, otras dos. En total, la subasta se ha saldado  con 25 puestos adjudicados.

Zona de pescadería

En el caso del Mercado Central, una vendedora se ha llevado un lote compuesto por dos paradas de pescado, valorado en 505 euros, que adecuará para la venta de marisco. Respecto al número de puestos que siguen vacantes en la zona de pescadería del histórico mercado, Ballester ha señalado que “éste es un punto que hay que mejorar”.

Los participantes de la subasta han agradecido las facilidades del Ayuntamiento de València para iniciar o continuar su actividad comercial. Todos ellos ostentarán el derecho de concesión administrativa sobre el puesto durante un plazo de 20 años, prorrogable hasta 20 años más a petición de los mismos.

 

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Valencia

Valencia dice adiós a los maceteros de Ribó: así será el nuevo mobiliario urbano de la plaza del Ayuntamiento y la calle Colón

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AYUNTAMIENTO DE VALENCIA

El centro de Valencia se prepara para una profunda transformación urbana. La Junta de Gobierno Local ha aprobado este viernes el catálogo de criterios técnicos del nuevo mobiliario urbano que definirá el futuro de espacios emblemáticos como la plaza del Ayuntamiento, San Agustín, la avenida del Oeste o la calle Colón. La propuesta, desarrollada por la firma Barri Studio, marca el punto de partida para una nueva etapa en el diseño del paisaje urbano de la capital valenciana.

Con esta medida, el equipo de gobierno de María José Catalá pone fin a los maceteros de gran tamaño instalados durante el mandato de Joan Ribó, apostando por un modelo más coherente, ordenado y respetuoso con la movilidad peatonal y la identidad arquitectónica del centro histórico.

Un nuevo concepto de mobiliario urbano: funcional, sostenible y mediterráneo

El catálogo aprobado establece los criterios estéticos, materiales y técnicos que se aplicarán en futuras obras de reforma. Entre ellos destacan los bancos y jardineras de piedra natural y hormigón pulido, integrados con vegetación autóctona, y la agrupación estratégica del mobiliario —bancos, papeleras y luminarias— en islas o zonas de descanso que no interrumpan el tránsito peatonal.

Los bancos combinarán materiales como madera tratada y reposabrazos metálicos, con opciones individuales o grupales, y estarán ubicados preferentemente en zonas con sombra natural o pérgolas. En áreas con arbolado joven, se contemplan estructuras temporales o toldos para ofrecer refugio climático.

“El objetivo es que cada elemento forme parte de una red viva, no de objetos aislados. Se trata de crear espacios urbanos resilientes, confortables y con identidad propia”, explican desde Barri Studio.

Microclimas urbanos y biodiversidad en pleno centro de Valencia

Una de las claves del nuevo catálogo es la creación de microclimas urbanos, inspirados en el modelo de la plaza de la Reina, en su confluencia con la calle de la Paz y San Vicente. Se busca fomentar el confort térmico mediante bioswales (zanjas de drenaje con vegetación), jardines de lluvia, franjas verdes y sistemas de drenaje integrados en bancos y jardineras.

Estas “infraestructuras vivas” servirán para retener agua de lluvia, reducir el calor y mejorar la biodiversidad urbana, convirtiendo los espacios de tránsito en áreas de estancia y encuentro.

Diseño accesible y continuo: prioridad al peatón

El nuevo mobiliario urbano de Valencia tendrá que garantizar accesibilidad universal y un pasillo peatonal continuo de al menos 1,80 metros, libre de obstáculos.
No se podrán colocar elementos frente a accesos, rampas, esquinas o señalizaciones, y deberán dejarse áreas despejadas de 1,20 metros para mantener la visibilidad y la seguridad.

Además, el catálogo recomienda incorporar reposabrazos laterales o centrales en los bancos para facilitar su uso por parte de personas mayores o con movilidad reducida. Las papeleras seguirán el modelo implantado en el entorno del Mercado Central y la Lonja, con diseño rectangular y cubierta antilluvia, mientras que las arquetas y registros quedarán integradas en el pavimento para reducir el impacto visual.

Materiales duraderos y coherencia estética

El documento incide en la necesidad de utilizar materiales resistentes al vandalismo y de bajo mantenimiento, como acero pintado, madera tratada y hormigón pigmentado.
También se especifica que el mobiliario se adapte a la escala del espacio público, con tamaños pequeños, medianos o grandes según la ubicación, y que se coordine con las tramas del pavimento para evitar cortes o interferencias visuales.

La vegetación, por su parte, deberá estar formada por especies mediterráneas o adaptadas al clima valenciano, resistentes a la sequía y de porte contenido, que aseguren una composición estable con mínimo mantenimiento.

Adiós a la heterogeneidad y al caos visual del centro de Valencia

El informe técnico hace un repaso a la situación actual del mobiliario urbano en Valencia, señalando la fragmentación estética del centro histórico: coexistencia de bancos de piedra, madera o metal, jardineras de hormigón o acero corten, y pavimentos con distintas texturas y colores.

Esta falta de coherencia, apuntan, genera barreras perceptivas y funcionales, especialmente para personas con movilidad reducida. En plazas como la del Ayuntamiento, de la Reina o del Tossal, la ausencia de sombra y la disposición aleatoria de los elementos convierten los espacios de encuentro en simples zonas de paso.

“La superposición de estilos y materiales ha dado lugar a una imagen fragmentada del paisaje urbano. Con este catálogo se busca recuperar la identidad visual y la armonía del centro de Valencia”, explican los responsables del estudio.

Un modelo de ciudad más habitable y resiliente

El nuevo catálogo no impone soluciones cerradas, sino que plantea un marco flexible de criterios para adaptar el diseño del mobiliario a las particularidades de cada espacio.
Su objetivo final es consolidar un lenguaje urbano común, mejorar la habitabilidad y activar ecologías urbanas que fortalezcan la resiliencia climática de Valencia.

Con esta medida, el Ayuntamiento da un paso más hacia un modelo de ciudad mediterránea sostenible, donde el mobiliario no sea un obstáculo, sino un elemento que dialogue con la arquitectura, el clima y las personas.

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