Salud y Bienestar
ESTUDIO| Los niños valencianos lideran la lista de desayunar mal
Publicado
hace 7 añosen
VALÈNCIA/MADRID, 30 Oct. (EUROPA PRESS) – Los niños de la Comunitat Valenciana están entre los que menos realizan habitualmente un desayuno completo en el conjunto de España, solo superados por los de Extremadura, Castilla-La Mancha y Navarra, ya que únicamente el 8% de los pequeños valencianos combina lácteos, cereales y fruta, más de tres puntos por debajo de la media.
A nivel nacional, la mitad de los niños no realiza un desayuno completo, siendo el motivo principal por el que no lo hacen la falta de hambre cuando se levantan (48,5%), seguido por las prisas (23,7%) y la falta de costumbre (9,5%), según se desprende del ‘I Barómetro ColaCao sobre Hábitos de Desayuno Infantil’, en el que se ha analizado el desayuno y su contexto en los hogares españoles con niños y niñas de entre 3 y 12 años.
«Por primera vez se contempla el desayuno de un modo global, incorporando los dos momentos de consumo que habitualmente realizan los niños en nuestro país: el desayuno en casa y el segundo desayuno, el del recreo, que llevan los niños en la mochila para tomar en el colegio», ha explicado Marta Colomer, directora del estudio elaborado por ColaCao.
En este sentido, y a raíz de los datos aportados en el barómetro, en el que han participado 2.047 padres y madres de 2.777 hijos e hijas de entre 3 y 12 años de toda España, el miembro del Observatorio de la Alimentación (ODELA), el antropólogo Jesús Contreras, ha asegurado que el segundo desayuno (en el recreo) se presenta como una «gran oportunidad» para que padres y madres ayuden a sus hijos a completar las ingestas de alimentos recomendados.
El desayuno completo incluye, al menos, tres grupos de alimentos: lácteos, cereales y fruta, si bien esta combinación únicamente la toman en casa el 11,7 por ciento de los niños y niñas estudiados. Por comunidades autónomas, los niños de Canarias son los que más toman el desayuno completo en casa (27%), seguidos de los de Galicia (21%), La Rioja (15%), Cantabria (14%), País Vasco (13%), Cataluña (13%), Islas Baleares (12%), Murcia (11%), Andalucía (11%), Aragón (10%), Madrid (10%), Asturias (9%), Castilla y León (8%), Comunitat Valenciana (8%), Extremadura (8%), Castilla-La Mancha (7%) y Navarra (5%).
El desayuno más habitual en casa en días de colegio está formado por la combinación de dos de los grupos de alimentos recomendados: lácteos y alimentos con base cereal (63%), especialmente los niños de Navarra (76%), Asturias (76%), Castilla y León (73%) y Cantabria (71%). Un 18 por ciento de los niños sólo toman un lácteo antes de salir de casa, y sólo el 15,4 por ciento toman fruta.
En casa, el alimento más popular en el desayuno infantil es la leche (un 85% de los niños la toma habitualmente) y, preferiblemente, la toman con cacao (55%) y caliente (67%). En este punto, los padres y madres consultados han puesto de relieve que a un 37 por ciento de los niñas y niñas no les gusta la leche blanca y que, además, un 5 por ciento nunca toman leches.
En el colegio, el alimento protagonista del segundo desayuno de los niños es el bocadillo y, de hecho, un 70,2 por ciento de los padres reconoce que incluye este alimento en la mochila de sus hijos, seguido por la fruta (59,1%).

MÁS DE LA MITAD LLEVAN FRUTA AL RECREO
«Es muy llamativo que más de la mitad de los niños llevan fruta para comer en el recreo. Esto significa un cambio de hábitos muy positivo respecto a generaciones anteriores. El segundo desayuno permite superar los frenos que existen para realizar un desayuno completo en casa, y eleva el número de niños que lo lleva a cabo, mejorando el dato del 11,7 al 50% de niños «, ha comentado Colomer.
En el resto de comunidades este tipo de desayuno: se sitúa en el 69 por ciento de los niños La Rioja y Castilla-La Mancha; el 68 por ciento de los Extremadura; el 67 por ciento de los gallegos; el 66 por ciento de los madrileños; el 62 por ciento de los niños de la Comunitat Valenciana; el 61 por ciento de los catalanes; el 58 por ciento de los de Aragón, Islas Baleares, Canarias y País Vasco; y el 56 por ciento de los murcianos y andaluces.
El estudio ha puesto de manifiesto que, aunque el desayuno suele formar parte de la rutina de las mañanas, el 10 por ciento de los niños y niñas no desayunan todos los días antes de ir al colegio, especialmente los menores de Madrid (12,5%), Andalucía (12,3%) y Cataluña (11,4%), siendo los de La Rioja los únicos que siempre desayunan (100%).
En cuanto al tiempo que dedican los más pequeños al momento desayuno en casa, hay una progresión que va de los 14 minutos de media entre semana, a los 19 minutos del fin de semana y a los 20 minutos dedicados en vacaciones. Por franjas de edad, se observa que los niños pequeños invierten más tiempo en desayunar que los de más edad.
PEDIATRAS, ABUELA E INTERNET
Por otra parte, el barómetro ha puesto de manifiesto que el 70 por ciento de los padres y madres reconocen tener dudas sobre qué alimentos dar a sus hijos en el desayuno para que sea completo. Así, las principales fuentes para resolver sus dudas son el pediatra, que es la principal referencia en cuanto a los alimentos que deben tomar sus hijos en el desayuno (60%), seguido de las consultas a las abuelas (37,1%) e Internet (24,5%).
«Actualmente, con el auge del acceso a la red, disponemos de infinidad de vías para consultar información. Además, la proliferación de mensajes nutricionales cambiantes y no siempre coincidentes, ha generado que los padres reciban mucha información de rigor variable y tengan más dudas sobre la alimentación adecuada para sus hijos», ha dicho el doctor Contreras.
En relación al rendimiento escolar, el trabajo ha mostrado que de los niños españoles que desayunan siempre, un 49 por ciento tienen un elevado rendimiento escolar a juicio de sus padres. Además, en los niños que solo «a veces» desayunan en casa, ese porcentaje baja al 35 por ciento y en los que nunca desayunan en casa, al 22 por ciento.
«Más allá del aporte nutricional, el hábito del desayuno es un momento para fortalecer el vínculo familiar. Además, si se realiza como una rutina diaria que suponga un cierto orden y tranquilidad en el niño, lo que probablemente pueda favorecer a su rendimiento escolar», ha añadido Contreras.
Del mismo modo, el barómetro ha reflejado que el 67 por ciento de los niños españoles no llegan a la ingesta recomendada de lácteos. Los niños que siempre desayunan en casa son los que cumplen con mayor frecuencia (34%) con la ingesta de 3 raciones de lácteos diarias recomendadas por los expertos.
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Salud y Bienestar
¿Sabes por qué no hay que chupar las cabezas de las gambas?
Publicado
hace 13 horasen
26 noviembre, 2025
Las gambas son uno de los mariscos más populares en la gastronomía, especialmente en celebraciones y cenas festivas. Su carne tierna y sabrosa es un manjar que muchos disfrutan en una gran variedad de platos, pero una parte de la gamba que causa controversia es su cabeza. Hay quienes disfrutan chupar las cabezas de las gambas para aprovechar todo su sabor, mientras que otros se abstienen de hacerlo por diversas razones. Entonces, ¿es seguro chupar las cabezas de las gambas? Aquí te contamos por qué es recomendable evitar esta práctica.
Las cabezas de las gambas: ¿una fuente de sabor o de riesgo?
Las cabezas de las gambas contienen una gran cantidad de jugos y una sustancia gelatinosa que, para muchos, tiene un sabor muy intenso y delicioso. Sin embargo, esta «delicadeza» puede ser más problemática de lo que parece.
1. Posibles contaminantes y toxinas
Una de las razones principales para evitar chupar las cabezas de las gambas es que estas partes del marisco pueden concentrar una gran cantidad de contaminantes. Las gambas, como otros mariscos, filtran el agua mientras se alimentan, lo que significa que las toxinas, los metales pesados, los pesticidas y los productos químicos presentes en el agua pueden acumularse en sus sistemas digestivos, especialmente en las cabezas.
Cadmio: el peligro oculto
Uno de los metales pesados más peligrosos que se acumula en las cabezas de los crustáceos es el cadmio, un metal tóxico que puede tener efectos nocivos a largo plazo. El cadmio se encuentra principalmente en la cabeza de las gambas, cigalas, langostinos, cangrejos y otros crustáceos, ya que es una zona donde se concentra una mayor cantidad de residuos provenientes de su sistema digestivo.
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), es conveniente «limitar en la medida de lo posible» el consumo de la carne localizada en la cabeza de estos crustáceos para evitar la acumulación de cadmio en nuestro organismo. Este metal pesado es altamente perjudicial para la salud humana, ya que se acumula lentamente en los órganos, principalmente en el hígado y los riñones.
El cadmio tiene un potencial cancerígeno y su eliminación del organismo es extremadamente lenta, lo que significa que puede permanecer en el cuerpo durante años, incluso décadas. El cadmio tarda entre 10 y 30 años en eliminarse, lo que incrementa su peligrosidad con el paso del tiempo.
2. Bacterias y parásitos
El consumo de mariscos crudos o mal cocidos, incluida la práctica de chupar las cabezas, puede aumentar el riesgo de contraer infecciones bacterianas o parasitarias. Las gambas pueden albergar bacterias como Vibrio o Salmonella, que son responsables de enfermedades transmitidas por alimentos. Aunque el proceso de cocción suele eliminar estas bacterias, algunas veces los jugos concentrados en las cabezas pueden no estar completamente libres de bacterias, especialmente si las gambas no se han cocinado de manera adecuada.
3. El sistema digestivo de las gambas
En el sistema digestivo de las gambas, particularmente en las cabezas, se encuentran restos de su alimentación, como pequeños organismos o residuos que no siempre son visibles a simple vista. Al chupar la cabeza, podrías estar ingiriendo estos residuos, que, aunque no sean peligrosos en su mayoría, pueden resultar poco agradables o incluso causar malestar digestivo en algunas personas, sobre todo si el marisco no ha sido completamente fresco.
4. El impacto en la salud de los consumidores vulnerables
Para ciertos grupos de personas, como las mujeres embarazadas, los niños pequeños, las personas con sistemas inmunológicos comprometidos o las personas mayores, el riesgo asociado a consumir mariscos en mal estado o mal cocidos es aún mayor. Las toxinas, bacterias y parásitos presentes en las gambas pueden ser peligrosos para su salud, por lo que se recomienda tener precauciones adicionales en el consumo de mariscos, especialmente de las partes más propensas a concentrar estos riesgos, como las cabezas.
Beneficios de evitar chupar las cabezas de las gambas
- Reducción del riesgo de enfermedades: Al evitar chupar las cabezas, reduces la posibilidad de ingerir contaminantes y bacterias presentes en los jugos o residuos del sistema digestivo de la gamba.
- Sabor más controlado: Si bien las cabezas de las gambas pueden tener un sabor fuerte, se pueden aprovechar de forma más segura en caldos o sopas, donde el sabor se extrae y se distribuye en toda la preparación. De esta forma, puedes disfrutar del sabor sin los riesgos asociados.
- Mejor digestión: Al no consumir las partes menos apetitosas de la gamba, como los residuos de su sistema digestivo, tu sistema digestivo podrá trabajar de forma más eficiente.
¿Es necesario evitarlo por completo?
Si bien no es necesario evitar por completo chupar las cabezas de las gambas, es importante ser consciente de los riesgos potenciales. Para quienes no quieran prescindir de esta costumbre, es fundamental asegurarse de que las gambas estén bien cocidas y sean de buena calidad, procedentes de fuentes fiables y limpias.
Si eres una persona que disfruta de este ritual, ten en cuenta que la seguridad alimentaria siempre debe ser la prioridad. Si tienes dudas sobre la frescura o la procedencia de las gambas, lo mejor es optar por disfrutarlas de manera más segura, como en platos cocidos donde los contaminantes puedan ser eliminados mediante un buen proceso de cocción.
Conclusión
Si bien las cabezas de las gambas pueden parecer deliciosas y ofrecer un sabor profundo, existen riesgos asociados con chuparlas, especialmente en cuanto a toxinas, bacterias y otros contaminantes que pueden concentrarse en esa parte del marisco. El cadmio, un metal pesado presente en las cabezas de los crustáceos, es uno de los principales peligros, ya que puede acumularse en el organismo y tener efectos tóxicos a largo plazo. La mejor opción es disfrutar de las gambas de manera segura, cocinándolas adecuadamente y considerando aprovechar sus cabezas en caldos o sopas para extraer su sabor de manera más controlada y saludable.
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