Salud y Bienestar
Un estudio de IVI señala que un bajo nivel de progesterona en sangre puede reducir un 18% las posibilidades de tener un bebé
Publicado
hace 7 añosen
Es bien conocida la importancia de la progesterona durante el embarazo, así como incluso antes de conseguir una gestación para facilitar la implantación del embrión, pero, ¿y si pudiéramos establecer una relación causal entre los niveles de progesterona en sangre y las tasas de éxito en los tratamientos reproductivos? Este es el punto de partida del estudio titulado “A large prospective trial in unselected population confirms that low serum progesterone on the day of embryo transfer impairs pregnancy outcome in artificial cycles”, que la doctora Elena Labarta, ginecóloga de IVI Valencia, ha presentado en el 35º Congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE), celebrado en Viena.
“Durante los últimos 3 años, hemos investigado el impacto que tiene el valor de la progesterona medida en sangre el día de la transferencia embrionaria sobre las tasas de embarazo en ciclos de preparación endometrial artificial. Hasta ahora, y basándonos en estudios previos realizados por otros grupos, se pensaba que dicha medición no era de utilidad, pues no era capaz de reflejar la acción que la progesterona estaba ejerciendo a nivel local uterino; y que, por otro lado, la dosis de progesterona administrada era más que suficiente para suplir las necesidades de cualquier paciente. Sin embargo, nuestros hallazgos han cuestionado este dogma y han demostrado que los niveles en sangre de progesterona sí que se asocian con el resultado de gestación. Hemos llevado a cabo los dos primeros estudios prospectivos al respecto, que juntos incluyen casi a un total de 1.400 pacientes, pudiendo así aseverar que existe un valor de progesterona por debajo del cual las tasas de embarazo evolutivo pueden llegar a caer hasta un 20%, lo cual es una disminución drástica en las tasas de éxito en los tratamientos reproductivos”, comenta la Dra. Labarta.
Según los últimos datos analizados y que se presentan en este congreso, se ha conseguido encontrar el punto de corte de nivel de progesterona por debajo del cual los resultados empeoran significativamente. Así, aquellas pacientes con niveles de progesterona en suero inferiores a 8,8 ng/ml el día de la transferencia de embriones mostraron una tasa de embarazo evolutivo un 18% menor. Estos resultados sugieren que la absorción de la progesterona vaginal puede variar entre las pacientes, influyendo este marcador en los resultados alcanzados.
Este estudio, que expone los resultados de una muestra de casi 1.200 pacientes, ha despertado gran interés entre la comunidad científica, y ha sido presentado en diferentes foros y congresos del mundo por el impacto que supone sobre el futuro de la medicina reproductiva.
Ya en 2017, el grupo de investigación liderado por la Dra. Labarta publicó el primer estudio prospectivo con el fin de analizar este problema, demostrando así de manera pionera que existe un umbral de niveles de progesterona en suero en el día de la transferencia de embriones por debajo del cual el embarazo en curso disminuye significativamente.
“Estos hallazgos han despertado nuestro máximo interés y estamos llevando a cabo varias líneas de investigación. Por una parte, hemos visto que el nivel de progesterona predice el resultado no solo si se mide el día de la transferencia embrionaria, sino también a lo largo de toda la fase lútea (desde el día que se implanta el embrión hasta el día en que se realiza el test de embarazo). Por otra, estamos encontrando la manera de rescatar los casos que presentan un valor subóptimo de progesterona y los resultados son muy alentadores, pues hemos visto que la situación se puede revertir si es detectada a tiempo. Un importante hallazgo que nos sigue ayudando en nuestra búsqueda continua de los mejores resultados reproductivos”, añade la Dra. Labarta.
49 comunicaciones aceptadas: 14 orales, 31 posters y 4 sesiones invitadas
Además de la doctora Labarta, invitada por el comité de la ESHRE para dar una ponencia acerca de este tema, el doctor Ernesto Bosch, director médico de IVI Valencia, y el doctor Nicolás Garrido, director de la Fundación IVI, han sido convocados para presentar sus respectivos trabajos como sesiones invitadas, debido al interés científico de los mismos.
El Dr. Bosch expone las principales líneas de desarrollo acerca del manejo de la alta respuesta según las guidelines de la ESHRE, en las cuáles ha participado, siendo el único español integrante del equipo que ha definido durante los últimos dos años estas pautas sobre estimulación ovárica.
El Dr. Garrido, por su parte, habla de las técnicas y criterios de selección de espermatozoides como uno de los puntos fundamentales para el éxito reproductivo, con especial foco en la selección inteligente, basada en rasgos moleculares como mecanismo de mejora en estos protocolos de selección. Este procedimiento sustituiría al actual, que se lleva a cabo de forma autónoma por parte de los espermatozoides o subjetiva, por una práctica orientada u objetiva que mejore finalmente los resultados clínicos mediante la elección y uso del espermatozoide más adecuado entre millones.
La cuarta sesión invitada, en cuya investigación ha tomado parte el doctor Roberto Matorras, de IVI Bilbao, aborda las recomendaciones de buena práctica clínica de la ESHRE para la punción folicular, mediante un análisis basado en la evidencia, así como la búsqueda de consenso en las opiniones de los expertos en aquellas áreas donde no había bibliografía.
La ESHRE es el mayor congreso europeo de reproducción asistida, un lugar de encuentro de grandes profesionales, procedentes de diferentes partes del mundo, donde se alcanzan, cada año, importantes conclusiones que marcarán el porvenir en el ámbito reproductivo.
En esta edición, IVI cuenta con 49 comunicaciones aceptadas, 14 de ellas orales y 31 posters, a lo que se suman las 4 ponencias anteriormente citadas, en el programa general.
“Tan solo de IVI Valencia, presentamos en la ESHRE de Viena 20 comunicaciones, 7 orales y 13 posters. Hemos hecho un gran trabajo de investigación que tenemos la suerte de poder compartir con otros colegas de profesión en un foro del nivel que representa la ESHRE para aquellos que nos dedicamos a la medicina reproductiva. Creemos que esta es la vía para seguir avanzando y ofrecer a nuestros pacientes la mejor experiencia en su camino hacia la maternidad/paternidad”, concluye la Dra. Labarta.
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La Navidad es una época llena de celebraciones, reencuentros familiares y abundantes cenas, pero también puede ser un período en el que muchas personas experimentan trastornos del sueño. A pesar de que las fiestas deberían ser sinónimo de relajación y descanso, la realidad es que el estrés, las alteraciones en la rutina y otros factores propios de la temporada pueden dificultar un sueño reparador. A continuación, exploramos las razones por las que durante la Navidad muchas personas duermen peor y cómo podemos intentar mejorar la calidad del sueño en estas fechas tan ajetreadas.
1. Alteración de las rutinas
Durante las festividades, las rutinas diarias suelen verse interrumpidas. Las cenas, las reuniones familiares y los compromisos sociales pueden hacer que nos acostemos más tarde de lo habitual, lo que afecta negativamente nuestro reloj biológico. El cuerpo humano tiene un ciclo natural de sueño y vigilia que puede desajustarse fácilmente cuando cambiamos nuestros horarios de descanso. Al no seguir un horario regular de sueño, es más probable que nos sintamos cansados o que tengamos dificultades para dormir.
2. Estrés y preocupaciones navideñas
Aunque la Navidad es sinónimo de alegría para muchos, también puede generar estrés. Las compras de último minuto, las celebraciones familiares, la planificación de viajes y la presión por cumplir con todas las expectativas sociales pueden causar ansiedad. Esta tensión emocional puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que afecta la capacidad del cuerpo para relajarse y conciliar el sueño. Las preocupaciones sobre los regalos, las cenas o incluso los compromisos laborales pueden mantener nuestra mente activa durante la noche, dificultando el descanso.
3. Comidas copiosas y alcohol
Las cenas y comidas abundantes son parte esencial de las celebraciones navideñas, pero la cantidad y el tipo de alimentos consumidos pueden influir negativamente en la calidad del sueño. El consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares puede aumentar la actividad digestiva durante la noche, provocando molestias estomacales y dificultando que el cuerpo entre en un estado de relajación necesario para dormir. Además, el alcohol, aunque inicialmente pueda inducir somnolencia, interrumpe los ciclos de sueño y reduce la calidad del descanso, lo que puede provocar despertares frecuentes a lo largo de la noche.
4. Falta de ejercicio físico
Durante las fiestas navideñas, muchas personas disminuyen su nivel de actividad física debido a las vacaciones o a las celebraciones. El ejercicio regular es esencial para un sueño saludable, ya que favorece la relajación del cuerpo y la liberación de endorfinas. Sin embargo, en Navidad, el sedentarismo aumenta debido a la cantidad de tiempo que pasamos en reuniones o en actividades que no requieren esfuerzo físico. Esto puede dificultar la conciliación del sueño, ya que el cuerpo no está lo suficientemente cansado para descansar de manera profunda.
5. Cambios en el ambiente de sueño
Las visitas a familiares o la llegada de familiares a nuestra casa también pueden alterar nuestro entorno de descanso. Dormir en un lugar diferente al habitual o compartir espacio con otras personas puede generar incomodidad y dificultar el sueño. Además, la decoración navideña, con luces brillantes y colores llamativos, puede interferir con el ambiente relajante necesario para dormir bien. Las luces intensas, como las de los árboles de Navidad o las decoraciones externas, pueden alterar la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
6. Sobrecarga de estímulos sensoriales
La Navidad es una época cargada de estímulos visuales, auditivos y emocionales. Las luces brillantes, la música festiva y el bullicio de las reuniones familiares pueden mantenernos en un estado de alerta constante. Este exceso de estímulos puede dificultar que nuestra mente se relaje antes de acostarnos, retrasando la conciliación del sueño. Además, el ruido generado por las celebraciones o los fuegos artificiales puede interferir en un descanso tranquilo y reparador.
7. Cambios en la exposición a la luz natural
En invierno, los días son más cortos y la exposición a la luz natural disminuye, lo que puede alterar la producción de melatonina y afectar nuestro ritmo circadiano. Este desajuste de la luz natural y artificial, sumado a los cambios en los horarios durante las festividades, puede dificultar la sincronización de nuestro reloj biológico y empeorar la calidad del sueño. El aumento del uso de pantallas electrónicas (como smartphones, tabletas y televisores) por la noche también puede inhibir la producción de melatonina debido a la luz azul emitida por estos dispositivos.
¿Cómo mejorar el sueño en Navidad?
A pesar de que la Navidad puede traer consigo una serie de factores que afectan el sueño, hay varias estrategias que pueden ayudar a mejorar la calidad del descanso durante estas fechas:
- Mantener una rutina de sueño regular: Intenta mantener los horarios de acostarte y levantarte lo más consistentes posible, incluso durante las vacaciones.
- Evitar comidas copiosas y alcohol antes de acostarse: Trata de cenar de forma ligera y no consumir alcohol en exceso en las horas previas al sueño.
- Realizar actividad física: Aun durante las vacaciones, intenta incorporar ejercicio físico moderado durante el día para ayudar a tu cuerpo a relajarse por la noche.
- Crear un ambiente relajante: Asegúrate de que tu espacio de descanso sea cómodo, oscuro y silencioso. Si es necesario, usa tapones para los oídos o una máscara para los ojos.
- Limitar los estímulos antes de acostarse: Reduce el uso de dispositivos electrónicos y baja la intensidad de las luces al menos una hora antes de dormir.
- Practicar técnicas de relajación: La meditación, la lectura o tomar un baño caliente pueden ayudarte a calmar tu mente y preparar tu cuerpo para el sueño.
Conclusión
La Navidad puede ser una época de mucha diversión y alegría, pero también puede alterar nuestros hábitos de sueño debido al estrés, la interrupción de las rutinas, la comida y la bebida en exceso, y la sobrecarga de estímulos. Para disfrutar de unas fiestas más relajadas y descansar mejor, es fundamental prestar atención a las necesidades de nuestro cuerpo y adoptar hábitos saludables que nos ayuden a mantener la calidad del sueño.
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