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’20 de julio … y entonces sucedió que …’, por José Luis Fortea

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forteaJosé Luis Fortea

………………………hace hoy doscientos siete años, entonces era viernes aquel 20 de julio de 1810, cuando tuvo lugar uno de los sucesos más singulares y sorprendentes de la historia del Virreinato de Nueva Granada, al acabar convirtiéndose una simple reyerta en toda una revuelta y esta, en una rebelión y en un clamor al unísono por su independencia.

Aquellas tierras conquistadas algunas antes incluso de gobernar juntos los reyes católicos y que configuraban los actuales territorios de Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú, fueron reorganizadas bajo la figura de una misma autoridad, constituyendo el aludido Virreinato de Nueva Ganada en tiempos del rey Felipe V, en 1715, instaurándose su capital en la localidad de Santafé.

Cuando Napoleón Bonaparte tras ocupar la península y negociar en el castillo de Marracq en Bayona, el 5 de mayo de 1808, con el rey de España Fernando VII y su padre Carlos IV la abdicación de sus derechos monárquicos, para posteriormente cedérselos a su hermano José Bonaparte, con el título de José I, en España se fueron creando las llamadas “juntas locales de gobierno” que no reconocían la autoridad del nuevo monarca francés, y que acabarían conformando una Junta Suprema Central compuesta por treinta y cinco representantes.

En las colonias españolas del continente americano sucedería otro tanto de lo mismo, creándose como en España, unas Juntas de Gobierno, que únicamente reconocían la autoridad regia de Fernando VII, la de su persona, pero viendo también la ocasión de reivindicar, de esta manera, su propia autogestión, valiéndose del vacío de poder que aquella guerra contra Francia podría causar a su metrópoli.

En aquellas Juntas americanas rápidamente se presentaron dos posturas enfrentadas, por una parte, la más tradicional, ejercida por los españoles que ocupaban los altos cargos y que querían seguir manteniendo la situación como hasta el momento, y por otra, la de los nacidos en aquellas tierras, hijos de españoles, llamados “criollos” que anhelaban establecer un orden político más acorde a sus intereses. 

Era precisamente en Nueva Granada donde figuraba, al frente de la administración española, desde hacía seis años, el virrey Antonio José Amar y Borbón, que al contrario de lo que estaba sucediendo en otras colonias españolas del continente americano, este no había permitido la creación de junta de defensa alguna, mandando incluso ejecutar en agosto de 1809 a aquellos que desafiando su autoridad se habían organizado en la llamada Primera Junta de Autogobierno de Quito.

Ante las noticias que llegaban a España de las inquietudes políticas de los habitantes de estos dominios, la Junta Central decidió enviar comisarios regios, nacidos allí, esto es, criollos, para mantener la autoridad real española, viajando de esta forma Carlos Montúfar a Quito, donde se habían producido los últimos altercados, José de Cos Iriberri al Perú y Antonio Villavicencio al nuevo reino de Granada (que era también como se denominaba al Virreinato de Nueva Granada).

Aprovechando pues la visita del aludido comisionado a la localidad de Santafé de Bogotá, los neogranadinos reunidos en el observatorio astronómico de la localidad, un lugar al que tenía acceso Francisco José de Caldas, al que llamaban “el sabio”, para evitar así ser vigilados, decidieron urdir un plan cuya primera afrenta, necesariamente, tenía que estar ocasionada por los propios españoles, suscitando un alboroto tal, que llegase a crear una situación de verdadero desconcierto, logrando incluso causar la sensación de temerse por la seguridad de los españoles de la capital, de manera suficiente para persuadir al virrey y crear definitivamente la ansiada junta de defensa, incluyendo en la misma, para aquietar los ánimos, a nacidos en aquellas tierras.

De esta forma, centraron su atención en un comerciante español, propietario de una lujosa tienda de la capital santafereña, llamado José González Llorente, que venido desde su Cádiz natal había hecho verdadera fortuna como hábil negociante, y que al estar casado además con una criolla, llamada Lola Ponce con la que tenía tres hijos, era blanco perfecto de esta elaborada maquinación.

Determinándose pues realizarle una visita, con la excusa de solicitarle “prestado” un florero o cualquier objeto, de elevado precio, para engalanar la mesa que se quería disponer para el recibimiento del mencionado comisionado, en un acto al que únicamente acudirían neogranadinos, siendo de esta manera aquella afrenta realizada por partida doble, una primera por no haber sido invitado ningún español y la segunda, al requerírsele un lujoso artículo sin contraprestación económica alguna.

Por la mañana de aquel viernes 20 de julio, día de mercado en la plaza Mayor, donde habría mucho más gentío que el habitual, el abogado de la localidad de Tunja, José Joaquín Camacho siguiendo el plan acordado, se reúne con el virrey Amar y Borbón para obtener una respuesta sobre su solicitud enviada de instaurar la junta de defensa, sabedor como era de antemano de la respuesta en sentido negativo que le iban a dar, como así al final resultaría ser, por lo que, obtenida esta, se activó la segunda parte de aquella trama, dirigiéndose hacia el establecimiento del “chapetón” Llorente (término utilizado con cierto desdén para referirse en aquellos tiempos a los que procedían de España), una comitiva compuesta por Luis de Rubio, Pantaleón Santamaría y los hermanos, Antonio y Francisco Morales Galavís, que escenificando aquel enredo, lograrían encender los ánimos en aquel lugar y según cuentan testigos presenciales de aquel suceso, extraer de los labios del sorprendido comerciante unas feas palabras de menosprecio hacía el propio comisionado Villavicencio y hacia los “americanos” en general, enviando a los allí presentes, dicen que con grosera expresión, a cierto lugar inmundo donde se manda a alguien “de paseo” (palabras estas que el propio Llorente desmentiría más tarde), momento en el que Antonio Morales propinaría un directo al rostro de aquel perplejo tendero causando aún más alboroto si cabe y llamando la atención de los que por sus alrededores transitaban.

La revuelta daría paso al tumulto previsto, siendo sobre las seis de la tarde de aquel viernes 20 de julio de 1810 instaurado el Cabildo extraordinario de Santafé que determinaría mediante acta suscrita la independencia de aquel territorio, de una jornada que sería recordada como “el grito”, “la reyerta del 20 de julio” o simplemente “el florero de Llorente”, que hizo bueno aquel refrán que dice; Pícame Pedro, que picarte quiero…….

Feliz 20 de julio pues, para todos nuestros hermanos colombianos.

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¿Puedo retrasar la regla para vacaciones?, por Dra. Isabel Ramírez

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Isabel M. Ramírez Polo

Retrasar la regla es algo que muchas mujeres nos hemos preguntado en alguna ocasión. A veces esperas la regla en el momento más inoportuno… cuando estás de vacaciones, o tienes una competición deportiva, te casas, eres militar y te vas de maniobras o tienes algún acontecimiento vital importante.

NO ES NECESARIO TENER LA REGLA TODOS LOS MESES

Desde el comienzo de los tiempos la menstruación ha tenido un halo de misterio para la humanidad. Las sociedades  de todos los tiempos, han relacionado la menstruación con ciertos temores sociales o personales atribuyéndole  una consideración de: rito, misterio, secreto, impureza y amenaza. La repetición del sangrado coincidente con los ciclos lunares de 28 días ha sido causa de asombro y motivo para atribuirle un carácter sagrado. De este fenómeno fisiológico han opinado a través de la historia todo tipo de pensadores: filósofos, líderes religiosos, fisiólogos, biólogos, antropólogos, ginecólogos….

De dónde venimos

Grandes pensadores como GALENO, nos decían que la menstruación es una forma de eliminar la llamada “sangre superflua”; o  HIPÓCRATES que  la consideraba  un proceso beneficioso, la mujer se limpia de elementos insalubres. Sin tener nada de real, algo de esto queda aún como mito en la memoria colectiva.

El  siglo XX  permitió conocer la secuencia de cambios del ciclo menstrual y sus mecanismos de control. La menstruación desde el punto de vista fisiológico es una simple hemorragia por privación hormonal.

Durante siglos el estado natural de la mujer fue la amenorrea (ausencia de menstruación), debido a los embarazos sucesivos y los largos períodos de lactancia. Se estima que el número de ovulaciones de una mujer a lo largo de su vida era de 160 ciclos, frente a los 450 de media de hoy en día, debido a que tenemos menos embarazos, periodos de lactancia más cortos y menopausia (cese de la menstruación), más tardía.

 ¿Es necesario o conveniente tener la regla todos los meses?

Recordamos que hay muchos síntomas asociados a la regla, que a algunas mujeres le hacen imposible realizar una vida normal, tales como: dolor mamario, dismenorrea ( dolor con la regla), cefalea, sensación de hinchazón, cambios de humor etc. De hecho los problemas relacionados con el ciclo menstrual son el principal motivo de la consulta ginecológica.

En una mujer sana sin deseo de embarazo la menstruación no es necesaria. Se ha identificado la necesidad de sangrar cada mes con la idea de salud y feminidad hasta tal punto  que cuando se comercializó  la píldora, se hizo  con una pautas de administración similares al ciclo menstrual típico (21 días con principio activo y 7 de descanso o píldoras placebo, para tener una regla cada 28 días) lo que también ha contribuido a esta idea, de hecho muchas mujeres usan la píldora para tener una regla todos los meses y contribuir a la idea que tienen de normalidad.

Retrasar regla

¿COMO RETRASO O SUPRIMO MI REGLA?

Hay varias formas de hacerlo.

Con la AHC

(Anticoncepción Hormonal Combinada: Estrógenos –gestágenos) píldora , parche y anillo. Hasta ahora lo que veníamos haciendo  con la píldora, el parche y el anillo vaginal es recomendar  que la usuaria  no descanse los 7 o 4  días entre envases (o no tomar las píldoras de otro color que no llevan principio activo); es decir tomar 2 o 3 cajas de píldoras seguidas o usar anillos o parches sin descanso. De este modo no tendrás la regla hasta que no descanses los 4 o 7 días pertinentes y podrás retrasar tu regla 2 o 3 o más ciclos.

En la actualidad disponemos de 2 preparados que están diseñados para esto (los dos orales y con lactosa). Uno de ellos, una píldora que tomas todos los días durante 84 días y solo tendrás 4 reglas al año y con el otro que tiene 120 píldoras, tras tomar las primeras 24, podrás parar 4 días cuando tú quieras durante esos 120, para tener la regla en el momento que te convenga. Los resultados de los estudios para estas dos pautas, no presentan riesgos significativos para la salud cuando se comparan con la pauta habitual de descansos mensuales (o uso de las píldoras de diferente color sin principio activo).

En todos los casos, al no tener un intervalo libre de hormonas, los síntomas de dolor, cefaleas y otros que acompañan a la regla desaparecerán. Además mejoran las patologías que se agravan con la menstruación, al estar esta ausente.

Con ASG

(Anticoncepción con solo gestágenos) DIU Hormonal , Implante o inyectable de acetato de medroxiprogesterona. Cualquiera de estos métodos  en los primeros meses de uso pueden producir sangrados intermenstruales, pero la tendencia con el DIU hormonal  es a la desaparición del sangrado menstrual en más del 50% de los casos. Esto es menos frecuente con el implante 22% de los casos, aunque el sangrado vaginal asociado al implante es escaso. Con el inyectable al principio los sangrados pueden ser más abundantes, pero con el tiempo se reduce la frecuencia de menstruación. Hay autores que recomiendan en las 3-4 primeras dosis ponerlas cada 4-6 semanas, para inducir la amenorrea y luego continuar cada 12 semanas., esto puede ser muy efectivo sobre todo, para las mujeres que por su situación tienen problemas de higiene y no tienen contraindicado el fármaco.

RESUMEN

Suprimir o retrasar la menstruación es una idea interesante para mujeres que tengan molestias importantes asociadas a la menstruación o para mujeres cuyas enfermedades se agravan durante este periodo (Como anemias y endometriosis) y para mujeres que por motivos de viajes, deportes y otras situaciones vitales les viene bien no tener la regla o retrasarla.

No pasa nada por no tener la regla todos los meses, por el contrario para muchas mujeres es un beneficio.

Podemos hacerlo no descansando con nuestro anticonceptivo habitual, píldora, anillo o parche; y en la actualidad usando las pautas de 4 reglas al año (pautas prolongadas programadas) o con la de 120 comprimidos parando cuando quieras, (pauta prolongada flexible),también con ASG pero las condiciones son diferentes. Recomendación: Consulta con un profesional.

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