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Salud y Bienestar

El aviso de un experto ante los riesgos en días de más de 35 grados: «Está generando un problema sanitario de primer nivel»

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aviso experto riesgos días más 35 grados
Los termómetros marcan hasta 37 grados-ARCHIVO

Madrid, 21 ago (OFFICIAL PRESS-EFE).- El aumento de días con temperaturas superiores a 35 grados está generando un «problema sanitario de primer nivel» que puede afectar a cualquier tipo de patología, si bien agudiza los eventos cardiovasculares, las trombosis y la enfermedad respiratoria, en especial en áreas urbanas con más contaminación.

En una entrevista con EFE, el presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO), Andrés Cervantes, subraya que las cifras de mortalidad atribuibles al calor son «escalofriantes» y son consecuencia de la reactivación de crisis agudas en enfermedades crónicas y patologías subyacentes.

El aumento de días con más de 35 grados agudiza las trombosis y la patología respiratoria

En España se registran más de 21 días al año con temperaturas muy por encima de los 35 grados y esta «nueva situación climática» puede aumentar la frecuencia de fenómenos trombóticos e impactar en la mortalidad cardiovascular, pero también con otras patologías porque «el aire está más contaminado cuando hay altas temperaturas y hay muchas enfermedades que están asociadas a la impureza del aire».

Según el último estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), en 2023 fallecieron en Europa 47.690 personas a causa de las altas temperaturas, el año más cálido a nivel mundial y el segundo con más mortalidad por calor de la última década.

Muertes por calor

De estas 47.690 muertes, 47.312 se registraron en el periodo más caluroso: del 29 de mayo al 1 de octubre. España es de los países del sur de Europa con más tasa de mortalidad relacionada con el calor (175 muertes por millón).

«Esto no es el calor de siempre; es una situación emergente y más allá de las recomendaciones a los ciudadanos hace falta una estrategia sanitaria para proteger a la población sobre todo de ámbitos urbanos que, por las construcciones y el asfalto, se convierten en islas de calor», subraya Cervantes.

Este experto, que también es jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico Universitario de València, demanda para las ciudades áreas con arbolado o zonas con microclima, que sean más tolerantes a las altas temperaturas y amigables para la población más envejecida y vulnerable.

Los pacientes oncológicos no están en más riesgo

No considera Cervantes que los pacientes con cáncer estén en más riesgo por las altas temperaturas ya que no se trata de una enfermedad que responda a ciclos, sino que se da durante todo el año, pero sí admite que los fármacos antitumorales pueden producir alteración renal y diarrea y, con ello, deshidratación.

A los pacientes oncológicos en tratamiento, les recomienda que tengan cuidado con el golpe de calor y, para ello, les insta a evitar la exposición al sol en las horas de altas temperaturas y mantener una dieta equilibrada para facilitar la ingesta de electrolitos y de agua.

Y es que cuando hay temperaturas más elevadas hay más sudoración y pérdida de agua y los pacientes oncológicos están sometidos, muchas veces, a tratamientos que pueden afectar la función del riñón o la pérdida de electrolitos.

Precauciones a tener en cuenta

Por ello, insiste en la protección del calor para evitar excesiva sudoración y, sobre todo, la recuperación de esas pérdidas electrolíticas mediante la hidratación y la nutrición.

Cervantes también pone el foco en la población mayor de 65 años, ya que a partir de esa edad el riesgo a sufrir un episodio por el calor es mayor. No obstante, considera que la importancia de la hidratación, la correcta nutrición y la protección solar es recomendable a todos los individuos.

Respecto a la falta de personal sanitario en los meses de verano, Cervantes sostiene que esta situación depende de cada comunidad autónoma, pero en el caso de la oncología hay sustituciones tanto en el área de los médicos como de la enfermería a fin de mantener la atención en una patología que no es estacional.

A su juicio, la única singularidad del calor en el caso del paciente oncológico es que las altas temperaturas pueden aumentar la pérdida de líquidos y hacer potenciales los efectos tóxicos del tratamiento.

Begoña Fernández

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Salud y Bienestar

Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

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Cuidado, así afecta el calor del verano a los medicamentos

Especialistas del Departamento de Salud de la Ribera alertan de que una incorrecta conservación de los medicamentos en verano puede provocar importantes problemas de salud en el organismo al verse alteradas las características de calidad y eficacia de los fármacos.

Efectos nocivos que el calor puede provocar en los medicamentos

Teniendo en cuenta las altas temperaturas que suelen alcanzarse en estos meses, el personal especializado advierte de la necesidad de llevar a cabo una correcta utilización de los fármacos, con especial atención a aquellos medicamentos que deben conservarse en frío o deben utilizarse tan pronto se hayan sacado de la nevera.

Según los farmacéuticos de Atención Primaria del Departamento de Salud de la Ribera, Miguel Murcia y Rocío Broseta, “las condiciones de conservación que indica un medicamento, se establecen según los ensayos realizados antes de ser comercializados, por lo que deben respetarse para no perder su eficacia y seguridad”.

Por ello, antes de consumir cualquier medicamento, se debe comprobar su estado y su apariencia exterior, sobre todo en cremas, colirios, supositorios u óvulos, ya que por su aspecto se puede conocer su estabilidad.

Cuando nunca debes consumirlos

Si no se ha conservado correctamente o el producto ha cambiado al abrirlo, el medicamento no debe ser consumido bajo ningún concepto, ya que podrían estar alteradas las propiedades del fármaco.

Por lo que respecta a la conservación en casa, es aconsejable mantener los medicamentos en sitios frescos y secos, evitando la exposición directa a la luz solar.

Por ello, el personal experto recomienda no guardarlos en la cocina o el baño, estancias de la casa que, por lo general, suelen acumular más calor a lo largo del día, y siempre lejos del alcance de los niños.

En cualquier caso, es importante que antes de tomar un medicamento se consulte con  profesionales sanitarios y se evite la automedicación.

Igualmente, cuando se adquiera por primera vez, se recomienda leer el envase y el prospecto para conocer la temperatura a la que debe conservarse.

Viajar con medicamentos

En los trayectos por carretera, es recomendable no llevar los medicamentos en el maletero o la guantera del coche, ya que pueden llegar a alcanzar altas temperaturas.

Es imprescindible mantener las condiciones de transporte específicas para cada medicamento; es decir, los fármacos a conservar entre los 2ºC y 8ºC, deben conservarse siempre en nevera y, por tanto, transportarse en embalaje isotérmico refrigerado (sin llegar a congelar); por su parte, los fármacos que deben permanecer a una temperatura de entre 25ºC y 30ºC, han de transportarse en un embalaje isotérmico no refrigerado para evitar que puedan alcanzar temperaturas mayores.

Síndrome de agotamiento y golpe de calor

Por otro lado,  el personal especializado advierte de que algunos medicamentos pueden acentuar los efectos de las altas temperaturas, agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación, propiciar los golpes de calor o inducir una hipertermia.

En este grupo de medicamentos se encuentran los diuréticos, los antiinflamatorios no esteroideos, los antihipertensivos, algunos antibióticos y antivirales, los antiarrítimicos, algunos antidiabéticos, los hipolipemiantes (empleados para regular el colesterol), los antidepresivos, los antihistamínicos y los antipsicóticos.

“Hay que estar atentos al estado general de aquellos pacientes que toman este tipo de medicamentos, así como propiciar una serie de medidas que ayude a controlar su temperatura corporal: ambiente fresco, buena ventilación y aireación, y continua hidratación.

Es importante resaltar que, a pesar de las altas temperaturas, en ningún caso se deben suspender los tratamientos establecidos por los facultativos”, concluyen Murcia y Broseta.

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