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Valencia

El president de la Generalitat y la consellera de Justicia e Interior se reunirán el martes 23 de abril con los bomberos forestales

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El president de la Generalitat, Carlos Mazón, y la consellera de Justicia e Interior, Elisa Núñez, han anunciado que el próximo martes 23 de abril se reunirán con los representantes sindicales de los bomberos forestales de SGISE (Sociedad Valenciana de Gestión Integral de Servicios de Emergencias) para terminar de definir el futuro de este servicio posibilitando la seguridad y la estabilidad de sus trabajadores en un marco laboral serio y riguroso.

Así lo acordaron en la reunión de trabajo que mantuvieron ayer el president de la Generalitat y la consellera de Justicia e Interior para avanzar en las soluciones relacionadas con la gestión de SGISE.

En este sentido, la consellera de Interior, Elisa Núñez, ha indicado que “llevamos meses en contacto permanente con los representantes de los trabajadores, trabajando en un plan estratégico que contenga los elementos esenciales para garantizar la viabilidad del servicio de bomberos forestales”.

Ha añadido que “hemos estudiado todas las alternativas posibles para arreglar el desastre que dejó el gobierno del Botánico: una empresa sin estructura, unas plantillas incompletas con cientos de demandas de trabajadores, unos medios materiales antiquísimos y cuyo mantenimiento se paga a precio de oro, o unas bases e instalaciones indignas en toda la geografía de la Comunidad Valenciana”. Según ha afirmado Núñez, estos problemas “no son nuevos, sino que vienen de largo”.

Asimismo, el Consell reafirma su compromiso con los bomberos forestales, así como su determinación para “revertir los problemas que arrastra un modelo operativo caduco, con numerosas disfuncionalidades que deben ser solucionadas para proteger el interés general de los alicantinos, castellonenses y valencianos, así como el valioso patrimonio natural de la Comunidad Valenciana”, ha puntualizado Nuñez.

VÍDEO| Los bomberos forestales convocarán una huelga indefinida si no se atienden sus demandas

València, 16 abr (OFFICIAL PRESS- EFE).- Los bomberos forestales han vuelto a exigir este martes a la Generalitat la aprobación del convenio colectivo que dé estabilidad laboral al personal, la ampliación de la plantilla y la implementación de un tercer turno, y han advertido de que si no se atienden sus reivindicaciones se verán obligados a convocar una huelga indefinida.

Este colectivo se ha manifestado por las calles de València, en una marcha que ha discurrido desde la plaza de Alfons el Magnànim (Parterre) hasta las puertas del Palau de la Generalitat.

Con el lema «No a los recortes» en el servicio de bomberos forestales porque son «la seguridad de los pueblos, los bosques y las personas», exigen «la estabilización laboral» de todo el personal, con la contratación los 365 días al año, y la aprobación definitiva del primer convenio colectivo acordado en 2022, con el anterior Gobierno del Botànic.

Reclaman asimismo la «plena operatividad» las 24 horas del día del servicio, mediante la implementación de un tercer turno de trabajo, y la incorporación de un séptimo componente en las unidades para reforzar los turnos.

Miquel Férriz, portavoz de los sindicatos de bomberos forestales (CGT, CSIF, UGT, CCOO, EMAD y Spplb), advierte de que «la situación se está viendo ya en los últimos incendios, con falta de personal y falta de previsiones» y lamenta que la Generalitat no haya presentado tampoco todavía el proyecto del plan estratégico para el servicio.

«La empresa no dice nada, la consellera no quiere reunirse con nosotros nuevamente y tenemos un problema muy grave», advierte Férriz ante la llega de un verano que se espera «muy complicado», como se está viendo ya con los últimos incendios, los de Xàbia y Tàrbena -todavía activo- del pasado fin de semana.

«La situación del bosque valenciano y mediterráneo viene de los años 60, en cinco años no se puede hacer nada, y la mayoría es terreno privado», añade, y pide a la Generalitat que «asuma sus responsabilidad» e invierta más en prevención y en extinción.

Recuerda que hay más de 300 bomberos forestales sin contratos estables, en situación de «fraude de ley», y se necesitan 190 trabajadores más.

Férriz reclama asimismo que las unidades de refuerzo «pasen a trabajar todo el año», porque es necesario en el actual contexto de «desestacionalización» de los incendios, y que «de una vez por todas digan algo del convenio colectivo», parado desde el gobierno del Botànic.

El portavoz sindical señala asimismo que transmitieron en varias ocasiones a la Generalitat la necesidad de prohibir las quemas agrícolas, que han originados los últimos incendios, como el de Tàrbena.

Férriz asegura que continuarán con las movilizaciones si no se atienden sus demandas y advierte de que «se están jugando» que hagan «una huelga indefinida» ante la «inoperancia y paralización».

El delegado de CGT, Ferran Edo, ha señalado asimismo que los últimos incendios registrados en la Comunitat han puesto de manifiesto las necesidades del servicio, como la falta de personal, con unidades que no llegan ni a los seis competentes.

Recuerda que el Síndic de Greuges ya advirtió de que la SGISE (Societat Valenciana de Gestió Integral de Serveis d’Emergències) necesita un convenio colectivo porque actualmente están conviviendo con tres convenios.

El colectivo lamenta asimismo el recorte, de 13 millones de euros, en los presupuestos de la SGISE para 2024, que afecta al servicio en contrataciones básicas como el avituallamiento o la gestión de las nóminas, y denuncian vehículos y material anticuado.

La consellera de Justicia e Interior, Elisa Núñez, manifestó este domingo, en declaraciones a los periodistas en el Puesto de Mando Avanzado del incendio de Tàrbena, que «el pasado 1 de abril se hizo un llamamiento al 100 % de las personas que formaban parte de las unidades forestales de refuerzo y en este momento está autorizado casi el 90 % de ellos».

Afirmó asimismo que «se están incorporando progresivamente y se ha empezado con los fijos discontinuos para seguir el procedimiento legal establecido y a lo largo de abril se incorporarán los que quedan pendientes».

 

VÍDEO| Los bomberos forestales convocarán una huelga indefinida si no se atienden sus demandas

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Cultura

Muere a los 47 años el valenciano Azuquita, creador del Rumbakalao e icono de la Ruta del Bacalao

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Azuquita
Azuquita-INSTAGRAM

El mundo de la música en España llora la pérdida de Pedro Bermúdez, conocido artísticamente como Azuquita, fallecido a los 47 años en Palma de Mallorca, ciudad en la que residía en los últimos años. La noticia fue confirmada por la prensa balear en la mañana del sábado 6 de septiembre de 2025 y rápidamente se difundió entre seguidores y compañeros de profesión.

Azuquita deja tras de sí un legado musical muy singular, marcado por la creación del Rumbakalao, un estilo híbrido que en los años 90 unió la rumba con los sonidos electrónicos de la mítica Ruta del Bacalao. Con esta fusión, el artista valenciano alcanzó una gran popularidad y se convirtió en uno de los nombres propios de aquella época.

El origen del Rumbakalao: la rumba se cruza con la Ruta del Bacalao

En plena efervescencia de la Ruta del Bacalao, un movimiento musical y cultural que marcó la Comunitat Valenciana y se extendió por toda España en los 80 y 90, surgió la figura de Azuquita. Mientras los clubes de Valencia y alrededores vibraban con el techno, el dance y el house, él apostó por un camino alternativo: versionar los grandes éxitos de la música de discoteca desde un prisma rumbero.

Ese experimento dio lugar al Rumbakalao, un género propio que unía el ritmo festivo y cercano de la rumba con la energía electrónica que dominaba las pistas de baile. Fue en 1993, con apenas 17 años, cuando Azuquita saltó a la fama al versionar “Así me gusta a mí” de Chimo Bayo, uno de los himnos indiscutibles de la Ruta. Su propuesta sorprendió y conectó con un público que buscaba nuevas formas de vivir la música.

Azuquita, un artista que rompió moldes en los 90

Con su estilo desenfadado, su humor característico y una personalidad cercana, Azuquita logró hacerse un hueco en la escena musical de los 90. Sus versiones convertían los éxitos electrónicos en temas que podían sonar tanto en una discoteca como en una verbena popular, lo que ampliaba enormemente su público.

Durante esa década lanzó tres discos:

  • Rumbakalao (1994)

  • Escucha que te digo (1995)

  • Sinelo Kalo (1997)

Cada uno de estos álbumes reforzaba su propuesta musical y consolidaba su imagen de artista rompedor. Su voz y su particular manera de interpretar canciones lo convirtieron en un referente de un estilo único que, aunque surgido en un contexto muy concreto, sigue siendo recordado por quienes vivieron aquella época.

La Ruta del Bacalao: un fenómeno cultural más allá de la música

Para entender la relevancia de Azuquita, es necesario recordar lo que supuso la Ruta del Bacalao. Más que un movimiento musical, fue una auténtica revolución cultural en la Comunitat Valenciana que tuvo su epicentro en discotecas míticas como Barraca, Spook, Puzzle o ACTV. Allí sonaban sesiones maratonianas de música electrónica que marcaron a toda una generación.

En ese ambiente dominado por el techno y el dance, irrumpió Azuquita con un toque inesperado: fusionar ese sonido de club con la rumba valenciana. Su propuesta, lejos de pasar desapercibida, ofreció un soplo de aire fresco y demostró que la Ruta también podía reinterpretarse desde otros estilos.

El Rumbakalao se convirtió así en un símbolo paralelo al fenómeno de la Ruta, con un aire más desenfadado y popular, que lo acercaba tanto a la cultura de la calle como a la de las discotecas.

Colaboraciones y proyección internacional

Aunque su época dorada estuvo en los 90, Azuquita no se quedó anclado en el pasado. Ya en los 2000, participó en proyectos que le llevaron más allá de España. Una de las colaboraciones más destacadas fue con el alemán Matthias Reim, lo que le permitió acercarse al público centroeuropeo.

Su versatilidad musical y su capacidad para adaptarse a diferentes estilos lo convirtieron en un artista querido dentro y fuera de la Comunitat Valenciana.

Azuquita y Los Rumba Kings: su etapa más reciente

En los últimos años, Azuquita formaba parte de Los Rumba Kings, un grupo que mantenía vivo el espíritu de la rumba española y con el que continuaba actuando en fiestas, conciertos y festivales. Desde Mallorca, su lugar de residencia, seguía compartiendo música y demostrando que su pasión por el escenario permanecía intacta.

Para sus seguidores, cada actuación era un viaje en el tiempo que recordaba la frescura de los años 90 y la época dorada del Rumbakalao.

El legado de Azuquita en la memoria musical valenciana

La muerte de Azuquita supone un golpe para quienes vivieron la Ruta del Bacalao y para los amantes de la música fusión en España. Su aportación fue única: logró unir dos mundos aparentemente opuestos, la rumba y la música electrónica, en un género propio que hoy sigue siendo recordado como una seña de identidad de los 90.

Además de su música, queda en el recuerdo su carácter alegre y su humor, que transmitía tanto en entrevistas como sobre el escenario. Su figura forma parte de la memoria colectiva de una generación que bailó sus versiones en discotecas, verbenas y fiestas populares.

La Ruta del Bacalao como patrimonio cultural

Hoy, con el paso del tiempo, la Ruta del Bacalao se reivindica como un fenómeno cultural que fue mucho más que ocio nocturno. Supuso un laboratorio musical, artístico y social que influyó en la música electrónica en España y dejó huella en generaciones posteriores.

En este contexto, artistas como Azuquita ayudaron a ampliar las fronteras de lo que podía ser la Ruta, demostrando que la innovación también cabía dentro de un movimiento ya de por sí experimental.

Un adiós con sabor a nostalgia

El fallecimiento de Azuquita a los 47 años deja un vacío en la música valenciana y en la historia reciente de la cultura popular española. Sus discos, sus versiones rumberas de clásicos de la Ruta del Bacalao y su papel en Los Rumba Kings forman parte de un legado que seguirá vivo en la memoria de sus seguidores.

En un momento en que se recupera la memoria de la Ruta y se organizan homenajes a aquel movimiento, la figura de Azuquita resurge como la de un artista que se atrevió a mezclar mundos y consiguió crear algo nuevo. Su Rumbakalao siempre será recordado como un sonido propio de los 90, un símbolo de una época irrepetible.

 

 

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