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Caso Esther López: las lesiones en su mano las pudo ocasionar un tenedor de postre

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Esther López
EFE/Jim Lo Scalzo/Archivo

Meses después del hallazgo del cadáver sigue sin conocerse las causas de la muerte de Esther López y qué persona o personas movieron el cuerpo de la joven de Traspinedo.

Ya son varios meses desde que Esther López falleció y la investigación continúa para esclarecer lo que ocurrió.

Todo lo contrario, cada vez las pistas y las pruebas complican más las teorías. La Guardia Civil ha señalado este viernes la posibilidad de que un tenedor de postre fuera el arma con el que se provocaron las lesiones halladas en el dorso de la mano derecha de Esther López.

Así se desprende de lo planteado por la Guardia Civil en su último informe complementario del inicialmente entregado el 24 de agosto, en el que se hacía constar que en la autopsia practicada al cuerpo de Esther, de 35 años, facultativos del Instituto de Medicina Legal de Valladolid descubrieron unas lesiones en el dorso de la mano derecha, «redondeadas y superficiales», así como otra pequeña de las mismas características en el borde cubital de la base del quinto dedo.

Dichas lesiones, tal y como se desprendía del informe pericial elaborado por el equipo de Reconstrucción de Accidentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ERAT), no serían compatibles con las producidas o derivadas de un accidente o atropello, teniendo en cuenta el modelo de vehículo utilizado por el investigado.

«Ante la relevancia que en la presente investigación supondría conocer el origen de las citadas lesiones», la Unidad Central Operativa (UCO) daba cuenta de que ya el pasado día 11 de agosto había solicitado un informe policial al Departamento de Balístico y Trazas del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil para la «determinación o aproximación del tipo de herramienta u objeto que ha podido generar las lesiones observadas descritas anteriormente».

Estos últimos análisis realizados por el referido departamento resumen, a modo de conclusión, que las lesiones descritas presentan características «compatibles» con un utensilio tipo tenedor de tres puntas u otro objeto de iguales o similares características.

Óscar, el último que vio a Esther López con vida

Óscar fue el último que vio a Esther con vida, después de una noche de fiesta, y sus contradicciones le situaron en el centro de la investigación. La autopsia demostró que Esther había sido atropellada pero no murió al instante, por lo que la principal línea de investigación apunta a que el cuerpo fue trasladado.

Los investigadores sospechan que después del atropello su cuerpo estuvo en la casa de Óscar. La Guardia Civil espera que la pruebas de ADN obtenidas en los registros, restos de sangre y fibras de los sofás, demuestren esta hipótesis. Lo que ya se ha comprobado es que en el maletero del sospechoso había ADN de la joven.

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Sucesos

15 años muerto en su casa sin que nadie lo notara: el caso de Antonio Famoso que ha conmocionado a Valencia

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Encuentran cadáver hombre 15 años muerto casa València
Calle Luis Fenollet de Valencia

El caso de Antonio Famoso: el hombre hallado momificado en Valencia tras 15 años muerto que había roto todo lazo familiar

Una soledad elegida: la historia detrás del hallazgo

El hallazgo del cadáver momificado de Antonio Famoso, un hombre de 86 años que llevaba 15 años muerto en su vivienda de Valencia, ha causado una profunda conmoción en la sociedad. Según informó Informativos Telecinco, su cuerpo fue encontrado entre basura, palomas muertas y excrementos tras unas filtraciones provocadas por las lluvias que alertaron a los vecinos y bomberos del edificio.

El caso ha despertado tanto tristeza como desconcierto: ¿cómo es posible que nadie lo echara en falta durante década y media? La respuesta parece residir en su historia personal marcada por el aislamiento y las rupturas familiares.


Antonio Famoso: un hombre que se alejó de todos

Antonio se separó de su mujer en 1990, y desde entonces, según detalla Informativos Telecinco, decidió romper por completo el contacto con sus dos hijos menores, de 13 y 14 años en aquel momento. Renunció a su custodia, dejándolos en la calle junto a su madre, mientras él permanecía solo en el piso de la calle Luis Fenollet, en el barrio de Patraix.

Con el paso del tiempo, la distancia se convirtió en un abismo. Cuando sus hijos cumplieron la mayoría de edad, fueron desheredados formalmente. Según recoge el diario Las Provincias, Antonio no volvió a interesarse por ellos: nunca hizo una llamada, ni envió una carta, ni dio señales de querer retomar la relación.

Ese aislamiento, que comenzó como una decisión personal, acabaría convirtiéndose en una soledad definitiva, tanto en vida como en la muerte.


15 años de silencio absoluto

Durante los años previos a su fallecimiento, los vecinos recuerdan a Antonio como un hombre huraño y reservado, que apenas hablaba con nadie pero que acudía puntualmente a las juntas de la comunidad. Algunos lo recuerdan bajando la basura o limpiando el rellano, pero de un día para otro dejó de aparecer.

Con el paso del tiempo, los pocos que aún lo recordaban pensaron que se habría trasladado a una residencia de mayores. Otros ni siquiera se dieron cuenta de su ausencia.

Según Informativos Telecinco, las cuentas bancarias y facturas de suministros seguían al día, lo que explica por qué nadie sospechó nada. El pago automático de los recibos permitió que el piso siguiera en aparente normalidad durante más de una década.


El hallazgo del cadáver

El descubrimiento se produjo tras las intensas lluvias torrenciales que afectaron a Valencia a principios de octubre de 2025. Los vecinos alertaron de filtraciones y malos olores, lo que llevó a los bomberos a entrar en el domicilio.

Allí encontraron el cuerpo de Antonio Famoso en el suelo, entre la cama y el armario, con la puerta cerrada desde dentro con pestillo. El cadáver, en avanzado estado de momificación, se hallaba rodeado de kilos de basura, restos de comida y palomas muertas.

Las autoridades creen que Antonio murió por causas naturales en torno al año 2010, y que la falta de ventilación, el clima seco y el cierre hermético del piso favorecieron el proceso de momificación natural del cuerpo.


Un caso que pone el foco en la soledad crónica

El caso de Antonio Famoso ha reabierto el debate sobre la soledad no deseada y el aislamiento social, un problema creciente en España. Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 2,7 millones de personas mayores de 65 años viven solas, y de ellas, un 43% no tiene contacto diario con familiares o amigos.

Expertos en sociología y salud mental coinciden en que el aislamiento prolongado puede tener efectos devastadores, tanto físicos como psicológicos. No obstante, también existe una minoría de personas —como Antonio— que eligen vivir solas por decisión propia, sin desear contacto alguno.


Los vecinos: entre el desconcierto y la tristeza

Los residentes del edificio de la calle Luis Fenollet siguen conmocionados. “Nadie imaginaba algo así. Era una persona callada, pero siempre estaba al corriente de los pagos. Pensábamos que se había ido al pueblo o a un geriátrico”, contaba una vecina al ser entrevistada por medios locales.

Otro vecino recuerda que Antonio “nunca aceptaba ayuda” y que, aunque parecía autosuficiente, “vivía completamente encerrado en su mundo”.

Las autoridades locales, tras el levantamiento del cadáver, informaron que no existían denuncias de desaparición ni alertas familiares activas sobre él.


La paradoja de una vida invisible

El caso de Antonio Famoso simboliza la cara más extrema de la soledad urbana: un hombre que muere en su casa, sin que nadie lo eche en falta, y cuyos restos son descubiertos solo por accidente, quince años después.

Como señalan desde Informativos Telecinco, la investigación policial confirma que no hubo indicios de violencia ni robo, y que el piso permaneció cerrado todo este tiempo. Las llaves estaban puestas por dentro, y ningún familiar reclamó su paradero.

Para los expertos, casos como este evidencian la necesidad de reforzar las redes comunitarias y de detección social, especialmente entre personas mayores o con pocos vínculos familiares.


Soledad elegida o abandono social

Aunque Antonio parecía haber elegido la soledad, su historia también revela la ausencia de mecanismos de acompañamiento y seguimiento social. Desde servicios sociales de Valencia reconocen que “existen protocolos para detectar casos de aislamiento, pero muchos no llegan a activarse porque el entorno ignora la situación”.

Los vecinos han pedido que el Ayuntamiento estudie el caso como ejemplo de prevención de la exclusión social silenciosa, un fenómeno que crece en las grandes ciudades y que afecta especialmente a personas mayores de 70 años.


Un final triste para una vida marcada por el aislamiento

El cuerpo de Antonio Famoso fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia, donde se le practicó la autopsia. Según los informes iniciales, no hay signos de violencia, y la muerte se produjo de manera natural hace más de una década.

Sus hijos, desheredados y sin contacto con él desde hace más de 30 años, no han reclamado aún los restos. El Ayuntamiento estudia la posibilidad de enterrarlo en una fosa municipal, mientras el vecindario intenta asimilar lo ocurrido.


El caso de Antonio Famoso, que ha impactado a toda España, no solo muestra la historia de un hombre que eligió desaparecer, sino también la de una sociedad que —a veces— no ve la soledad hasta que se convierte en tragedia.

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