Coincidiendo con el 30 aniversario de su muerte, María Zambrano regresa a València, esta vez como protagonista de un espectáculo de danza que recupera su voz y sus palabras para rendir homenaje a la más grande filósofa española del siglo XX.
Sala Russafa acoge el 9 y 10 de abril María Zambrano, la palabra danzante. Dentro del 10º Ciclo de Compañías Nacionales de Sala Russafa, llega esta propuesta que devuelve a la ciudad a la autora, quien pasó una temporada en la capital valenciana en 1937, como consejera del Gobierno de la República. Un activismo político que durante su juventud simultaneó con su faceta literaria y como docente universitaria, y que le llevó al exilio, al negarse a vivir bajo la dictadura Franquista.
Integrante de ‘Las Sin Sombrero’, junto a Rosa Chacel o Maruja Mallo, alzaba su voz en tertulias intelectuales mayoritariamente masculinas. Y la altura de su pensamiento la destacó pronto entre la fértil Generación del 27. Un reconocimiento que se extendió una vez que se trasladó al extranjero, ganándose la admiración de figuras como Sartre, Picasso, Carpentier u Octavio Paz, que definía su prosa como un baile de palabras.
Primera mujer en recibir el Premio Cervantes (1988) y galardonada con el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (1981), la figura de Zambrano sigue sin obtener todo el reconocimiento que merece. “A todos nos suena, pero pocos saben quién es, realmente. Pasa con muchas de estas artistas increíbles de la República, de las que no se hablaba. Hay una labor divulgadora inmensa por hacer”, explica Cristina D. Silveira, responsable de la dramaturgia y dirección del espectáculo que esta semana puede verse en el teatro de Ruzafa.
Durante 5 meses se embarcó en una investigación en la que le “faltaba vida para leer” la amplia producción de una escritora prolífica que, cuando regresó a España hecha una octogenaria de frágil salud, seguía publicando ensayos de una profunda lucidez. “María defendía el papel de la poesía, de la metáfora en la filosofía. Era muy innovadora y se expresaba de una manera serpenteante, que nos ha dado mucho juego a la hora de trasladar su pensamiento a las coreografías”, comenta Silveira.
El resultado es una propuesta escénica que le rinde homenaje como mujer e intelectual. “Para mí, ella era tanto que me sentía una atrevida por estar planteando un espectáculo que la retratara. Pero es que en cada obra suya encontraba claves que me llevaban a la danza, que me invitaban a seguir”, admite la directora escénica. Lara Martorán y Elena Rocha, actrices – bailarinas, dan vida a Zambrano y a una figura fundamental en su vida, su hermana Araceli.
LA VOZ EN OFF DE ZAMBRANO, FOTOGRAFÍAS, FRAGMENTOS DE SUS CARTAS Y DE SUS LIBROS AYUDAN A LAS COREOGRAFÍAS PARA HACER UN RETRATO DE LA AUTORA
El relato avanza desde las Misiones Pedagógicas a la Guerra Civil y la salida al extranjero, trazando un recorrido vital que se completa con proyecciones de mapping, la voz en off de la propia Zambrano extraídas de grabaciones del momento y fragmentos de cartas, libros… La puesta en escena incluye una escenografía donde los dinteles de puertas facilitan la transición entre periodos. Y la tonalidad bicolor y el claroscuro de la iluminación nos hablan de las constantes oposiciones que caracterizaron a la filósofa, como el juego con conceptos contrarios en sus reflexiones, pero también la alternancia de penurias y alegrías en una vida nómada durante 50 años de exilio, con residencias prolongadas en países como Méjico, Cuba, Puerto Rico, Chile, Italia, Francia o Austria.
“Muchos espectadores que no conocían la obra de Zambrano nos han dicho que después de ver el espectáculo tenían mucha curiosidad por leerla, por saber más de ella”, comenta Silveira sobre la experiencia del público que se acerca a esta propuesta de la compañía extremeña Karlik Danza Teatro, que celebra con esta pieza el treinta aniversario de su fundación. Más de 20 reconocimientos nacionales e internacionales avalan la trayectoria de esta formación que ha hecho de la investigación intelectual, estética y coreográfica una seña de identidad, trabajando sobre otros pensadores como Saramago, Cervantes o Miguel Hernández.
SALA RUSSAFA ARRANCA SU TEMPORADA DE ‘VACUÑACIÓN CULTURAL’
Con este espectáculo, el centro cultural de Ruzafa pone en marcha su campaña de ‘Vacuñación Cultural’, una iniciativa con la que se suma al clima de protección contra la COVID-19, aportando las artes escénicas como un paliativo a los efectos colaterales que el contexto de la pandemia puede generar en el ánimo y psicología social.
Convencidos de que la cultura cura y de que los espacios culturales son seguros, gracias a los estrictos protocolos de higiene y protección que se aplican en todos los teatros valencianos, incluida la Sala Russafa, ponen en marcha un carné que se entregará gratuitamente a los espectadores por la adquisición de una entrada. Con cada visita se obtendrá un cuño y reuniendo cuatro, el acceso será gratuito para la quinta visita al teatro.
El carné de ‘Vacuñación Cultural’ es unipersonal y tendrá validez hasta el 30 de diciembre de 2021, permitiendo disfrutar tanto de los espectáculos de esta temporada como de la próxima. Una medida que busca facilitar el acercamiento a las artes escénicas como vía de evasión y diversión, de emoción y reflexión, en un entorno estimulante y seguro.
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